lunes, 31 de diciembre de 2012

Cerrando el año 2012... Testimonio


No queremos cerrar este año 2012 sin dejar de compartir que es Dios, a través de este Ministerio, quien nos está permitiendo llegar a muchas vidas creyentes y no creyentes...más de 10.300 visitas en este año de personas que ven, muchas de ellas a diario, este espacio destinado a la propagación del Evangelio de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo. 

Este domingo 30 de este mes en curso, ayer específicamente, tuvimos en nuestra iglesia la visita en persona de unos de los mas de diez mil usuarios/visitantes del blog (un matrimonio creyente), que nos contactaron a través del mismo, provenientes de Brasil y con residencia en la actualidad en la ciudad de Ourense, manifestándonos el interés de ser parte de la familia de la Iglesia Evangélica Bautista.  

Palabras textuales de la pareja: visitamos vuestro blog en internet, buscamos Iglesia Evangélica Bautista en Ourense, y Dios nos respondió... y aquí estamos con ustedes..., no queremos perder nuestras raíces bautistas.

¡Gracias Dios por todo lo que estás haciendo!

Publica familia pastoral: Lucas, Diana y Abigail.

¡Feliz Año nuevo! - Mensajes de ánimo

Hoy es el último día del año 2012, y posiblemente muchos de los que lean este mensaje lo hagan en 2013, pero en nombre de este Ministerio de sitio web cristiano queremos bendecir sus vidas a través de este corto mensaje.
Primero agradecer a Dios por el privilegio que nos da al servirles a ustedes; lo hacemos de una manera honesta, tratando de superarnos cada día para que cada publicación sea de bendición para las vidas que lo verán, leerán, compartirán e imprimirán.
Agradecemos también su preferencia, ya que sus visitas continuas hacen que este Ministerio siga teniendo vida. Si bien es cierto que Dios hace su parte ministrando, cada uno de nuestros visitantes también hace su parte leyéndonos, compartiendo lo que consideran que pueda ser de bendición a otras vidas o invitando a otros a que también nos visiten. Gracias por este nuevo año que nos permiten servirles.
Deseamos que para este año 2013 Dios pueda bendecirles mucho más, que pueda abrir muchas puertas, que pueda darles mucha salud física y espiritual, que pueda enseñarles sus propósitos perfectos para sus vidas y que...
Declaramos en el Nombre Poderoso de Jesús que cada día de este nuevo año será un día especial para cada vida que nos lea a cualquier hora, porque habrá paz en sus corazones, porque existirá esa pasión por Dios y ese deseo ferviente de buscarle y agradarle en todo lo que hagan.
Bendecimos sus vidas para que este 2013 sea de mucha bendición, que haya siempre provisión en sus hogares, alimentos, vestuario, paz, pero sobre todo, que sus vidas siempre estén ligadas al Dios de la provisión.

¡Gloria a Dios por este año que va a terminar! y ¡Declaramos un 2013 excelente!

Son los deseos de nuestra web cristiana:

www.iglesiaevangelicabautistaourense.blogpost.com

Parece que fue ayer - Mensajes de ánimo

parece-que-fue
Un año que se va, otro más que viene… Y pensar que ayer estábamos despidiendo al 2011, ayer  le   quemábamos, le pisoteábamos, le dábamos golpes con la correa, y luego nos entregábamos a largos y calurosos abrazos con los vecinos, con los amigos y nuestros seres queridos, deseándonos y augurándonos un buen año nuevo.
Pues sí, como el título de una canción de Armando Manzanero, “Parece que fue ayer”, igualmente parece que  nos apostábamos cerca de la hoguera donde se fundía el monigote de cartón y papel, conteniendo, en alguno de sus bolsillos, una larga lista de cosas que simbólicamente deseábamos  que acabaran en las llamas del fuego purificador.
Parece que fue ayer cuando observábamos a mucha gente en serios apuros, sacando las maletas a la puerta de la casa y dando vueltas con ellas a la manzana, para pedir tener muchos viajes el año siguiente. O a otros comprando ropa interior amarilla para ponérsela la noche de fin de año, con el objeto de, según ellos, asegurarse felicidad y buenos momentos.
Parece que fue ayer cuando algunos de nosotros, desconocedores de la Palabra de Dios, nos servíamos cucharadas de lentejas cocidas; nos lavábamos las manos con champán y azúcar, y repartíamos espigas de trigo, para, conforme a la tradición, atraer la riqueza y prosperidad para el año nuevo.

