miércoles, 26 de junio de 2013

Acércate a la fuente - Ánimo en mensaje - Vídeo

Son muchas las ocasiones en las que hemos hablado de la espera, la paciencia y la confianza, pero hay momentos en los que realmente necesitamos hacer algo; si bien es cierto que hay cosas que no están en nuestras manos, hay muchas otras que sí y que requieren de una actitud, disposición e interés por hacer que sucedan.

Dios puede hacer muchas cosas por ti para ayudarte, pero depende mucho de tu actitud hacer que eso suceda. Estás pidiendo la ayuda de Dios, pero… ¿estás haciendo lo que a ti te corresponde hacer?
fuente
Dios siempre está interesado y dispuesto a ayudarnos, tiene un gran deseo por llevarnos a cumplir cada uno de nuestros sueños y nuestras más grandes metas, pero eso no quiere decir que no tengamos que hacer nada, sino que, más bien en la medida que sea nuestro deseo o petición, así también debe ser la medida de nuestro esfuerzo y disposición por hacer todo lo que esté en nuestras manos.

Dios es esa fuente de agua viva de la que tanto deseamos beber, pero la fuente no viene al sediento, sino que el sediento se acerca a la fuente. Dios quiere ayudarte y escucha todas tus peticiones y necesidades, pero no puedes cruzarte de brazos, debes luchar, y la seguridad de que Dios es tu ayuda te dará fuerzas para hacerlo.
Toma cada oportunidad que tengas para cambiar tu situación, atrévete a luchar por alcanzar tus objetivos, y en medio de tu esfuerzo verás cómo llega la ayuda de Dios; tal vez te haya sido difícil mantener tu ánimo ante ciertas circunstancias, pero no hay victoria sin antes haber luchado, y si de algo puedes estar seguro, es de que Dios sabe recompensar el esfuerzo.

Confía en que Dios puede ayudarte, pero no te olvides de que tú también debes esforzarte; arriésgate a correr la carrera porque la meta la tienes asegurada, encamina tus pasos a la fuente y acércate a beber. Un poco más de esfuerzo, un poco más de seguridad; quizá veas muy lejano el momento, pero nunca sabrás a cuántos pasos está si no comienzas a caminar.


¡Actívate! - Ánimo en mensaje


Hoy es el día en el que te puedes levantar y salir de tu rutina. En el que puedes encontrar algo diferente que hacer.
Impúlsate, avanza un poco más, no permitas que nada ni nadie quebrante tu fe. ¡Tú eres fuerte, nunca te rindes ni abandonas fácilmente! Eres de las personas decididas y resueltas a lograr algo en la vida, por eso aunque la lucha ha sido fuerte, has permanecido firme.

En los últimos días una pequeña nube ha querido entristecerte, ha ensombrecido el sol que veías y has pensado desertar. Desearías escapar, correr muy lejos, huir a donde nadie te encuentre. Pero muy dentro de ti tú sabes que eso no es posible, porque hay muchos que te necesitan, porque tú nunca dejas las cosas a medias.

¡Actívate!, ¡no desmayes! Es Dios quien te esfuerza y te sustenta.
¡No temas!, ¡la paz llegará, el sol volverá a posar sus rayos sobre ti!

Recarga tu batería, no permitas que se agote. ¡Vas llegando a la meta y eso es grandioso! Las personas como tú son las que marcan la diferencia, por tanto tu luz no debe apagarse. Movilízate, porque al hacerlo provocas que otros también se impulsen y se muevan. ¡Eres de inspiración, aprovecha tu talento! Quizás el día no parezca lucir de la mejor manera, pero tú puedes transformarlo con tu disposición y actitud. Deja en las manos de Dios lo que no está a tu alcance y mientras tanto tú haz lo que puedas hacer.

Dios te dará las fuerzas, no olvides que Él siempre está contigo y te ama.

¿Qué significa tener temor de Dios? - Preguntas y respuestas bíblicas - Vídeo

Respuesta: Para un no creyente, el temor de Dios es temer el juicio de Dios y la muerte eterna, la cual es la separación eterna de Dios (Lucas 12:5; Hebreos 10:31). Sin embrago, para un creyente, el temor de Dios es algo muy diferente, interviene la correspondencia. El temor del creyente es el no reverenciar a Dios como debe. Hebreos 12:28-29 es una buena descripción de esto, “Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios agradándole con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor.” Esta reverencia y admiración, junto a nuestra gratitud, es exactamente lo que significa el temor de Dios para los cristianos. Este es el factor que nos motiva a rendirnos al Creador del Universo.

Proverbios 1:7 declara, “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová...” Hasta que no comprendamos quién es Dios y desarrollemos, por tanto, un temor reverencial hacia Él, no podremos adquirir la verdadera sabiduría. La verdadera sabiduría sólo procede del entendimiento de quién es Dios, de que Él es santo, justo y soberano. Deuteronomio 10:12,20,21 dice, “Ahora, pues, Israel, ¿qué pide Jehová tu Dios de ti, sino que temas a Jehová tu Dios, que andes en todos sus caminos, y que lo ames, y sirvas a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.” – “A Jehová tu Dios temerás, a Él solo servirás, a Él seguirás, y por su nombre jurarás. Él es el objeto de tu alabanza, y Él es tu Dios, que ha hecho contigo estas cosas grandes y terribles que tus ojos han visto.” El temor de Dios es la base para nuestro andar en Sus caminos; servirle y amarle.

