domingo, 19 de mayo de 2013

¿En quién has puesto tu confianza? - Mensaje - Vídeo

en quien esta puesta tu confianza
Siempre que tenemos una necesidad, buscamos la ayuda o la forma de salir de nuestra situación, pero cuando vemos que no encontramos la respuesta, la salida o la manera de superar lo que nos pasa, nos sentimos frustrados y entristecidos. La verdad es que a veces, a pesar de que sabemos que contamos con la ayuda de Dios en todo momento, nos olvidamos de ella, la buscamos por otra parte y después nos decepcionamos al no encontrarla.

Puedes poner tu confianza en ti mismo, depositarla en tus amigos, en tu familia, y en muchas otras cosas, pero si te pones a pensar por un instante de dónde provienen todas las cosas y las personas, la única respuesta que vas a encontrar es Dios. Él es el Creador y el origen de todo, y cuando te percatas de que le tienes a Él, comprendes que algunos pueden ayudarte, pero sólo Él puede hacer lo que nadie puede, ni siquiera tú.

¿Quien puede ayudarte? Lo primero que debes saber es que NADIE más que Dios puede tener el poder de cambiar tu situación. De acuerdo, habrá quien te brinde su ayuda, pero habrá cosas que no puede hacer por ti; todos podemos, pero nadie es perfecto, todos intentamos, pero todos fallamos en algún momento; en cambio, Dios puede y tiene control absoluto sobre cualquier cosa que puedas necesitar.

El mejor de los amigos. Los amigos son esas personas que te aceptan a pesar de tus errores, te animan, te proveen, te escuchan, te ayudan, pero nunca sabes cuánto tiempo estarán contigo, ni cuánto están dispuestos a hacer por ti. Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos. Juan 15:13 (Nueva Versión Internacional), el único que lo ha hecho es Jesús.

Dios no va a fallarte. Todos fallamos, somos seres imperfectos y nosotros nos equivocamos con alguien, tanto como se equivoca ese alguien con nosotros; aparentemente las situaciones que vives hoy parece que llegaran para quedarse, y puede que no haya nada más que hacer; tal vez alguien ya intentó ayudarte y no pudo hacer nada por ti; bueno, pues tal vez sea el momento de buscar la ayuda de Dios, quien tiene tiempo y disposición para atenderte y sobre todo puede hacer cualquier cosa por ti.

Confía, cree y espera en Dios todo lo que no puedas hacer por ti mismo; y todo lo que nadie puede hacer por ti, lo que parece que no vaya a cambiar nunca, ÉL PUEDE HACERLO, ¿serias capaz de cambiar tu confianza de lugar para ponerla hoy en Dios?

Salmos 31 (Biblia La Palabra (España)) - La Biblia en línea

Mi destino está en tus manos
Al maestro del coro. Salmo de David.
Señor, en ti confío,
que no quede jamás defraudado;
¡líbrame con tu fuerza salvadora!
Acerca hacia mí tu oído,
date prisa en socorrerme.
Sé para mí fortaleza protectora,
morada inaccesible que me salve,
pues tú eres mi bastión, mi baluarte;
honrando tu nombre, guíame y condúceme.
Libérame de la trampa que me tienden,
porque tú eres mi refugio.
A tus manos encomiendo mi vida;
tú, Señor, Dios fiel, me has rescatado.
Odio a quienes sirven a ídolos falsos,
en Dios pongo mi confianza.
Por tu amor me alegro y me regocijo,
porque tú has mirado mis pesares,
tú conoces mis angustias.
No me entregaste al enemigo,
me mantuviste en lugar seguro.
10 Apiádate de mí, Señor,
que soy presa de la angustia;
se consumen de pena mis ojos,
todo mi ser y mis entrañas.
11 Se agota mi vida en el dolor,
en gemidos mi existencia,
se debilita mi fuerza por mi maldad
y mis huesos se consumen.
12 Soy la burla de mis adversarios
y, aún más, la de mis vecinos,
el horror de los que me conocen;
quien me ve por la calle, huye de mí.
13 He sido olvidado como un muerto,
soy como un cacharro roto.
14 Puedo oír a muchos difamando,
hay terror por todas partes;
contra mí conspiran juntos,
traman arrebatarme la vida.
15 Pero yo, Señor, en ti confío,
yo he dicho: “Tú, Señor, eres mi Dios”.
16 Mi destino está en tus manos,
líbrame de mis rivales y de quienes me persiguen.
17 Muéstrate favorable con tu siervo,
por tu amor ponme a salvo.
18 Señor, a ti te invoco,
que no quede defraudado;
queden así los malvados,
que en el abismo sucumban.
19 Enmudezcan los labios mentirosos
que se insolentan contra el justo
llenos de orgullo y desprecio.
20 ¡Qué inmensa es la bondad
que reservas a quien te venera!
La ofreces a quienes en ti confían,
y todo el mundo es testigo.
21 Tu rostro los ampara y protege
de las conjuras humanas;
los resguardas en tu Tienda
de las lenguas pendencieras.
22 ¡Bendito sea el Señor
que me demostró su amor
en momentos de angustia!
23 Yo, azorado, llegué a pensar:
“Me has apartado de tu presencia”.
Pero tú oías mi voz suplicante
mientras a ti clamaba.
24 ¡Amad al Señor todos sus fieles!
El Señor cuida a quienes son leales
y a los arrogantes castiga con creces.
25 ¡Manteneos firmes, seguid con ánimo
cuantos en el Señor tenéis esperanza!

