lunes, 11 de marzo de 2013

Lejos de Dios - Mensaje - vídeo

Has reflexionado los últimos días sobre la vida que estás viviendo, sobre cómo, sin darte cuenta, has perdido aquella sensibilidad espiritual que te caracterizaba; ahora orar, leer la Biblia, congregarte o servir ya no es tan “emocionante” como al principio.

Algo pasó, tuvo que haber un momento en donde seguramente descuidaste tu relación personal con Dios, en donde quizá comenzaste a acomodarte a vivir una vida que va caminando un poco alejado de Dios, sin necesidad de llegar a la perdición total. Debemos ser conscientes de que alejarse de Dios, no solamente es ir y pecar deliberadamente; a veces, a pesar que hacemos lo mismo que hemos hecho los últimos años en la iglesia, podemos vivir lejos de Dios.
A veces estamos tan lejos de Dios que apenas escuchamos su voz, estamos tan lejos que apenas le sentimos, estamos tan lejos que ya ni obedecemos al Espíritu Santo cuando nos redarguye.

Quizá tu seas un buen servidor o una buena servidora de Dios, sin embargo las últimas semanas o meses has vivido lejos de Dios. Quisieras sentir aquel deseo de buscar de Dios, aquella hambre que un día tuviste, aquel anhelo de no dejar la presencia de Dios. Quisieras llorar mientras le adoras, llorar mientras le buscas, quisieras derramar tu alma en su presencia, pero tu mismo distanciamiento con Dios no te permite ser sensible a su presencia ni audible a su voz.

A prueba - Devocional

Hay situaciones que se presentan en nuestra vida que, a mor de ser sinceros, ponen a prueba nuestra confianza en Dios, en el sentido de que en ocasiones pensamos que Dios se ha olvidado de nosotros o que Dios no tiene el control de eso que estamos viviendo.
A veces la prueba se presenta muy fuerte y nos hace dudar de que Dios esté interesado en nuestros problemas; momentos en los que pensamos que estamos solos y que no hay nadie que pueda ayudarnos a salir adelante. Porque cuando nos enfocamos en lo grande del problema o en lo difícil de la prueba, nos sorprendemos y, hasta cierto punto nuestra fe se tambalea, al tratar de pensar en cómo solucionar eso en el sentido humano, y al no encontrar una respuesta lógica al problema, tendemos a dudar sobre si podremos superar o no esa situación.
El Apóstol Pedro nos aconseja diciendo:

“Queridos hermanos en Cristo, no se sorprendan si tienen que afrontar problemas que pongan a prueba su confianza en Dios. Eso no es nada extraño. Al contrario, alégrense de poder sufrir como Cristo sufrió, para que también se alegren cuando Cristo regrese y muestre su gloria y su poder”.

1 Pedro 4:12-13 (Traducción en lenguaje actual)
Hay algo que todos debemos tener muy claro, y es el hecho de que mientras estemos aquí en la tierra, diariamente nos enfrentaremos a situaciones que pondrán a prueba nuestra fe y nuestra confianza en Dios.
Si esperamos que todo en la vida sea fácil y sencillo, seguro que nos encontraremos en momentos en los que sentiremos que no podemos más, seguro que habrán momentos en los que vamos a querer que Dios quite de nosotros esos problemas que nos toca afrontar. Llegarán momentos en los que incluso dudaremos sobre lo que Dios puede hacer en nuestra vida, pero a pesar de que nuestra mente rehúse creer lo que Dios es capaz de hacer, debemos seguir creyendo en que Él está interesado en nosotros y que Él tiene el control de todo, a pesar de que lo que vemos es lo contrario.
Puede que ahora estés afrontando una prueba muy fuerte que ha puesto en duda tu fe y confianza en Dios, sin embargo debes saber que nunca habrá algo en tu vida que pueda más que Dios, que no hay nada en el mundo más fuerte que el poder de Dios. Y lo bonito de todo esto es que Dios está de tu lado y si Él está de tu lado, tienes una victoria segura.