Querido  amigo  y amiga, es posible que de ese ayer aún te hayan quedado algunos rebrotes de superstición. Te recuerdo entonces que se acerca el momento de que entre los restos del año viejo, chamusques tales retoños o rebrotes, mientras mentalmente puedas elevar una oración que termine diciendo: “Desde hoy, sólo pondré mi confianza en ti Señor”.
Al despedir el año que se va y recibir el  año que viene, hay que entender que no es que nos vaya a ir bien por el mero hecho de cumplir con toda una ritualidad supersticiosa, sino por el grado de fe, confianza y obediencia que pongamos en el único rector de nuestro destino: Dios. Él tiene en sus manos el plan, las llaves y el manual de manejo de nuestra vida, y sin su permiso nada podrá ocurrir; ni siquiera se moverá un cabello de nuestra cabeza.
No dejemos entonces que el bullicio y la euforia del día 31 nos enajene hasta el punto de olvidarnos  de renovar el compromiso con el Señor, de olvidar seguirnos entregando a su santa voluntad; así mismo debemos pedirle que nos regale grandes porciones de salud, amor, fe, paz interior, sabiduría y  prosperidad para nosotros y nuestro prójimo.

Anhelo un año 2013 repleto de bendiciones para ustedes, queridos amigos de la red, que día a día tienen la amabilidad de leer este espacio virtual. Igualmente anhelo para aquellos nuevos visitantes que cualquier día de estos se encuentren, de alguna forma, con estas páginas y que piensen: “qué casualidad, es lo que buscaba”, que sepan que no es coincidencia, ni casualidad, sino parte del propósito que el Señor tiene para transformar sus vidas.
M.G.L.

“Bendito el varón que se fía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viniere el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.”  (Jeremías 17: 7,8)

