lunes, 23 de septiembre de 2013

¿En qué me estoy Enfocando? - Crecimiento Personal-espiritual - Vídeo

 ”Un individuo enfocado a una meta es muy parecido a un rayo láser. Cuando los haces de luz se concentran y se sincronizan, producen una energía de gran poder. Pueden realizar cirugía ocular o traspasar superficies tan sólidas como el diamante.” Denis Waitley
¿Por qué muchos no alcanzan su potencial en la vida? ¿Por qué muchos no están creciendo en su vida? Diversos estudios han demostrado que el 83% de las personas se enfocan únicamente en mejorar sus debilidades, porque es lo que alcanzan a ver, no sus habilidades. Y esto se ilustra con el cuento “La Hoja Blanca” de Walter Salama.
"Al inicio de una conferencia sobre el estrés, el orador colocó frente al público, para que se viese, una gran hoja de papel blanco. Después, con un rotulador negro dibujó en ella una mancha irregular.
¿Qué ven aquí? Preguntó.
Uno tras otro, los presentes fueron contestando: Una mancha negra.
Eso supuse que dirían, dijo el orador.
Ninguno de ustedes se enfocó en la hoja blanca, aunque tiene una superficie mucho mayor que la mancha. Precisamente de eso hablaremos esta noche".
Es interesante que tengamos la habilidad de fijarnos en las manchas, en nuestras debilidades, en lo que no tenemos, pero olvidamos lo verdaderamente importante, y es que dentro de nosotros están los recursos más poderosos que podemos usar, para darle significado a nuestra vida. Todo dependerá del enfoque que le demos.
Pregúntese: ¿En qué me estoy enfocando?, ¿en mis fortalezas o en mis debilidades?, ¿en lo que tengo o en lo que me falta?, ¿en lo que no puedo alcanzar o lograr o en lo que sí?, ¿en las cosas que me gustaría tener pero que hasta ahora no pude o en las que ya tengo?, ¿en los problemas o en la solución?
De hecho la Biblia dice: “Mi poder se muestra en la debilidad”. 2 Corintios 12:9 (NVI). Dios le dice a Pablo que no se enfoque en sus debilidades, que se enfoque en la Gracia. Y por ello Pablo obtuvo resultados extraordinarios, venció las dificultades que atravesó en su vida.
¿Le gustan los resultados que está obteniendo en su vida? ¿En sus relaciones? ¿En su trabajo? ¿En sus negocios? ¿En su ministerio? Lo que hasta ahora no está obteniendo se debe a su falta de compromiso y a su fallo en el enfoque.

El Ladrillo - Reflexión con vídeo

Un joven y exitoso ejecutivo paseaba a toda velocidad en su coche Jaguar último modelo, con precaución de no toparse con algún chico cruzando la calle sin mirar. Al bajar la velocidad sintió un estruendoso golpe en la puerta, y al bajarse vio que un ladrillo le había estropeado la pintura, la carrocería y el vidrio de la puerta de su lujoso auto.
Frenó, dio un brusco giro de 180 grados y regresó a toda velocidad a donde vio salir el ladrillo, que acababa de desgraciar lo hermoso que lucía su fenomenal coche.
Salió del mismo de un brinco, agarró por los brazos a un chiquillo, y empujándole hacia un coche estacionado, le gritó a toda voz: 
-¿Qué rayos fue eso? ¿Quién eres tu? ¿Qué crees que has hecho con mi coche? Y enfurecido, casi echando humo, continuó gritándole al chiquillo: !Es un coche nuevo, y ese ladrillo que lanzaste va a costarte caro! ¿Por qué hiciste eso?
-“Por favor señor, por favor. Lo siento mucho. No sé que hacer”, suplicó el chiquillo.” Le lancé el ladrillo porque nadie se detenía. Lágrimas bajaban por sus mejillas hasta el suelo, mientras señalaba a alrededor del auto estacionado.
“Es mi hermano”, le dijo. Se descarriló su sillón de ruedas y se cayó al suelo,... y no puedo levantarle”. Sollozando, el chiquillo le preguntó al ejecutivo: “¿Puede usted, por favor, ayudarme a sentarle en su silla? Está golpeado, y pesa mucho para mí solito”. Soy pequeño.
Visiblemente impactado por las palabras del chiquillo, el ejecutivo tragó el nudo que se le formó en su garganta.
Muy emocionado por lo que acababa de pasarle, levantó al joven del suelo y le sentó en su silla nuevamente, sacando su pañuelo de seda para limpiar un poco las cortaduras y la suciedad de las heridas del hermano de aquel chiquillo especial. Una vez verificado que se encontraba bien, miró a su hermano mayor; y éste le dio las gracias con una sonrisa que no hay posibilidad de describir… “DIOS le bendiga, señor,… y muchas gracias”, le dijo.
El hombre vio como se alejaba el chiquillo, empujando trabajosamente la pesada silla de ruedas de su hermano, hasta llegar a su humilde casita.
El ejecutivo no reparó la puerta del coche, manteniendo la hendidura que le hizo el ladrillazo, con el fin de recordarle no ir por la vida tan de prisa, que alguien tenga que lanzarle un ladrillo para que le preste atención.
DIOS nos susurra en el alma y en el corazón a través de su Espíritu Santo, pero hay veces que tiene que lanzarnos un ladrillo a ver si le prestamos atención.
Escoge: escucha el susurro… o el ladrillazo.

