martes, 27 de agosto de 2013

Cansado, cargado y con vergüenza - Devocional - Vídeo

Llegaste aquí con el anhelo de que una palabra de parte de Dios pudiera ayudarte en este momento de enorme necesidad en tu vida.
Estás cansado, muy cansado, llevas una carga enorme y pesada sobre tus hombros que te hace pensar que no podrás sacarla adelante esta vez. Sientes que todo a tu alrededor se comienza a derrumbar y puede que una causa sean tus malas decisiones del pasado.
Estás allí expectante, con pensamientos de derrota, con un sentimiento de inestabilidad, no sabes qué hacer, piensas en soluciones que no son las correctas y que Dios no aprobaría nunca, y tu mente, cansada de tantos problemas, no te deja pensar con claridad y sabiduría.
¿Sabes?, te entiendo,... hay momentos en los que nada más que deseamos que las cosas fueran diferentes, en los que quisiéramos retroceder en el tiempo para evitar problemas actuales que realmente nos afectan, pero eso no es posible, lo hecho hecho está y ahora es el momento de afrontar las consecuencias y ser fuerte.
Estás allí solo en ese lugar, con una carga muy pesada. ¿No crees que es hora de descansar en Dios?, quizá ese sea tu anhelo, pero sientes vergüenza de acercarte a Dios porque sólo le buscas cuando le necesitas y no cuando todo va bien, pero a pesar de todo lo que pienses, Dios sigue estando allí a tu lado, esperando el momento en que vuelvas tu mirada hacia Él y reconozcas que ya no puedes luchar solo.

El puente - Devocional

Un puente es una construcción que permite superar el obstáculo físico que representa un río, un cañón, valle, camino o una vía férrea. De manera tal, que sin su existencia sería muy difícil vencer las dificultades que la naturaleza nos pone. También podemos ver un puente como un instrumento de conexión entre dos puntos, que de no ser por él estarían incomunicados o inaccesibles.
bridgeEl hombre ha construido diferentes clases de puentes, que van desde el más simple para uso de peatones, hasta otros mucho más imponentes, como el Puente Baluarte de México, considerado el más alto del mundo.
Así como estas construcciones han ayudado al hombre a superar obstáculos naturales, de igual manera Dios ha provisto puentes para que podamos vencer nuestras dificultades.
El primer puente construido hacia Dios es Jesús, quien pagó un alto precio por amor, para que todos los que creemos en su obra lleguemos primeramente a Él,  Juan 14:6 dice: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie puede ir al Padre si no es por medio de mí.”. Pero también para que tengamos vida eterna: “Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su único Hijo, para que todo el que crea en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” Juan 3:16. Por lo cual, Jesús es el puente que nos conecta con Dios, de manera que no podríamos llegar al Padre sin Él.

Busca la paz con todos - Ánimo en mensaje - Vídeo

busca la paz
En el mundo habitamos cerca de 7 mil millones de personas, todas diferentes en aspecto y personalidad, tan diferentes que aunque no tengamos relación con todas, unas cuantas nos bastan para saber que no todas son de nuestro agrado, ni nosotros del de los demás.

Hace días vi una publicación en internet que decía: “sólo se pretende caer bien a la gente necesaria”, frase que noté un tanto indiferente al hecho de no ser una persona agradable "a los que son tan necesarios”. Pero meditando en lo que Dios dice acerca de esto, no nos dice que vayamos a ser siempre del agrado de todos, pero sí nos pide que hagamos todo lo posible por nuestra parte, para estar bien con los demás.

Si es posible, y en cuanto dependa de ustedes, vivan en paz con todos. Romanos 12:18

Creo que Dios, sabiendo cómo somos, conociendo lo que pensamos y nuestra manera de actuar, estableció unas normas de comunicación y comportamiento, para que supiéramos cómo comportarnos con TODAS las personas y no sólo con algunas o las “necesarias”.

