El servicio a Dios es uno de los privilegios más hermosos, una manera muy bonita de expresar a Dios nuestro amor y gratitud.
Pero servir debe ser una decisión voluntaria, no se debe obligar a nadie a que tome esta decisión; la persona que no quiere hacerlo tal vez sea porque no se siente preparado aún, o todavía no ha tenido la confirmación de Dios de dónde le quiere colocar, puede que no tenga tiempo, en fin, muchas cosas más.
Un punto muy importante que no debemos dejar pasar por alto, es que Jesús, a pesar de ser el Hijo de Dios, a pesar de su condición de Rey y Salvador, con todo lo que es, vino al mundo a servir; predicó la palabra, sanó enfermos, liberó cautivos, hasta le lavó los pies a sus discípulos. Él se quitó su manto y... imaginen esta escena con los pies de esos discípulos, que no andaban con zapatos cerrados ni mucho menos finos, ni usaban medias ni nada; así que Jesús con toda esa suciedad se los lavó. ¨se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de sus discípulos, y a enjuagarlos con la toalla con que estaba ceñido.¨ Juan 13:4-5 (Reina-Valera 1960).
Un punto muy importante que no debemos dejar pasar por alto, es que Jesús, a pesar de ser el Hijo de Dios, a pesar de su condición de Rey y Salvador, con todo lo que es, vino al mundo a servir; predicó la palabra, sanó enfermos, liberó cautivos, hasta le lavó los pies a sus discípulos. Él se quitó su manto y... imaginen esta escena con los pies de esos discípulos, que no andaban con zapatos cerrados ni mucho menos finos, ni usaban medias ni nada; así que Jesús con toda esa suciedad se los lavó. ¨se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de sus discípulos, y a enjuagarlos con la toalla con que estaba ceñido.¨ Juan 13:4-5 (Reina-Valera 1960).
¿A dónde llegamos con esto?, a que nunca es tarde para servir, ni tampoco importa tu condición para que puedas hacerlo, que debes sacar tiempo para Dios. ¿No crees que Él lo merece después de cada látigo que recibió su Hijo por ti y por mí?, y aún más por las bendiciones que nos regala a diario. Muchos no queremos quitarnos el manto, no queremos dejar la comodidad, pues ser hijo de Dios no es solamente sentarse en la iglesia a pedir por bendiciones y esperar a que todo llegue, o ¿qué crees que vas a hacer cuando llegues al cielo?, ¿estar sentando mirando a lo lejos, disfrutando de todas las maravillas sin hacer nada?, no, cuando estés allí también vas a servir, ya sea adorando, alabando, cantando,.. y si no te preparas desde ahora, ¿cómo te vas a presentar ante Dios? Es como si aspiraras a un título universitario para ejercer una carrera profesional y resulta que no te has preparado, que no has estudiado para ello.