viernes, 22 de marzo de 2013

La vida es un regalo - Devocional - Vídeo

“Mi propósito es darles una vida plena y abundante.”
Juan 10:10 (Nueva Traducción Viviente)
DIOS creó al hombre para alabarle, y cuando una persona recibe a Cristo en su corazón, recibe poder de DIOS para hacerlo. El creyente alaba al Creador viviendo su propósito, ofreciéndole sacrificios de gratitud y disfrutando todo lo que Jesús pagó por él. No obstante, el creyente puede poner sobre sí  mismo peso que no le corresponde y convertir el regalo de la vida en una pesadumbre.
Las Escrituras, en el Salmo que escribió Moisés, Salmo 90, nos invitan a reconocer la brevedad de nuestras vidas en cuanto a que nuestro corazón adquiera sabiduría. La estancia del creyente en la tierra es fugaz en comparación con la eternidad. Entonces, ¿por qué perder parte de ella afanados, preocupados, angustiados, o tomando las bendiciones que DIOS nos da como si fuesen cargas?
La manera en que un padre encuentra contentamiento, es viendo cómo su hijo/a disfruta de lo que con esfuerzo él le da. Lo cual no es diferente con el Padre Celestial, quien espera que disfrutemos lo que a Cristo le costó tanto en la Cruz.
Si tú has permitido que en tu corazón entre amargura por las diversas pruebas o circunstancias que has vivido, es momento de acercarte a DIOS y arrepentirte. Entrégale cualquier peso que te ha separado de Él o que te impide ver las bendiciones que a diario tiene para ti.
Jesús pagó el precio más grande por ti en la Cruz, el precio de tu paz (Isaías 53:4-5). Esto significa plenitud, incluyendo salud, bienestar, y todo lo que necesites. Jesús pagó el precio para darte un fresco y nuevo comienzo y para que disfrutes la vida como el regalo que es.
Si últimamente no miras la vida como un regalo, haz esta oración:

“DIOS, perdóname por convertir el regalo que me has dado en una carga. Por favor ayúdame a mostrar un cambio genuino y a vivir de una manera que te glorifique. Permíteme ver lo afortunado y bendecido que soy. Sé el poder que necesito para vivir plenamente en Cristo Jesús. Amén.”


“Carpe diem” - Mensaje


Según Wikipedia, Carpe diem es una locución latina que literalmente significa “aprovecha el día”, es decir, "aprovecha el momento, no lo malgastes". La traducción menos literal y más comprensible para el hablante moderno sería, “Aprovecha el día y no confíes en el mañana”. 
Se puede entender como “no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy” o también como “vive cada momento de tu vida como si fuese el último”.
Es bonita esta frase, porque deberíamos aprovechar y disfrutar cada día de nuestras vidas como si fuera el primero y también el último. Esperándolo con energía, alegría, ganas de aprender y vivir. No queriendo que se acabe, porque ha sido demasiado bueno para dejarlo pasar u olvidar. Disfrutando de todas las cosas, desde las más sencillas hasta las más sofisticadas.
Debemos disfrutar con la gente que amamos, decir más las palabras “te quiero”, ser más agradecidos y agradables. También debemos intentar sonreír más, restando tristezas y multiplicando alegrías. Abrazando y besando más, discutiendo menos y siendo más positivos. Debemos ver cada día como uno que nos ofrece la oportunidad de amar, corregir y vivir con intensidad. Debemos acercarnos más a Dios, con entusiasmo, en intimidad y siendo Él nuestro primer gran amor. Hablándole sin miedo y construyendo sueños.
Pero haciendo las cosas a conciencia. No se trata de perder el tiempo y una filosofía de vida simple y barata, donde se malinterprete el concepto y se utilice para hacer cosas vanas. Y esto es porque hace unos días a alguien se le ocurrió dar una fecha para el fin del mundo. Muchos dejaron de pagar las cuentas, abandonaron o renunciaron a sus trabajos, se fueron a hacer viajes que realmente no podían y ahora deben estar pasando una de las más grandes depresiones de su vida.
Consiste, más bien, en que tomemos conciencia de aprovechar el día al máximo; es compartir, tratar de vivir sin acumular sentimientos y cosas que hagan que los días se conviertan en rutinarios, poco atractivos y martirizantes. Es vivir en una libertad que la sientes en el alma y se transmite hacia fuera porque estás en paz contigo mismo y con los demás.
Así que es deseable que disfruten sus días al máximo y que los aprovechemos de la mejor manera posible. Cuando algo malo quiera pasar y pasen por tu mente ideas, queriendo enfurecer o entristecerte, recuerda la palabra “Carpe diem” y piensa que cada día puedes escoger con qué actitud vivir.

