miércoles, 26 de diciembre de 2012

La Navidad del lleve ahora y pague después - Mensajes de Ánimo

 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado; y el principado será sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
(Isaías 9:6)
Aunque los evangelios no precisan la fecha exacta del nacimiento de Jesús, y los primeros cristianos no celebraban Navidad alguna, gran parte de la población mundial acepta y toma la transición del 24 y 25 de diciembre para dicha conmemoración, de diversas maneras, según   costumbres, tradición, cultura y hasta bolsillo. Bolsillo porque un acontecimiento como éste, tampoco pudo escapar, lamentablemente, de la embestida de la sociedad de consumo que, con genial estrategia, no sólo nos sugiere o propone artículos, sino que nos crea la necesidad de  adquirir, gastar, incluso más allá de nuestras posibilidades financieras.
Y es que su ingeniosa publicidad nos alborota esa generosidad que llevamos adormilada en algún rincón de nuestro interior. Para eso ponen en práctica estrategias de ventas que tienen un sólo propósito: impulsarnos a comprar, a competir, a no quedarnos atrás del resto. Por ello, como ratón al queso, caemos seducidos por las ofertas del “lleve ahora, y pague después”, o de las famosas promesas de campaña que terminan en: “si te he visto ni me acuerdo”.
El imán del “lleve sin entrada, sin garantía, sin intereses, y con modalidades de pago a escoger”, nos marea y determina que entremos al almacén por un juego de luces para el árbol, y salgamos con un     televisor de bastantes pulgadas, mejor que el que tiene el pariente o el vecino.

Cosas así son las que a muchos les lleva a declarar que no les gusta la Navidad, porque sienten que indirectamente resalta el poder  monetario de unos, frente a la estrechez económica  de otros.
Pero la solución no  está en ignorar o despreciar   la Navidad; tampoco en satanizar al ciudadano que tiene su comercio como forma honesta de ganarse la vida; más bien es nuestro deber discernir acerca de lo que nos conviene o no frente al consumismo; de no aborregarnos siguiendo lo que el resto hace simplemente para “no quedar mal”, y de entender que la Navidad es ante todo una oportunidad más  para el reencuentro con Dios, con el prójimo, con nosotros mismos; y consecuentemente con ello replantearnos un plan que nos estimule a ser todo el tiempo mejores humanos, menos orgullosos, más sencillos, más solidarios.
noche de estrellas
Si vas a engalanar tu casa, adorna también los balcones de tu mente con la Palabra de Dios; si te gusta confeccionar pesebres, planta uno en tu corazón donde nuevamente nazca Jesús; y si deseas compartir aguinaldos, tarjetas, regalos, golosinas, alimentos… hazlo en la medida real de tus posibilidades sin que eso sea tu prioridad, sin buscar la vana ostentación o que el resto sepa cuán “generoso” o “magnánimo” eres.  (Mateo 6:3).
Finalmente, recordemos que le servirán de poco los detalles al homenajeado, en este caso Jesús,  si, una vez pasada la euforia de la Nochebuena, nuestro corazón vuelve a los tradicionales conflictos de siempre: desamor, orgullo, vanidad, falta de perdón, soberbia… Querrá decir entonces que nunca pudimos entender que el cambio de actitud, no sólo fue para salir del paso en Nochebuena y Navidad, sino que también lo fue para todos los días que faltan del año, y todos los que están por venir.
Que el recuerdo del nacimiento de Jesús nos traiga los frutos del Espíritu de Dios: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad y fe, para compartirlos con los demás, inclusive con quienes hasta hace poco eran nuestros enemigos.
Queridos amigos: para ustedes y los suyos, les deseo una Navidad llena de bendiciones, donde el invitado central en vuestro corazón sea por siempre Jesús.

“Gloria a Dios en las alturas,

y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres.”

(Lucas 2:14)

¡Ser Feliz… Tu reto! - Reflexiones con vídeo

Parece difícil,
Parece imposible,
Pero no hay nada que impida,
Que un sueño pueda cumplirse. . .
No hay nada que pueda apartarte,
Del deseo de tu corazón,
No hay nada que venza la fuerza de una ilusión. . .
Por eso tú. . .
Tú puedes ser aquello que tú quieras ser,
Tú puedes ser el sueño que soñaste ayer,
Tú puedes ser la estrella que brillando ves,
Tú lo decides. . .
Por eso tú. . .
Tú puedes ir tan alto como quieras ir,
Tú puedes alcanzar lo que hay dentro de ti,
Tú puedes ser todo eso que te hace feliz,
Tú lo decides hoy. . .
Parece difícil,
Parece imposible,
Pero no hay nada que cambie,
El camino que tú elegiste. . .
No hay nada que pueda apartarte
Del deseo de tu corazón,
No hay nada que venza la fuerza de una ilusión. . .