¿Rendirse?…Jamás - Crecimiento personal-espiritual - Vídeo

“Pues os es necesaria la paciencia, para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa” (Hebreos 10:36).

Los líderes efectivos realizan tareas aparentemente imposibles porque nunca se rinden; nunca se desmoronan. A pesar de la creciente crítica, intensa oposición y aplastantes obstáculos, perseveran con firme determinación; se niegan a tirar la toalla.
A menudo, lo más fácil sería abandonar la lucha y rendirnos; olvidarnos de nuestros sueños y regresar a la comodidad y conveniencia de la mediocridad; ceder ante las palabras de los críticos, claudicar ante la oposición y simplemente, dejarnos dominar por los obstáculos, o sea,  meter el rabo entre las patas y huir.
Hay un gran poder personalizado en la perseverancia. La carrera no es siempre ganada por el más rápido, ni por el más fuerte, sino por aquel que continúa avanzando, rehusándose a rendirse. Consideremos el timbre o sello postal: su utilidad estriba en su habilidad para pegarse a una carta o paquete, hasta que llegue a su destino. El corredor de coches, Rick Mears, dijo: “Para terminar en la meta primero, antes tenemos que terminar”.
Siempre es demasiado pronto para rendirnos. Una de las herramientas más poderosas y destructivas que Satanás tiene en su arsenal es el desánimo, la sutil pero peligrosa inclinación a rendirnos, a abandonar, diciéndonos a nosotros mismos: “¿Valdrá la pena?”

A la altura - Devocional

Pensar en lo que Dios ha hecho por nosotros durante toda nuestra vida, en lo que nos ha dado sin  merecerlo, en toda su misericordia derramada sobre nosotros, en su abundante gracia y en las miles de nuevas oportunidades que nos ha dado, me ha llevado a pensar que yo necesito estar a la altura de un hijo de Dios.
Porque a veces nos conformamos con vivir una vida pasiva, en el sentido de que sabemos que hay cosas que están a nuestro alcance mejorar, y sin embargo no tratamos de mejorarlas.
Ayer, mientras tenia un momento de comunión con Dios pensaba en todo esto, y de pronto de mi boca comenzaron a salir frases como: “Señor quiero estar a la altura”; no es poca cosa ser llamado por Dios. Tanto tú como yo hemos sido llamados por Él, y si Él nos escogió para ser sus hijos, debemos comportarnos a la altura que Dios se merece.
Ahora te pregunto y al mismo tiempo me pregunto: ¿Estamos a la altura de un verdadero hijo de Dios? ¿Nuestras acciones, nuestros pensamientos, nuestro vocabulario están dando testimonio de una vida convertida o nacida de nuevo?
Y no sólo en testimonio, porque posiblemente tu testimonio sea intachable, pero, ¿cómo está tu deseo de servir al Señor? ¿Cómo está tu compromiso por llevar las buenas nuevas a otras personas que todavía no conocen del Señor?

Tres Hombres de Éxito - Reflexiones - Vídeo

Tres hombres de negocios comparaban ideas acerca de lo que significaba tener éxito.
—Diría que lo alcancé, dijo el primero, si fuera llamado a la Casa Blanca para una entrevista personal y privada con el presidente de los Estados Unidos.
—Para mí, dijo el segundo, el éxito sería estar reunido con el presidente en el Salón Oval, que sonara el teléfono de emergencias y ver que el presidente lo ignora.
—No, los dos están equivocados, dijo el tercero. Alcanzas el éxito si estás en una consulta privada con el presidente, suena el teléfono de emergencias, él lo levanta y dice: "Es para usted"".
El problema de muchas personas sin éxito es que se toman todo demasiado en serio.
Piensan del éxito de la misma forma que las personas de la anécdota. Pero el éxito depende más de su actitud, que de lo importante que que usted piensa que es.
La vida debería ser divertida. Aunque su trabajo sea importante y deba tomarlo en serio, eso no significa que usted se tome todo igual.
Irá más lejos en la vida y lo pasará mejor, si mantiene un buen sentido del humor, especialmente cuando se trate de usted mismo.

No se tome todo tan en serio. Hay personas que no dedican siquiera un momento en el día para reír, para disfrutar del niño jugando con él, para leer algo que no tenga que ver con sus compromisos o para disfrutar de su pareja tomando te o café. Éxito es saber caminar por la vida, sabiendo a donde vamos y en el trayecto pararnos para reír un poco, tomar más oxigeno, elevar una oración y abrazar al que está a nuestro lado.
Así no nos apartaremos de ti; Vida nos darás, e invocaremos tu nombre. Salmo 80:1
Al Señor cantaré en mi vida; A mi Dios cantaré salmos mientras viva. Salmo 104:33
Porque largura de días y años de vida Y paz te aumentarán. Proverbios 3:2