martes, 29 de enero de 2013

Una FE segura - Devocional - vídeo

La semana pasada llevé a uno de mis sobrinos a una tienda para que escogiera el juguete que más le gustara, pues se lo iba a obsequiar. Vi en él los ojos de un niño muy feliz al saber que su tío le iba a comprar el juguete que él quisiera.
Pasó varios minutos recorriendo los pasillos y viendo cada juguete que se encontraba en los estantes. Después de un buen rato, le pregunté si ya se había decidido; con carita de apenado me dijo que todavía no, que tenía tres juguetes elegidos y aún no se había decidido. Le dije que me llevara a verlos, noté en él un cierto temor a que no se lo quisiera comprar, pero en mi intención ya estaba comprarle el que él quisiera, no importando el precio; así que fui, observé los tres juguetes y le dije que eligiera entre dos de ellos, que cualquiera de ellos me parecía excelente.
Entonces, fue allí cuando me llevé una sorpresa agradable. Él me dijo literalmente:
-“Éste me gusta, (se refería a un robot de armar estilo lego), pero me lo van a dar uno de estos días, así que mejor este otro”. Me extrañó saber que se lo iban a dar en esos días, y entonces le pregunté curiosamente quién se lo iba a dar, y su respuesta fue: 
-“Es que estoy participando en un concurso y el premio es ese juguete, entonces me lo van a dar”, a lo que yo le respondí: 
-“¿Quieres decir que ya te lo ganaste?”, entonces él me respondió de una manera seria y segura: 
-“No, tío, pero me lo van a dar, es que TENGO FE”, y terminó con: “Hay que tener FE tío”. Me quedé sorprendido porque no estaba bromeando; me lo dijo de una forma muy serena, segura y al mismo tiempo dándome una lección. Quedé unos segundos asimilando lo que me había dicho y me sorprendió hasta el punto de que me sentí tentado a comprarle también ese juguete por, y a pesar de, la fe que estaba mostrando.
Estos días he tenido muy presente ese episodio en mi mente, y, al mismo tiempo, he reflexionado sobre lo mucho que me falta en ocasiones tener esa fe segura, esa fe seria, esa fe de que las cosas se cumplirán porque confió en que Dios lo hará.
En los días de Jesús, el Maestro se sorprendió por la fe de un Centurión, el cual creyó en que sólo bastaba una orden de Jesús para que su siervo fuese sano. A diferencia de otros, el Centurión no necesitaba que Jesús fuese y tocase a ese hombre, sino que bastaba con sus palabras, su orden y el milagro que esperaba sucedería. Jesús, maravillado de la fe de este hombre...: “Al oír esto, Jesús se maravilló de él, y volviéndose, dijo a la gente que le seguía: Os digo que ni aun en Israel he hallado tanta fe.”  Lucas 7:9 (Reina-Valera 1960).
¿Cómo está nuestra fe?, ¿Estamos sorprendiendo a Dios con nuestra seguridad de que Él cumplirá?, ¿Tenemos esa FE segura que se necesita para ver las respuestas de nuestras peticiones?
No sé si mi sobrino ganará ese juguete, mas lo que si sé es que ese día se lo compré e, independientemente del origen del obsequio, hay algo que hizo posible que lo obtuviera, fue SU FE SEGURA. Quizá Dios me utilizase como medio para dar a mi pequeño sobrino de diez años lo que creyó; él sólo sabía que lo obtendría y Dios se encargó de usar el medio necesario para darle esa respuesta que él sabia que vería. Se lo di como un regalo y en la tarjeta decía: “Por tu fe”. Le dije que guardara esa tarjeta y que cada vez que la viera se acordara de que cuando tenemos FE, Dios puede hacer cualquier cosa.
No te preocupes en descifrar el medio que Dios utilizará para su respuesta, puesto que tu tarea es CREER, y si tienes esa FE SEGURA que se necesita, entonces verás las respuestas que querías.
Estos días aprendí a tener más FE, a entender que la fe consiste en creer que obtendré lo que estoy pidiendo, pues si no, ¿para qué pido?; si voy a pedir es porque tengo la seguridad de que Dios me responderá, eso sí, siempre y cuando mi petición esté bajo su voluntad.
Más allá de la petición de mi sobrino (un juguete), que para él era algo importante, hay una gran enseñanza que Dios quería mostrarme a través de esa experiencia, y es que mi FE tiene que ser como la de un niño, es decir UNA FE SEGURA.

