lunes, 28 de octubre de 2013

Dios levantará Bandera por Ti - Devocional - Vídeo

Tú puedes creer que tu problema es gigantesco, porque el enemigo ha venido como un río desbordado.
Isaías 59:19 “Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él”.
Hay momentos en la vida en los que
 sentimos que se nos acumulan los problemas, comenzando por los económicos, pasando por los laborales, sin dejar de lado a los familiares y no se diga los ministeriales, pero qué bello es saber que en medio de todos esos ríos de la vida, Dios estará ahí.
Esta meditación va destinada especialmente para todos aquellos, que en algún momento de su vida, sintieron que los ríos de la vida les estaban ahogando, a esos hermanos y hermanas que aunque nadie sabe lo difícil que lo estuvieron pasando o lo pasan, también saben que Dios vendrá y levantará bandera por cada uno de ellos.
Lo más difícil de la vida quizá son los ríos que vienen en contra, los problemas, pero algo tenemos que saber: la vida cristiana no es sólo de color de rosas, por lo menos mientras estamos aquí en la tierra.
Tu puedes creer que tu problema es gigantesco, porque el enemigo ha venido como río y como uno de esos ríos desbordados.Ayer vi una película que estremeció mi corazón; se trataba de la película “Apocalipsis de Juan”. No negaré que de mis ojos salieron lágrimas al observar ciertas escenas y meditar sobre ellas. Al finalizar la película le dije a mi esposa: “Amor, yo quiero morir por Cristo”.
Hay momentos en la vida que nos parecen el fin del mundo, situaciones casi imposibles de solucionar o de sobrellevar, momentos en los que sentimos que un río ha venido sobre nosotros y esta ahogándonos. Pero al meditar ayer sobre esa película, me daba cuenta que lo que yo paso actualmente, no es nada comparado a lo que los hermanos de la Iglesia Primitiva pasaron; a ellos les perseguían para matarles, les obligaban a renegar de su fe o morir, cosa que, seguramente, hasta el momento ninguno de nosotros ha pasado.

Esa es la voz de mi papá - Devocional

Los niños, desde muy temprana edad, comienzan a identificar las voces de sus padres y a distinguirla de otras. Del mismo modo, Dios nos ha dado­ la capacidad de reconocer su voz, de ser sensibles a lo que Él nos dice. Tal vez muchos esperan una voz audible diciéndonos qué hacer, pero aunque no es físicamente audible, sí que apreciamos de verdad que Dios nos hable, y en verdad lo hace a través de su palabra.
bibleUna de las formas que tenemos para reconocer el mensaje de Dios, es escudriñando las escrituras. Pero hay muchas personas que tergiversan lo que en realidad Dios nos quiere decir, desviándose de esta manera de la santa doctrina.
Y para que podamos distinguir la voz de Dios de otras voces, observaremos que Dios se complace mucho más en darnos gozo espiritual y no en saciarnos con alegrías pasajeras y superficiales, que pudieran estar fuera de su plan.
Sus palabras desafían y aumentan nuestra fe, crean en nosotros una confianza cimentada en la relación que tenemos con Él y, cuando nos habla, es necesario que tomemos una decisión acorde a la instrucción recibida.
Jesús es el Buen Pastor y siempre tendrá una palabra de vida para ti “Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas.“Juan 10:11, y Él promete que seremos capaces de distinguir su voz para que podamos seguirle. Él no quiere que escuchemos a “extraños” porque nos extraviaríamos fácilmente.
“Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen.” Juan 10:27.

Anímate a ser sensible y a escuchar la voz de Dios, no te detengas a escuchar voces que sólo te distraen y confunden, medita en su Palabra porque ahí hallarás las respuestas, la paz y el consuelo para tu vida, pues será Dios quien te hablará directamente al corazón.

La Práctica de la Presencia de Dios-11ª Carta escrita por Nicolás Herman, Hermano Lorenzo - Vídeo

La Práctica de la Presencia de Dios-11ª Carta escrita por Nicolás Herman, Hermano Lorenzo a Fray José de Beaufort, representante del arzobispado local, hace más de 300 años.

