sábado, 13 de abril de 2013

Toma Mi Vida en Tus Manos - Vídeo

En totalidad a ti, rindo alma y corazón
no tengo nada más que dar,
tómalo mi buen Señor.

//Tómame en tus brazos, Cristo,
toma mi vida en tus manos,
y haz de mí lo que Tú quieras,
tómame aquí estoy//
//En totalidad a ti,
rindo alma y corazón,
no tengo nada más que dar,
tómalo mi buen Señor//

////Tómame en tus brazos Cristo,
toma mi vida en tus manos,
y haz de mí lo que Tú quieras,
tómame aquí estoy////

Tómame aquí estoy...
Tómame aquí estoy..

Realidad y Apariencia - Mensajes de esperanza

La apariencia y la realidad son dos cosas que en diferentes momentos vemos como tales, pero que no siempre son lo que parecen; dependiendo del modo o situación como nos encontremos es como las interpretamos. Por ejemplo, es difícil ver positivamente algo que parece ser todo menos algo bueno, y es también complicado ver la realidad de las cosas cuando todo está empañado de una apariencia o por todo lo que influye en nuestro estado de ánimo ante la situación que se presente.

En la vida nos enfrentamos a muchas situaciones. Cuando todo va bien y nos sentimos tranquilos, vemos la realidad de las cosas de una manera sencilla y clara, nos es mas fácil tomar decisiones, confiar y tener fe, porque influye mucho nuestro estado de ánimo, condición y disposición; pero sucede todo lo contrario cuando nuestro panorama es desalentador, cuando sentimos confusión o no sabemos cuál es la mejor decisión que debemos tomar, y es ahí cuando lo que vemos no es la realidad, sino sólo el reflejo de nuestros temores o inseguridades.

Puede ser que tu panorama hoy sea completamente negativo,
que aparentemente todo se vea incierto, inseguro y encaminado al fracaso, pero la realidad es que todo tiene una solución y un final muy distinto a lo que la apariencia te ha mostrado; no todo es lo que parece, no todo lo que hoy ves perdido lo está, en tu camino puedes encontrarte con muchas cosas que te hagan creer que el final ya está dicho, pero Dios tiene una realidad muy distinta para ti.

A veces es difícil confiar cuando la vista sólo nos muestra la anchura de nuestros problemas, cuando lo único que podemos ver es que ni siquiera existe el camino con la dirección correcta; sin embargo, cuando confiamos con nuestro corazón, tenemos un panorama muy distinto, porque es cuando los ojos de la fe son abiertos, y podemos distinguir la senda que nos lleva a la realidad de las cosas, y esa es la realidad que Dios quiere mostrarnos, donde nada está perdido y todo tiene solución.

Tal vez, basado en la apariencia de la presente situación, hayas pensado que ya no hay nada más que hacer, o que está lejana aún la opción de encontrar la solución a eso que necesitas resolver, pero la realidad de las cosas solamente Dios la sabe, basta con que pongas todo en sus manos y confíes, para que sea Él quien cambie por completo lo que hoy estás viviendo.

Dios abre sendas donde no hay, caminos donde parece imposible pasar, es Él quien hace y deshace, el que da y quita; no importa lo que aparenten las situaciones, porque las apariencias engañan. La realidad sólo depende de Dios, la última palabra es suya, y el destino y desenlace de toda tu situación lo tiene bajo control. Sea cual sea el panorama de las apariencias, ¡CONFÍA! Tu realidad está en sus manos.

No Es El Qué…Es El Cómo - Crecimiento personal-espiritual - Vídeo

David traía alimentos a sus hermanos que estaban en el frente de la batalla, cuando vio a Goliat. No había pensado en convertirse en un héroe, simplemente cogió la oportunidad con la que otros soldados sólo soñaban.
Las oportunidades nos tomarán por sorpresa y, si no estamos alerta y preparados, las dejaremos pasar. Lo que los demás descubrieron en David aquel día, ¡había estado allí todo el tiempo!
Si somos líderes, ya poseemos el talento necesario para dirigir. Pero el valor es lo que nos establecerá como líderes frente a los demás. La gente que más veneramos demuestra el valor en el frente de batalla, en la reunión de la Junta, para defender a los indefensos, o simplemente para intentar lo que nadie más pensó posible.
Pudiéramos decir: “¡Pero yo no tengo capital para eso!  No nos preocupemos, el capital sigue al valor. El “qué” siempre precede al “cómo”. No seamos intimidados por los números. Dios no es movido por hojas de cálculos y condiciones del mercado… es movido por la fe.
No dejemos que el “cómo” nos intimide porque sí. Que sea debido a que el “cómo” sea tan desafiante que nos provea de una gran oportunidad. Si el camino al éxito estuviese bien alumbrado, ya estaría abarrotado. Si el “cómo” no fuese un problema, algún otro ya lo hubiera resuelto.
Todo progreso comienza con una pregunta: “¿Qué necesita ser hecho?” Y alguien necesita hacer otra pregunta… ¿por qué no nosotros?
El futuro le pertenece a aquellos que tienen el valor para hacer esta pregunta y la fe para perseverar hasta descubrir la respuesta. Cuando los obstáculos se ven demasiado grandes y la oposición demasiado fuerte, parémonos firmes en esta Escritura: “No temamos ni desmayemos… porque hay un poder mayor en nosotros que en él”.
Este pensamiento nos llena de entusiasmo y santa expectativa, por lo que Dios quiere y puede hacer a través de cada uno de nosotros, si tan sólo nos ponemos en Sus manos. A Dios no le impresionan ni los números ni las circunstancias que pudieran rodearnos en algún momento, sino que actúa en base a nuestra fe.