Simplemente CREE - Devocional

Cuando todo se pone de color oscuro y miramos hacia todos lados sin ver una salida o una solución posible, ¡vaya, cómo nos cuesta creer!
Porque nos cuesta creer que algo bueno puede salir de eso, nos cuesta creer que algo bueno vaya a pasar, nos cuesta creer que Dios puede hacer algo.
Nosotros, los seres humanos, independientemente de nuestra nacionalidad, tenemos un problema con la fe; nos cuesta creer las promesas de Dios, pero somos muy crédulos con las mentiras que el diablo trata de introducir en nuestra mente.
Por un lado se nos hace fácil creerle al enemigo cuando nos dice que somos unos derrotados, unos hipócritas, cuando comienza a predicarnos que no valemos nada y que Dios no está interesado en nuestros asuntos, pero se nos hace MUY DIFÍCIL creer lo que Dios ya ha prometido.
¿Por qué somos así?, ¿por qué nos cuesta creer lo que Dios nos ha prometido? La respuesta es sencilla: Nos cuesta creer porque analizamos todo bajo nuestra perspectiva humana y, al ver que no existe una soluciona humana posible, creemos que las cosas no mejorarán o que nada bueno se conseguirá.
¡Gracias a Dios Él no ve las cosas como nosotros las vemos!
Quizá para ti, hoy día, te parezca que no hay una posible solución a tu problema; lo has agrandado tanto que se ha vuelto un gigante difícil de vencer, ves hacia cualquier lado, analizas cualquier posible solución y por más que pienses y pienses, simplemente ¡no existe!
El hecho de haber analizado todo humanamente y llegar a la conclusión de que no existe una forma de salir de esa situación, te hace pensar y creer que de verdad NO EXISTE UNA SOLUCIÓN. Pero, ¿por qué no dejas que Dios analice todo en tu lugar?, ¿por qué no le cedes el lugar a Dios, para que sea Él quien decida si es posible o no?
Cuando Dios le dio la promesa a Abraham de que su descendencia sería como las arenas del mar o como las estrellas del cielo, Abraham era un anciano y su esposa Sara también, además de que Sara era estéril, es decir, no había posibilidades humanas que llegara a quedar embarazada.
Ellos pensaron primero en las formas humanas para una posible solución a ese problema y fue así como Sara decidió que su esclava Agar fuera el medio por el cual podría darle un hijo a Abraham.
Cuando nosotros decidimos actuar según nuestros planes o según como creemos que tienen que ser las cosas, y de esa manera queremos darle una “ayudadita” a Dios, corremos el riesgo de equivocarnos duramente. El hijo que Agar tuvo no era el hijo de la promesa, ellos trataron de solucionar el problema con ideas humanas, pero Dios tenía un promesa que cumplir y, a pesar de que todo apuntaba que el cumplimiento de esa promesa era imposible (los dos con avanzada edad y Sara estéril), Dios lo iba a hacer posible.
¿En qué le quieres ayudar a Dios?, ¿será que Dios necesita que le echemos “una manita” para que pueda cumplir sus promesas?
Hay momentos en la vida en donde no podemos “echarle una manita” a Dios, en donde nuestro trabajo sólo es CREER, solamente eso, no tienes por qué hacer mas, simplemente tu trabajo es CREER, deja que Dios haga lo demás, porque si metes tus manos posiblemente lo eches a perder; por eso a veces sólo tienes que CREER.
Es posible que muchos estén pasando por situaciones que, humanamente, hoy día, sean imposibles de solucionar. Situaciones que les hayan robado la paz, que hayan hecho de sus días un calvario, situaciones que no pueden sacar de sus mentes y que cada día sienten que les matan la fe.
Pues hoy quiero motivarte a que no dejes de CREER que lo que para ti parece perdido, Dios puede restaurarlo, lo que para ti parece oscuro, Dios lo puede colorear, lo que para ti es imposible, Dios puede convertirlo en posible. ¿Qué es lo único que Él te pide?: simplemente CREER.

Creer sin ver, es recompensado; creer sin ver es la esencia de la FE.

Dios no quiere que pierdas tu tiempo pensando en cómo actuará, en qué método usará o de qué forma lo hará, lo único que tienes que hacer es descansar en la promesa de que Él actuará en tu vida si tan sólo depositas tu confianza plena en Él.
No sabemos cómo será la forma de actuar de Él, porque un Dios creativo es difícil de predecir, lo que sí sabemos es que seguramente nos sorprenderá de una forma en la que ni siquiera pensamos que lo hará. Así es Él, así es nuestro Dios, así es tu Dios, simplemente CREE.

¡Si crees, Dios te sorprenderá!