Creo, por eso a veces dudo - devocional - vídeo

 “Proposición que se asienta por firme y cierta y como principio innegable de una ciencia”.
“Fundamento o puntos capitales de todo sistema, ciencia, doctrina o religión”.
Son algunas de las acepciones que el diccionario de la R.A.E. asigna a la palabra “dogma”.
Es decir: “esto es así y no de otra manera”.
Nuestra fe no consiste en la aceptación pasiva y/o sumisa de un conjunto de enunciados y/o bases, establecidas por la institución religiosa o por sus pastores sobre la iglesia, la vida, Dios y la espiritualidad; resulta ser más bien, el acto voluntario de hacerse con “la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (Hebreos 11:1).
Es por eso que, a veces, debo reconocer que la duda me inquieta. Y en este sentido debo reconocer, además, que ha habido períodos de mi vida en los que he disfrutado y gozado de una íntima comunión con Dios. Otras veces, en cambio, la relación con Él ha sido tensa, árida, tirante, áspera.
Y este año no ha sido la excepción. El primer día de la semana, el primer día del mes y el primer día del año coincidieron en un mismo día. Ese día decidí comenzar a congregarme en una nueva comunidad. “¡Este año será su año!”, “¡Dios quiere prosperarle!”, “¡Profetizo que de aquí a … meses ocurrirá un gran milagro en su vida!”, etc., etc., etc. Son cosas que escuché desde el primer día del año. Hoy, final del año, debo reconocer con sinceridad que ninguna de estas cosas ocurrió. No por lo menos en esa magnitud. Bendiciones, hubo, no lo puedo negar, y sería muy ingrato por mi parte si no lo reconociera. Pero también es cierto que he tenido que lamentar importantes retrocesos. Muchas veces me he encontrado pensando que después de remar en la vida y soportar   circunstancias negativas con un tremendo esfuerzo y quedar extenuado y agotado, muy lejos de arribar a buen puerto parece que hubiese estado remando hacia atrás. Conformándome con “bendicioncitas”  a cuentagotas en medio de las arenas quemantes del desierto, cuando lo que se esperaba es que los cielos se vinieran abajo con una lluvia torrencial de bendiciones.
Parece una queja, pero en realidad sólo intento ser objetivo en el resumen de las cosas que pasaron… o no pasaron. Por eso digo: Bendiciones hubo, pero también retrocesos; y me tuve que conformar y dar gracias porque la cosa pudo haber sido mucho peor. No sé si esto habla bien de quien esto escribe. Pero ser creyentes no nos hace más ni mejores personas que los incrédulos. En todo caso, sin importar las circunstancias, nuestra fe, muy lejos de elevarnos a nosotros mismos, exalta el Señorío de Cristo, quien vino a este mundo a vivir nuestras penurias y dio su vida en rescate por nuestros pecados.
Acabaron los días de Abraham sobre esta tierra sin poder ver la grandeza de la bendición que Dios le había prometido. Antes, Moisés no entró en la Tierra Prometida y Elías, mucho tiempo después, cayó en estado depresivo cuando pusieron precio a su cabeza y también ante la ausencia circunstancial de respuestas de parte de Dios. Mefi-Boset, hijo de Jonatán, nieto de Saúl, se pasó una gran parte de su vida aislado y oculto en Lodebar hasta que por fin pudo sentarse a la mesa del rey.
El asistente de Elías le señaló una pequeña nube en el cielo, del tamaño de la palma de una mano. Cuando nadie presagiaba una mínima llovizna, esa pequeña nubecita resultó ser el augurio, el anticipo, la señal de que la bendición de la lluvia torrencial estaba próxima. Mefi-Boset asistió temeroso a su primera cita con el rey David. Moisés no pudo ver con sus ojos carnales la Tierra Prometida, pero la vio con la visión de su espíritu. Y Abraham recibió un anticipo de la Promesa cuando, avanzada su edad y sin haber podido tener hijos, un niño le fue anunciado por el ángel del Señor.
Hoy,entre tanto, transito por mi Lodebar a la espera de ser llamado a sentarme a la Mesa del Rey, con mis pies en esta tierra pero con la visión en la certeza de lo que se espera, con la convicción de lo que no se ve, convirtiendo pesadillas en sueños… Creo, por eso a veces dudo.

Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido,  sino mirándolo de lejos,  y creyéndolo,  y saludándolo,  y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que esto dicen,  claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron,  ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial;  por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos;  porque les ha preparado una ciudad.

(Hebreos 11:13-16 RV60)


¿Hacia dónde te diriges…? -Reflexiones - vídeo

El motivador Steve Chandler, reportero de deportes, entrevistó en 1976 a un fisioculturista y aspirante a actor llamado Arnold Schwarzenegger. Chandler recuerda que le preguntó: ¿Hacia dónde te diriges y cuál es una de tus metas? Con voz calmada Schwarzenegger respondió: ” Camino hacia la meta de ser el actor número 1 de Hollywood". En aquel entonces su imagen no prometía mucho. Su acento austriaco y su figura monstruosa no prometían mucha aceptación de las audiencias futuras. Steve trató de decírselo, y Arnold le respondió: para llegar a esa meta estoy usando el mismo método que usé en el fisioculturismo; este método consiste en crear una visión de ti mismo, de lo que quieres ser y comenzar a vivir como si esa imagen fuera real. Esto suena ridículamente simple, pero, dentro de esa simpleza, Schwarzenegger caminó y llegó a ser no sólo un artista reconocido mundialmente, sino incluso gobernador de California.
Tenemos a veces una imagen distorsionada de nosotros mismos y nos olvidamos que somos producto de la mano de Dios. Cuando comenzamos a caminar en el sendero de lo expresado por Dios, todas las otras mentiras que gente significativa nos ha dicho comienzan a derrumbarse.
Nunca dejes que el héroe que Dios creó en ti se ahogue en las corrientes tumultuosas de quienes te quieren inundar.
Efesios 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Salmos 92:5 ¡Cuán grandes son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos.
Proverbios 23:7
Porque cual es su pensamiento en su alma, tal es él.

