miércoles, 15 de mayo de 2013

La necesidad de los ciegos - Devocional


Juan 9.30  Respondió el hombre, y les dijo: Pues esto es lo maravilloso, que vosotros no sepáis de donde sea, ¡y a mí me abrió los ojos!
En al capítulo 9 del libro de Juan, se narra la historia de un hombre que había nacido ciego, por lo cual los discípulos le cuestionaban al maestro acerca de su ceguera. 
Al Señor, en su misericordia, le nació el deseo de devolverle la vista para glorificar al Padre, para que todos vieran que el poder de Dios es inmenso, y que Él en su infinita soberanía puede hacer un milagro a quien le plazca. 
La ceguera es un impedimento físico que tiene una enorme relevancia en el hombre, ya que no le permite disfrutar plenamente, de todas las bellezas naturales que nuestro Señor creó para deleite de la humanidad. Una persona que sufre esta desgracia lleva una vida limitada, en algunos casos no es así, ya que en su alma hay un anhelo ferviente de disfrutar, en toda su magnitud, del placer de conocer todo lo que le rodea, de llenarse los ojos con la luz del sol, del color del cielo o de las flores, etc. 
Sin embargo, hay una ceguera aún más terrible, que en el hombre puede provocar un daño incluso mayor que el físico, y se trata de la ceguera espiritual; tú, al igual que yo y muchos más, vivías, y vivíamos ciegos completamente, vivías en penumbras, tenías un velo que te impedía ver la realidad de lo que estabas viviendo, de la vida que llevabas, o bien, que estás llevando actualmente, ya que no permites que la luz del entendimiento y de la razón penetre en tu ser, y mucho menos que la luz de la sabiduría, que proviene de Dios, se albergue en tu corazón. Cuando en el hombre existe ese tipo de cerrazón, es imposible que entienda que todo lo que está haciendo lo está haciendo mal; esto es debido a que no permite que alguien que ya pasó por ese camino, le haga ver su error. Esto es igual a un niño, cuando está empecinado en hacer algo y el padre le indica que no lo haga porque le puede pasar algo malo, y sin embargo quiere experimentar por su propia cuenta a costa de los resultados.

Gracias…. - Crecimiento personal-espiritual - Vídeo

Hoy vengo a darte las gracias de parte de todas aquellas personas a las que has servido, día a día o de vez en cuando.
Si eres padre de familia: gracias por esas horas de trabajo, por esforzarte cada día, por los minutos dedicados a tus hijos, por jugar con ellos, por dedicarles tiempo, por enseñarles de Dios, por darles valores… ¡has ayudado a cambiar una nación!.
Si eres madre de familia: gracias por cada comida preparada, por cada prenda lavada, por cada caricia y cuidado, por hacer que 24 horas del día alcancen para trabajar fuera y dentro de casa organizando todo, por tu esfuerzo en mantener un hogar en armonía y por la calidez para los tuyos, por el amor, por tu fe compartida… ¡has ayudado a hacer generaciones fuertes!
Si eres hijo: gracias por estudiar, por compartir tus conocimientos con tus hermanos y con tus amigos, por cada regla que has respetado, por cada enseñanza que das a tus padres con tu inocencia, con tu bondad, con tus reflexiones de la vida, por perdonar los fallos de los que te educan sabiendo que no son perfectos…¡te estás convirtiendo en un ciudadano que vale la pena!
Si eres un servidor/trabajador público: gracias por cada duda que has resuelto, por la amabilidad que dispensas a cada persona que atiendes, por hacer tu trabajo con respeto e integridad… ¡fortaleces la confianza de quienes te rodean!

La oración de Pascal - Mensaje


Blaise Pascal (1623-1662), matemático, científico, filósofo y escritor francés, realizó importantes contribuciones a la ciencia y la fe. Tanto es así, que de los conceptos establecidos por él, se derivó un lenguaje de programación utilizado hasta fines del siglo XX: la invención de las calculadoras mecánicas y algunos importantes principios relacionados con la mecánica de los fluidos, que incluso hoy, en la actualidad, son de aplicación para la ingeniería hidráulica.
Pero su mayor y más trascendental contribución a la humanidad, no provino de sus conocimientos académicos, sino de su encuentro con Nuestro Señor Jesucristo.