¡Dios te Bendiga!

¿Cómo Salir del Pozo? - Crecimiento Personal -espiritual - Vídeo

“El error más grande de la vida es estar constantemente pensando que se cometerá uno.” Anónimo
¿Estas desesperado(a) porque nada te sale bien?
Es probable que te encuentres en una situación desesperante con tu cónyuge, puede ser que sea con tus hijos o cualquier otra relación, como puede ser un problema financiero o laboral. Otros pueden estar desesperados porque necesitan tomar una decisión y no saben qué hacer; están cansados de luchar, de intentar, lo han hecho todo, pero ¡nada!, que no salen del pozo y sienten que cada día se hunden más.
La verdad es que estar en el pozo no es bueno, allí todo es oscuridad y sólo se respira angustia, miedo y muerte.
Salir del pozo requiere paciencia y espera en Dios. Un ejemplo muy reciente es el caso de los 33 mineros enterrados en vida en Chile, que en medio de las dificultades desarrollaron paciencia y no se dejaron vencer. Recuerda las palabras del Salmista:
“Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, y confiarán en Jehová” (Salmo 40:1-3).
Salir del pozo requiere que te conviertas en protagonista y que dejes de ser víctima. Tú has sido llamado a ser el protagonista de tu vida, el protagonista espera en Dios pacientemente antes de actuar, el protagonista no es pasivo, el protagonista ve la vida con optimismo y se convierte en el gerente de su vida, es proactivo.
Hay un cuento de la tradición judía que nos ilustra si somos protagonistas o víctimas.
“Un día, el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal rebuznó durante horas mientras el campesino trataba de buscar la forma de ayudarle, pero finalmente decidió que el burro ya estaba viejo y el pozo necesitaba ser tapado con urgencia, así que echando tierra podría solucionar los dos problemas a la vez. Con ese fin pidió ayuda a sus vecinos.
Cada uno tomó una pala y empezaron a echar tierra al interior del pozo. El burro, al notar lo que se le venía encima, empezó a rebuznar con más fuerza pero después de un rato se calmó. La gente no lo veía y pensaba que habría quedado enterrado, pero lo que realmente sucedía era que el burro estaba ocupándose de sacudirse la tierra que le arrojaban con cada palada.
Al poco tiempo, para sorpresa de todos, empezaron a verse las orejas del asno que, apoyándose en la tierra que se sacudía y caía al suelo, estaba logrando elevarse. Cuando llegó a la altura de la boca del pozo, dando un salto, salió corriendo alegremente dejando boquiabiertos a sus supuestos enterradores.”

El tren de la vida - Esperanza



 
La vida se asemeja a un viaje en tren. Con sus estaciones y cambios de vía, algunos accidentes naturales, sorpresas agradables en algunos casos, y profundas tristezas en otros… Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con nuestros padres, creemos que siempre viajarán a nuestro lado… Pero en alguna estación ellos se bajarán dejándonos seguir el viaje; de pronto nos encontraremos sin su compañía y sin su amor irreemplazable...

