sábado, 2 de febrero de 2013

Oídos, sólo para Dios - Devocional - vídeo

“El consejo de Jehová permanecerá para siempre; los pensamientos de su corazón por todas las generaciones”
(Salmos 33:11)
A Chuck Ross, un escritor de Los Ángeles, se le ocurrió en 1975 hacer un curioso experimento. Ross envió a cuatro editoriales una porción del libro Pasos (Steps), del afamado escritor de origen judío, Jerzy Kosinski. La novela de Kosinski había sido publicada en 1969 y había ganado el National Book Award de ese año. Para sorpresa de Ross, el manuscrito fue rechazado por las cuatro editoriales. Unos años más tarde y persuadido por Kosinski, Ross repitió el experimento. Esta vez envió el texto completo a catorce editoriales y trece agentes. Nuevamente fue rechazado por todos, incluso por la editorial Random Hause, quien fue la que en 1969 publicó el libro de Kosinski por primera vez. Una historia que hace que riamos un poco, pero que también tiene una segunda lectura menos hilarante. El experimento de Ross nos recuerda que las personas no tienen la última palabra sobre nuestra vocación o talentos. Que no debemos sobrevalorar la opinión de otros, y que debemos creer en lo que queremos alcanzar.
David, el hombre que había sido ungido por Dios para ser rey de Israel, aquel, sobre cuya cabeza el gran profeta Samuel había derramado el aceite de la unción, autorizando su llamada divina. El que otrora había dado muerte al temerario gigante Goliat, se encontraba huyendo de un rey que veía en él todo lo contrario. Dios veía a David como el rey, pero Saúl, el rey de entonces, como un traidor en potencia. El Señor lo veía como una bendición para Israel, pero Saúl como una mala influencia para su hijo Jonatán y como un revolucionario. El Pueblo consideraba a David un salvador, pero Saúl sólo veía un usurpador. La ambivalencia de opiniones presionaba a David hasta el punto de temer por su vida. Pero…, ¿qué pensaba David de sí mismo? Por su conducta deducimos que siempre le creyó a Dios.
Pasaron doce largos años de huidas y dificultades. Rechazado, desterrado y sin rumbo fijo. Rodeado de un grupo de hombres de dudosa reputación. Recibiendo infortunio tras infortunio. Hasta que llegó el día en que todos se dieron cuenta de lo obvio, de lo que Dios había dicho. David fue reconocido como el rey que por decreto del Altísimo era. Su reinado, de cuarenta años, fue llamado la etapa dorada de Israel. Hoy es recordado como un gran hombre de Dios, capaz de creer a pesar de la opinión cambiante de los demás.
A Juan le llamaban endemoniado, mientras que otros le decían, profeta. A veces los que gritan más eufóricamente “¡Hosanna!”, pueden, días más tarde, gruñir a toda voz, “¡que le crucifiquen!”.  Se trata de seguir adelante, de reírse de la adversidad y desoír las opiniones vacilantes. 
“Cuando vayan mal las cosas/ como a veces suelen ir,/ cuando ofrezca tu camino sólo cuestas que subir./ Cuando tengas poco haber/ pero mucho que pagar/ y precises sonreír aun teniendo que llorar,/ cuando el dolor te agobie y no puedas ya sufrir,/ descansar acaso debas,/ pero nunca desistir” (Rudyard Kipling).

No sucumba ante la virulenta desaprobación de los demás, ni dé saltos de alegría ante el efímero elogio. Haga lo que por vocación santa ha sido llamado a hacer. No deje que le distraigan los aplausos, ni que le entristezcan las contradicciones. No se preocupe por los que están a su alrededor, sino por el que mira desde lo alto. Sólo persista, persista, persista.


Vive en el presente -Mensaje


La vida es una de las cosas más bonitas que nos pudo haber dado Dios; tener vida es tener oportunidades. Siempre que vivamos, mantendremos viva también la esperanza de poder cambiar las cosas, de ser mejores y de enmendar errores cometidos.

Vivir a destiempo nos limita el presente, es decir, nos impide disfrutar de lo que tenemos al desear cosas del pasado o del futuro. La mayoría de las veces, estamos tan aferrados al pasado que sólo nos mantenemos vivos a través del recuerdo; añoramos eso que un día fue, pero ya acabó, o por otro lado deseamos que el tiempo pase rápido, para conseguir eso que deseamos para nuestro futuro.

La mayoría del tiempo lo pasamos pensando en algo que perdimos y deseamos de nuevo, pero nos olvidamos de vivir en el hoy, en lo que tenemos presente, en lo que ya es nuestro, y, entonces, perdemos la oportunidad de disfrutarlo; no nos estamos dando cuenta de que lo que tenemos hoy, la oportunidad de disfrutarlo, mañana será pasado y habrá quedado sólo en el recuerdo.

