martes, 7 de mayo de 2013

¿Cuál es el punto de vista Cristiano acerca del suicidio? - Preguntas y respuestas bíblicas - Vídeo

Respuesta: De acuerdo con la Biblia, el que una persona cometa suicidio no es lo que determina su entrada al cielo. Una persona no salva que comete suicidio, no ha hecho más que “facilitar” su trayecto al lago de fuego. Sin embargo, la persona que cometió suicidio, a la larga irá al infierno por rechazar la salvación a través de Cristo, y no por cometer suicidio. La Biblia menciona cuatro personas específicas que cometieron suicidio: Saúl (1ª Samuel 31:4), Ahitofel (2ª Samuel 17:23), Zimri (1ª Reyes 16:18), y Judas (Mateo 27:5). Ellos fueron hombres crueles, malvados, pecadores. La Biblia ve al suicidio de igual forma que al asesinato, eso es lo que es, asesinarse uno mismo. Dios es quien va a decidir cuándo y cómo va a morir una persona. De acuerdo con la Biblia, tomar ese poder en sus propias manos, es blasfemia contra Dios.

¿Qué dice la Biblia acerca de un cristiano que comete suicidio? No es de creer que un cristiano que cometa suicidio pierda la salvación y vaya al infierno. La Biblia enseña que desde el momento en que una persona cree en Cristo verdaderamente, está eternamente segura (Juan 3:16). De acuerdo con la Biblia, los cristianos pueden saber que poseen vida eterna más allá de cualquier duda, sin importar lo que suceda. “Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios” (1ª Juan 5:13). ¡Nada puede separar a un cristiano del amor de Dios! “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:38-39). Si “ninguna cosa creada” puede separar del amor de Dios a un cristiano, y si incluso un cristiano que comete suicidio es una “cosa creada”, entonces ni siquiera el suicidio puede separarle del amor de Dios. Jesús murió por todos nuestros pecados…y si un verdadero cristiano atraviesa un tiempo de ataque espiritual y debilidad y comete suicidio, ese sería un pecado por el cual murió Jesús.

Lecciones de la derrota - Devocionales - Caminos de Dios

Lecciones de la derrota

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”
Romanos 8:28 (Reina-Valera 1960)
La mayoría de las personas prefieren levantar sus manos en señal victoria que pasar por el trago amargo de la derrota. No obstante, se aprende más de las derrotas que de las victorias. Y para los creyentes hay otra garantía, a los que aman a DIOS todas las cosas les ayudan para bien. Es en las derrotas cuando uno reconoce que sus esfuerzos son insuficientes comparados al poder de DIOS. Es en ellas donde se comprueba la fidelidad del Señor, quien le sostiene. Durante la derrota se entiende que los pensamientos y caminos de DIOS están muy por encima de los nuestros.  Es en esos momentos donde las palabras del Señor abren camino en medio de la confusión.
El Apóstol Pedro  aprendió acerca del amor inagotable y perdón infinito de Jesús después de negarle. Jacob se convirtió en Israel después de ser derrotado por el Señor. Y todo aquel que entregue sus derrotas a DIOS encontrará la victoria.
No permitas que las derrotas de la vida amarguen tu corazón; por el contrario, reconoce todas las victorias que te ha dado el Señor. Sácale el mejor provecho a las derrotas al aprender de ellas. Las derrotas te ofrecen lecciones, apréndelas.
De una u otra manera el Señor se encargará de convertir tus derrotas en grandes bendiciones. Sólo dispón tu corazón.

Ama realmente a DIOS y todo te ayudará para bien.