No obstante, muchas otras personas, que nos serán muy especiales y significativas, se irán subiendo al tren de nuestra vida... Nuestros hermanos, amigos y en algún momento, el amor de nuestra vida... Algunos tomarán el tren para realizar un simple y alegre paseo… Otros, durante su viaje, pasarán por momentos de oscuridad y tristeza… Y siempre encontraremos quienes estén dispuestos ayudar a los más necesitados…

Muchos, al bajar, dejan un vacío permanente… Otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta que desocuparon sus asientos... Es curioso ver como algunos pasajeros, incluso los seres queridos, se acomodan en coches distintos al nuestro… Durante todo el trayecto están separados de nosotros, sin que exista ninguna comunicación…

Pero en realidad, nada nos impide que nos acerquemos a ellos si existe buena voluntad de nuestra parte… De lo contrario, puede ser tarde y encontraremos a otra persona en su lugar…

El viaje continúa, lleno de desafíos, sueños, fantasías, alegrías, tristezas, esperas y despedidas... Tratemos de tener una buena relación con todos los pasajeros, buscando, en cada uno, lo mejor que tengan para ofrecer. En algún momento del trayecto, ellos podrían titubear y probablemente precisaremos entenderles… pero recordemos que nosotros también, muchas veces, titubeamos y necesitamos a alguien que nos comprenda.

El gran misterio para todos, es que no sabremos jamás en qué estación nos tocará bajar. Como tampoco dónde bajarán nuestros compañeros de viaje, ni siquiera el que está sentado a nuestro lado. A veces pienso en el momento en el que me toque bajar del tren. ¿Sentiré nostalgia, temor, alegría, angustia...? Separarme de los amigos que hice en el viaje será doloroso y dejar que mis hijos sigan solos será muy triste. Pero me aferro a la esperanza de que, en algún momento, tendré la gran emoción de verles llegar a la estación principal con un equipaje que no tenían cuando iniciaron su viaje.

 Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré para que ellos crecieran y permanecieran en este tren hasta la estación final. Amigos… Hagamos que nuestro viaje en este tren tenga significado, que haya valido la pena. 
“Vivamos de manera que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío deje bonitos recuerdos a los que continúan viajando en el Tren de la Vida”
Feliz viaje

La Vida de Dylan -Reflexiones - Vídeo

El bebé se encontraba acostado en una cunita del hospital para poder respirar. Tenía neumonía, lo cual hacía que, para su pequeño cuerpo de ocho meses de edad, permanecer vivo fuera una dura lucha.  Los médicos, los enfermeros y la familia pelearon por salvar la vida de este débil bebé.
Algunas personas decían que él nunca debió haber llegado a los ocho meses. Otros, que este querido niño no debió haber nacido, o que debieron haberle dejado morir después de que nació.
Bebé¿Por qué diría alguien algo así?  Por una sencilla razón: Dylan tenía el síndrome de Down.  Aunque no fue su culpa ni la de sus padres, mi sobrino nieto tiene un cromosoma de más, y va a tener que afrontar duramente las dificultades extras en su vida.
Pero ¿no es su vida tan valiosa como la de un bebé enfermo sin el cromosoma de más?  ¿No somos todos de igual valor a los ojos de nuestro Creador?  ¿No somos todos de alguna manera deficientes?
Nuestra falta de perfección debería recordarnos que nadie tiene derecho a juzgar la valía de otro.
Nuestras imperfecciones son oportunidades para que Dios obre en nuestra vida. Eso fue lo que Jesús dijo a sus discípulos, cuando ellos le preguntaron por qué un hombre había nacido ciego.  Dijo que sucedió para que las obras de Dios se manifiesten en él. Juan 9.3
Dios obrará en la vida de Dylan. Para eso está aquí… como todos nosotros
Si Dios no tuviera un propósito para nosotros, no estaríamos aquí.
Ni éste pecó, ni sus padres; sino que está ciego para que las obras de Dios se manifiesten en él.  Juan 9:3