jueves, 29 de agosto de 2013

Adiós a la Soledad - Reflexión, devocional - Vídeo

Es llamativo descubrir que podemos llegar a sentirnos solos aunque estemos en medio de un gentío, sentirnos abandonados a pesar de estar rodeados por el amor y la atención de nuestras familias y amigos, experimentar el sentido de vacío, de inutilidad, de insensatez, de una vida sin rumbo ni propósito a pesar de tener habitualmente éxito en lo que emprendemos.
Hay personas que viven pensando que son insignificantes, que sus vidas no son importantes. Incluso hay quienes se sienten como si estuvieran viviendo en un desierto.
adios-a-la-soledadCuando los demás quieren establecer comunicación con quien padece este dolor, son tratados, por ellos, con indiferencia o con hostilidad porque se sienten tristes, mezquinos, defensivos y rencorosos. Creen que nadie les quiere y cualquier manifestación de aprecio o de amor de parte de los demás es percibida como lástima o interés mal disimulado por ellos. El agotamiento físico puede influir en quienes sufren la soledad, como también las malas noticias o una serie de fracasos consecutivos.
El ritmo vertiginoso de la vida actual, los requisitos sociales y económicos cada vez más rígidos, hacen que para muchos los momentos de descanso estén llenos de tensiones y preocupaciones. Además, la caída en picado de ciertos valores y la propagación de la filosofía de la desesperación, dejan a muchos en un cierto estado de vulnerabilidad y desorientación. ¿Y usted?, ¿cómo se siente en este día? La explicación para la mayoría de las situaciones se encuentra en el plano espiritual.

Saco de plumas - Ánimo en mensaje

Cuenta la leyenda que en cierta ocasión un hombre calumnió fuertemente a un amigo suyo, llevado por la envidia que se despertó en él al comprobar el éxito que su amigo había alcanzado.

Sin embargo, con el paso del tiempo el calumniador se arrepintió del mal causado. De tal manera, que en busca de consejo, visitó a un hombre muy sabio, a quien le confesó:
-”Maestro: Quiero arreglar todo el mal que a través de mis calumnias le propicié a un amigo. ¿Cómo puedo hacerlo?”
El sabio le contestó:
-”Toma un saco lleno de plumas ligeras y pequeñas y suéltalas de una en una, por donde vayas”.
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El hombre, muy contento por aquella tarea a simple vista fácil, tomó el saco con plumas y empezó a desparramarlas por el sector. Al cabo de un corto tiempo terminó la tarea. Entonces regresó donde el sabio para decirle:
-“Maestro, tal como me lo ordenaste, solté ya todas las plumas”. 
Y el sabio le contestó:
-“Bien, ésa era la primera parte. Ahora anda a la calle otra vez y llena nuevamente el saco con las mismas plumas que desperdigaste”.

El hombre, un tanto desconcertado, fue nuevamente a cumplir la orden, pero muy pronto regresó entristecido, argumentando que fueron muy pocas las plumas que pudo juntar. Entonces el sabio le dijo:
-”Ahora ya entiendes: así como  las plumas vuelan con el viento, el mal que hacemos vuela de nuestra boca permitiendo que el daño se esparza tanto, que es difícil recogerlo. Lo único que te queda entonces es pedirle perdón a tu amigo. No hay otra forma de revertir una calumnia”.

Amigos: la lengua es una herramienta valiosa que el Señor nos ha proporcionado para ayudarnos a comunicarnos con otros. Pero también es un arma poderosa que debemos cuidar y que cumple una doble función: construir o destruir, dependiendo de la utilidad que le demos. Intentemos entonces utilizarla como instrumento de bendición y no de maldición, para edificar personas, no para destruirlas.

El salmista decía : Señor, ponme en la boca un centinela;  un guardia a la puerta de mis labios. No permitas que mi corazón se incline a la maldad, ni que sea yo cómplice de iniquidades  (Salmo 141:3,4)

