lunes, 11 de noviembre de 2013

¿Quién fue el verdadero Jesús histórico? - Preguntas y respuestas bíblicas - Vídeo

Sin lugar a dudas, una de las preguntas más frecuentes es, “¿Quién fue Jesús?” No hay ninguna duda de que Jesús es, con mucho, el nombre más reconocido del mundo. 
Una tercera parte de la población mundial, cerca de 2,500 millones de personas, dicen ser cristianos. El Islam, que abarca alrededor de 1,500 millones de personas, reconoce a Jesús como el segundo profeta más grande, después de Mahoma. Y de los restantes 3,200 millones (aproximadamente la mitad de la población mundial), la mayoría de ellos ha escuchado el nombre de Jesús o sabe acerca de Él.
Si uno tuviera que hacer un resumen de la vida de Jesús, desde su nacimiento hasta su muerte, sería algo breve: 

Él nació de padres judíos en Belén, un pequeño pueblo al sur de Jerusalén, mientras el territorio estaba bajo la ocupación romana. Sus padres se mudaron al norte, a Nazaret, donde Él creció, por lo que habitualmente se le conoce como “Jesús de Nazaret.” Su padre era carpintero, así que es probable que Jesús aprendiera el oficio en sus primeros años. Alrededor de los treinta años, comenzó su ministerio público en la tierra. Eligió a una docena de hombres de dudosa reputación como sus discípulos y trabajó en las afueras de Capernaum, un pueblo grande de pescadores, y centro del comercio en la costa del Mar de Galilea. Desde ahí Él viajaba y predicaba por toda la región de Galilea, haciendo frecuentes incursiones entre los vecinos gentiles y samaritanos, con sus intermitentes viajes a Jerusalén.

Ser Perseverantes - Finanzas - Vídeo

“No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe. (Gálatas 6.9-10).

No nos debemos cansar de hacer el bien y de perseverar en aquellas cosas que queremos lograr. Para crecer en cualquier faceta de la vida se necesita ser perseverante y no desmayar durante el proceso, y debemos estar preparados para afrontar reveses, lograr seguir adelante y no desmayar, evitando ser flojos en nuestra forma de actuar.
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Cuando se siembra se cosecha, si no desmayamos en el proceso.
Si pones un negocio, debes tener en cuenta que lo más probable es que durante el primer año, no sólo no podrás retirar ganancias, sino que además deberás inyectarle dinero para cubrir los gastos fijos. Por eso, junto con la inversión inicial, contempla también los recursos precisos para cubrir los gastos fijos del primer año, para que no termines desmayando en el proceso a los pocos meses.

El ladrón sabio - Reflexión, meditación

Tres cruces se levantan en el monte Calvario (Gólgota). Un hombre inocente está crucificado junto a dos ladrones. El evangelio de Lucas nos relata las últimas horas de estos tres hombres. (Lucas 23: 39-43)
En medio de su agonía uno de los ladrones optó por burlarse de Jesús: “¿Así que eres el Mesías? Demuéstralo salvándote a ti mismo, ¡y a nosotros también!”
El otro ladrón, en las mismas condiciones que el primero, pero sabiendo que ya no había vuelta atrás y que posiblemente estaba en sus últimos instantes de vida, reprendió a quien había hablado: ¿Ni siquiera temes a Dios ahora que estás condenado a muerte? Nosotros merecemos morir por nuestros crímenes, pero este hombre no ha hecho nada malo. Luego dijo: Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
No sabemos nada de la historia de estos criminales, sólo conocemos los últimos instantes de sus vidas. Desconocemos qué les llevó a cometer los crímenes que les condujeron hasta esas cruces. No tenemos ni idea de los motivos que tuvieron para tomar esas decisiones erróneas, pero nos queda claro que el segundo hombre supo aprovechar sus últimos minutos y que su última decisión fue la más sabia de toda su vida. Reconoció que Jesús era el Mesías, y sin importar lo que hubiera hecho antes, por su fe Jesús le aseguró que estaría con Él en el paraíso.
Tú puedes tener familiares, amigos o conocidos que andan por mal camino. Todas las decisiones que toman son erróneas y por más que intentes hacer que entren en razón, parece que nunca van a cambiar. Levantas las manos, y con dolor en tu corazón piensas rendirte pensando que ya no hay remedio.
Pero espera, si ese malhechor alcanzó el perdón de Cristo, ¿por qué no podrían hacerlo los demás? No te canses, no desfallezcas, que para Cristo no hay casos perdidos. Sigue orando por esa persona que amas porque aunque no lo veas, Dios está obrando en su corazón y no sería raro que allá, en el cielo, nos encontremos con personas que pensamos que no volveríamos a ver.

Has caído de nuevo - Devocional - Vídeo

Puede que fallaras nuevamente, pero ¿sabes?, Dios te ama tanto que no se ha olvidado de ti.
Piensas, crees que eres un caso perdido; lo volviste a hacer, sí, aquello que dijiste que no volverías a hacer, aquello que hasta hoy creías que lo tenías controlado, pero te diste cuenta que no.
Te sientes mal, muy mal, hay un sentimiento de inconformidad y vergüenza en tu vida, te gustaría regresar en el tiempo para no hacerlo, porque haberlo hecho te ha entristecido.
No tienes ni siquiera el valor de levantar tu rostro al cielo y si pudieras esconderte de Dios lo harías, pero sabes que no lo puedes hacer y que Él fue el primero en enterarse de tu fallo.
¡Vaya!, cómo duele fallar, ¿no? De haber sabido el dolor que esto te iba a causar o la frustración que ahora te gobierna, seguramente no lo hubieras hecho, sin embargo... ¡lo hiciste!
En estos momentos no hay palabras para tratar de defender lo indefendible, nadie te obligó, simplemente lo hiciste dejándote llevar por la emoción del momento o por una decisión impulsada por sentimientos y no por la razón.
Ya, cuando esto pasa, te sientes muy mal contigo mismo, sientes que defraudaste a Dios, y en casos extremos decides que es mejor alejarte de Él en lugar de seguirle fallando.
Pero, ¿qué piensa Dios de todo esto? De acuerdo, tú ya te hiciste un auto-juicio, ya te condenaste tú mismo, tienes ciertos conceptos que crees que Dios ha de tener de ti, pero, ¿qué pensara Dios realmente?, ¿Será que Dios tiene los mismos conceptos de ti que los que tú crees?
¡Uff, menos mal!, Dios NO piensa como nosotros, no maneja igual los mismos conceptos.
Imagina a Dios viéndonos después de fallarle, observando lo tristes que nos ponemos, lo duros que a veces somos con nosotros mismos, mirando cómo se nos cae la cara de vergüenza, por cómo preferimos alejarnos de Él en lugar de ir nuevamente a pedirle perdón.
Porque lo que hiciste estuvo mal, sí, sin embargo Dios quiere restaurar tu vida, Dios no te va a desechar como una toalla desechable, tú no eres un objeto para desechar, eres su hijo, su hija, y eso no cambiará. Por esta razón, como cual Padre amoroso, te buscará, si estás deprimido te animará, te sacudirá el polvo si estás tirado en el suelo, y te regalará un abrazo y una sonrisa, que te transmitirá todo el ánimo que necesitas para no darte por vencido.