jueves, 7 de febrero de 2013

El Mecánico - Motivacionales - vídeo


 Una vez, iba un hombre en su automóvil por una larga y solitaria carretera cuando, de pronto, su coche comenzó a detenerse hasta quedar estático. El hombre bajó, lo revisó, trató de averiguar que era lo que tenía. Pensaba que pronto sabría qué era lo que tenía el coche, pues hacía muchos años que lo conducía, sin embargo, después de mucho rato, se dio cuenta de que no encontraba la avería del motor. En ese momento apareció otro coche del cual bajó un hombre a ofrecerle ayuda.

El dueño del primer coche dijo:

- Mira, este es mi coche de toda la vida, lo conozco como la palma de mi mano. No creo que tú, sin ser el dueño, puedas hacer algo.

El otro hombre insistió con una sonrisa, hasta que finalmente el primer hombre dijo:

- Bueno, haz el intento pero no creo que puedas, pues este es MI coche.

El segundo hombre se puso manos a la obra y en pocos minutos encontró el problema que tenía el coche y lo pudo arrancar.

El primer hombre quedó atónito y preguntó:

- ¿Cómo pudiste arreglarlo, si es MI coche?

El segundo hombre contestó:

- Verás, mi nombre es Felix Wankel….¡yo inventé el motor rotatorio que usa tu automóvil!.

Cuántas veces le decimos a Dios: esta es MI vida, este es MI destino, esta es MI casa.... Al enfrentarte a los problemas y a los días difíciles, crees que nadie te podrá ayudar, pues dices: “es MI vida”.

Ahora pregúntate:

¿Quién hizo la vida? ¿Quién hizo el tiempo? ¿Quién creó la familia?.


Sólo Aquél que es el autor de la vida y el amor, puede ayudarte cuando te quedes tirado en la carretera de la vida.


Por Cristo, siempre ¡Más, más y más!


Jesús es el autor de la Vida, nuestra fuente, nuestro Redentor, nuestro Ayudador, nuestro Amigo fiel e incondicional y así podríamos seguir caracterizándole, pero no tendría fin porque Él es incomparable.
Él mismo nos dijo que tendremos aflicción en este mundo, pero también nos dijo que somos más que vencedores y que nuestra vida es una carrera.
Imita al deportista, que se esfuerza por ganar la competencia: haz todo lo posible por ser un buen discípulo de Jesucristo, y recibirás el premio de la vida eterna. Dios te llamó y te prometió esa vida cuando, delante de mucha gente, anunciaste que habías confiado en Dios. 1 Timoteo 6:12 (Traducción lenguaje actual.)
Por eso, cada vez que estemos en circunstancias que nos roben la paz, por mínima que sea, como malas noticias a nuestro alrededor, una cuenta pendiente, estrés por el estudio, y es ahí cuando empieza esa ansiedad que quiere quitarnos la tranquilidad de Dios, debemos hacer un ¡ALTO!, y ¡RESPIRAR Y EXHALAR!. Y después, solamente, ¡DESCANSAR! Y suspirar, hablar Fe; pensemos en Fe, miremos con Fe y sonriamos con Fe, ya que es lo único que nos sostiene.
Cuando te sientas ansioso o con afán, da más a aquel que nos amó primero; cuando venga ese problema combátele más, corre, anímate. Jesús caminaba y cargaba su cruz, pero Él seguía, se levantaba con más fuerza. Él es un ejemplo vivo de que cuando vuelvas a caer, cuando vayas caminando con tu cruz y te humillen como a Él, tienes que dar aún más por Él, porque Él siguió, Él sacó más fuerzas y dio más, y nosotros debemos hacer lo mismo; dar aún más de lo que tenemos, de lo que podemos, porque por Cristo siempre más, más y más.
Cuando venga algo negativo a nuestras vidas, tienes que decir ¡NO IMPORTA! ¡Aun así yo doy más para mi Cristo, yo le sirvo aún con más fuerza. Aunque me sienta agotado, yo doy más, yo le alabo más, porque Él dio todo por mí, y yo también quiero dar todo de mí y deposito mi Fe en ÉL!.
El hombre le contestó: “¡Excelente! Eres un empleado bueno, y se puede confiar en ti. Ya que cuidaste bien lo poco que te di, ahora voy a encargarte cosas más importantes. Vamos a celebrarlo. Mateo 25:23 (Traducción lenguaje actual).

