viernes, 21 de diciembre de 2012

Por el Sueño de Dios - Vídeos Cristianos

Hay alguien aquí, 
que está siendo tocado por el Sanador.
Hay alguien allí,
 que se está levantando de su depresión
.
Hay una mujer
 que ha soñado a sus hijos en casa otra vez
 y esta vez te será porque ese también
 es el sueño de Dios.
Un niño ya ve,
 y el que no caminaba ya empieza a correr, 
el cáncer se va,
 y el que antes no hablaba ya empieza a gritar
, a un lado que voy
 arrancarle a este mundo lo que me robó
 este es el día de restitución
 por el sueño de Dios.
Por el sueño de Dios, 
el oprimido es libre,
 y el que no tiene ahora tiene mucho 
y el que es débil se hace fuerte,
 por el sueño de Dios
 los cielos son abiertos,
 y al que le cree todo le es posible 
y en su nombre ya está hecho, 
por el sueño de Dios.
Levántate hoy,
 deja a un lado las dudas que Cristo esta aquí
, atrévete a ir 
a tocar el borde del manto del Rey
, que en Él hay poder 
y poder de Él saldrá cuando sienta tu mano cargada
 de fe en que Él lo va a hacer, 
si le puedes creer.
Por el sueño de Dios, 
el oprimido es libre,
 y el que no tiene ahora tiene mucho 
y el que es débil se hace fuerte,
 por el sueño de Dios
 los cielos son abiertos,
 y al que le cree todo le es posible 
y en su nombre ya está hecho.
Por sus heridas yo sano fui,
 por su vida que hoy estas allí,
 Él fue el primero que contigo soñó,
 para hacerte libre de esa maldición
.
Él hace ríos en la sequedad,
 mueve montañas en la adversidad,
 si alguien le cree nunca tropezará, si alguien le busca Él le responderá.

Tú Identidad - Devocional - vídeo

El diablo, enemigo de nuestras almas, detesta ver en nosotros la imagen de Cristo reflejada y más aún detesta saber que somos hijos de Dios, por lo que utilizará cualquier artimaña para que creamos que somos inmerecedores de ser llamados hijos de Dios y, de esta manera, debilitarnos para derribarnos y, si puede, destruirnos.
Por eso es común, saber escuchar y saber leer acerca de personas que pierden su identidad, que creen que no son merecedoras de ser hijos o hijas de Dios. La Biblia dice que somos hijos de Dios si recibimos a Cristo: “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” Juan1:12. Y aunque al diablo no le guste, Dios nos ha hecho sus hijos.
¿Cómo detecto si soy un hijo de Dios?, primero por la fe en Cristo Jesús: “pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús” Gálatas 3:26; también la Biblia dice: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios” Romanos 8:16.
La gente muchas veces dirá que no eres hijo de Dios y muchas cosas más, pero la Biblia dice claramente que lo somos y, si la Biblia lo dice, no importa lo que los demás puedan decir acerca de ello, por eso nos recuerda la Palabra de Dios lo siguiente: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él.” 1 Juan 3:1.
Tú eres hijo o hija de Dios, por lo tanto tienes que comenzar a vivir como tal; no puedes dejarte manipular por lo que el enemigo quiera introducir en tu mente, tienes que creer lo que Dios te hizo, esto es HIJO o HIJA de Dios.
Comienza a vivir como tal, comienza a confiar en tu Padre, porque Él tiene cuidado de sus hijos. Nunca te creas inmerecedor de ser su hijo, porque no lo somos por un mérito propio o porque realicemos alguna obra para ganarnos ese titulo, sino porque Él nos amó a nosotros. Por eso dice la Biblia: “En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados.” 1 Juan 4:9-10.
Cuando el enemigo te quiera hacer creer que no eres hijo de Dios, no le creas, ve delante de tu Padre y recibe su amor y entonces el enemigo entenderá que reconoces muy bien tu identidad y no volverá a intentar engañarte.
Y si el enemigo insiste en recordarte tu pasado, recuérdale tú su futuro, recuérdale que es un enemigo vencido, pues Dios ya le venció y le dio su sentencia: “Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos.” Apocalipsis 20:10.
Tú eres hijo o hija de Dios, ese privilegio hermoso que te hace tener un Padre amoroso y cuidadoso de sus hijos. Nunca pienses que no le interesas a Dios, porque para Él eres amado, pues te amó con amor eterno desde el principio y su amor hacia tu vida nunca cambia.
Comienza a vivir conforme a tu identidad de hijo o hija de Dios y entonces comenzarás a disfrutar de los beneficios de tu Padre.

¡Tú eres su hijo o hija!