Cuando busco más de Dios, más problemas vienen - Devocional

Durante mis más de dos décadas y media de haberle entregado mi vida a Dios y vivir para Él, he escuchado repetidamente esta frase: “Cuando busco más de Dios, más problemas vienen a mi vida”, y termina la frase con una pregunta: “¿Por qué?”
Realmente no sabemos en qué momento de la historia, relacionamos la cantidad de problemas que nos vienen con el hecho de estar más cerca de Dios, es decir: ¿Cómo fue el hecho de comenzar a pensar que si me acerco más a Dios más problemas me vendrán?
Esto es una constante en muchas personas, que al verse en situaciones difíciles, reaccionan creyendo que sus problemas vienen por “querer estar más con Dios”, “buscar más de Dios”, “estar más consagrados a Dios”, etc.
Es preciso desvirtuar esta mentira que viene de un pensamiento lanzado por el enemigo, porque, ¿en qué cabeza puede caber la idea de que estando cerca de Dios más problemas nos vendrán? En pocas palabras y viéndolo de otro modo: “No te metas mucho con Dios porque te ira mal”, ¿es eso lo que creemos?, y no me digas que no, porque todo el que dice que: “entre más me meto con Dios, más problemas me vienen”, lo que está transmitiendo es que estar cerca de Dios no es bueno.
Comencemos por analizar el por qué de esa frase, por qué decimos o pensamos que entre más nos acercamos a Dios más problemas nos vienen:
Ese pensamiento, además de provenir de una artimaña del enemigo para hacernos pensar que no debemos acercarnos mucho a Dios, también es el resultado de NUESTRAS PROPIAS EXPECTATIVAS.
Es decir: cuando nos acercamos a Dios pensamos que nada nos puede pasar, que no vendrán problemas, que todo se solucionará rápidamente, pero la realidad es que NO siempre pasa eso, y es que el hecho de acércanos a Dios no nos da la total seguridad de que las cosas que estamos viviendo se solucionarán o que por alguna razón desaparecerán en un instante. El hecho de creer que TODO se solucionará nos hace estar a la expectativa de las cosas y más sensibles a detectar problemas, y es porque tenemos grandes expectativas, esperamos que pasen muchas cosas; pero ¿qué tal si no pasa nada?, ¿qué tal si todo sigue igual o peor?, ¿acaso es culpa de Dios? La mayoría de problemas que afrontamos son consecuencias de nuestras malas decisiones, son consecuencias de nuestros errores y, lamentablemente, nosotros terminamos echándole la culpa a Dios por lo que nos pasa, como si Él nos obligara a tomar ciertas decisiones equivocadas.
¿Qué le pasa a una persona que no está con Él, que no quiere estar cerca de Dios?, que simplemente no espera mucho en su vida, es decir, no espera que pasen grandes cosas. ¿Está afrontando problemas?, seguramente sí, y problemas muy grandes, pero como no espera grandes cosas para su vida, simplemente se acostumbra a esos problemas sin echarle la culpa a nadie. En cambio, un cristiano que busca a Dios quiere que todo se le resuelva, y al no recibir rápidamente las respuestas que busca, opta por pensar que ahora que se ha acercado a Dios, “más problemas le vienen”; y no es que le vengan más, sino que él está más sensible a los problemas y expectante a que desaparezcan cuanto antes.

Las Personas son Regalos - Reflexiones - Vídeo

Las personas son regalos que la vida me ha dado. Ya vienen envueltas, algunas de forma muy bella y otras de una manera menos atractiva.
Algunos han sido maltratados en el correo, otros llegan como “entrega especial”; algunos llegan envueltos, otros cerrados con gran rigidez. Pero la envoltura no es el regalo y es importante darse cuenta de esto. Es muy fácil equivocarse en este sentido, juzgando el contenido por el estuche.
A veces el regalo se abre con facilidad y otras se necesita la ayuda de otras personas. Tal vez es porque algunas personas tienen miedo, porque quizá han sido heridas antes y no quieren ser lastimadas de nuevo. El caso es que alguna vez se abrieron y luego se descartaron, y quizá ahora se sienten mejor como “cosas” que como seres humanos.
Yo soy una persona. Como todas las demás personas también soy un regalo. Poseo una bondad que es sólo mía y sin embargo, algunas veces tengo miedo de mirar dentro de mi envoltura. Tal vez temo decepcionarme, quizá no confío en el que llevo dentro. Puede ser que en realidad nunca he aceptado el regalo que soy.
Cada encuentro y comunicación entre personas es un intercambio de regalos. Mi regalo soy yo, tú eres tu regalo. Somos obsequios de Dios, unos para otros.