domingo, 7 de abril de 2013

Usa el poder de DIOS en ti - Devocional - Vídeo

Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.”
Juan 16:7 (Reina-Valera 1960).
En la vida del creyente existen situaciones desagradables. Situaciones que son claramente contrarias a lo que habla la Palabra de DIOS, como enfermedades, malos tratos, problemas conyugales, trabajo excesivo, etc. Y el creyente, al pensar que aquello viene de parte del SEÑOR, se acostumbra a ello. Pero, ¿qué padre, si su hijo le pide un pan, le dará una piedra? DIOS es bueno y quiere que Sus hijos estén contentos con la vida que les ha dado. Si bien es cierto que existirán casos que por la soberanía de DIOS no pueden ser modificados, la constante de DIOS es que Él quiere darnos lo que anhelamos (Jeremías 29:11), porque Jesús pagó el precio de nuestra plenitud (Isaías 53:4-5).
Vivir abrumado por lo que el creyente considera cargas, nubla la vista espiritual, impidiéndole ver todo el poder que habita dentro de él/ella para cambiar la situación que le oprime. Si el SEÑOR permite problemas en la vida de los suyos es solamente para que Su poder y gloria sean manifestados.
Cuando reconoces quién es DIOS y que Su poder habita en ti, los problemas toman su justo tamaño.
No andes por la vida cargándote de problemas, mejor permite que el SEÑOR los conquiste por medio de tu oración. Si tú aceptaste a Cristo en tu corazón, entonces Su poder está en ti (Gálatas 3:27). El mismo poder que hizo que los muros de Jericó cayeran, que hace que los muertos se levanten, que conquistó naciones enteras para Israel, que sanó leprosos y que libera endemoniados, habita en ti. Créelo.

Sé libre de cualquier cosa que te oprima, pues Cristo ya la conquistó por ti.

Diferencia Entre Recibir El Espíritu Santo Y Ser Bautizado Por Él

“Vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de pocos días” (Hechos 1:5).
Así que, ¿cuál es la diferencia entre recibir al Espíritu Santo y ser bautizados con Él? Si has reconocido a Jesús como tu Salvador, la presencia del Espíritu en tu vida, como una marca que te identifica, es un hecho irrefutable. Habitando y poseyendo nuestros espíritus, Él participa en todo tipo de limpieza de la casa: los áticos, los  sótanos y los cobertizos de nuestras mentes, y las voluntades, las emociones y los comportamientos.
El Espíritu Santo nos ayuda a captar verdades espirituales. Sin Él, no se tiene ninguna relación con el Señor. Esto puede sonar un poco redundante, pero nunca es suficiente seguir enfatizándolo. El Espíritu Santo vive dentro del espíritu de cada creyente.
Jesús les dijo a sus seguidores: “Recibid el Espíritu Santo” (Juan 20:22), y ellos lo hicieron. Pero varias semanas después, Él les anunció a esos mismos discípulos: “y así sucedió en el día que ahora conocemos como Pentecostés, cuando en forma manifiesta les fue conferido poder mediante el Espíritu Santo en el aposento alto”. (Hechos 2:1-4.)  En este ejemplo sencillo podemos ver que una cosa es recibir al Espíritu en tu vida y otra es ser bautizados en Él. Aunque los dos acontecimientos pueden ocurrir simultáneamente, y con frecuencia así sucede, no son idénticos, como podemos ver en algunos ejemplos de la vida de la iglesia primitiva. 
La presencia del Espíritu te da vida (espiritual). El bautismo con el Espíritu te da poder (espiritual) milagroso, no disponible de otra manera, para que puedas compartir esa vida con otros. Por esta razón, Jesús les dijo a Sus discípulos que llevaran el evangelio a todo el mundo, pero sólo después de recibir “poder (milagroso)” al ser “bautizados con el Espíritu Santo” (Hechos 1:5, 8).
Aunque no es una comparación exactamente adecuada, se asemeja un poquito a la diferencia entre lo que el Señor quiere hacer en ti, y lo que quiere hacer a través de ti. El Espíritu Santo en la vida de un creyente, es como tener un pozo de agua en propiedad. Y ser bautizado con el Espíritu, es como tener una bomba de agua potente en ese pozo o que, debido a algún movimiento telúrico del manto acuífero del subsuelo, repentinamente salieran chorros de agua del pozo convirtiéndolo en un géiser, permitiéndole a la persona irrigar muchas más hectáreas de la cosecha.
O piensa en la diferencia entre el aire y el viento. No podrías vivir sin aire y no podría haber viento sin aire, pero el viento es una actividad y una fuerza adicional, mediante la cual el aire es puesto en movimiento para mover otras cosas.
El Señor quiere que seamos más que vivificados en Su Espíritu; Él anhela que experimentemos Su Espíritu como un viento poderoso y recio (no sólo una presencia) que nos mueve, para impeler poderosamente la vida a nuestro alrededor.
Hoy… El Espíritu Santo no sólo quiere vivir en mí, sino que me quiere bautizar con su poder.
Señor, Gracias por darme la presencia dulce de tu Espíritu y hacer una obra de grandeza y poder dentro de mí. Me rindo ante ti con adoración. Amén.