Pablo, el apóstol, el mismo de la Biblia, tenía extensos conocimientos. Había sido educado en las mejores escuelas: actualmente, se podría decir que “estudió en las mejores universidades”. Sin embargo, su mayor aporte a la raza humana no provino de sus conocimientos ni de su educación académica, sino de un encuentro con Nuestro Señor Jesucristo.
Un encuentro con Nuestro Señor no sólo puede cambiar tu propia vida, sino también la de tu entorno… y la de tu mundo. Porque después de un encuentro con Nuestro Señor, ya no puedes volver a ser el mismo.

Porque lo queremos - Devocionales, Reflexión - Vídeo

la queremos
Uno de mis empleos más divertidos es en un Colegio. Al principio el tiempo se me hacía muy corto y ahora, ¡también! Es tanto lo que se puede y se tiene que hacer allí, que las horas pasan de prisa y sin permiso, teniendo que trabajar rápida y eficientemente. Es tradición en este Colegio, que los docentes que se encuentren en la sala de profesores, salgan y tomen el desayuno en el recreo de las diez de la mañana, con los demás. Allí conversan, se ríen, cuentan anécdotas divertidas y por supuesto, también comen. Yo participaba de esas reuniones también y las disfrutaba muchísimo. Sin embargo, durante este año no he asistido más que a un desayuno de los realizados.
El motivo de mi ausencia no tiene nada que ver con que no quiera o con que no tenga hambre; todo lo contrario, precisamente a esa hora es cuando más hambre me da, pero he encontrado una actividad que me produce mucha diversión, tanta o más que la que me producían los desayunos junto a los profes. Todos los días que trabajo allí, un grupo de niños y niñas de distintos cursos y edades, asiste a mi oficina para saludarme y pedirme una hoja en blanco para dibujar. Como la oficina es pequeña y sólo hay un escritorio donde apoyarse y allí estoy yo, los niños y niñas se ubican en distintos lugares; muchos de ellos se tiran al suelo y allí expresan su arte. Hacen comics, tarjetas para las mamás, dibujos de las caricaturas de moda, etc. Durante los 15 minutos de su recreo están creando algo, produciendo algo. Muchas de sus obras maestras quedan en mi oficina, y los más artistas me solicitan que las pegue en las paredes para exhibirlas, y yo accedo con gusto.

Zona de seguridad - Mensaje

Ayer estaba con mi colega trabajando, cuando su teléfono móvil comenzó a hacer un ruido muy extraño, como el de la sirena de un coche de bomberos. Cuando mirabas al móvil, este decía: “Presidential alert”.  Comprenderán ustedes, que ante eso las conjeturas que surgieron fueron diversas. Lo primero que pensamos fue que era un virus o un fallo del sistema operativo del teléfono. Sonó seis o siete veces, hasta que mi colega decidió llamar al servicio al cliente para saber lo que ocurría. La operadora le comunicó que era una prueba que estaba realizando el gobierno, para dar las alertas de "tsunami" por mensajes, en caso de que nos viéramos afectados nuevamente, por una tragedia como la del 27 de febrero del año 2010, fecha en la que ocurrió el famoso y dantesco terremoto de 8,8º en la escala de Richter.


Cuando nos dieron esta respuesta, comenzamos a pensar cuál sería la zona segura a la que nos deberíamos dirigir, caso de que la alerta fuera real y cuánto nos demoraríamos en ello, los efectos que tendría en los niños y niñas con quienes trabajamos una noticia así, y las ganas que nos darían de correr a nuestro hogar. En fin, nos dábamos cuenta de que ese lugar sería seguro sólo físicamente, puesto que nuestros corazones estarían inquietos de igual modo.

Conozco un lugar seguro en donde hay paz física y mental, un lugar en el que te puedes refugiar y nunca más sentirás esa sensación de indefensión o vulnerabilidad. Este lugar no requiere de mucho desplazamiento ni de mucha energía por tu parte; por el contrario, requiere que te dejes proteger y cobijar. Este lugar son los brazos de Jesús.

En un mundo donde todo es incertidumbre, en un país como el mío, Chile, que quedó marcado en su historia como uno de los escenarios, donde ocurrió uno de los terremotos más fuertes, registrados en los anales de los seísmos, tener un lugar seguro no deja de ser vital y trascendente. Pensar en adquirir un búnker (sí, la gente comenzó a comprarlos) y hacer un buen seguro de vida, pareció ser la práctica más eficiente para quienes no tienen otro lugar seguro, pero indudablemente, los brazos de Jesús son el mejor búnker y el mejor antisísmico que podamos adquirir, y lo mejor de todo, es que nosotros no lo compramos; Él mismo lo compró y nos lo ofrece para que podamos vivir tranquilos. Como buen judío, Jesús fue un gran comerciante y negociador.