viernes, 7 de junio de 2013

Él nos dio vida cuando estábamos muertos - Devocional - Vídeos

Él nos dio vida cuando estábamos muertos

Efesios 2: 4-7

“Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús”
Qué enorme amor con el que Dios nos amó, que aun nosotros siendo pecadores, Él tuvo a bien enviar a su único Hijo a morir por nosotros.
Ninguno de nosotros era merecedor de esta misericordia de Dios, ni mucho menos que alguien tuviera que pagar el precio por nuestras malas acciones, pero aun con todo esto, Dios nos dio ese regalo hermoso que se llama perdón.
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La Palabra de Dios es clara en mencionar que estábamos muertos en el pecado, y es que la paga del pecado es la muerte, mas la dádiva de Dios vida eterna.
Cada uno de nosotros, por muy buenos que creyéramos que éramos, estábamos muertos en pecados. No distinguíamos entre lo bueno y lo malo, sino que vivíamos la vida como creíamos conveniente, sin darnos cuenta de que la voluntad de Dios es perfecta para nuestra vida y no tiene nada que ver con el pecado, sino con la santidad.
Íbamos camino a una perdición eterna, nuestro andar era de lo peor, no había otra cosa en nuestra vida que no fuera el pecado, vivíamos según las corrientes de este mundo sin una verdadera brújula que nos mostrara el camino correcto; al contrario, cada día nos hundíamos más y más, y en nuestro corazón existía un vacío inmenso, de esos que nada material o nada humano puede llenar.
Fue así hasta que Dios nos vio y quiso darnos redención, un perdón total a pesar de que muchas de nuestras acciones no lo merecían, pero es que Dios no nos ve como somos, sino cómo podemos ser.

La Gran Comisión - La Gran Aventura

La Gran Comisión - Una Orden Personal
La Gran Comisión es uno de los pasajes más significativos de la Sagrada Biblia. Primero, es la última orden registrada dada por Jesús a Sus discípulos. Segundo, es un llamado especial de Jesucristo para todos Sus seguidores a que actúen específicamente en esta tierra. La Gran Comisión se encuentra en el Evangelio de Mateo:

Y Jesús se acercó y les habló diciendo: "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo." Amén.(Mateo 28: 18-20)



La Gran Comisión - Su Importancia para los Cristianos
La Gran Comisión es el final de un evangelio y el comienzo de la fe en acción para todos los cristianos. Este mandamiento de Jesús es importante, porque es una orden personal a los cristianos de tener una fe profunda en Jesucristo, como se indica en el versículo 18. "Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra." Esta es una afirmación increíblemente poderosa que exige fe en Jesucristo, refrendando Su poder en las vidas de los cristianos y en su compromiso de estos con Él. Este versículo actúa como una clara afirmación de la omnipotencia de Cristo, y por lo tanto, de Su deidad. Si los cristianos no creen esta afirmación, no existe una fe completa. Jesús es muy claro acerca de Su autoridad en el mundo: es completa y total desde el mismo comienzo del tiempo (Juan 1:1-3).

En el versículo 19, Jesús les da órdenes específicas a Sus creyentes para seguir después de haber declarado su fe. "Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo." Jesús llama a todos Sus seguidores a que actúen y compartan las Buenas Nuevas de la salvación en todo el mundo. La gente escucha este llamado y cada año hacen viajes misioneros por toda la tierra, difundiendo la palabra de Jesucristo. Muchos cristianos han hecho sacrificios increíbles, viajando a regiones remotas del mundo, más allá de las ciudades civilizadas, en junglas y desiertos. Los campos misioneros también pueden estar muy cerca del hogar. Puede ser un vecino que no haya escuchado las Buenas Nuevas, o un área afectada por la pobreza al final de la calle, donde la gente no puede comprar Biblias. En el siglo XXI,  Internet se ha convertido en un campo misionero donde la gente puede ponerse en contacto y compartir el amor de Cristo. ¡Los lugares y las personas que necesitan escuchar el evangelio están en todas partes!

¿Qué dice la Biblia acerca de la disciplina en la iglesia / excomunión? - Pregunta bíblica - Vídeo

Respuesta: La excomunión es la separación formal de un individuo de las actividades de membresía de la iglesia, y la formal separación de la compañía de tal individuo. 
Mateo 18:15-20 menciona el proceso y la autoridad de la iglesia para hacer esto. Nos enseña que un individuo, normalmente la parte ofendida, debe ir  y confrontar al ofensor. Si él o ella no se arrepiente, entonces dos o tres miembros deben confirmar la situación y la negativa de tal arrepentimiento. Si aún así no hay arrepentimiento, es llevado ante la iglesia. Este proceso nunca es “deseable,” así como un padre jamás se deleita en tener que disciplinar a sus hijos. Sin embargo, con frecuencia es necesario. El propósito no es ser espiritualmente crueles o tomar la actitud de ser “más santos que él.” Se trata más bien de hacerlo en amor, con el propósito de mostrar amor hacia el individuo, en obediencia y honor a Dios, y en piadoso temor por el bien de los demás en la iglesia.

