lunes, 10 de diciembre de 2012

Hoy… Quiero incubar algo - Devocional

“El que no ama no ha conocido a Dios… porque Dios es amor. I Juan 4:8
Hay algo dentro de nosotros..., bello como el cielo, grande como el mar y ese algo vive muy callado en los corazones de la humanidad, hasta que un día encontramos a ese alguien con el que soñamos. Es cierto. Y comprendemos que ese algo es más infinito que la nada, es más enorme que todo, porque ese algo es El amor. Ese algo no puede ser otra cosa que el amor, pero pronto, muy pronto descubrimos que ese algo ya no es algo, sino que es alguien y ese alguien es el Señor.
No quiero gastar los minutos de mi vida sin disfrutar de esa presencia tan hermosa del amor. ¿Para qué oscurecer mi día con odios, resentimientos y amarguras cuando puedo esclarecer las noches con la existencia de la luz deslumbrante del amor y su presencia? Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. 
El que no ama, no ha conocido a Dios porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su hijo unigénito al mundo, para que vivamos por Él. En esto consiste el amor: No en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó a nosotros. Amados, si Dios nos ha amado, también así debemos hacer nosotros hoy, amarnos los unos a los otros.
Señor, mi vida estaba llena de tinieblas y sin amor en mi alma. Cuando más solo me sentía, llegaste con tu amor para envolverme y desde ese momento mi vida no fue la misma. Hoy, no quiero perder el amor porque si pierdo el amor lo pierdo todo. Si pierdo el amor te pierdo a ti, porque Tú eres el amor personificado. Lágrimas corren por las mejillas de niños, jóvenes y ancianos porque no han conocido el amor.
Hoy pido por ellos para que de alguna manera te conozcan, ¡oh Señor!, porque quien te conoce descubre el amor. Nuestra vida no es la misma cuando nos llenas con tu amor. Si el odio o el resentimiento toca a mi puerta hoy, no quiero dejarle entrar porque si junto a él entra el vacío y la angustia...., y no me hiciste ni para el vacío ni para la angustia, sino para ti. Amén.

La Cáscara de Huevo - Reflexiones - vídeo

 “¡Te odio, Alicia!”, le gritó Tom. “¡Nunca vuelvas a entrar a mi cuarto! ¡Eres una ladrona!”
“¡Ehhhh, qué dices!”, dijo el abuelo, que venía por el pasillo. “¿De qué se trata todo este griterío?”
“Tom dice que yo le robé sus tijeras, pero yo no lo hice”, gritó Alicia desde su habitación. “¡Él es un mentiroso y también es mejor que no vuelva a entrar en mi habitación!”, terminó de decir Alicia y cerró la puerta de un tirón.
Con un suspiro, el abuelo revisó la estancia. No pasó mucho tiempo antes de que él descubriera las tijeras de Tom sobre la mesa del pasillo. Ambos niños, muy enojados, insistieron en que el otro las había dejado allí.
“¡Silencio!”, ordenó el abuelo. Les hizo señas de que le siguieran y se dirigió hacia la cocina, donde puso un huevo y una taza vacía sobre la mesa.
“¡Alicia, rompe este huevo y échalo en la taza!”, le dijo el abuelo. Los niños se preguntaban a dónde quería llegar el abuelo con todo eso, pero Alicia obedeció.
“¡Ahora, tú, pon el huevo de vuelta dentro de la cáscara. Por favor, de la misma forma en que estaba antes!”, le dijo el abuelo a Tom.
Tom frunció el ceño. “¿Qué quieres decir?”, le preguntó. “Esto es imposible abuelo. Tú no puedes arreglar un huevo roto”.
“El asunyo es que hay cosas que NO puede ser arregladas fácilmente. Estoy pensando en los sentimientos. Niños, ustedes se dijeron cosas muy feas entre sí. Recoger las palabras es algo tan imposible como rehacer un huevo”.
Ambos niños se sintieron mal. “Nunca se les olvide lo dañinas que pueden ser las palabras”, les advirtió el abuelo. “Dios dice que la lengua es como un fuego que no puede ser apagado. Así es el gran daño que pueden hacer las palabras. Aun cuando dices que lo sientes, esto no hace que desaparezcan”.
“Lo siento”, dijo Tom a su hermana.
“Sí, … bueno,… yo también”, contestó Alicia. “Puedes entrar en mi habitación, si lo deseas”.
¿Qué tal tú?
¿Tienes cuidado de las palabras que dices, o dices las cosas antes de pensarlas? A pesar de que te disculpes, la otra persona puede que aún recuerde esas palabras que dijiste. Pídele a Dios que te ayude a controlar tu lengua.
Efesios 4:29
No salga de vuestra boca ninguna palabra mala, sino sólo la que sea buena para edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan.