¡Ten FE en lo que Dios hará y entonces recibirás las respuestas que has estado esperando!

“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve”. 

Hebreos 11:1 (Reina-Valera 1960)

La estrella más brillante del cielo - Mensaje

Superar la partida de alguien especial siempre es algo doloroso; muchos piensan que nunca se supera, sino que se aprende a vivir con el dolor o el vacío que esa persona dejó. Es algo agotador, requiere un esfuerzo enorme saber sobrellevar todos los sentimientos encontrados que siente el corazón. No es lo mismo que alguien se aleje de ti por decisión propia, que perder a un ser querido que fue llamado por el Señor.
Es realmente difícil despedirse de quien amaste un día, de aquella persona con la que tanto compartiste y fuiste feliz, ya que queda un vacío y muchos recuerdos, que si bien es totalmente cierto que nadie ocupa ese lugar y nada sustituye lo que esa persona fue en tu vida, sea poco o mucho el tiempo que lo tuviste contigo, no queda otra cosa que agradecer a Dios la oportunidad y el tiempo de haberle tenido junto a ti.
A veces nos toma bastante tiempo superar la partida de alguien que marcó nuestra vida. Normalmente tenemos momentos muy dolorosos, pero con el tiempo y la ayuda de Dios los superamos. Con el tiempo llegamos a casa y cada vez que nos viene algún recuerdo, aunque sea mínimo, pensar en lo que vivimos a su lado provoca una sonrisa en nuestro rostro y decimos: “Gracias Dios por prestarme a esa estrella durante un tiempo”.
estrella mas brillante
Tú, que sufres la partida de un ser amado, que hoy lloras y miras al cielo preguntándote cómo vas a hacer para superarlo, de dónde vas a obtener la fuerza, y por qué esa persona se fue así tan rápido, debes saber que Dios conoce tu situación, que sabe el dolor que sientes, y ha visto cada una de tus lágrimas, las que derramas a solas en tu habitación, las que escondes detrás de un “estoy bien”. Él tiene tu situación en sus manos, y, aunque parezca que hay cosas que tal vez no entiendas, quiere darte fuerzas, consuelo y llenar tu vacío con su presencia. Quiere hacerte saber que no estás solo y que con su amor sanará tu dolor.
Dios es el único capaz de transformar la tristeza en alegría; pensar en eso se ve tan imposible..., pero realmente es posible si se lo permites; los recuerdos dolorosos se vuelven vivencias que te hacen fuerte, la inseguridad que ellos nos provocan aumenta nuestra fe, y la tristeza por quien perdiste, se convierte en la certeza de saber que hoy es una estrella que brilla con toda su fuerza en la presencia de Dios.
Es necesario desahogar el dolor, sacar la tristeza, y eso lleva tiempo. Nadie puede decirte que no sufras o que no llores por haber perdido a alguien a quien amabas, pero debes saber que, sobre todas las tristezas, Dios tiene una medida tan grande de amor que te sacará de ellas, que por cada lágrima tiene un “te amo” y un “Yo estoy contigo”.

Recibe consuelo y descanso en los brazos de amor que te esperan abiertos cada vez que estás triste. Tal vez hoy las palabras no sean suficientes para aliviar el dolor, pero Dios te hará saber por todos los medios que sigue contigo, tendrá detalles para recordarte que eres su especial tesoro y que aún tiene planes hermosos para ti.