El Padre Solitario - Reflexiones

La rebeldía atacó el mundo de Joe como una ventisca a Minnesota.
Cuando ya tenía edad suficiente como para conducir un automóvil, Madeline decidió que era suficientemente mayor también como para dirigir su propia vida. Y esa vida no incluía a su padre.
"Debí habérmelo imaginado", diría Joe, su padre, más tarde, "pero por mi vida que no lo hice". No habría sabido qué hacer. No sabría cómo vérmelas con narices con aretes ni con blusas apretadas. No entendería de trasnochadas ni de malas notas. Y lo que es peor, no sabría cuándo hablar y cuándo guardar silencio.
Ella, por otro lado, creía que lo sabía todo. Cuándo hablar a su padre: Nunca. Cuándo quedarse callada: Siempre. Sin embargo, las cosas eran al revés con su amigo de la calle, aquel muchacho flacucho y tatuado. 
No era una muchacha buena, y Joe lo sabía.
No iba a permitir que su hija pasara la Nochebuena con ese muchacho.
"Pasarás la noche con nosotros. Comerás el pastel de la abuelita en la cena, en su casa. Celebraremos juntos la Nochebuena".
Aunque estaban sentados a la misma mesa, perecían que estaban en puntos distintos de la ciudad. Madeline jugaba con la comida sin decir palabra. La abuela trataba de hablar a Joe, pero éste no estaba de humor para charlar. Una parte de él estaba furiosa; la otra parte estaba desconsolada. Y el resto de él habría dado cualquier cosa por saber cómo hablar a esa niña que una vez se había sentado en sus rodillas.
Llegaron los familiares trayendo con ellos un "bienvenido final" al desagradable silencio. Con la sala llena de ruidos y gente, Joe se mantuvo en un extremo y Madeline en el otro.
"Pon música, Joe", le recordó uno de sus hermanos. Así lo hizo. El padre de ella, pensando que sería una buena idea, se dirigió hacia donde estaba su hija: "¿Bailarías con tu papi esta noche?"
Por la forma en que ella resopló y se volvió, podría haberse pensado que le había dicho algo insultante. Ante la vista de toda la familia, se dirigió hacia a la puerta de la calle, la abrió, y se fue, dejando a su padre solo.
Muy solo.
Según la Biblia, nosotros hemos hecho lo mismo. Hemos despreciado el amor de nuestro Padre. Cada cual se apartó por su camino (Isaías 53.6).
Pablo va un poco más allá con nuestra rebelión. Hemos hecho más que simplemente irnos, dice. Nos hemos vuelto contra nuestro Padre. Estábamos viviendo contra Dios (Romanos 5.6).
En el versículo 10 es aun más determinante: Éramos enemigos de Dios. Duras palabras, ¿no crees? Un enemigo es un adversario. Uno que ofende, no por ignorancia, sino con intención. ¿Nos describe esto a nosotros? ¿Hemos sido alguna vez enemigos de Dios? ¿Nos hemos vuelto alguna vez contra nuestro Padre?
No le des más la espalda a Dios. Este es el día de mirarlo cara a cara. Tu vida será otra.

Es tu vida y felicidad la que está en juego, tú decides

“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes, afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Entonces ustedes me invocarán y vendrán a suplicarme, y yo los escucharé.”
Jeremías 29:11-12
¿Por qué te conformas? ¿Por qué te resignas? Son las preguntas que me hice cuando vi la mirada de profunda tristeza de una tía que nunca pudo tener hijos. Ella tuvo algunas relaciones antes de establecerse en otra relación de convivencia con su actual pareja. Era lastimoso esperar que ahora no fuese feliz, pues la fornicación que se vive día a día es un hoyo que cala en el corazón de una mujer y también en el de un hombre.
Esta mujer, que siempre se caracterizó por ayudar a los demás, se encontraba ahora con un hombre que no quería casarse con ella porque no era el momento y había otros gastos que atender, según él. No voy a negar que cuando escuché esto de sus labios, algo dentro de mí bullía por lavarle ese cerebro tan mal puesto, pero en lugar de ello, le dije: ¿imagínate que tuvieras una hija, te gustaría que la trataran así?
La respuesta que me dio fue bastante vacía, vulgar y llena de esa “normalidad” que ahora inunda el planeta. Pero lo que quisiera señalar es que tú, hermosa, preciosa mujer, que fuiste creada para ser feliz y, a día de hoy, te encuentras con una mirada de tristeza y guardas uno y mil golpes que le dan a tu corazón, no creas, por lo que más quieras, que tienes que resignarte a vivir así.
No, claro que no y mil veces NO. No tienes que hacer de tripas corazón y permitir que hagan lo que quieran con tu vida y mucho menos con tu corazón. Ten muy claro esto: TÚ CORAZÓN ES UN TESORO, y no se lo puedes dar a un pirata que, menos amarte, te aprisiona con sus deseos o caprichos.
Si tienes una baja autoestima o si sabes que es fácil que te convenzan de hacer algo que tú no quieres hacer, presta bastante atención:
Eres dueña de tu vida, Dios te trajo al mundo para que cumplas un propósito único y Él quiere tu FELICIDAD, NO TUS LÁGRIMAS DE AMARGURA Y DESCONSUELO.
No sigas sufriendo o permitiendo que te sigan golpeando el corazón; si en estos momentos tienes dolor en él, ¡reacciona!, ¡no te dejes maltratar!
Existen hombres que son muy cariñosos con una, son los más atentos, qué decir de sus detalles, y quizás eso te pueda confundir y puedas llegar a creer que te aman de verdad. Pero hay una señal que debes tener bien presente: si ese hombre te pide, no sé..., cualquier cosa con la que tú no estás de acuerdo y va en contra de tus creencias, convicciones o como quieras llamarlo, aunque te suene loco de remate, ESE HOMBRE NO TE AMA.
¿Por qué, te preguntarás? Bueno, porque el amor verdadero busca el BIENESTAR de la otra parte y no busca "su bienestar” solamente.
Si te sientes en una cárcel, ¡vamos!, aún estás a tiempo para salir de ella, no te resignes a pasar toda tu vida entre lágrimas. Recuerda que es tu vida la que está en juego, es tu vida, lee bien esto, es esa vida que un día Dios te dio y tu hermosa madre permitió cobijar siete, ocho o nueve meses en su barriguita.
Mujer, reacciona, hazte un favor a ti misma y valórate. Te aseguro algo: esto me lo dijo un amigo realmente bello de corazón y hoy lo comparto contigo:

CUANDO TÚ DECIDAS VALORARTE, ESE DÍA ESA PERSONA QUE TANTO ANHELAS QUE TE AME DE VERDAD VENDRÁ A TI

Y yo le añado:

PERO HASTA QUE NO LO HAGAS, SOLO VENDRÁN PIRATAS QUE QUERRÁN ROBAR ESE HERMOSO TESORO, TU CORAZÓN.

NO DIGAS QUE NO PUEDES, PORQUE SÍ SE PUEDE, TU PAZ INTERIOR VALE MÁS QUE CUALQUIER TE AMO DE MENTIRIJILLA. ES SÓLO UNA DECISIÓN, TÚ DECIDES QUÉ VIDA QUIERES TENER.

Y RECUERDA, SUFRIR NO ES UNA OPCIÓN

El club 99 -Reflexiones - vídeo

Érase una vez un rey que a pesar de su lujoso estilo de vida no era feliz.
Un día, el rey observó a un sirviente que cantaba alegremente mientras trabajaba. Esto fascinó al rey. ¿Por qué siendo él el supremo soberano de la tierra era tan desdichado y sombrío, mientras que en un humilde siervo había tanta alegría? El rey preguntó al sirviente: “¿Por qué estás tan contento?”
El hombre respondió: “Su majestad, yo soy nada más que un sirviente pero mi familia y yo no necesitamos demasiado, sólo un techo sobre la cabeza y comida caliente para llenar nuestros estómagos”.
El rey no quedó satisfecho con esta respuesta. Más tarde, durante el día, solicitó el asesoramiento de su consejero de más confianza. Después de escuchar al rey hablar sobre sus quejas, pesares y la historia del siervo, el consejero dijo: “Su majestad, creo que el sirviente nunca ha sido parte de El Club 99″.
“¿El Club 99? Y qué es eso exactamente?”, preguntó el rey.
El consejero respondió: “Su majestad, para saber realmente lo que es el Club 99, usted debe colocar 99 monedas de oro en una bolsa y dejarla en la puerta de la casa del sirviente.”
A la mañana siguiente el sirviente vio la bolsa, la recogió y la llevó adentro de su casa. Cuando abrió la bolsa dio un gran grito de alegría. ¡Cuántas monedas de oro!
Comenzó a contarlas todas. Después de varios intentos quedó convencido de que había 99 monedas. Se preguntaba qué podría haber ocurrido con la última moneda de oro. ¡Seguramente nadie dejaría 99 monedas!
Buscó por todos los lugares que pudo. Quizá se había extraviado, pero no la encontró. Finalmente, agotado, decidió que iba a tener que trabajar más que nunca para ganar la moneda de oro que le faltaba y completar las 100.
A partir de ese día la vida de aquel siervo cambió. Trabajaba en exceso, se tornó en un horrible gruñón, castigaba a su familia por no ayudarle a ganar la moneda de oro y dejó de cantar mientras trabajaba.
Testigo de esa transformación drástica, el rey se mostró perplejo. Cuando buscó de nuevo a su asesor, el asesor dijo: “Su majestad, el siervo ahora, oficialmente, se ha sumado a El Club 99″.
Y continuó, “se le llama El Club 99 al formado por las personas que tienen lo suficiente para ser felices, pero nunca lo son porque siempre están anhelando y luchando por ese extra, esa última “moneda” . Y explicó, poniéndose a sí mismo como ejemplo: “sólo tengo que obtener esa última cosa y entonces voy a ser feliz para toda la vida. ” “o si yo tuviera … o fuera … entonces sería feliz para el resto de mi vida”.
Podemos ser felices incluso con muy poco en nuestras vidas, pero en el momento en que se nos da algo más grande y mejor, queremos más. Perdemos nuestro sueño, nuestra felicidad, herimos a la gente que nos rodea, y todos esto a un precio aún mayor.
De eso es lo trata unirse a El Club 99.
Proverbios 28:25
El que es ambicioso provoca peleas, pero el que confía en el Señor prospera.
Salmo 37:4
Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón.
Salmo 118:24
Éste es el día en que el Señor actuó; regocijémonos y alegrémonos en él.