martes, 23 de abril de 2013

Levanta tu escudo - Devocional

Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.”
Efesios 6:16 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
La parte de la armadura de DIOS que protege el corazón del creyente, es el escudo de la fe. Consecuentemente, guardado está el rumbo que de antemano el Señor planeó para él. El escudo de la fe es la parte de la armadura que el mismo creyente debe usar; nadie más puede activar su fe más que él mismo.
En la vida del creyente existirán muchas ocasiones en las que, al esperar promesas de DIOS, el escudo (la fe) del creyente se desgastará, y con ello el pesimismo puede anidarse en su corazón. Tanto, que existirá desánimo y falta de visión. Pero al hacer esto, se hace vulnerable ante los ataques del enemigo, y se corre el riesgo de comenzar a escuchar y a creer sus mentiras. Entonces, en lugar de tener una visión ordenada por fe a las promesas de DIOS, el creyente pone su fe en lo negativo y  en el pesimismo, para así deshacerse del escudo que recibió para moverse en la tierra (su fe).
Por el contrario, en todo momento el creyente debe levantar su escudo, para así recibir de manera constante la vida que sacia el alma. Al escuchar acerca de escaseces, el creyente debe traer a su mente las promesas de prosperidad que existen en la palabra de DIOS, y así levantar su escudo.  Cuando escuche el diagnóstico del médico con términos que son difíciles de entender, el creyente debe levantar el escudo de la fe y creer que Cristo ya pagó el precio, para que reciba una perfecta salud. Cuando el enemigo diga “es imposible”, en ese momento debe creer que todo es posible con fe.
Mantén una visión positiva y remueve en ti cualquier frustración que hayas pasado en el camino de la fe. Sea lo que sea, en su momento el Señor te esclarecerá y entenderás por qué no has recibido aún lo que anhelas. Mientras tanto, levanta con firmeza tu escudo de la fe.
Eres un creyente, y debes vivir por medio de la fe y no por lo que vean tus ojos naturales. Pídele al Señor que afirme Su visión en ti para que camines con seguridad en el mundo de la fe.

Ánimo, levanta tu escudo.

¡Sacúdete y sube! - Mensaje de esperanza - Vídeo

Se cuenta de cierto campesino que tenía una mula, ya vieja. En un lamentable descuido, la mula cayó en un pozo que había en la finca.
El campesino oyó los bramidos del animal, y corrió para ver lo que ocurría. Le dio pena ver a su fiel servidora en esa condición, pero después de analizar cuidadosamente la situación, creyó que no había modo de salvar al pobre animal, y que más valía sepultarla en el mismo pozo.

El campesino llamó a sus vecinos, les contó lo que estaba ocurriendo y les animó para que le ayudaran a enterrar la mula en el pozo, para que no continuara sufriendo.

Al principio, la mula se puso histérica, pero a medida que el campesino y sus vecinos continuaban paleando tierra sobre sus lomos, una idea vino a su mente. A la mula se le ocurrió que cada vez que una palada de tierra cayera sobre sus lomos... ¡ELLA DEBÍA SACUDIRSE Y SUBIR SOBRE LA TIERRA!
Esto hizo la mula palada tras palada.
¡Sacúdete y sube, sacúdete y sube, sacúdete y sube!, repetía la mula para alentarse a sí misma.
No importaba cuán dolorosos fueran los golpes de la tierra y las piedras sobre su lomo, o lo complicado de la situación; la mula luchó contra el pánico,y continuó SACUDIÉNDOSE Y SUBIENDO. El suelo se fue elevando de nivel a sus pies.

Los hombres, sorprendidos, captaron la estrategia de la mula, y eso les alentó a continuar paleando. Poco a poco se pudo llegar hasta el punto en que la mula, cansada y abatida, pudo salir de un brinco de las paredes de aquel pozo.
La tierra que parecía que la enterraría, se convirtió en su bendición, todo por la manera en la que ella afrontó la adversidad.


¿Pueden las dificultades de la vida hacerme más fuerte y sabio? - Reflexiones

Cuando Aarón tenía siete meses de edad, dejó de ganar peso. Y pocos meses después, su cabello comenzó a caerse.