Yo soy un católico, ¿por qué debo considerar el convertirme en cristiano? - Preguntas y respuestas bíblicas - Vídeo

Respuesta: Primeramente, no es pretensión ofenderte en la redacción de esta pregunta. Hay preguntas que se hacen los católicos, tales como; “¿Cuál es la diferencia entre católicos y cristianos?” En algunas conversaciones de católicos se escucha, “Yo no soy cristiano, soy católico” Para muchos católicos, el término “cristiano” y “protestante” son sinónimos. El intento de este artículo es que los católicos estudien lo que dice la Biblia acerca de ser un cristiano, y quizás consideren que la fe católica no es la mejor representación de lo que describe la Biblia. 

La diferencia clave entre católicos y cristianos es la visión que se tiene de la Biblia. Los católicos ven la autoridad de la Biblia al mismo nivel de autoridad de la Iglesia y la tradición. Los cristianos ven la Biblia como la suprema autoridad para la fe y la práctica. La pregunta es, ¿cómo se presenta la Biblia a sí misma? 2 Timoteo 3:16-17 nos dice, “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” La Escritura, por sí misma, es suficiente para que el cristiano esté enteramente preparado para toda buena obra. Este texto nos dice que la Escritura no es “sólo el principio”, o “sólo las bases”, o el “cimiento para una más completa tradición eclesiástica.” Por el contrario, la Escritura es perfecta y totalmente suficiente para todo en la vida cristiana. La Escritura puede enseñarnos, reprendernos, corregirnos, entrenarnos, y equiparnos. Los cristianos bíblicos no niegan el valor de las tradiciones de la Iglesia. Más bien, los cristianos sostienen que para que una tradición de la Iglesia sea válida, debe estar basada en una clara enseñanza de la Escritura, así como estar en concordancia con la misma. Amigo católico, estudia la Palabra de Dios por ti mismo. En la Palabra de Dios encontrarás la descripción y la intención de Dios para Su iglesia. 2 Timoteo 2:15 dice, “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.”

Verdadera Grandeza - Reflexiones - Vídeo

Una tarde, mientras regresaba de la capital a su casa, el senador John Stennis fue asaltado a mano armada.  A pesar de que Stennis entregó lo poco de valor que tenía, los asaltantes le dispararon dos veces, dándole en el estómago y en la pierna. Los cirujanos del Centro Médico Walter Reed trabajaron más de seis horas para salvarle la vida.

Esa tarde, también iba de camino a su casa el senador Mark Hatfield, que había tenido frecuentes encontronazos con Stennis. Los dos estaban por completo en desacuerdo en cuanto a la política. Sin embargo, cuando Hatfield oyó en la radio lo que había sucedido, de inmediato se dirigió al hospital en su coche. Una vez allí, se percató con rapidez de que el personal del conmutador de llamadas telefónicas, estaba sobrecargado con las llamadas de los otros senadores, los reporteros y los amigos de Stennis.  Le dijo a un operador: Sé cómo utilizar uno de estos equipos, déjeme ayudarle.  Le ayudó a atender los teléfonos hasta el anochecer, cuando las llamadas disminuyeron. Luego, sin fanfarronear y calladamente, se presentó mientras se iba.
Mi nombre es Hatfield… estoy encantado de haberle podido ayudar en algo concerniente a un hombre al cual respeto profundamente.
Grandeza quiere decir estar libre de pequeñeces, rencores, venganzas y prejuicios. Significa cuidado total, ayudar con modestia.
1 Samuel 16:7
Dios no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Dios mira el corazón.

Por fe y no por vista - Devocional

¿Por qué razón nos cuesta trabajo creer lo que no vemos?; a veces puede parecer imposible creer que cuando nos están yendo mal las cosas, estas pueden cambiar.
A veces somos tan pesimistas que rozamos la incredulidad total, se nos olvida que nosotros nos movemos en un ambiente sobrenatural y que quien tiene la última palabra para todo es Dios.
El Apóstol escribía a los Corintos: “porque por fe andamos, no por vista” 2 Corintios 5:7 (Reina-Valera 1960), y en otra versión un poco más entendible dice: “Pues vivimos por lo que creemos y no por lo que vemos.” 2 Corintios 5:7 Nueva Traducción Viviente (NTV).
Estas frases del Apóstol Pablo resumen lo que es la vida cristiana: una vida de FE.
¿Qué es lo que te cuesta creer que Dios sea incapaz de hacer? ¿Qué es lo que te hace pensar que lo que te pasa no le interesa a Dios? ¿Por qué miras todo de forma negativa?
Debes recordar que nosotros andamos por fe y no por vista, es decir, que no nos basamos sólo en lo que vemos, sino fundamentalmente en lo que creemos.
¿Tú crees que Dios es capaz de sacarte de ese estado?, entonces, si eres capaz de creerlo, estás a punto de verlo.
¿Tú crees que Dios es capaz de realizar ese milagro que estás esperando?, si lo crees, entonces debes tener la certeza de que Dios actuará de alguna forma.
¿Tú crees que Dios es capaz de solucionar ese problema que te quita el sueño?, si lo crees, entonces estás más cerca de ver esa solución.
Es hora de comenzar a creer no basándonos en lo que nuestros ojos ven, sino en lo que no vemos en este momento pero que sabemos y creemos que Dios puede hacer.
La verdadera fe se basa en esperar con convicción y certeza de que las cosas ocurran, no dudando, sino creyendo en lo que no se ve, pero sabiendo que lo veremos.

¿Te animas a creerle a Dios? ¡Yo sí!