Caminos de Dios



“Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos, dice el Señor. Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse.”
Isaías 55:8 Nueva Traducción Viviente (NTV)
Los caminos de DIOS siempre serán más altos que los de cualquier persona. Están muy por encima de lo que un ser humano pueda imaginar.
El pueblo judío esperaba un mesías que les liberara del yugo del imperio romano, no obstante DIOS escogió enviar a Jesús, el Mesías, para liberar a la humanidad del yugo del pecado y la muerte. Los hombres esperaban que el ungido de DIOS unificara el imperio caído de Israel y afianzarlo como una potencia política, no obstante DIOS escogió a un solo pueblo al ofrecer su salvación a los gentiles.
Donde el hombre ve limitaciones, DIOS ve oportunidades. Donde el hombre ve temores y dudas, DIOS ve la manera de manifestar su gloria. Donde el ojo humano observa cinco panes y dos peces, DIOS ve un banquete ilimitado. Donde el ser humano ve a un grupo de pescadores, DIOS ve a los mensajeros del mensaje más grande, la buena nueva.
Los pensamientos de DIOS no se parecen en nada a los pensamientos del hombre. ¿Qué hay de bueno en ese sinvergüenza?, piensa un hombre. Pero DIOS piensa: él es mi instrumento elegido (Hechos 9:15). El hombre pobre y lisiado piensa: dame una limosna para vivir. El Espíritu Santo dice: ¡levántate y camina! (Hechos 3:6)
Cuando tus caminos y pensamientos no estén ocurriendo en tu vida, alégrate. Porque es DIOS quien está bendiciéndote con lo mejor. Si tu sueño no se ha cumplido, es solamente porque es pequeño en comparación al sueño de DIOS. Si el camino por el que andas parece que se está alargando, alégrate, porque significa que ya no estás en lo que pensabas era el camino correcto, sino en el de DIOS.


Cuando se trate de escoger un camino, siempre escoge el camino de DIOS, pues es el mejor. No te limites al andar por tus caminos. Cuando DIOS dice que sus caminos son más altos que los tuyos, Él habla en serio. Créelo.

Confía en DIOS cuando sea difícil hacerlo y hónrale al andar alegre por sus caminos.


La pregunta que todos nos deberíamos hacer - Meditaciones, Reflexión - Vídeo


En nuestro andar por esta vida nos formulamos miles de preguntas; por ejemplo: ¿Por qué nací en esta familia? ¿Por qué no nací rico? ¿Por qué no tengo hermanos? ¿Por qué me siento tan solo? ¿Por qué no tuve éxito en el trabajo? ¿Por qué me equivoqué en la pareja que elegí?, en fin, son tantas las preguntas que cotidianamente nos hacemos y de las cuales muchas veces no tenemos respuesta, que terminan generando una gran incertidumbre en nuestro corazón; cuánto más nos preguntamos, más confundidos nos sentimos. Por eso te invito a que te hagas una pregunta que te va a guiar a la fuente de quién tiene todas las respuestas, una pregunta que vale la pena que te hagas, porque cuando te la puedas responder, entenderás rápidamente todo lo que hasta ahora no comprendías.
“Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén. Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar a Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo a tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Él dijo: ¿QUIÉN ERES SEÑOR?” Hechos 9. 1:5
Pablo estaba convencido de que conocía al Señor, porque creía que persiguiendo a los cristianos y consintiendo en la muerte de ellos “servía al Señor”; él mismo dijo: “circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo, en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible”. Era un legalista hecho y derecho, pero un día TUVO EL GRAN ENCUENTRO DE SU VIDA en “pleno servicio a Dios”.
Mas cuando Pablo iba por el camino, Jesús le preguntó: “¿POR QUÉ ME PERSIGUES?”, porque perseguir a su Iglesia, a su novia, era lo mismo que perseguirle a Él. Pablo le contestó con otra pregunta: “¿QUIÉN ERES SEÑOR?” ¿Es que acaso todavía no lo sabía? ¿No era un fariseo de fariseos? Ellos SABÍAN TODO acerca de Dios, pero sólo intelectualmente, ellos amaban la letra pero no el espíritu de la letra. Así mismo, Pablo era un hombre irreprensible en cuanto a guardar todos los preceptos y mandamientos de Dios, o sea, un hombre a quien nadie podía señalar de negligente o descuidado en sus deberes religiosos; Pablo, en ese sentido, era digno de elogiar, pues era fiel en todas sus actividades eclesiásticas.

El billete estropeado - Mensaje reflexivo


Un reconocido conferenciante dio inicio a su seminario mostrando un billete ante las doscientas personas que le escuchaban, y les preguntó: “¿A quién le gustaría tener este billete de cien dólares?”
Las manos del público de inmediato comenzaron a levantarse.

El conferenciante continuó:  “Muy bien, voy a entregarlo a uno de ustedes, pero antes, déjenme hacer esto…”: entonces tomó el billete entre sus  manos, y como si fuera un papel para lanzar al cubo de la basura, lo estrujó. Y nuevamente preguntó: “¿Y ahora quién quiere el billete?” Muchas manos continuaban todavía alzadas en señal de aprobación.

billete arrugadoBien, replicó el conferenciante, y ahora, ¿qué tal si hago esto?“… Y  arrojando el billete al suelo,  comenzó a pisotearlo. Después lo levantó, arrugado y sucio, para insistir en la pregunta: “¿Qué dicen: alguien aún lo desea?” Las manos del público asistente permanecían levantadas.