Esclavos en ferraris - Devocional - Vídeo

 “Vi siervos a caballo, y príncipes que andaban como siervos sobre la tierra”
(Eclesiastés 10:7)
Se ha puesto de moda la corrupción, la avaricia y las megalomanías. Hombres que sólo buscan la grandeza, en los logros, en la economía y en el poder, ambiciones que conducen a caminos de muerte. La verdadera grandeza es el carácter. Es la virtud lo que debemos buscar con ahínco. Pedro decía que todo creyente debe añadir a la fe, virtud (2 Pedro 1:5). Y Jesús advirtió sobre el peligro de granjearse el mundo y perder el alma (Lucas 9:25). El abandono de los valores cristianos y el enfoque en lo material construye sociedades autómatas o zombis, muertos que parecen vivos. Debajo de sus trajes de Giorgio Armani, Brioni, o Ralph Lauren, hay putrefacción, amoralidad, anarquía, pecado. Tengamos las prioridades claras, centrémonos en lo principal. El apóstol Pablo escribió: “A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos” (1 Timoteo 6:17).
A una persona esclava de lo material, no importa si conduce un Ferrari o un Mercedes del año, los grilletes no le dejan ir demasiado lejos. No hay que sentir envidia de ellos, ni lástima de nosotros, sólo mantener la perspectiva. La auténtica riqueza es la espiritual, aunque ésta no está divorciada de las comodidades que con honestidad y trabajo duro se puedan conseguir. Asaf, un adorador sensible y profundo, confesó que casi capituló en su fe viendo la prosperidad de los impíos al punto de sentir envidia de su arrogancia. El salmo 73 es un relato poético de su experiencia en el proceso de descubrir que las riquezas, el poder y los logros sin Dios son vanidades sin sentido. Asaf concluyó: “¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra” (Salmos 73:25).
Lo tengo todo si tengo a Cristo. Esa riqueza no peligra, por ejemplo, ante la inestabilidad de la bolsa o la crisis mundial. Es la virtud que emana de Dios lo que me fascina y me condiciona. Es imitar a Jesús lo que me enajena de todo lo superfluo y pasajero. El afán no es curativo, las prisas no construyen matrimonios sólidos, la avaricia no hace buenos vecinos, las hegemonías no edifican liderazgos compasivos. No quiero, por tanto, lo que ofrece las riquezas, sí el amor. Me niego a correr tras lo material, a deificar a Mammón, el demonio de la avaricia. “Mi vaso es pequeño, pero bebo en mi vaso”, escribió Musset. El contentamiento no es un visitante habitual porque se le trata con hostilidad y desprecio. La Biblia nos enseña a amar a Dios primeramente, a buscar el reino y la justicia de Éste como prioridad, y todas las demás cosas nos vendrán por añadidura (Mateo 6:33).

Concepto Transferible 4 - Cómo Puede usted andar en el Espíritu

Si usted le ha pedido a Dios que le llene del Espíritu Santo, puede estar seguro de que Él lo ha hecho de acuerdo a su promesa. Ahora puede vivir lleno de gozo en la plenitud que el Espíritu Santo le ha dado. La Biblia compara a la gente con árboles; la forma de saber si un árbol es un buen árbol es por su fruto, igual que por las acciones de una persona caso de tratarse de tal. "Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza" (Gálatas 5:22,23). Dios quiere que cada cristiano produzca buen fruto y por eso le ha brindado al Espíritu Santo para que pueda vivir una vida como la de Jesús, llena de amor y poder.

Como cristiano, continuamente tendrá que escoger entre los deseos de su ser anterior o el de caminar de acuerdo a los deseos del Espíritu Santo. En Gálatas 5:16 se nos dice "Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne." Al leer y obedecer la palabra de Dios podrá aprender a caminar en el Espíritu Santo, agradeciéndole continuamente, confesando sus pecados a Dios y pidiéndole perdón. Si quiere vivir su vida caminando en el Espíritu, pídale a Dios en oración que le enseñe. ¡Puede estar seguro de que lo hará porque es lo que Dios más desea! 

Versículos Clave
"Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu" (Gálatas 5:25)
“Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; pero el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna” (Gálatas 6:8)
“Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; pero si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios” (Romanos 8:13-14)

Tocando a otros a pesar de … - Reflexiones - Vídeo

Mi corazón estaba más atormentado de lo que jamás pensé podría estar. Estaba sentado en la sala de espera de la Unidad de Cuidados Intensivos a las 3:00 de la mañana, después de que mi hijo se viese involucrado en un accidente automovilístico. Él luchaba por su vida, mientras su hija, mi única nieta, trágicamente había perecido en el accidente. Y mis pensamientos, temores y dolor no me dejaban conciliar el sueño.
refle ayuda09Mientras estaba sentado allí, preguntándole a Dios por qué, Él me reveló Su gracia y paz. Allí se hallaba un hombre, que más tarde descubrí, había luchado contra un cáncer durante 7 años, había perdido a su esposa también por el cáncer y tenía a su propio hijo en coma en la Unidad de Cuidados Intensivos.
Sin embargo, este hombre se acercó a mi esposa y a mí y nos preguntó si necesitábamos una sábana o una almohada.
El hospital en Fort Worth, Texas, le permitía a la gente “acampar” literalmente en la sala de espera de la Unidad de Cuidados Intensivos, y como éramos nuevos en la materia no estábamos al tanto de esos detalles. Ese hombre, quien todavía llevaba una enorme carga, se desemperezó y puso su fe en acción, aún en medio de su propio desespero.
Dios me mostró, a través del simple acto de bondad de este hombre, que Él se basta para sacarnos adelante de cualquier situación. Mi hijo sobrevivió y enterramos a nuestra nietecita de un año.