Escucha A Dios A Pesar De Ser Sorda - Crecimiento personal

¡Sorda…Pero Escucha A Dios.!
¡Sorda…..Pero Escucha a Dios.!
Recibí un día, de manera sorpresiva, una invitación para ir a enseñar en un crucero por las Islas Vírgenes. Sentí en mi corazón que debía ir. Sorpresas me esperaban, ya que no iba en realidad a enseñar, iba a aprender y lo supe desde mucho antes de llegar a Puerto Rico.
María Luisa, mujer sencilla y llena de amor, la persona que me invitó, está llena del amor de Dios. Supe entonces que ella era sorda. Cuando era niña, ella y dos de sus hermanos quedaron sordos por los efectos colaterales de una medicina. María Luisa sabe leer los labios y es así como se comunica. No es sordomuda, sólo es sorda, pero desde que conoció al Señor ha aprendido a oír a Dios.
Un día, María Luisa me dijo: “Yo no deseo ser sana. Yo no quiero dejar de ser sorda, porque no quiero oír lo que la gente siempre quiere escuchar: chismes, críticas, malas noticias. Yo al único que escucho es a Dios. No quiero dejar de escucharle”.
Qué hermosura de lección. Sentí en mi espíritu que el Señor me decía:
""Aprende a escucharme así, como mi hija María Luisa me escucha"".
Lo que para muchos es una tragedia para otros es una bendición.
Escuchar hablar a María Luisa en Puerto Rico durante una hora significa quedar impresionado por los testimonios de la manera como Dios la dirige y le habla.
Los que tenemos el oído sano nos perdemos en la multitud de ruidos sin sentido y cuánto nos cuesta quedarnos quietos para escuchar a Dios.
Señor, hazme oír tu voz. Quiero aprender de ti cada día, cada instante, cada segundo. Nos has dejado el Espíritu Santo que nos guía a toda verdad y nos enseña todas las cosas.
Por eso primero quiero escuchar las palpitaciones de tu corazón que le dan vida al mío, luego quiero ser instruido en todos mis caminos.
Fue el Señor quién le dijo a María Luisa que hiciera cruceros para llevar gente y hablarles del Señor. Ha ganado para el Señor a varios en los cruceros y edificado a decenas. Hasta hoy ha realizado 7 cruceros. Obediente a la voz de Dios, en medio de su sordera, nos entrega un legado a los que oímos para que hagamos un alto a los ruidos de la vida y sintonicemos nuestro corazón con el corazón del Padre.
“Escucha, pueblo mío, mis advertencias; ¡ay Israel, si tan sólo me escucharas!” Salmos 81:8
“Si mi pueblo tan sólo me escuchara, si Israel quisiera andar por mis *caminos” Samos 81:13
“Voy a escuchar lo que Dios el SEÑOR dice: él promete paz a su pueblo y a sus fieles, siempre y cuando no se vuelvan a la necedad”. Salmos 85:8
“Son las iniquidades de ustedes las que los separan de su Dios. Son estos pecados los que lo llevan a ocultar su rostro para no escuchar”. Isaías 59:2
Vamos a volvernos a Dios para volver a escucharlo. Y seremos sorprendidos en gran manera.

