¿Qué pensamientos son los que están debilitando tu vida espiritual?
¿Qué es lo que el enemigo está usando para hacerte sentir culpable y no perdonado?
¡Qué astuto es el enemigo! De verdad que necesita mucha astucia para hacernos creer tantas y tantas cosas que no son ciertas...
Hay algo que debemos tener muy claro y es que todos pecamos. Cada día nuestra naturaleza pecaminosa nos orienta a buscar el pecado; eso es cierto, pero la diferencia está en que desde el día que le entregamos nuestra vida a Cristo, ya no vivimos para satisfacer ese deseo carnal del pecado, sino para negarnos a nosotros mismos y vivir para Dios.
Teniendo en cuenta esto, y también que todos somos fácilmente seducidos por el pecado, debemos tener cuidado cuando nos detenemos a escuchar la voz del enemigo de nuestras almas, experto en acusarnos y culparnos por cada cosa, por mínima que parezca.
Es muy común saber de personas que no pueden alcanzar la felicidad aún en los caminos de Dios, porque el enemigo les hace sentirse culpables por tener deseos pecaminosos en su mente.
Pero pensamientos negativos todos tenemos y muchos los tenemos diariamente, mas la Biblia nos da las claves para vencer estas situaciones. Dios no nos va a juzgar por pensar mal, ya que es parte de nuestra naturaleza pecaminosa, y por eso el Apóstol Pablo nos dio un consejo para ayudarnos a revertir esta situación: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” Filipenses 4:8 (Reina-Valera 1960).
¿Qué pensamientos son los que están debilitando tu vida espiritual?, ¿qué es lo que el enemigo está usando para hacerte sentir culpable y no perdonado?
El enemigo es muy astuto y buscará cualquier situación por mínima o insignificante que parezca, para acusarnos, para hacernos sentir inmerecedores de Dios, para hacernos sentir sucios, hipócritas y en ocasiones hasta introducirá en nuestra mente el pensamiento de que Dios ya está cansado de nosotros. Sin embargo, nada de esto es cierto, Dios nunca se cansa de nosotros, al contrario, cada día renueva su misericordia sobre nuestras vidas, extiende sus brazos para que vayamos a Él y podamos vencer cualquier situación, pues Él ha prometido estar con nosotros cada día de nuestra vida.