La vida es esa parte del tiempo que se nos pasa mientras pensamos en el pasado o en el futuro; eso que hoy tenemos y olvidamos disfrutarlo, un día será pasado y tal vez queramos volver tiempo atrás para aprovecharlo. Imagina que tienes un hijo, pero estás deseando que sea grande y sea un profesional o una persona exitosa, piensas tanto en lo que será de grande, que olvidas disfrutar cada palabra que aprende a hablar, cada año que cursa en la escuela, cómo crece cada día y se va convirtiendo en alguien de bien; ahora imagina que ya lo tienes y estás recordando cómo eras cuando no lo tenias. ¿No es eso una perdida de tiempo?; pues algo muy similar sucede con nuestra vida cuando nos olvidamos de vivir el presente.

Todos alguna vez perdimos algo, todos, la mayor parte del tiempo, estamos deseando algo, pero muy pocos son los que olvidan todo y viven el presente; tuvimos todo y lo perdimos, tenemos pero queremos más, pero, ¿qué pasa con lo que hay ahora? El presente es el mejor tiempo para disfrutar lo que Dios nos da; ese es un reto, disfrutar de lo que tienes hoy, agradecer por el presente sin lamentarte del pasado ni preocuparte por el futuro.

Dios conoce tu pasado, tu presente y tu futuro, está contigo y te ama en todo tiempo. ¿Cómo puede atormentarte el pasado si ya todo te lo ha perdonado? ¿Qué puede preocuparte del futuro si tu vida está en sus manos? Sólo el presente es válido para agradecer, disfrutar y aprovechar al máximo la vida que Dios te da. Sólo los que no conocen a Dios se preocupan por eso. Ustedes tienen como Padre a Dios que está en el cielo y Él sabe lo que ustedes necesitan. Mateo 6:32 (Traducción en Lenguaje Actual)

No dejes escapar ni un solo momento,  siempre habrá problemas, todos los tenemos, siempre habrá algo que queremos porque todos tenemos sueños y proyectos por cumplir, pero no todos tenemos la oportunidad de disfrutar y de agradecer; hay gente que soñó ayer y no vivió hoy para cumplir su sueño, hay personas que se van de este mundo sin haber perdonado su pasado, pero hay quien hoy tiene la oportunidad de disfrutar la vida.

Un Día Mejor - Reflexiones con Vídeo

No le digas a Dios que tienes un gran problema, dile a tu problema que tienes un gran Dios y recuerda que Él te dice: NO TEMAS.
Que hoy sólo lo bueno sea lo que salga de tu boca.
Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no estribes en tu propia prudencia.
Proverbios 3:5
Ya no recuerdes lo que DIOS olvidó
ya no te acuses por algo que pasó
nunca digas que nada cambiará
porque lo que envíes siempre a ti volverá.
Es como un eco que responde
es como un eco que responde
de seguro si te acusas
también te acusará
de ti depende la felicidad.
El presente es el momento
de olvidarse del sufrimiento
DIOS ha prometido un día mejor.
El presente es el momento
de cambiar en gozo el lamento
de alzar tu rostro en busca de algo mejor.
Levántate – alégrate
hoy se abre el cielo a tu favor
levántate – alégrate
recibe fuerzas, llénate de valor.
Levántate – alégrate
hoy se abre el cielo a tu favor
levántate – alégrate.
No le digas a DIOS que tienes un gran problema
dile a tu problema que tienes un gran DIOS
recuerda la palabra que te dice NO TEMAS
que sólo sea bueno lo que diga tu voz
Es como un eco que responde
es como un eco que responde
de seguro si te acusas
también te acusará
de ti depende la felicidad.
El presente es el momento
de olvidarse del sufrimiento
DIOS ha prometido un día mejor.
El presente es el momento
de cambiar en gozo el lamento
de alzar tu rostro en busca de algo mejor.
Levanta tu rostro al cielo
y recibe consuelo, llénate de su amor
levanta tu rostro al cielo
y aunque pases por fuego
no sentirás dolor.
No exaltes al problema
sino a tu DIOS
grita la victoria
usa tu voz
proclama el nombre del
DIOS de la biblia
Su amor es la barrera
que protege a tu familia
pa bendecirte
nunca resesa
siempre tiene un plato sobre tu mesa
el será tu paz en la tormenta
si lo llamas por ti se despierta
no te rindas yo vine animarte
en el nombre de JESÚS
sé que puedes levantarte…
levántate – alégrate
hoy se abre el cielo a tu favor
levántate – alégrate
recibe fuerzas llénate de valor
levántate – alégrate
hoy se abre el cielo a tu favor
levántate – alégrate