A Tu Manera o a la Manera de Dios - Promesas de Dios para Ti - vídeo

¿Cómo afrontarás los desafíos del día de hoy?
Puedes volverte más egoísta, recluso, pesimista o inclusive llenarte de odio. O, con la ayuda de Dios, puedes crecer y ser más comprensivo, optimista, generoso y amoroso.
Dios te ha dado este día para que crezcas.
¿Lo vas a hacer a tu manera o a la manera de Dios?
Efesios 4:13
Hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
Juan 1:16
Pues de su plenitud todos hemos recibido, y gracia sobre gracia.
Juan 6:69
Y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Santo de Dios.
1 Corintios 2:6
Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; pero una sabiduría no de este siglo ni de los gobernantes de este siglo, que van desapareciendo,
1 Corintios 14:20
Hermanos, no seáis niños en la manera de pensar; más bien, sed niños en la malicia, pero en la manera de pensar sed maduros.
Gálatas 4:19
Hijos míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo sea formado en vosotros,
Efesios 1:17
pidiendo que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en un mejor conocimiento de El.
Efesios 1:23
la cual es su cuerpo, la plenitud de aquel que lo llena todo en todo.
Efesios 4:3
esforzándoos por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
Efesios 4:5
un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo,
Filipenses 3:8
Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo,
Filipenses 3:10
y conocerle a El, el poder de su resurrección y la participación en sus padecimientos, llegando a ser como El en su muerte,
Colosenses 1:28
A El nosotros proclamamos, amonestando a todos los hombres, y enseñando a todos los hombres con toda sabiduría, a fin de poder presentar a todo hombre perfecto en Cristo.
Hebreos 5:14
Pero el alimento sólido es para los adultos, los cuales por la práctica tienen los sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal.
2 Pedro 1:4
por medio de las cuales nos ha concedido sus preciosas y maravillosas promesas, a fin de que por ellas lleguéis a ser partícipes de la naturaleza divina, habiendo escapado de la corrupción que hay en el mundo por causa de la concupiscencia.

"Una Flor" - Reflexiones



Había una joven muy rica, que tenía todo: un marido maravilloso, hijos perfectos, un empleo donde le pagaban muy bien, una familia unida...

Lo extraño es que ella no conseguía amalgamar todo eso; el trabajo y los quehaceres le ocupaban todo su tiempo y su vida estaba mal en algunas áreas. Si el trabajo le consumía mucho tiempo, abandonaba a sus hijos, si surgía algún problema, ella dejaba de lado a su marido… Y así las personas que ella amaba eran siempre dejadas                                          para después.



Hasta que un día, su padre, un hombre muy sabio, le dio un regalo: una planta con una flor muy cara y rarísima, de la cual había apenas un ejemplar en todo el mundo. Y le dijo:



"Hija, esta flor te ayudará mucho más de lo que tú te imaginas! Únicamente necesitas regarla y podarla de vez en cuando, ocasionalmente conversar un poco con ella, y ella te dará a cambio un perfume maravilloso y las más lindas flores."


La joven la recibió emocionada, pues la flor era de una belleza sin igual. Pero el tiempo fue pasando, los problemas surgían, el trabajo consumía todo su tiempo, y su vida, que continuaba confusa, no le permitía cuidar de la flor.


Ella llegaba a casa, miraba la flor y aun estaba ahí, no mostraba ningún signo de debilidad o muerte, siempre linda, perfumada. Entonces ella pasaba sin prestarle más atención.


Hasta que un día, sin más, la flor murió. Ella llegó a casa y se llevó un susto. Estaba completamente muerta, sus raíces estaban resecas, sus flores caídas y sus hojas amarillas. La joven se echó a llorar y le contó a su padre lo que había acontecido.


Su padre, entonces, respondió:
"Imaginé que eso ocurriría, y no puedo darte otra flor, porque no existe otra igual a ella, era única, así como tus hijos, tu marido, tus amigos y toda tu familia.


Todos son bendiciones que el Señor te dio, pero debes aprender a regarlos, podarlos y darles atención a ellos, pues, así como la flor los sentimentos también mueren. Tú te acostumbraste a ver la flor viva, siempre florida, siempre perfumada, y te olvidaste de cuidarla. ¡Cuida a las personas que amas!


¿Y tú?… Cuidas de las bendiciones que Dios te ha dado? ¿Proteges esa flor?, pues forma parte de las bendiciones del Señor: El nos las da, mas nosotros somos lo que debemos cuidar de ellas.

¡¡Dios le Bendiga!!