“HE SENTIDO UN VIVO CELO POR JEHOVÁ… SÓLO YO HE QUEDADO Y ME BUSCAN PARA QUITARME LA VIDA” (1 Reyes 19:10)
Park Tucker contó que un día iba caminando con un sentimiento de tristeza, cuando vio este anuncio en el escaparate de una funeraria:
“¿Por qué dar vueltas por las calles sintiéndote medio muerto? Te podemos enterrar por 69,50 dólares y, encima, ¡te daremos puntos de regalo!” ¡Ese tipo de humor era precisamente “la medicina” que necesitaba aquel día!
Servir a Dios puede ser muy fatigoso; a veces das lo mejor de ti mismo y acabas agotado. Le ocurrió a Elías. Después de que el Señor le hubiera usado, su entusiasmo quedó inmediatamente apagado por las amenazas de muerte de Jezabel. Huyendo para salvar “el pellejo”, exhausto y deprimido, se quejó: “He sentido un vivo celo por el Señor… [a pesar de esto,] sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida” (1 Reyes 19:10).