lunes, 22 de julio de 2013

Peque, ¿Será que Dios me perdona? - Devocional aliento - Vídeo

Él jamás te echará en cara los pecados que ya te perdonó. En pocas palabras, Dios te PERDONA y SE OLVIDA.

Isaías 43:25 “Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados”. Es increíble, pero cierto, hay personas que después de haberse rendido a Jesús y pedido por el perdón de sus pecados, aún tienen dudas de si realmente Dios les perdonó o no.
Y es entendible desde el punto de vista humano, ya que para nuestra mente humana es difícil asimilar un perdón TOTAL, ese que no tiene “peros” ni “condiciones”, ese perdón que nada más puede nacer de un ser divino como nuestro Dios.
solY el problema, más que nada, se da después de comenzar tu caminar con el Señor. Tu vida ahora es diferente porque caminas con Dios, las cosas las ves de diferente manera y ahora hay un sentido para tu vida. Pero de pronto, sin tenerlo en cuenta o en ocasiones hasta haber meditado en ello, aparece Don Pecado, ése que nos quiere hacer sentir ser la peor basura sobre la faz de la tierra, y por cosas de la vida, terminas cayendo en sus garras.
Después de saborear ese pecado, te das cuenta que ya no tiene el mismo gusto que antes, que el sabor se ha perdido, y es porque ahora el Espíritu Santo mora en ti y te redarguye; es allí en donde recurres, con lágrimas en tus ojos, a tu Padre Celestial y le pides que te perdone, pero a la vez nace la peor interrogante que puede nacer en ese momento, el tan famoso, “¿Y será que Dios me va a perdonar?”
¿Quién te ha dicho que Dios no perdona?, ¿acaso Dios es un tirano?, ¿acaso es humano como nosotros? Definitivamente, el PERDÓN de Dios va mas allá de lo que nuestra mente humana puede interpretar, y es porque su PERDÓN ES TOTAL.
El versículo que acabamos de leer nos enseña la forma en que Dios perdona, Él dice que borra nuestras rebeliones por amor a sí mismo y la sella con una frase bella y llena de amor: “y no me acordaré de tus pecados”.

La tristeza es para salvación - Devocionales, reflexión

cielo salvacion
Katherine tenía 20 años cuando abandonó su casa, sentía que su mamá quería dominar y controlar cada decisión que tomaba: “viviré con mi novio y juntos podremos salir adelante sin las restricciones y manipulaciones  de mi mama”.  
Pero su madre, Cindy, sólo había querido que Katherine retomara sus estudios, encontrara un trabajo y dejara su desenfrenada y descontrolada vida, aunque ésta siempre ignoraba las llamadas de atención de su madre, envolviéndose cada vez más en su rebeldía. 
Había pasado ya un año desde que Katherine se había ido de su casa y no hablaba con su mamá. Por su parte, Cindy estaba muy deprimida por su partida, pero no perdía las esperanzas de hacer recapacitar a su hija, por lo que le enviaba una carta todos los meses pidiéndole que regresara; sin embargo, Katherine se llenaba de rabia al recibirlas, pensaba que sólo estaba tratando de manipularla nuevamente, por lo que tiraba cada carta inmediatamente, sin ni siquiera leerlas.
Pasaron dos años, cuando Katherine se encontró viviendo sola, pues su novio la había dejado. Allí estaba ella sola, sin trabajo y sin dinero. Katherine entendió que sólo había tomado malas decisiones, que había depositado toda su confianza en las personas equivocadas, mientras que a su madre, la única persona que realmente se interesó por su bienestar, sólo la había maltratado. Entristecida, decidió volver a su casa y pedirle perdón; “antes voy a buscar trabajo”, pensó, “así podre demostrarle a mi mamá que realmente estoy apenada y que no regreso para ser una carga más, sino para ayudarla”; luego tomó el periódico para buscar anuncios de ofertas de trabajo, y mientras pasaba las paginas se encontró con una noticia que congeló su corazón: los compañeros de trabajo de Cindy habían publicado una nota de condolencia en su nombre, su madre había muerto. Katherine cayó al suelo, ya no tendría oportunidad de enmendar las cosas con su mamá, estaba llena de ira, tristeza, frustración, rencor...; envuelta de confusión, dolor y desesperación decidió quitarse la vida, buscó una soga, y moviendo la mesa de la cual pensaba saltar, observó en una de las patas de la misma un sobre con la letra de Cindy..., era una de las cartas de su mamá, que había caído debajo de la mesa y que ella no había visto antes. Katherine abrió la carta y empezó a leer:

Lo que tengo / lo que me falta - Aliento en mensaje - Vídeo

lo que tengo vs lo que me hace falta
Los seres humanos nos caracterizamos más por nuestras necesidades que por lo que poseemos, y no es que no tengamos nada, pero a veces actuamos como si así fuera, deseamos tanto tener ciertas cosas que olvidamos todo lo que si tenemos.