Armémonos de valor y fe, creámosle al Señor que no sólo nos creó, sino que también nos salvó con propósito y atrevámonos a ser todo lo que Él nos diseñó para ser.

¿Por qué no se ha movido la roca? - Devocional

“Yo respondí: ¡Pero mi labor parece tan inútil! He gastado mis fuerzas en vano, y sin ningún propósito. No obstante, lo dejo todo en manos del Señor; confiaré en que Dios me recompense.”
Isaías 49:4 (NTV)
Existía un creyente que recibió instrucciones de parte de DIOS, de empujar una roca muy grande en tamaño todos los días. Pasó el tiempo y la roca no se movió ni un centímetro, por lo que el creyente se sintió frustrado y fracasado. El enemigo trató de envenenarle con preguntas como, ¿por qué DIOS te pidió hacer algo tan absurdo?, ¿por qué te ha hecho perder el tiempo y la energía?
Entonces, el creyente le preguntó a DIOS qué sentido había tenido todo su esfuerzo si la roca no se había movido. A lo que Él respondió: No te dije que la roca se movería. Y le pidió al creyente que se quitara la camisa y se viera frente a un espejo. Al verse, se quedó estupefacto de asombro: sus músculos habían crecido, había sido fortalecido y ni siquiera lo había notado. Por lo que la roca había sido el instrumento que el Señor escogió para fortalecer a uno de los suyos. El problema era que el creyente esperaba algo que DIOS no le dijo.
Existirán ocasiones en la vida del creyente, en las que no recibirá el fruto que esperaba por mostrar obediencia a DIOS; no obstante, eso no significa que no haya fruto, sino que es un fruto distinto. Y en esos momentos, se debe recordar que DIOS no miente y que en todo lo que Él hace existe un propósito.
Si crees que has gastado tus fuerzas y tu vida en vano en obediencia a DIOS, estás equivocado/a, pues es probable que estés buscando el resultado incorrecto.
Si has estado moviendo una roca durante mucho tiempo y ésta no se ha movido, entonces la voluntad de DIOS no era que eso se moviera, sino hacerte más fuerte.

Entrégale a DIOS tus frustraciones y espera sólo en Él para que en el momento indicado recibas tu recompensa.

Disfrutaré De La Paz Genuina - Devocional - Vídeo

“Mi paz os dejo…mi paz os doy, no como el mundo la da, yo os la doy” Juan 14:27


Dos pintores ilustraron en sus cuadros lo que entendían personalmente como paz y descanso. El primero eligió una escena hermosa de un lago solitario, rodeado de hermosas e imponentes montañas. El sol resplandecía hermosamente, reflejando su imponente aspecto en el lago, y cerca del mismo, en un árbol, hermosos pájaros de diversos colores, parecían felices entonando sus melodiosas canciones.
El segundo pintó una estruendosa cascada, imponente y ruidosa, que levantaba una nube de agua al caer y a la mitad de la cascada, cerca de ella, pintó un pequeño arbusto, cuyas ramas se doblaban por encima de la espuma de la cascada, y en una rama se encontraba un petirrojo descansando en su nido. Los dos cuadros eran bellos, pero el segundo describía mejor lo que es la verdadera y genuina paz.
Genuina y verdadera paz no significa ausencia de turbación, ni de ruido ni de amenazas. Paz significa descanso en medio de la turbación. La vida cristiana está mejor descrita con el segundo cuadro.
Hay paz cuando la tempestad ruge y el tumulto amenaza, cuando las olas parecen quebrar todo, pero la vida interior jamás es perturbada por las tempestades de afuera. Ese petirrojo descansaba seguro en su nido, como si supiera que esa cascada no iba jamás a salirse de sus límites.
Los hijos de Dios descansamos en Jesús, porque estamos seguros de que las turbaciones y los tumultos, igual que la cascada, tienen un límite y no traspasan ese límite marcado por el Señor. El Señor Jesús siempre vivió y experimentó la genuina y verdadera paz, por eso antes de partir a los cielos, cuando la tempestad rugía y aún se escuchaban las voces de los que habían gritado crucifícale… crucifícale, les proclamó, a sus discípulos, el más grande legado de paz: “Mi paz os doy a vosotros y les doy la paz que el mundo no da, por tanto no temáis, ni estéis asustados”.
Hoy necesito esa paz, y ya la tengo, por lo tanto decido vivir en esa paz genuina y verdadera. La genuina y verdadera paz no es un sentimiento santificado que provenga de la iglesia, sino el descanso profundo que viene del corazón de Dios.
Señor, gracias por darme la paz profunda que nace del Espíritu y que satisface el vacío del corazón en medio de las más negras turbaciones y los más ruidosos tumultos.  Hoy llego ante ti con la seguridad de poder vivir esa paz genuina y verdadera. Hoy quiero ser un portador de tu paz, para hacer ligera la carga a aquel que se sienta turbado. Amén.