¿Qué significa que Jesús es el Hijo de Dios? - Preguntas y respuestas bíblicas - Vídeo

Jesús no es el Hijo de Dios en el sentido físico como percibimos a un padre y su hijo. Dios no se casó y tuvo un hijo. Jesús es el Hijo de Dios en el sentido de que Él es Dios manifestado en forma humana (Juan 1:1,14). Jesús es el Hijo de Dios en cuanto fue concebido por el Espíritu Santo. Lucas 1:35 declara, “Respondiendo el ángel le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con Su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.” En tiempos bíblicos, la frase “hijo de hombre” se usaba para describir a un ser humano. El hijo de un hombre es sólo un hombre.

Durante Su juicio ante los líderes judíos, el sumo sacerdote le ordenó a Jesús, “Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.” (Mateo 26:63). Jesús respondió, “Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.” (Mateo 26:64). Los líderes judíos respondieron acusando a Jesús de blasfemia (Mateo 26:65-66). Más tarde, ante Poncio Pilato, “Los judíos le respondieron; Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir, porque se hizo a sí mismo Hijo de Dios.” (Juan 19:7). 

Aprendiendo de las derrotas - Devocional

No llores más por esa derrota, aprende a sonreír hasta en tus derrotas porque de ellas algo bueno aprenderás.
“Nos vemos atribulados en todo, pero no abatidos; perplejos, pero no desesperados; perseguidos, pero no abandonados; derribados, pero no destruidos”. 2 Corintios 4:8-9 (NVI)
No todo en la vida será victoria tras victoria, es necesario también que muchas veces probemos la derrota, para darnos cuenta que el sabor de la victoria es mejor y más si es al lado de nuestro Dios.
A veces quisiéramos que todo fueran éxitos, que todo lo que hiciéramos siempre nos saliera bien, y de hecho es uno de nuestros anhelos, pero se nos olvida que somos humanos imperfectos, que muchas veces tomamos malas decisiones y que cometemos muchos errores, y todo ello nos puede llevar a algunas derrotas temporales.
Pero aun allí, en medio de la derrota se puede aprender. En mi vida no todo ha sido de color de rosa, también ha habido momentos duros en los que a solas he llorado con Dios, viendo que las cosas no salían como yo quería o como yo pensaba que tenían que ser.
No llores mas por esa derrota, aprende a sonreír hasta en tus derrotas porque de ellas algo bueno aprenderá.He sentido el sabor de la derrota, al darme cuenta de qué áreas de mi vida me eran difíciles de superar. La he probado al tomar decisiones que humanamente creía correctas, pero que bajo la voluntad de Dios no lo eran; he probado la derrota viendo como algunos planes que tuve no salieron como esperaba, pero aun en medio de todo eso, Dios siempre me ha enseñado algo, cosas que he aprendido siendo derrotado, por lo que a la próxima no volveré a caer en el mismo error.
Y es que tenemos que ser optimistas, tenemos que ver las cosas que nos suceden como una experiencia que nos puede ayudar, a no volver a cometer los mismos errores, a ser mejores personas y mejores cristianos.
La vida está llena de victorias y también de muchas derrotas, pero depende de cada uno de nosotros reciclar lo bueno de cada derrota y sacarle utilidades. Personalmente siempre he creído que Dios permite que pase por momentos duros y de derrota, porque quiere capacitarme para ayudar a otra persona que pase por lo mismo. Consecuentemente, he aprendido a ver mis derrotas como un taller de aprendizaje, en donde al final siempre hay algo nuevo y bueno que aprender, para llevar una palabra a otra persona que la necesite.

¿Qué veo en mi espejo? - Devocional - Vídeo

Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Proverbios 23:7
La Biblia enseña que tal como pienses de ti, así vas a actuar, es decir, si piensas que eres un perdedor, vas a perder siempre. Estudios prestigiosos han demostrado que el cerebro humano es tan poderoso, que todo el cuerpo se doblega a su voluntad. Es decir, si nuestros pensamientos están enviando la orden de “no puedo”, nuestras actitudes obedecerán a aquel mandato, aunque en realidad tengamos la capacidad de hacerlo.
apariencia
“Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo. Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud.
David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba.
Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve.” 1 Samuel 17:32-37