El error no está en desear más de lo que tenemos, ¡eso es bueno!, lo que muchas veces nos hace equivocarnos es no valorar o quitarle importancia a lo que es nuestro presente, pasar todo el tiempo planeando el futuro.

A veces es tanto nuestro empeño en conseguir las cosas, que sin darnos cuenta nos perdemos los hermosos detalles de lo que ya tenemos, de lo que nos puede hacer felices hoy.

Siempre es bonito soñar y planear todo lo que deseamos y esperamos cumplir, pero más bello es aprender a vivir feliz con lo que se tiene, porque lo demás va llegando a su tiempo; vivir el presente sabiendo que el futuro está en manos de Dios, planeando, sí, pero no olvidando los logros ya alcanzados, todas esas necesidades que Dios ya ha suplido en nuestra vida.

Si miras hacia atrás, verás que tal vez hayas perdido algo, si miras al futuro te harán falta muchas cosas; pero si observas bien tu presente, podrás darte cuenta de que tienes mucho más de lo que crees, y definitivamente de eso es de lo que hay que ocuparse.

No esperes a perder tu presente, es lo único que tienes hoy, dale el valor que merece, disfruta lo que tienes y a quien tienes contigo, agradece a Dios por lo hay en tu vida, Él sabe lo que hace falta, y siempre tiene una manera de sorprenderte.

A veces, sólo es necesario aprender a ser feliz con lo que tenemos, para poder ser bendecidos con otras cosas, amar todo lo simple de la vida, para aprender a sobrellevar lo complicado.


El Pecado es ceder a la tentación - Devocional aliento

La tentación no es pecado, pero el pecado está a la vuelta de la tentación si no te pones firme.

“No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”. 1 Corintios 10:13

Muchas personas creen que ser tentado es pecado, pero si nos vamos a las escrituras podemos deducir fácilmente que ser tentado no es pecado, el pecado seria caer o acceder a la tentación.
En la vida de Jesús podemos ver que ser tentado no es pecado, puesto que Jesús mismo fue tentado por el mismo Satanás (Mateo 4: 1-11), pero Él no accedió a la tentación, Hebreos 4:15 dice: “Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado”. Esto quiere decir que el pecado no está en ser tentado, sino que el pecado está en caer o acceder a la tentación.
Además, algo importante de aclarar es que Dios jamás nos tentará, en Santiago 1:13 leemos: “Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie”.
La tentación nace de nuestra concupiscencia, es decir, de nuestros deseos. Lo podemos leer en Santiago 1:14,15, “sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”.
Entendiendo esto, podemos decir que cada uno de nosotros será tentado durante el resto de su vida terrenal; la tentación siempre estará ahí, nunca dejaremos de ser tentados, pero bueno es saber, que junto con la tentación Dios nos dará la salida (1 Corintios 10:13)

¡Avanza sin temor! - Ánimo en mensaje - Vídeo

La tristeza embarga tu ser, estás a punto de tomar una de las decisiones más difíciles de tu vida, y desearías que todo fuera diferente. Nunca hubieras pensado que llegarías hasta este punto, pero increíblemente estás allí, a punto de decidir lo que quieres para tu vida.

A veces en la vida tenemos que tomar esta clase de decisiones. Decisiones que no quisiéramos tomar, pero todo apunta a que es necesario actuar, y más aún cuando Dios ya nos dio la confirmación de que tenemos que hacerlo.

Hay decisiones muy difíciles que ninguno de nosotros quisiéramos tomar o llegar a ese punto en donde debemos elegir, pero a diferencia de antes, ahora podemos apoyarnos en Dios, hacerlo nuestra Fortaleza y nuestra Guía para que siempre nos vaya bien.

Dios ha prometido lo siguiente:

“Aunque tengas graves problemas, yo siempre estaré contigo; cruzarás ríos y no te ahogarás, caminarás en el fuego y no te quemarás” 

Isaías 43:2 (Traducción en lenguaje actual)

Hay una promesa maravillosa para tu vida, la presencia de Dios contigo y su protección es lo único que necesitas para saber que estás seguro en Él.

Si Dios es quien te está impulsando a tomar esa decisión, entonces ¡no tengas miedo!, ¡avanza con valor! Porque cuando Dios habla hay seguridad total de victoria.