domingo, 7 de julio de 2013

Rendirse a Dios - Devocionales, Meditaciones, Reflexiones - Vídeo

A veces hay cosas que queremos cambiar, pero alguna razón nos hace sentir que no podemos aunque lo intentemos. Hay cosas que sabemos que están mal y sin embargo no podemos olvidarlas o no queremos hacerlo; es allí en esos momento en donde lo que necesitamos es RENDIRNOS A DIOS.
Cuando hablo de rendirnos a Dios, me refiero al hecho de reconocer que nosotros solos no podemos, que ya lo intentamos muchas veces y que no lo logramos, que es momento de dejar de intentarlo por voluntad propia y permitir que sea Dios quien nos impulse y nos dé la capacidad para hacer según su perfecta voluntad.
Ahora bien, para RENDIRNOS A DIOS tenemos que comenzar por reedificar nuestra relación personal con Él. La Biblia dice: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros caminos. Subid al monte, y traed madera, y reedificad la casa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho Jehová.” Hageo 1:7-8 (Reina-Valera 1960). Es necesario reedificar nuestra relación con Dios, porque una de las razones por las que sentimos que no podemos cambiar o dejar aquello, es porque nuestra relación con Dios está distanciada u olvidada, y entonces es momento de reedificarla.
También debemos reconocer que muchos de nosotros hemos olvidado las sendas antiguas, aquellos caminos por los que transitábamos seguros de que estábamos haciendo la voluntad de Dios, pero que con el transcurrir del tiempo fuimos olvidando y yéndonos hacia otros lugares, alejándonos del buen camino. La Biblia dice: “Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos.” Jeremías 6:16 (Reina-Valera 1960).
Si nosotros reedificamos nuestra relación personal con Dios y volvemos al buen camino para andar en él, debemos estar seguros que todo se nos hará más fácil, y es que con Dios todo es más fácil.

Mi Yugo es Fácil - Devocionales

Cuando alguien pone sus ojos en una meta y nunca 

los quita de ella, alcanzará esa meta. 

El apóstol Pablo habló de centrarse en su meta: Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendién­dome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13-14)

¿Recuerda cuando usted estaba aprendiendo a montar en  bicicleta? A usted se le dijo que mirara derecho hacia delante, porque a donde quiera que mirara eso era adonde iba a llegar. Si miraba hacia abajo, se caería. Muchos de nosotros hemos colocado marcas en nuestras vidas (nuestras visiones), pretendiendo que nos dirigiésemos en esa dirección, sin embargo, nos mantuvimos mirando para cualquier lado menos a nuestra propia visión. No pasó mucho tiempo sin que perdiéramos el rumbo.
En Mateo 11:30, Jesús dijo: “Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Un yugo es una simple pieza de madera que une juntos dos bueyes. Este yugo los mantiene al mismo paso y en la misma posición. Jesús dijo también: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí” (versículos.28-29). Nosotros debemos unirnos con el plan de Dios para nuestras vidas y dejar que Su yugo nos guíe. Esto quiere decir que si Él se vuelve, nosotros nos volvemos. Si él se detiene, nosotros nos detenemos. Esta es la manera en que damos en el objetivo. 
Oración: Padre, yo deseo tomar el yugo de Cristo sobre mí para poder aprender de Él y descansar en Él. Voluntariamente me uno a Tu plan para mi vida. Gracias por guiarme. En el nombre de Jesús, amén.
Pensamiento: Nosotros debemos unirnos con el plan de Dios para nuestras vidas y dejar que Su yugo nos guíe.

