viernes, 8 de marzo de 2013

Un Día Dios Habló conmigo… - Reflexiones con Vídeo

Dios todo lo hace con un propósito, todo es conforme a su voluntad.

Solamente necesitas 5 minutos para hablar con Dios y...
Siente su amor, su gracia y su misericordia.

¿Qué significa ser un Cristiano nacido de nuevo? - Preguntas y respuestas bíblicas - vídeo

Respuesta: El pasaje clásico de la Biblia que responde a esta pregunta es el de Juan 3:1-21. El Señor Jesucristo está hablando con Nicodemo, un fariseo prominente y miembro del Sanedrín (un principal entre los judíos). Había venido a Jesús de noche para hacerle algunas preguntas.

Jesús hablaba con Nicodemo y le dijo “...De cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” Nicodemo le dijo, “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?” Jesús contestó, “De cierto te digo, que el que no naciere del agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo...” (Juan 3:3-7).

La frase “nacido de nuevo” significa 
literalmente “nacido desde arriba.” Nicodemo tenía una necesidad verdadera. Él necesitaba un cambio de corazón, o sea, una transformación espiritual. El nuevo nacimiento, el nacer de nuevo, es un acto de Dios por el cual la vida eterna es impartida a la persona que cree (2 Corintios 5:17; Tito 3:5; 1 Pedro 1:3; 1 Juan 2:29; 3:9; 4:7; 2:1-4, 18). Juan 1:12,13 (versículos) indican que “el nacer de nuevo” también transmite la idea de “volverse hijo de Dios” al confiar en el nombre de Jesucristo.

Entrega el peso del pecado, es fácil - Devocional - vídeo

“Vengan, pongamos las cosas en claro — dice el Señor —. ¿Son sus pecados como escarlata? ¡Quedarán blancos como la nieve! ¿Son rojos como la púrpura? ¡Quedarán como la lana!”
Isaías 1:18 (Nueva Versión Internacional).
El pecado separa a los creyentes del SEÑOR. Pecados acumulados y no confesados a DIOS merman la vida del cristiano. El creyente puede pasar días enteros llevando el peso del pecado sin darse cuenta, no obstante, eso le entristecerá.
Cada vez que un creyente reconoce sus faltas, éste recibe ayuda de DIOS para avanzar firme en Su voluntad. Por el contrario, no confesar nuestras faltas será cada vez más pesado. Si bien es cierto que la relación Padre, hijo de DIOS y los suyos no cambia cuando estos últimos pecan, también es cierto que confesar los pecados es una necesidad, para mantener una conciencia limpia y sin culpa ante DIOS. Jesús sabía esto, por eso comparó el lavado de los pies de las personas como confesar pecados al Padre, es decir, no tener que ser lavados de nuevo por Su sangre, sino sólo ser limpios de los pecados que se acumulan día a día (Juan 13:10).
Algunos de los pecados que pueden pasar desapercibidos entre los creyentes pueden ser: orgullo, idolatría o incredulidad. Cuando un creyente vive esforzándose mucho, está atentando, inconscientemente, y pecando contra DIOS pues no confía plenamente en Él, sino que confía en sí mismo (orgullo). Todo aquel que día a día se levanta con temor o poniendo un problema o enfermedad por encima de DIOS, está cometiendo idolatría; éste debe arrepentirse y pedir ayuda al SEÑOR. Cuando alguien duda respecto a las promesas que ha recibido de parte de DIOS, está pecando de incrédulo y debe pedir ayuda al SEÑOR para volver a creer.

No andes cargando con pecados por la vida, ponte a cuentas con Jesús y entrégale cualquier peso que esté causándote aflicción.

¡No te limites! - Devocional - vídeo

no te limites
Cuando tengas que afrontar la prueba, no te limites, tienes la Fe.
No importa cuál sea tu tamaño, tu edad, tu posición económica, tu apariencia, Dios no necesita nada de eso. Dios quiere corazones valientes y esforzados que no se limiten con excusas para derribar a cualquier Goliat, Dios cree en Ti.
Dios quiere gente que se levante en su nombre y no ponga excusas para hacer lo correcto, o para realizar un sueño. Dios no quiere que nos limitemos, porque los limites sólo están en la mente; debemos tomar la armadura de Dios y despojarnos de toda influencia negativa,  porque eso no viene de Dios, de Él siempre vendrá lo bueno para ti, las bendiciones, la provisión y las fuerzas para seguir adelante.
Tapa tus oídos de los gritos de mediocridad, tapa tus ojos de los dedos señaladores y de la crítica, y camina por Fe; y abre tu boca, porque en ella está el poder de la vida y de la muerte y declara "Vida".
¿Quién dijo que no? Responde, tú, que con Cristo sí se puede. Así como David, siendo un jovencito, no tuvo temor, porque confiaba en Su Señor, haz lo mismo ¡NO TE LIMITES!
David le contestó: Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor Todopoderoso, el Dios de los ejércitos de Israel, a los que has desafiado.  Hoy mismo el Señor te entregará en mis manos; y yo te mataré y te cortaré la cabeza. Hoy mismo echaré los cadáveres del ejército filisteo a las aves del cielo y a las fieras del campo, y todo el mundo sabrá que hay un Dios en Israel. Todos los que están aquí reconocerán que el Señor salva sin necesidad de espada ni de lanza. La batalla es del Señor, y él los entregará a ustedes en nuestras manos. 1 Samuel 17:45-47


Me niego a volver atrás - Devocionales, Meditaciones, Reflexión

Cuando tomé la decisión de seguir a Jesucristo, lo hice con tanta convicción que ahora puedo diferenciar claramente el panorama; entre el antes de... y el después de..., el antes de recibirle en mi corazón y el después de permitirle a Él asumir el control de mi vida.
Siempre me he preguntado cómo es posible dejar de amar a Jesucristo después de conocerle. Y como siempre, el Señor tiene respuestas para todo: “Si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer”. 1 Corintios 10:12. (Nueva Versión Internacional). 
No me había dado cuenta de que mientras que estaba apartado del Señor, Satanás no tenía de qué preocuparse, por eso no era tan difícil para mí caer en pecado e incluso acostumbrarme a pecar; al fin y al cabo, a Dios no le tomaba en serio, me era irrelevante hacerlo o no. Sin embargo, no puedo decir lo mismo en este momento; realmente, es muy difícil para mí aceptar el pecado, y no puedo decir que soy perfecto, que nunca peco o que nunca pecaré; pero sí puedo decir, que me da vergüenza caer en pecado, que siento temor de Dios, temor de apartarme de su presencia, temor de alejarme de Él y volver a lo mismo de antes.