Una relación de confianza - Reflexiones - vídeo

Un equipo de botánicos participaba en una investigación de flores extrañas en los Alpes. En el pequeño saliente de una roca se pudo identificar un fino ejemplar, que podía ser alcanzado solamente por medio de una cuerda salvavidas. El trabajo era demasiado peligroso para los inexpertos botánicos, por lo tanto, llamaron a un joven pastor de ovejas que conocía muy bien la región. Le ofrecieron al chico varias monedas de oro para que se deslizara por la cuerda y tomara la extraña flor.
Confianza en DiosAunque el chico deseaba las monedas con desesperación, tenía miedo, pues el trabajo era demasiado peligroso. Varias veces echó un vistazo sobre el precipicio, pero no podía ver la forma segura de alcanzar la flor. Además, él tendría que depositar su confianza en las manos de gente extraña que estarían sosteniendo la cuerda salvavidas.
Entonces, al muchacho se le ocurrió una idea. Dejó al grupo sólo por unos minutos y regresó asido de la mano de un hombre mucho mayor que él.  Entonces, el joven pastor corrió con ansias hacia la orilla del precipicio y les dijo a los botánicos:
-Ahora pueden amarrar la cuerda por debajo de mis brazos. Bajaré por el cañón, siempre y cuando sea mi padre el que sostenga la cuerda.
El chico compartía con su padre una plena relación de confianza, y estaba dispuesto a depositar su vida en las manos de él.
De la misma manera que tus hijos confían en ti, así también debes depositar toda tu confianza en tu Padre Celestial.
No trates de perfeccionar a tu hijo, insiste en perfeccionar tu relación con él.
Proverbios 15:30
La luz de los ojos alegra el corazón, y la buena nueva conforta los huesos.

¡Entiéndelo de una vez! - Mensaje

¡Entiéndelo de una vez!

entiendelo

Entiéndelo de una buena vez
Él no se ha ido y nunca se irá
Él está a tu lado y siempre lo estará
Entiendo el dolor que siente tu corazón, y 
las palpitaciones que se estrujan en tu interior.
Sé que lloras en ocasiones en la ducha o en tu habitación
Y cómo tus ojos se han hinchado, juntos con tanta emoción.
Sé que esto que pasas es como ahogarse
Y que piensas que morirás.
Sé que tienes pocas fuerzas y percibes la fragilidad que te acompaña.
Y el llanto no te deja mirar
Lo que al frente tuyo se mece, se cuece, se fortalece.
Sin embargo, y aunque no me lo creas,
Dios existe en tu corazón, vida y venas.
No te mientas ni pongas en duda
Sabes que si en este preciso momento le hablas
Con total honestidad, Él te responderá
No con un audible ¡mira hijo, mira hija!
Él tiene otra manera de hablarte
Lo hace directamente en tu corazón
Dios te ama, te espera, te quiere feliz
No pienses, ni creas
Que alguien tiene algo contra ti.
Lo que pasa, lo que sucede, es que ser de Cristo cuesta
Nadie dijo que sería fácil, ni nuestro propio Salvador lo hizo.
Entonces ¿por qué insistes en lo mismo?
Tranquila y tranquilo
Vive un día a la vez
Y ora, ora y deja tu ser, tu esencia
En las manos de Dios, sonríe
Y mira el cielo, cierra los ojos
Y empieza de nuevo, como una flor o como un hermoso bebé.

¡ENTIÉNDELO DE UNA VEZ!