Viendo con el corazón - Reflexiones - vídeo


María fue una bondadosa auxiliar de maestra que simplemente quería amar mejor a sus estudiantes, niños con problemas emocionales. Ella pudo haber sido muy tolerante, pero Danny estaba agotando su paciencia. Antes, había sido más fácil quererle, cuando él prefería herirse a sí mismo antes que a otros. Y aunque Danny tenía sólo siete años, ella, verdaderamente, era lastimada cuando se sentía físicamente golpeada por él.
Durante muchos meses, Danny se retiró a "su mundo privado" e intentaba golpear su cabeza contra una pared, cada vez que se sentía incómodo.  Había ido avanzando, progresando, pero, en vez de abstraerse, golpeaba a María.
-¿Progresando, avanzando?, exclamó María. ¿Cómo es que este avance le induce a dañarme?
Danny fue abusado en su infancia en repetidas ocasiones, explicó el psicólogo de la escuela. Sólo ha conocido adultos que fueron mezquinos con él, o que simplemente hicieron caso omiso a sus necesidades básicas.
No tuvo nunca en quien confiar. Nadie estuvo cercano a él; nadie que enjugara sus lágrimas, que le preparara alimento alguno cuando el hambre le azotaba. Padeció castigo sin motivo. Está progresando, ya que, por primera vez en su vida, deposita la suficiente confianza en un adulto como para exteriorizar su ira antes que autodestruirse. María, usted es el adulto acreedor de su confianza.
Después de haber escuchado esa explicación, María, con lágrimas brotando de sus ojos, exclamó:
-¡Ya entiendo!
Mientras su comprensión aumentaba como la luz de la aurora, su enfado se desvanecía.
"Cuando el amor y la experiencia operan juntos, anticipan una obra cumbre".
Algunas veces parece que el progreso nos evade, pero Dios es fiel para continuar la buena obra que Él ha comenzado en cada una de nuestras vidas. Si abrimos los ojos del corazón, veremos Su mano obrando en nosotros.
1 Reyes 3:9
Da, pues, a tu siervo un corazón con entendimiento.

Universidad del Fracaso - Reflexiones

Una experiencia que tuve en la universidad, junto con la forma que reaccioné a ella, es típica de lo que muchos estudiantes afrontan.
El primer día de mi primer año en la universidad, el profesor entró a la clase de historia de Las Civilizaciones y con energía, dijo: "La mitad de ustedes no aprobará esta clase".
¿Cuál fue mi primera reacción? ¡Miedo! Hasta entonces nunca había tenido un fracaso en mis estudios. Y no quería empezar ahora, de manera que la primera pregunta que me hice fue: ¿Qué querrá el profesor?
La universidad se transformó en un juego que yo quería ganar.
Recuerdo que una vez memoricé ochenta y tres fechas para un examen, porque mi profesor creía que si se podía citar fechas era porque la materia se dominaba. Conseguí una A (apto) en ese examen, pero tres días más tarde, había olvidado toda la información.
Me las arreglé para evitar el fracaso que temía pero en realidad no logré nada.
¿Qué es un fracaso?
Cuando era niño, yo creía que era un porcentaje. Menos de sesenta y nueve significaba fracaso. De setenta para arriba significaba éxito. Este pensamiento no me ayudó.
El fracaso no es un porcentaje ni un examen. No es un hecho aislado. Es un proceso.
No estaba preparado para el fracaso.
Cuando me gradué en la universidad, lo hice entre el cinco por ciento mejor de la clase. Pero eso no quería decir nada.
Había jugado con éxito el juego de la escuela y había absorbido un montón de información. Pero no estaba preparado para lo que me esperaba más adelante.

La vida tiene altos y bajos. Y las dos cosas son la mejor Universidad de la Vida. Esta Universidad nos prepara para el Éxito y para el Fracaso.
Lo importante es no perder ninguna lección y aplicarla de manera práctica en la vida.
Al fracaso lo precede la soberbia humana; a los honores los precede la humildad. Proverbios 18:12
Los planes bien pensados: ¡pura ganancia! Los planes apresurados: ¡puro fracaso! Proverbios 21:5

Todo Se lo Debo a Él - Música Cristiana

Mi despertar y mi atardecer
Todo se lo debo a Él
Si en mi vivir no existiera Él
No sé que sería de mí
Porque todo se lo debo a  Él
Todo se lo debo a Él
Todo se lo debo a Él
Mi vida y sustento
Mi fuerza y esperanza
Todo se lo debo a  Él
Si en mi aliento Él no fuera el viento
Como podría vivir
Y si de mi corazón no fuera el centro
Habría un vacío en mí
Y es que todo se lo debo a Él
Todo se lo debo a Él
Todo se lo debo a Él
Mi caza y mi familia y todas mis canciones
Todo se lo debo a Él
Todo se lo debo a Él
Todo se lo debo a Él
Mi caza y mi familia y todas mis canciones
Todo se lo debo a Él
Si en mi aliento Él no fuera el viento
Como podría vivir
Y si de mi corazón no fuera el centro
Habría un vacío en mí
Y es que todo se lo debo a Él