La Biblia da un ejemplo de la necesidad de excomunión en una iglesia local, con la iglesia en la ciudad de Corinto (1 Corintios 5:1-13). En este pasaje, el apóstol Pablo también nos da algunos propósitos escondidos del uso bíblico de la excomunión. Una razón, no encontrada directamente en el pasaje, es por el bien del testimonio de Jesucristo, y Su iglesia, ante los no creyentes. Cuando David pecó con Betsabé, una de las consecuencias de su pecado, que Dios menciona, es que el nombre del único y verdadero Dios sería blasfemado por los enemigos de Dios (2 Samuel 12:14). Una segunda razón es que el pecado es como un cáncer; si se tolera su presencia, se extiende a aquellos que están alrededor, de la misma forma que un poco de levadura leuda toda la masa (1 Corintios 5:6-7). También Pablo explica que Jesús nos salvó para que podamos ser apartados del pecado, para que podamos ser “sin levadura” o liberados de aquello que produce la decadencia espiritual (1 Corintios 5:7-8). El deseo de Jesucristo para Su novia, la Iglesia, es que ella pueda ser pura y sin mancha (Efesios 5:25-27). La excomunión también aboga por el bien a largo plazo de aquél que es disciplinado por la iglesia. Pablo, en 1 Corintios 5:5, declara que la excomunión es una manera de rescatar al individuo “el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.” Esto significa que la excomunión puede implicar, que de alguna manera Dios utiliza a Satanás, o a alguno de sus demonios, como una herramienta disciplinaria para trabajar físicamente en la vida del pecador, a fin de traer un verdadero arrepentimiento a su corazón.

¿Qué es lo que más quieres? - Devocionales, Meditaciones, Reflexión

que es lo que mas quieres
Iba Jesús de camino, cuando vino uno corriendo, se arrodilló delante de él y le preguntó:
— Maestro bueno, ¿qué he de hacer para alcanzar la vida eterna?
Jesús le respondió:
— Os aseguro que no hay nadie que haya dejado casa, hermanos, hermanas, madre, padre, hijos o tierras por causa mía y dé la buena noticia, 30 y no reciba en este mundo cien veces más en casas, hermanos, madres, hijos y tierras, aunque todo ello sea con persecuciones, y en el mundo venidero la vida eterna. 31 Muchos que ahora son primeros, serán los últimos, y muchos que ahora son últimos, serán los primeros.
Marcos 10.17-29,31

En una famosa película aparecía un personaje con una brújula muy peculiar. Su brújula apuntaba a lo que más quería. Si esta brújula existiera en la realidad ¿A dónde apuntaría?
Enfoquemos nuestra atención en el elemento más importante de este pasaje: Para el joven, su riqueza era más importante que Dios.
Todos podríamos argumentar: “Pero es que él fue un hombre bueno, sabía la palabra de Dios, obedecía sus mandamientos desde muy pequeño; ¿Por qué Jesús le dijo, a un hombre tan “bueno” como ése, que debía vender todo lo que tenía? ¿Por qué Jesús no aceptó rápidamente en sus filas a un hombre tan “correcto” y “justo”? ¿Qué vio Jesús en este hombre tan “perfecto” que nosotros no vimos?”
Hay muchísimas personas que viven en la misma condición que este joven, no adulteran, no matan, no dan falso testimonio, honran a padre y madre..., de forma que nosotros no tendríamos inconvenientes en decir que son “buenas personas”, y aún así están muy lejos de Dios. ¿Por qué?
Jesús, a través de este pasaje, nos enseña una verdad grandiosa: La fe cristiana trata de tener a Dios en el primer lugar de nuestras vidas. De nada sirve ser un buen hijo, alguien que cuando ora los enfermos se sanan y los endemoniados son liberados, alguien que no dice mentiras, ni mata, ni fuma, ni bebe, ni adultera, ni hace nada malo según nuestro contexto; pero si no amas a Dios con todo tu corazón, que es el primer mandamiento y más importante, ni amas al prójimo como si fueras tú, básicamente no estás haciendo nada.
Jesús es grandioso reconociendo qué es lo que nos impide acercarnos a Dios. Recordemos que nosotros nos fijamos en las apariencias pero Dios se fija en el corazón.
Jesús tiene un propósito con nuestras vidas y es acercarnos a Dios Padre, pero para acercarnos a Dios se debe destruir el impedimento, esa roca grande y pesada que nos obstaculiza el camino para llegar a Él.

Logrando la Calma - Reflexión - Vídeo

Es casi imposible dormir si estás demasiado tenso. ¿El recuerdo de los eventos del día te impide conciliar el sueño? ¿Sientes como si escalases una montaña y empujases una inmensa piedra con un palo diminuto? 
Memoriza entonces las siguientes palabras, y tu problema quedará resuelto:
Levantaré mis ojos a los montes; ¿de dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene del Señor, que hizo los cielos y la tierra.
Salmos 121:1-2
¿Estás preocupado ante la posibilidad de cometer errores, de causarle una desilusión a tu jefe, o fallarle a tu familia? Graba en tu interior estas palabras:
No dará tu pie al resbaladero, ni se dormirá el que te guarda.
He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel.
Salmos 121:3-4