Al principio los médicos le dijeron a los padres de Aarón, que iba a ser bajito de adulto, pero que por lo demás era normal. Después un pediatra diagnosticó el problema como progeria, o rápido envejecimiento.
Justo como predijo el pediatra, Aarón nunca creció más allá de 91 cm de estatura, no tuvo cabello en su cabeza y cuerpo, lucía como un viejecito cuando aún era niño, y murió al principio de su adolescencia.
Su padre, que era rabino, sintió un profundo y doloroso sentido de injusticia.
Alrededor de un año y medio después de la muerte de Aarón, el padre llegó a comprender que a ninguno de nosotros se nos promete, en ningún momento, una vida libre de dolor y desengaño. Más bien, lo más que se nos ha prometido es que no vamos a estar solos en nuestro dolor, y que podemos obtener fuerzas y coraje de una fuente externa.
Él llegó a la conclusión de que Dios no causa nuestras desgracias, sino que más bien nos ayuda inspirando a otros a que nos ayuden.
Hay un libro que se titula: "Cuando cosas desagradables suceden a personas buenas". El escrito nos dice, enseña y ejemplifica: "Yo pienso en Aarón y todo lo que su vida me enseñó; comprendo cuánto he perdido y cuánto he ganado. El ayer parece menos doloroso, y no tengo temor al mañana".
Cuando dejas de mirar a las dificultades de tu vida como obstáculos y comienzas a verlas como escalones, subirás por encima de tus dificultades y ganarás algo de ellas. Te harán más fuerte y sabio.
Las mentes pequeñas son domadas y sojuzgadas por el infortunio; pero las mentes grandes suben por encima de él.
Proverbios 24:16
Porque siete veces cae el justo,
y vuelve a levantarse.

Mire más Allá - Reflexiones - Vídeo

refle-mirar18Cierta vez, un hombre se acercó a una construcción y observó a tres individuos que sacaban paladas de tierra de una larga zanja. Le preguntó al primer hombre qué estaba haciendo. Éste se enderezó y respondió lo que para él era evidente: estoy cavando una zanja.
Se acercó al segundo obrero y le preguntó lo mismo. La respuesta fue sólo un poco más amable: Trabajo para vivir, sólo eso… Para alimentar a mi esposa e hijos.
Cuando le preguntó al tercer hombre qué hacía, éste respondió con énfasis y una actitud positiva: verá señor, estoy construyendo parte de una serie de canales de irrigación, que convertirán este árido valle en una rica zona cultivable, que producirá alimentos para combatir el hambre en el mundo.
Mire más allá de las tareas aparentemente insignificantes y de los errores mínimos de hoy, y concéntrese en la totalidad del conjunto, en lo que finalmente sirve a los demás. Hallará mayor satisfacción en el trabajo diario, si se considera un creador de joyas para la corona del Señor, en vez de un simple pulidor de rocas.
Uno debe tener objetivos a largo plazo para evitar la frustración de los errores a plazo corto.
Habacuc 2:3
Aunque la visión tarda en cumplirse, se cumplirá a su tiempo, no fallará.
Aunque tarde, espérala, porque sin duda vendrá, no tardará.
 

Cristal y lágrimas - Mensaje de esperanza

No sé si ha sido la semana, no sé si fue la época del mes o si los días estaban nublados, pero estos días he andado especialmente llorona. Con más o menos razón, pero he llorado. Y he llorado mucho. Cuando ya me sentía casi ridícula por hacerlo tanto, a través de un libro llegó a mí un alentador mensaje.

Cristal y lágrimasUna vez escuché que nuestras lágrimas eran el lenguaje del amor, con el que lográbamos comunicarnos con Dios; esto me alentó lo suficiente como para entender que es Él quien enjuaga mi rostro y seca mis lagrimones. Entendí, que a través de este “lenguaje”, me conectaba en lo más profundo con quien me había regalado la posibilidad de expresar mis penas, mis alegrías, mis triunfos y mis derrotas. Era mi forma de conversar con Cristo y mostrarle cómo me sentía.

A esta idea ahora se suma aquella que, comentaba antes, descubrí en un libro: las lágrimas son el cristal de la esperanza. Si eres llorón o llorona como yo, te darás cuenta que después del llanto viene una sensación liberadora incomparable. Es como si a través de cada lágrima que cayó, se fuera un poco de la pena o angustia que la produjo ¡Es una sensación liberadora! Y además de ser una experiencia liberadora, también es esperanzadora. Siempre que acabamos de llorar, el problema o lo que causó ese llanto es muy probable que continúe allí, mas diferente es la visión que le damos. Es muy probable que el mismo hecho de exteriorizarlo, a través del llanto, haga que se sienta que “ya no está tan dentro”, sino que está empezando a “asomarse”, como la punta de un iceberg en medio del océano.