Las tres reglas de la oración - Devocionales, Meditaciones, Reflexión

Aprender a comunicarnos con Dios es fundamental para nuestra vida cristiana. Hemos aprendido a reconocer que creemos en un Dios Vivo, que sabe escucharnos y respondernos; sin embargo, es muy difícil para muchos aprender a comunicarse efectivamente con Él.
No se trata aquí de presentarles una enseñanza de teorías raras de autoconocimiento o de meditación profunda; simplemente, a la luz de la Palabra, trataremos de aprender tres elementos a tener en cuenta en el momento de presentarnos ante Dios. Esto es de gran ayuda en nuestra comunicación diaria con Dios y oramos para que a usted también le sea de ayuda:
1. LA FE (Hebreos 11:6)
Si usted no ora con fe, no piense que recibirá cosa alguna de Dios. El que se acerca a Dios debe creer en su existencia, de lo contrario ¿para qué orar? Y además, debe creer que Dios es fiel para responder a su oración.
adoracion 1Muchas personas oran porque creen que es una responsabilidad moral consigo mismos, porque sienten que es un deber cristiano, pero no disfrutan la oración y no han aprendido a conocer el amor de Dios. Algunos otros oran con un profundo sentimiento de culpa, que les hace sentir indignos de estar en la presencia de Dios. Otros simplemente hablan consigo mismos y no con Dios, ignorando su Poder y su Gloria.
Si quieres tener una comunión íntima con Dios, debes creer que Él es REAL y que es fiel para responder a tu oración. Si no es así, estarás perdiendo tu tiempo.
2. LA HUMILDAD
Note que en la primera parte de la escritura de Mateo, Jesús habla acerca de las personas que gustan de orar en voz alta, para que los demás les escuchen y digan “¡Qué bonito ora”, “Esa persona es muy santa”, “Esa persona está ungida por Dios!” o cualquier clase de halagos, pero no lo hacen para honrar a Dios. (Esto también se ve hoy en día).
Para Dios, es más grato que una persona entre en su aposento y ore a Él en secreto, que una persona a la que le gusta orar en voz alta sólo para que los demás le alaguen.
Dios demanda ser el eje central de nuestra oración, demanda que seamos humildes y que le oremos a Él y no a nosotros mismos. Humillarnos ante Dios es reconocer su soberanía y superioridad y saber que nos presentamos ante Él como lo que es, el creador del Universo. Dios quiere que dejemos de lado nuestro ego y nuestras oraciones vacías, y que le pongamos en el primer lugar de nuestras vidas; que nos presentemos ante Él con humildad y confianza, sabiendo que Él es Dios y que nosotros somos sus hijos.
Dios no desecha a un corazón humilde que sabe reconocer su necesidad de Él.

El Poder de La Oración, cómo funciona y cómo emplearlo - Powerpoint - Vídeo

¡Dios aún está en el trono y la oración cambia las cosas!
Aprende cómo funciona la oración.
Genera poder ilimitado para beneficiarte y beneficiar a otros.
¡Cambia el mundo a tu alrededor!
Sigue los principios básicos que damos en esta presentación y renovarás tu vida espiritual.
Contacto
Dios no concibe la oración como un rito, sino como un animado intercambio, un diálogo afectuoso entre buenos amigos.
Lamentablemente, hoy en día impera la idea de que no es posible hablar con Dios en estos términos. Algunas personas piensan que su falta de religiosidad les impide acercarse de ese modo al Creador. Otras tienen la idea de que el Padre Celestial es tan sublime, que se encuentra sumamente alejado de nuestra realidad. Hay quienes piensan que tiene mucho que hacer para preocuparse por ellos y sus problemas, y que las cuestiones terrenales carecen de importancia para Él. Algunos se consideran indignos o muy imperfectos. Otros  se sienten culpables o avergonzados de ciertos actos que han cometido. Hay quienes incluso le tienen miedo.
¡Ojalá comprendieran que Él lo ve todo con ojos muy distintos!
El Señor desea mantener una relación personal con cada uno de nosotros. Quiere que ésta constituya el aspecto más profundo, trascendental, satisfactorio y gratificante de nuestra vida.
Eso no significa que se proponga restar importancia a las demás relaciones y actividades que nos ocupan y que consideramos relevantes. Todo lo contrario: quiere formar parte de ellas.
Pretende facilitarnos la vida cotidiana, dar un nuevo sentido a nuestras vivencias, y además disfrutar de ellas a nuestro lado.
En resumidas cuentas, quiere realzar nuestras existencias y añadir toda una nueva dimensión a cuanto hacemos, por medio de Su amorosa presencia.
Pero, ¿cómo se entabla una relación fluida con el Padre Celestial, sobre todo cuando uno se considera insuficiente y poco espiritual?