  “Amigos míos, dijo el conferenciante, todos ustedes han aprendido una lección muy valiosa: no importa lo que le pasara al billete; ustedes lo querían igualmente, porque su valor, pese al maltrato, jamás disminuyó.

¡Qué buena lección para aplicarla a nuestra vida cotidiana!, pues cuántas veces a lo largo de la existencia somos golpeados por los problemas, maltratados por las crisis, pisoteados por las calamidades... ¿O cuántas veces hemos sido objeto de traiciones, vejaciones, deslealtades, abusos y demás por parte de quienes nos rodean, sintiéndonos en esos momentos despreciados, disminuidos,  sin valor?
Es bueno que recordemos entonces, que pese a lo maltrechos que nos encontremos en el camino, si bien para unos podríamos ser objeto de desprecio, en cambio para Dios, por su infinita bondad, siempre seguimos manteniendo el mismo valor.

 “Puse en el Señor toda mi esperanza; él se inclinó hacia mí y escuchó mi clamor. Me sacó de la fosa de la muerte, del lodo y del pantano; puso mis pies sobre una roca, y me plantó en terreno firme”.(Salmos 40:1,2)

Mi Milagro -Crecimiento personal-espiritual - Vídeo

Hace 4 años, estando en el mar con el servicio de Guardacostas, nos topamos con un oleaje de 7 metros y, bueno…  para hacerles la historia corta, esa fue la tormenta que me lesionó la espalda.  Me sometí a cirugía en diciembre de 2008: 2 pernios y 6 tornillos.

Estuve en el hospital durante 5 días aprendiendo a caminar de nuevo; 5 pasos hacia adelante, 5 hacia atrás y luego dormir 24 horas.  Al día siguiente, 3 metros hacia adelante, 3 metros hacia atrás, luego dormir…
Finalmente, para finales de abril caminaba 8 Km . seguidos sin problemas.  Tenía programado volver a mi barco en agosto de 2009, ya sin dolor alguno y en franca recuperación, 
El cirujano me mandó montar en bicicleta para fortalecerme.  Dos días después, el sábado 2 de mayo, mientras montaba mi bicicleta, fui arrollado por un camión Dodge que se dio a la fuga.  Primero me hallé en el suelo, luego de regreso al hospital, teniendo que aprender a caminar de Nuevo.  Fue tan doloroso, y todavía lo es, que me resultó muy difícil.  La policía jamás encontró al que me arrolló; mi vida como capitán del Guardacostas en el mar había llegado a su fin.
Hacia el mes de julio, tanto el dolor como la angustia mental sobre mi futuro eran extremos, lo que me llevó a arrodillarme pidiéndole ayuda a Dios.  Poco después, comencé a ver señales de parte de Dios de que me quería hablar, pero yo no sabía qué hacer.  Señales tan pequeñas como una matrícula  de coche que decía “CIELOS” o un aviso del camino en el que se leía “Camino a la Rendición ” (por el que había pasado cada día sin haberle visto antes) y nunca se me había ocurrido rendirle mi corazón a Dios.
Un día , caminando por el bosque, ya habiendo avanzado kilómetro y medio, me detuve ante el mismo banco donde antes me había detenido cientos de veces y vi las palabras escritas en el mismo: “Jesús te ama”.   Puse mi mano sobre esas palabras y pude sentir algo moverme en ese momento; Dios me estaba llamando.
Le conté a mi esposa que durante esas semanas, en más de una ocasión, Dios me estaba llamando.  Ella me preguntó: “¿Para qué?”  Le dije que no lo sabía, pero que me estaba llamando.  Así que llamé al único amigo que conocía que había entregado su vida a Cristo, precisamente en medio de  nuestros locos días de fiestas, y le dije: “Dios me está llamando y no sé qué hacer”.
Me preguntó si había invitado al Señor a mi vida, y sí que lo había hecho.  Entonces procedió a decirme que Dios estaba haciendo por contestar a mi petición y que necesitaba acercarme a Él también.  Me habló acerca del libro de John Bevére, “Acercándonos”, así que leí el preámbulo y el primer capítulo del mismo.  Inmediatamente fui profundamente conmovido por el amor de Cristo y las lágrimas fluyeron en mí durante una hora.  El Espíritu Santo había descendido sobre mí.  Las últimas palabras que leí después de la oración fueron: “Bienvenido a casa”.