Sacúdete el polvo - Mensajes de ánimo

Si, quizá no han sido tus mejores días, quizá todo iba bien hasta que tropezaste y caíste al suelo y por alguna razón no quieres levantarte.
Nunca te imaginaste estar en esta posición. Antes veías a otros y no creías cómo había sido posible que tropezaran de esa manera, pero ahora el protagonista eres tú, ahora tú eres quien tropezó y realmente no sabes cómo poder levantarte.
Quizá lo que antes juzgabas hoy lo vives, y es duro, sí. Lo es porque te sientes avergonzado, te sientes inmerecedor de Dios, crees que tu fallo, tu tropiezo, no es perdonable, eres muy duro contigo mismo sin pensar antes que Dios no te juzga de la manera que tú mismo lo haces.
Para Dios no es una sorpresa lo que te ha pasado. Dios no está avergonzado de ti, porque si Él se avergonzara de cada uno de nuestros tropiezos, entonces estaríamos perdidos, pero en vez de avergonzarse de nosotros, nos busca, nos levanta con amor y nos da nuevas oportunidades que deberíamos aprovechar.
El salmista escribió lo siguiente en el Salmo 119:25 “Estoy tirado en el polvo; revíveme con tu palabra” (Nueva Traducción Viviente). El salmista comprendía y reconocía la dureza del momento que estaba viviendo, pero al mismo tiempo comprendía que sólo Dios y su Palabra podían darle vida y animarle.
Pueda que hayas tropezado, sin embargo eso no significa que todo esté perdido, eso no quiere decir que ya no hay nada más para ti; la Palabra del Señor dice lo siguiente acerca de lo que Dios puede hacer en tu vida: “Levanta del polvo a los pobres, y a los necesitados del basurero” Salmos 113:7 (Nueva Traducción Viviente).
Si una ventaja tenemos los hijos de Dios es que tenemos un Padre que nos ama con un amor puro e infinito. Que a pesar de que no le entendamos o no asimilemos bien su Palabra, su amor hace que sus brazos estén abiertos para recibirnos cuando de corazón sincero nos arrepentimos. Y aunque se nos haga difícil de entender, así es el amor de Dios, ETERNO, PURO, SINCERO, SIN PREJUICIO NI REPROCHES; el amor que Dios nos tiene hace que nos levantemos una y otra vez después de cada tropiezo.
La Biblia dice: “Los justos podrán tropezar siete veces, pero volverán a levantarse” Proverbios 24:16a (Nueva Traducción Viviente).
Cuando Dios inspiró al escritor de este proverbio para que plasmara estas frases, Él estaba pensando en ti y en el momento que hoy estás viviendo, Él quería que supieras que hay una oportunidad más para tu vida, que quizá tropieces nuevamente pero VOLVERÁS A LEVANTARTE; no es una opción, no es una suposición, sino una AFIRMACIÓN.
Puede que hoy te sientas por el suelo, quizá tus vestiduras estén llenas de polvo, pero es hora de que te pongas de pie nuevamente, que te SACUDAS EL POLVO y vuelvas tu mirada hacia Dios, quien nunca ha dejado de creer en ti y en lo que Él va a cumplir en tu vida.
Tú naciste para ser un vencedor, tú no naciste para ser esclavo de ese tropezadero; muy al contrario, Cristo te hizo libre y Dios te hizo heredero de su reino, por lo tanto ¡levántate! ¡Sacúdete el polvo! y toma posición en el lugar que Dios tiene reservado para ti.

¡Levántate, sacúdete el polvo y sigue luchando!

“¡Jerusalén, levántate! ¡Sacúdete el polvo! ¡Quítate del cuello las cadenas, y siéntate en el trono!”