Primero Yo… Segundo Yo… - Reflexiones - Vídeo

Días atrás me conmovió un hecho reflejado en un periódico local.
Se informaba de lo siguiente: “Agua para no beber. Aire que mejor no respirar” O sea, un pueblo pobre sobre montañas de oro. Son algunas de las contradicciones de Andalgalá, una localidad catamarqueña de 17 mil habitantes, a 240 kilómetros de la capital provincial, donde funciona desde hace diez años la mina de oro y cobre más grande de Argentina y una de las diez más importantes del mundo.
La empresa “Minera Alumbrera”, de un consorcio suizo-canadiense, es denunciada por los pobladores de contaminar la tierra, el aire y el agua. Sin palabras.
Pero no termina de surgir un problema cuando aparece otro: el mes pasado, la empresa multinacional anunció el inminente desarrollo de un nuevo proyecto minero en la zona… que será diez veces mayor al actual. Sin comentarios.
Ante los “oídos sordos” de los gobernantes (¡se trata de una democracia!, ja, ja, ja), los pobladores decidieron entablar luchas y manifestar su disconformidad mediante el corte de la carretera principal. Entonces los medios de comunicación nacionales se acercaron, entonces la opinión pública tomó conocimiento del tema.
En un contexto así, la televisión mostró la multitud de rostros desencajados de los habitantes, mayoritariamente de ocupación agrícola, cansados de que la contaminación ambiental provocara pérdidas en los cultivos y motivara el éxodo del 40% de la población.
También permitió ver la actitud de algunos automovilistas, vecinos de la ciudad, afectados por el corte de tráfico: “Me parece bien que reclamen por lo que les afecta, pero que no me impidan llegar a casa”, dijo uno. “Que hagan lo que quieran, pero que a mí me dejen trabajar”, apuntó otro.

Dios es mi fortaleza - Devocional

¿Qué sería de nuestra vida sin Dios? ¿Cómo podríamos sobrevivir en está lucha diaria de no ser que porque Dios nos sostiene? En ocasiones sentiremos que ya no podemos más y sin embargo Dios siempre nos da fuerzas cuando parece que ya no tenemos ninguna.
Quizá los últimos días hayas sentido como que tus fuerzas decayeran y por momentos sientes que ya no pudieras más. A veces piensas que no eres lo suficientemente fuerte para seguir a Cristo, pero tu fortaleza real no proviene de ninguna intención humana, porque si de intenciones hablamos creo que la mayoría de nosotros nos hubiéramos rendido ya; sin embargo nuestra fortaleza proviene de lo alto, proviene de Dios, que nos conoce muy bien y que siempre está dispuesto a ayudarnos fortaleciéndonos en medio de las debilidades.
Ahora bien, lo que cada uno de nosotros debemos hacer es poner nuestra confianza en Dios y no en nuestras capacidades humanas. A veces podemos creer que somos muy fuertes, pero la verdad es que en cualquier momento estamos propensos a decaer; sin embargo, cuando confiamos en que nuestra fortaleza viene de Dios, dejamos de confiar en nosotros mismos y conseguimos el favor de Dios.

No Desperdicies Tu Oportunidad Milagrosa - Ánimo en mensaje - Vídeo


Hoy retrocedí en el tiempo en mis recuerdos. Llegaron a mi mente escenas de cuando estaba cursando mi cuarto año de escuela superior. Uno de los requisitos era encontrar un lugar para hacer nuestras prácticas. Eran afortunadas las que conseguían un trabajo pagado, mientras que las que no lo conseguían, tenían que hacerlas en la escuela y "gratis", cosa que no nos entusiasmaba mucho.

Ese año aprendí lecciones valiosas en esto de hacer entrevistas y buscar empleo. Y déjenme decirles que no son siempre los de más alto promedio ni los más destacados, los que consiguen a veces las oportunidades. Pero meditando en esos recuerdos, quiero rescatar y destacar que en la vida hay oportunidades únicas y milagrosas, que se nos presentan para cambiar nuestra vida y obtener grandes enseñanzas.

Porque a todas las chicas de la clase nos tocó ir a buscar empleo y pasar por diferentes tipos de entrevistas. Hubo una muchacha que no tenía su promedio muy alto, de hecho era un poco bajo, y  esto, al parecer, llamó la atención del entrevistador, el cual le preguntó que, ¿a qué se debían sus notas tan bajas? Desconozco lo que ella le contestó, ni sé lo que sucedió durante esa conversación. Lo que sí sé es que el entrevistador le dio una oportunidad de trabajo con paga. Me parece que ella la supo aprovechar.

No siempre en la vida se presentan este tipo de oportunidades. Pero debemos estar alerta a cuando se nos presente una oportunidad para tomarlas. Aprendamos a identificar cuándo hay una oportunidad a nuestro alcance y sepamos valorarla. Porque la oportunidad que tú desperdicias, otro la desea y la valora.