La Travesía Es Lo Que Cuenta - Crecimiento personal-espiritual - vídeo

Todos tenemos sueños; algunos nacemos con ellos, otros no, y simplemente tropezamos al escuchar nuestra llamada. No fui diferente; yo también tuve un sueño: cuando dormía, soñaba con vivirlo; cuando me levantaba, trabajaba para vivirlo.
Un buen día, alguien me dijo; “Viajar es mejor que arribar”.
art-travesia06En aquel entonces, me reí, sin comprender en realidad cómo era posible eso. Y no me di cuenta hasta que tuve lo que quería. Fue entonces cuando me di cuenta, de repente, que la persona que vive el sueño es diferente a la que ha trabajado por él. Ahora me he convertido en una persona más sabia, calmada, fuerte y apasionada.
El viaje me había transformado. Cometí errores y aprendí de ellos. Me caí y aprendí a levantarme de nuevo. Lloré y lloré, y aprendí a secarme mis lágrimas. Hice amistades y aprendí a valorar a la gente. Me hice con enemigos y aprendí a valorar las lecciones que aprendí. La travesía había transformado una tonta oruga en una hermosa mariposa, esperando ansiosamente explorar el mundo con sus recientemente halladas alas.
Así que amigos, siempre recordemos: “La experiencia es el mejor maestro y con ella, no hay garantías de que llegaremos a ser artistas; sólo la travesía cuenta”.
Así que… ¡salud a una nueva travesía!
Hace años llegué a la conclusión de que si tan sólo vivía para celebrar los momentos de triunfo en mi vida, estaría viviendo muy poco… y es que esos momentos son muy breves, en comparación con el esfuerzo y recorrido que tomamos para llegar a ellos. Por ejemplo, invertimos 4 o 5 años de estudios para alcanzar una licenciatura universitaria, que se ve premiada con una ceremonia de graduación de dos horas como máximo. Si bien ese diploma abre las puertas de un mundo profesional, tan sólo nos concede el nivel de “novatos” en un mundo de expertos que nos han precedido. Disfrutemos, entonces, de la travesía; eso habrá de garantizar una vida plena y llena de sabores. Adelante y que Dios les continúe bendiciendo.
 

¿Es Jesús el único camino al Cielo? - Preguntas y respuestas bíblicas

Respuesta: A menudo escuchamos estas respuestas de la gente: “Básicamente soy una buena persona, tanto que iré al cielo.” “Bueno, hago algunas cosas malas, pero hago más cosas buenas, así que iré al cielo.” “Dios no va a enviarme al infierno solamente porque no vivo pegado a la Biblia. ¡Los tiempos han cambiado!” “Solamente la gente verdaderamente mala, como los que abusan sexualmente de niños y los asesinos, van al infierno.”

Todos estos son conceptos comunes entre la mayoría de la gente, pero la verdad es que todos son mentiras. Satanás, el gran maquinador del mundo, fabrica estos pensamientos en nuestras cabezas. Él, y cualquiera que sigue sus caminos, es un enemigo de Dios (1 Pedro 5:8). Satanás siempre se disfraza de bueno (2 Corintios 11:14), pero él tiene control sobre todas las mentes que no pertenecen a Dios. “Satanás, el dios de este siglo, cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios” (2 Corintios 4:4).

Es una mentira creer que Dios no considera los pecados pequeños, y que el infierno está reservado sólo para la “gente mala.” Todo pecado nos aparta de Dios, incluso una “pequeña mentirita sin importancia.” Todos hemos pecado, y ninguno es lo suficientemente bueno como para ir al cielo por sí mismo (Romanos 3:23). Entrar al cielo no se basa en que lo bueno pesa sobre lo malo; todos vamos a perder si ese es el caso. “Y si son salvos por el favor de Dios, entonces no es por sus buenas obras. En ese caso, el maravilloso favor de Dios no sería lo que es en realidad – gratuito e inmerecido” (Romanos 11:6). No podemos hacer nada bueno para ganar nuestro camino al cielo (Tito 3:5).

“Entrad al reino de Dios por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella” (Mateo 7:13). Aunque cada uno viva una vida de pecado, y confiar en Dios no sea popular, Dios no va a disculparle. “Solía vivir justamente como el resto del mundo, lleno de pecado, obedeciendo a Satanás, el príncipe de la potestad del aire. El es el espíritu que ahora obra en los corazones de aquellos que rehúsan obedecer a Dios” (Efesios 2:2).

Te Buscaré - Reflexiones con vídeo

Mi Señor, sólo te pido,
que tu gracia esté conmigo,
porque sin ti, yo nada, nada puedo hacer.
¡Aleluya…! y la gloria solamente a ti,
y mi gratitud, te doy todo mi amor,
y es que no existe nadie como Tú.
Rey de Majestad,
rindo hoy mi vida ante tu altar,
purifícame, lléname de ti,
te necesito en mí, para vivir.
//Te buscaré, de corazón,
en tanto que pueda ser hallado,
cantos de amor, fluirán de mi ser,
eternamente a ti//.
¡Aleluya…! y la gloria solamente a ti,
y mi gratitud, te doy todo mi amor,
y es que no existe nadie como Tú.
Rey de Majestad,
rindo hoy mi vida ante tu altar,
purifícame, lléname de ti,
te necesito en mí, para vivir.
//Te buscaré, de corazón,
en tanto que pueda ser hallado,
cantos de amor, fluirán de mi ser,
eternamente a ti//.
Mi Señor, sólo te pido,
que tu gracia esté conmigo,
porque sin ti, yo nada, nada puedo hacer.