No oro para que seas librado de tus dolores. Oro a Dios fervientemente para que te dé fuerzas y paciencia para soportarlos durante todo el tiempo que Él quiera prolongarlos. Consuélate con Él mientras te mantiene atado a esa tu cruz. Él te liberará cuando le parezca oportuno. Felices aquellos que sufren con Él. Acostúmbrate a sufrir de esa manera, y busca de Él la fuerza para soportar tanto y durante tanto tiempo, como Él lo juzgue necesario para ti. Los hombres en el mundo no comprenden estas verdades. Y no debemos sorprendernos por esto, debido a que sufren como lo que son, y no como cristianos. Ellos consideran a la enfermedad como un dolor natural, y no como un favor de Dios. Y viéndolo exclusivamente de esta forma, ellos solamente encuentran en ello aflicción y angustia. Pero aquellos que consideran que la enfermedad viene de la mano de Dios, como efecto de su misericordia y como el medio que Él emplea para su salvación, comúnmente encuentran en ello gran dulzura y consolación.

Deseo que te convenzas que Dios está frecuentemente algo más cerca de nosotros y sobre todo, más presente con nosotros en la enfermedad que en la salud. No confíes en ningún otro médico, porque entiendo que Dios se reserva tu cura para Sí Mismo. Pon toda tu confianza en Él, y pronto verás que te recuperas debido a esa confianza. Somos nosotros lo que con frecuencia retardamos nuestra curación, porque ponemos mayor confianza en la medicina que en Dios y sean los que fueren los remedios que uses, te servirán solamente en la medida que Él lo permita. Cuando los dolores provienen de Dios, solamente Él puede curarlos, y con frecuencia Él envía enfermedades al cuerpo para curar las enfermedades del alma. Consuélate con el Médico Soberano, que es Médico tanto del alma como del cuerpo.

El Poder de las Palabras - Devocional

Ted Stallard era sin duda el peor de los alumnos: sin ningún interés por la escuela, descuidado, con la ropa siempre arrugada, siempre despeinado, en fin, uno de esos chicos del colegio de cara impasible, de mirada inexpresiva, fría y distraída. 
Cuando la señorita Thompson le hablaba, Ted siempre respondía con monosílabos. Poco atractivo, sin motivación, con una actitud distante,... no resultaba fácil quererle.

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Aunque su maestra decía que quería a todos los de la clase por igual, interiormente no era del todo sincera. Cada vez que corregía los trabajos de Ted, experimentaba un cierto placer perverso poniendo un “tachón”, al lado de las respuestas incorrectas. 
Pero un día decidió indagar un poco más. Buscó el expediente de Ted y leyó lo que otros maestros habían escrito sobre él. En el expediente estaba escrito: 1º grado: “Ted promete en su trabajo y su actitud, pero tiene una mala situación familiar”; 2º grado: “Ted podría dar más, pero la madre está muy enferma. Recibe poca ayuda de su casa”; 3º grado: “Ted es un buen chico, pero demasiado serio. Aprende lentamente. Su madre murió el curso pasado”; 4º grado: “Ted es muy lento, pero se porta bien. Su padre muestra poco interés por él”.

¿Cómo era Jesús? - Preguntas y respuestas bíblicas - Vídeo

La Biblia no da ninguna descripción física de Cristo. Lo más parecido a una descripción física está en Isaías 53:2b, “No hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.” Esto nos dice que la apariencia de Jesús era la de cualquier otro hombre, que era de apariencia común. Isaías estaba profetizando aquí, que la venida del Siervo sufridor surgiría en condiciones pobres, que no usaría ninguno de los emblemas usuales de la realeza, haciendo Su verdadera identidad únicamente visible para el discernimiento del ojo de la fe.

Isaías describe después la apariencia de Cristo, como se vería cuando fuera azotado antes de Su crucifixión. “De la manera que muchos se asombraron de ti, pueblo mío, así fue desfigurada su apariencia más que la de cualquier hombre, y su aspecto más que el de los hijos de los hombres.” (Isaías 52:14). Estas palabras describen la inhumana crueldad que Él sufrió, hasta el punto en que ya no parecía un ser humano (Mateo 26:67; 27:30; Juan 19:3). Su apariencia era tan terrible que la gente le veía asombrada.

La mayoría de las imágenes que hoy tenemos de Jesús probablemente no sean fieles. Jesús era un judío, así que es probable que Él tuviera la piel morena, los ojos oscuros y el cabello negro. Esto está muy lejos de la representación del pelo rubio, los ojos azules y la piel blanca en muchas imágenes modernas. Una cosa es segura: si fuera realmente importante para nosotros saber cómo era, Mateo, Pedro y Juan, quienes pasaron tres años con Él, seguramente podrían darnos una descripción precisa, así como lo harían Sus hermanos, Jacobo y Judas. Sin embargo, estos escritores del Nuevo Testamento no ofrecen detalles acerca de Sus atributos físicos.