Isaías 52:2 (Traducción en lenguaje actual)

¡Cuán Grande eres Dios! - Reflexiones con vídeo

El esplendor de un Rey
vestido en majestad
la Tierra alegre está
la Tierra alegre está
Cubierto está de luz
venció la oscuridad
y tiembla a su voz
tiembla a su voz
Cuán Grande es Dios
cántale cuán grande es Dios
y todos lo verán cuán grande es Dios
Día a día Él está
y el tiempo está en Él
Principio y el fin
Principio y el fin
La trinidad en Dios
El Padre, Hijo, Espíritu
Cordero y el León
Cordero y el León
Cuán Grande es Dios
cántale cuán grande es Dios
y todos lo verán cuán grande es Dios
Y tu nombre sobre todo es
Tú eres digno de alabar
y mi ser dirá
Cuán Grande es Dios
Cuán Grande es Dios
cántale cuán grande es Dios
y todos lo verán cuán grande es Dios

La Naranja de Navidad - Crecimiento personal

Quisiera contarles una historia que mi abuela me contó cuando tenía seis o siete años. Habíamos ido a su casa para la Cena de Acción de Gracias y el viaje había sido un poco largo. Aproveché el tiempo haciendo una lista todas las cosas que quería para Navidad ese año.
Luego, esa noche, cuando estaba listo para dormir, le mostré la lista a mi abuela. Tras leerla, me dijo: “Muchacha, ¡esta es una lista verdaderamente larga!” Entonces me cogió y me sentó sobre su regazo en una gran silla mecedora y me contó esta historia:
“Había una vez una niñita que vivió en un orfanato en Dinamarca (pienso que la historia puede ser verídica porque ella también era de Dinamarca). Al acercarse la Navidad, los demás niños comenzaron a hablarle a la niñita sobre el hermoso árbol de Navidad que habría en el enorme salón, escaleras abajo en la mañana de Navidad. Tras el normal y, generalmente muy sencillo desayuno, a cada niño se le daría su único regalo navideño: una pequeña naranja”.
En ese momento miré a mi abuela incrédulo, pero ella me aseguró que aquello sería lo único que cada niño recibiría para Navidad.
Y continuó, "el director del orfanato era muy estricto y pensaba que la Navidad era una molestia. Así que en la Nochebuena, cuando pilló a la niñita bajando las escaleras para observar al tan mencionado árbol de Navidad, le declaró enfáticamente que ella no recibiría su naranja de Navidad por haber sido tan curiosa como para desobedecer las reglas. La niñita corrió de vuelta a su habitación con el corazón roto y llorando por su terrible destino.
A la mañana siguiente, mientras los demás niños bajaban a desayunar, la niñita se quedó en la cama. No podía soportar la idea de ver a los demás recibir su regalo y que no habría ninguno para ella.
Luego, mientras los niños volvieron arriba, la niñita se sorprendió al recibir una servilleta. Cuando la abrió, cuidadosamente, para su sorpresa, había una naranja pelada y partida.
¿Cómo puede ser esto?, preguntó.
Fue entonces cuando descubrió que cada niño había tomado una porción de su naranja y se la había dado a ella para que también tuviese una naranja de Navidad”.
¡Cómo me encantó esta historia! Le pedía a mi abuela que me la contara una y otra vez mientras crecía. Cada Navidad, al sacar una gran y jugosa naranja de mi calcetín, pienso en esa historia. ¡Qué ejemplo del verdadero significado de la Navidad el que desplegaron aquellos huérfanos esa mañana de Navidad! Cómo desearía que el mundo, como un todo, pudiese desarrollar esa misma preocupación, al estilo de Cristo, por los demás, no solamente en Navidad, sino durante todo el año.
Autor Desconocido
¿Con cuánto pensamos que estaríamos satisfechos en la vida?
La pregunta es un tanto ambigua porque cada persona es literalmente un mundo aparte. Lo que para muchos sería abundancia, para otros resultaría una miseria. Sin embargo, la apreciación personal no necesariamente es tan fidedigna como muchos quisiéramos pensar.
La verdad es que son muchos los factores que influyen en su desarrollo: trasfondo cultural y familiar, personalidad, etc. Pero lo cierto es que cuando reflexionamos de corazón, concluimos que Dios nos ha bendecido muchísimo y que realmente no podemos quejarnos, sino más bien buscar maneras y alternativas para bendecir a otros con la “abundancia” que Dios nos ha dado.
Si bien no siempre la abundancia se medirá en bienes ni en euros, siempre estará allí para ser compartida “de gracia”, tal y como la recibimos.
Adelante y que esta Navidad sea una de precioso compartir con otros.
Que Dios les continúe bendiciendo.