“Del mismo modo, Abraham le creyó a Dios, y Dios lo consideró justo debido a su fe”

Gálatas 3:6 (Nueva Traducción Viviente)

No te quedes a medias - Mensajes de ánimo - vídeo

Cuando hemos recorrido ya más de la mitad del camino es cuando más cansado se nos hace el mismo, el agotamiento comienza a hacerse presente y nos pone en un gran dilema sobre si tomar la decisión de continuar o de desistir y regresar por donde comenzamos.
no te quedes a mediasRecuerdo que hace unos días iba a un lugar donde es difícil encontrar un lugar de aparcamiento. Dejé mi coche en otra parte y decidí ir caminando con el fin de no meterme en líos, pero cuando iba casi por la mitad del camino comencé a arrepentirme; no sabia si regresar o continuar caminando, el sol calentaba con toda su fuerza y el camino ya se me había hecho muy largo, y lo que al principio parecía ser una buena decisión, al verme caminando tanto me parecía todo lo contrario. Estaba arrepentido de haber hecho eso.
Hoy me acordé y comparaba esa anécdota con las cosas que suceden cuando hemos comenzado algo, ya sea decisiones, planes, proyectos y propósitos. Como al iniciarlos nos parecen tan sencillos y al ir ya avanzados comenzamos a ver las dificultades, los problemas que se nos presentan, nos desesperamos viendo que estamos tardando y queremos terminar todo cuanto antes, aunque ya llevemos una gran parte del camino recorrido.
Tener en cuenta los obstáculos y situaciones complicadas con las que nos encontramos, no es más que darle importancia a todos esos impedimentos que nos hacen mas difícil el camino. Cuando nuestra atención se desvía hacia ellos en lugar de hacia la meta, todo se nos hace difícil y el camino muy largo, y lo que comenzamos con entusiasmo y fe nos parece un error y algo muy lejano de alcanzar.
En tu camino puedes encontrarte con muchas dificultades a tu paso, cosas que querrán frenar y terminar con lo que ya has avanzado; casi siempre a medio camino es cuando las fuerzas comienzan a fallar, cuando el cansancio se hace presente, pero también es una muestra de que si has podido llegar hasta donde estás es porque tuviste la capacidad para hacerlo y también la tendrás para llegar hasta el final.
No dejes cosas inconclusas, no te quedes a medias pensando que ya no puedes; lo que un día te decidiste a comenzar, termínalo, recorre el camino completo, la meta sigue estando ahí esperando que llegues a disfrutar de tu recompensa. Todos comenzamos cosas, pero muy pocos son los valientes y esforzados que continúan hasta lograr llegar al final.
No permitas que tus obstáculos presentes pongan fin a tu camino, las decisiones y cosas que comenzaste siguen siendo las mismas; sigue habiendo la misma distancia, no se han ido más lejos. Lo que te hace ver las cosas así son el cansancio y la falta de motivación. Toma un respiro y piensa: ¿voy a rendirme ahora después de tanto tiempo y esfuerzo que he invertido?

¡Haz que valga la pena! ¡Ya falta menos!


Ganador o Perdedor - Reflexiones

Estaba en la Universidad, en 1968, cuando el senador de los Estados Unidos, Robert Kennedy, fue asesinado. Una famosa frase que él había citado de George Bernard Shaw causó una impresión muy profunda sobre mí. Saltó desde las páginas del diario hasta mi corazón:  "Comunes a todos, es la visión".
Los líderes ven la vida cómo podría ser. Siempre ven un poco más adelante, un poco más que aquellos que les rodean. El mundo dice: “Tengo que ver para creer”. El líder dice:” Tengo que creer para verlo”.
Las multitudes, desesperadas, sacuden sus cabezas y murmuran: “Es la hora más oscura de la humanidad”. El líder, todavía en medio de la oscuridad dice: “La hora más oscura siempre es la anterior al amanecer”.
El perdedor ve el trabajo que necesita ser hecho y se excusa cuando dice: “Mi pequeño aporte no hará diferencia, la tarea es demasiado grande”.
El ganador mira el mismo trabajo que hay que hacer y dice: “He aquí una gran oportunidad, haré mi parte para lograr el éxito”.
Los seguidores ven el arduo trabajo que deben resistir para llegar a subir a la montaña del éxito. Los líderes ven el éxito de subir la montaña como consecuencia del arduo trabajo.
Muchas personas ven problemas en cada situación. Por lo tanto, concentran su pensamiento sobre los problemas y la posibilidad del fracaso.
Los líderes ven el potencial en cada situación. Por lo tanto, concentran su pensamiento sobre el potencial y la posibilidad del éxito.
Es posible que dos personas miren el mismo objeto y vean cosas diferentes. Mientras que nuestra vista física es muy importante, nuestra vista mental igualmente lo es.
¿Por qué será que programamos revisiones periódicas de nuestra visión física y no de nuestra visión mental? La última vez que visité a mi oculista me revisó y dijo que tenía un poco de hipermetropía (excesiva visión a distancia); yo le respondí: “¡Alabado sea el Señor!”
Si iba a tener problemas de visión, que fueran por visión a distancia y no por visión corta.
“Donde no hay visión, el pueblo perece”. Entonces, es correcto concluir que donde hay visión el pueblo no perecerá. Proverbios 29:18
Te aconsejo que de mí compres oro refinado por fuego para que te hagas rico, y vestiduras blancas para que te vistas y no se manifieste la vergüenza de tu desnudez, y colirio para ungir tus ojos para que puedas ver. Apocalipsis 3:18