El agua estancada - Devocional - vídeo

El agua estancada, como la que a veces nos toca ver en algún lugar, de color verdoso y con mal olor, no es más que agua que, al no tener movimiento, ha perdido sus propiedades, como el oxigeno, lo que la hace inútil e inservible porque se convierte en agua dañina para quien la quiere usar y ya no cumple con su función, que es dar vida a los seres humanos y algunos animales.
A veces, en nuestra vida espiritual ocurre lo que con el agua estancada, que si no hay movimiento y no corre hacia el río de Dios, pronto acaba por perder su función que es ser de bendición para los demás, es decir, Dios manda lluvia a nuestra vida, y el agua esta ahí, llega viva, lista para que la uses bendiciendo a otros, pero si, en lugar de fluir o dejar que corra, decides que se quede almacenada, pronto pierde sus cualidades y su propósito.
Jesús dijo: “De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, correrán ríos de agua viva”. Juan 7:38 (Nueva Versión Internacional). Todos sabemos que un río tiene un camino que recorrer que desemboca en algún mar; si el agua no corriera, sería solamente un estanque del que el agua no sale hacia ninguna parte, y si al estanque no se le da movimiento, mantenimiento o uso, lo único que consigue es ser un lugar desagradable al que a nadie le beneficia acercarse.
Hay veces que sin saber por qué, nos sentimos como un estanque del que el agua no está dando lo que tiene que dar, sabemos que está, pero no sentimos que fluya o tenga vida; sí, hay momentos así, y creo que todos, o al menos la mayoría, pasamos por esa situación un tanto incómoda que nos hace sentir que no estamos cumpliendo con nuestra encomienda, con el propósito por el que fuimos llamados; es muy fácil llegar a ese punto en el que nos sentimos así, pero conscientes, o no, de los motivos que nos provocan ese sentimiento de estar estancados, siempre la mano de Dios estará cerca para remover el agua y hacerla correr hacia el mar de su presencia.
Puede ser que hoy te encuentres sintiendo que tu vida está estancada, y una y otra vez te preguntas cómo es que dejó de fluir el río en tu vida, pero piensa que a veces es necesario llegar a esos momentos, para darnos cuenta de que las cosas no fluyen por nosotros mismos, sino por la gracia de Dios, que todo empieza por Dios y termina en Dios. Puede ser que un obstáculo fuera la causa de que tu vida se estancara y hasta hoy no hayas podido hacer nada, pues bien, entonces es el momento de que dejes que Dios actúe y remueva tu estanque, que quite los obstáculos y permita que el agua siga corriendo hasta llegar a donde Él quiere que llegue.
Tú naciste para ser un río caudaloso, un río que recibe y lleva bendición a su paso, hasta que llega a rencontrarse con el mar de la presencia y el amor de Dios. Es cierto que, a veces, en tu camino puedes encontrarte con obstáculos y trabas que quieren impedir que llegues a tu destino, que habrá ocasiones en las que pienses que el agua ha dejado de fluir, momentos en los que sientes que estás en un estanque al que no sabes como llegaste. Pero si de algo puedes estar seguro, es de que Dios siempre estará cerca para quitar barreras y remover tus impedimentos, de modo que vuelvas a sentir cómo el agua viva de su Espíritu sigue corriendo por tu ser.

Sentir que el agua viva, que es Dios, ya no fluye, es como perder el sentimiento de Su presencia en nuestra vida, ¿y sabes?: eso nunca sucede. Una buena forma de solucionar ese sentimiento equivocado es recordar que Dios nunca se aleja de ti; a pesar de tus errores, de tus acciones en estos últimos días o de tu falta de disposición a atender Su voz, su mano aún está extendida y dispuesta a remover tu estanque y hacer que tu río fluya y de tu interior vuelvan a brotar esos ríos de agua viva; si hubiese agua estancada, Dios está dispuesto a limpiarla, basta con tus palabras sinceras pidiendo que lo haga.