La Parábola Africana - Reflexiones

Cada mañana, en África, una gacela se despierta.
Sabe que tiene que correr más rápido que el león porque si no, morirá.
Cada mañana, un león se despierta. Sabe que tiene que superar en velocidad a la gacela porque si no, se morirá de hambre.
No es cuestión de si usted es león o gacela. Cuando el sol alumbre, es mejor que eche a correr.
refle-desafio27aSi para usted siempre ha sido difícil transformar sus fracasos en victorias, entonces tiene que empezar a moverse.
No tiene importancia lo que le haya detenido o durante cuánto tiempo se mantuvo inactivo.
La única manera de romper el ciclo es afrontar su miedo y entrar en acción, aunque esto parezca pequeño o insignificante.
Dios siempre nos desafía, y cuando Él desafía, lo mejor es caminar o correr hacía ese desafío.
refle-desafio27
Éxodo 14:14-16
El Señor peleará por vosotros mientras vosotros os quedáis callados.
Entonces dijo el Señor a Moisés: ¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que se pongan en marcha.
Y tú, levanta tu vara y extiende tu mano sobre el mar y divídelo; y los hijos de Israel pasarán por en medio del mar, sobre tierra seca.
2 Corintios 2:14
Pero gracias a Dios, que en Cristo siempre nos lleva en triunfo, y que por medio de nosotros manifiesta en todo lugar la fragancia de su conocimiento.
Juan 16:33
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo.
1 Corintios 15:57
pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
 

Flinders, el lago Hillier, y yo - Devocional - vídeo

“¡Oh profundidad de las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!”
(Romanos 11:33)
En 1802, el navegante y cartógrafo británico, Matthew Flinders, subió a la cumbre más alta de Middle Island, al occidente de Australia. Fue entonces cuando divisó algo completamente extraordinario. En medio de un exuberante bosque de eucaliptos y ondulantes dunas de arena blanca, se dibujaba un fascinante lago completamente rosa. Con seiscientos metros de longitud y 250 metros de anchura, el Lago Hillier deslumbra al viajero y su color intenso es un espectáculo a los ojos.
A pesar de que su descubrimiento tiene dos centurias cumplidas, los científicos aún no pueden descifrar a qué se debe tan particular coloración. Hay muchas teorías, pero ninguna es completamente satisfactoria. El mundo entero puede disfrutar de tan inmensa belleza, pero de momento no puede comprender todos los misterios que este enigmático lago encierra. El Lago Hillier es un recordatorio de nuestro límite, de nuestro fin, de la pequeñez humana en relación al complejo mundo que nos rodea, y del inmenso desconocimiento del hombre.
El Lago Hillier recuerda a Dios, y la experiencia del curtido marino ilustra nuestra fascinación ante lo indescriptible de su deidad. ¿No te ocurre lo mismo? Desde la montaña de la salvación en Cristo hemos divisado la naturaleza esplendorosa del Señor para darnos cuenta, cada vez más, de nuestras limitaciones para explicarnos su grandeza. No importa cuánto procuremos entender sus misterios, ni cuánto hagamos por explorar su sabiduría, que siempre alcanzaremos sólo un atisbo de lo que Él es.
Esto no debe desanimarnos en absoluto. Nuestra relación con Dios no se deteriora por lo que no conocemos de Él, sino que se potencia en lo que vamos viendo y experimentando sobre Él. Un día lo que es en parte se acabará (1 Corintios 13:10), pero en tanto ese momento llega, podemos mirar al Señor y disfrutar de su gloria sin muchas preguntas. Tal contemplación nos hará mejores, a  semejanza de su Hijo: “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” (2 Corintios 3:18).
Acerquémonos a Dios como el viajero que se admira ante lo indescriptible de un paisaje. Como el peregrino que se detiene ante un monumento. Como el navegante que se enamora de las centelleantes estrellas sin llegar a conocer el nombre de todas ellas. La existencia es más juiciosa cuando la adornamos con las actitudes correctas. La vida es más feliz, cuando nuestra contemplación de Dios no se ve empañada por el escepticismo y las opiniones vacilantes de este mundo.

Si algo debemos asumir en verdad, es que debemos tener cada vez más clara nuestra necesidad de apreciar lo inentendible. Dios es invisible, inescrutable, infinito, omnisciente, omnipotente y eterno. Ello sobrepasa nuestra comprensión, pero no eclipsa nuestra capacidad de asombro y adoración. 

Hoy y siempre sirvamos  al “bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén” (1 Timoteo 6:15,16).