jueves, 8 de noviembre de 2012

La experiencia en nuestra vida – Reflexión particular - vídeo


Hoy, preparando las entradas de este día, hallé una frase y un versículo bíblico que me hicieron reflexionar y pensar que mi vida ha sido un continuo aprendizaje, y que éste siempre estuvo orientado y dirigido por Dios para cumplir con “La gran comisión”, para serle útil, siervo, y enseñar su divina Palabra, sus maravillosas enseñanzas a todo el que las quiera ver u oír. Para todos, esta frase me parece muy significativa: “La experiencia perfecciona la obra de nuestro corazón cuando éste sigue el camino del Omnipotente.”
Sí, porque los que creemos y estamos en Él, creemos que todos los caminos del andar de nuestra vida han sido orientados a seguir el mismo camino de Jesús, a seguir su mismo camino. Entonces, eso mismo, más pronto o más tarde, antes o después, nos lo propondremos seguir o hacer nosotros. Sí, porque nuestro destino es estar con Él, estar en la presencia del Señor.

Y como versículo, este me parece bastante significativo también: “No dejes que la emoción de la juventud te lleve a olvidarte de tu Creador. Hónralo mientras seas joven, antes de que te pongas viejo y digas: La vida ya no es agradable” Eclesiastés 12:1 (Nueva Traducción Viviente).

Cuán certeza la de este versículo. Humildemente sólo añadiría : “para los que seamos conscientes de ello”. Si antes hubiéramos sido conscientes de la gloria, de las maravillas de nuestro Creador, de lo que hizo por nosotros, antes también le hubiéramos honrado y nos hubiéramos gozado con su dulce compañía.
Gracia, misericordia y paz de Dios, nuestro Padre, y de Cristo Jesús, nuestro Salvador, para todos nosotros, amén.
M.G.L.

Conoceré Más Al Señor - Devocional - vídeo

Y conoceremos y proseguiremos en conocer al Señor. Oseas 6:3.
El conocimiento de Dios no se adquiere totalmente y de una sola vez, sino gradualmente, y a nosotros nos toca perseverar en Él e ir aprendiendo poco a poco. Aunque nuestro progreso sea lento, no hemos de desmayar, porque pronto sabremos más. El Señor, que es nuestro Maestro, no nos abandonará aunque seamos lentos en aprender; verdaderamente no sería muy honroso para Él que la ignorancia humana fuera un impedimento para llegar a su conocimiento.
El Señor se complace en hacer sabios a los sencillos. Nuestro deber consiste en seguir la buena dirección y proseguir en el conocimiento, no de ésta o de otra doctrina, sino del mismo Dios. Conocer sólo al verdadero Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, significa vida eterna. Esta debe ser nuestra mejor instrucción y a ella debemos atenernos para salir sabiamente enseñados.
Si continuamos en el conocimiento de Dios sabremos cómo hemos de ser curados de nuestras enfermedades, vendados de nuestras heridas y qué cosa es la vida después de la muerte. La experiencia perfecciona la obra de nuestro corazón cuando éste sigue el camino del Omnipotente. Alma mía, mantente cerca de Jesús, prosigue en el conocimiento de Jesús y así llegarás a conocer a Cristo, que es la mejor de las ciencias.
El Espíritu Santo te guiará en el camino de la verdad. ¿No es éste su glorioso ministerio? Cuenta con su poder, que Él lo ejecutará. Hoy quiero conocerle más a Él.
Señor, quiero cada día conocerte y seguirte con todo mi ser. Amén.

La joven ciega - Reflexiones

Esta es la historia de una joven ciega que se odiaba a sí misma y a todo el mundo por ser ciega.
Odiaba a todos, menos a su novio que la quería mucho. Un día consiguió un par de ojos sanos. La operaron y pudo ver. Cuando lo hicieron, el novio le preguntó si se casaría con él, a lo que ella respondió que no porque se dio cuenta de que él era ciego .
El novio, triste, lo comprendió y se despidió de su vida.
En su partida le dijo:
Tan sólo te pido que cuides muy bien de mis ojos, pues te los regalé y ahora son los tuyos.
Te amo.
Hoy, antes de decir algo destructivo, piensa en los que no pueden hablar; antes de quejarte del sabor de tu comida, piensa en los que no tienen qué comer.
Antes de quejarte de tu pareja, piensa en los corazones solitarios y tristes que añoran un compañero.
Antes de quejarte de tus hijos, piensa en quienes no los tienen y los desean.
Cuando estés cansado y reniegues de tu trabajo, piensa en los millones que están desempleados y quisieran el tuyo.
Antes de señalar con el dedo, Y TOMARTE LA ATRIBUCIÓN DE JUZGAR , recuerda que todos hemos cometido errores, y lo seguiremos haciendo.
Y cuando el cansancio y las tinieblas quieran timarte y llenarte de pensamientos negativos y destructores, ¡SONRÍE!
SONRÍE y da gracias A DIOS, porque estás vivo y todavía andas por aquí. ESTA VIDA NO ES ETERNA aquí en la Tierra PARA NADIE.
Es un regalo, una aventura, una celebración, un hermoso viaje.
La única vida que es eterna es la espiritual. Por eso necesitamos sembrar para la eternidad, sin despreciar a quienes se entregan para que nosotros tengamos una mejor vida aquí.
Me has dado a conocer la senda de la vida; me llenarás de alegría en tu presencia, y de dicha eterna a tu derecha. Salmo 16:11
Y todo el que por mi causa haya dejado casas, hermanos, hermanas, padre, madre, hijos o terrenos, recibirá cien veces más y heredará la vida eterna. Mateo 19:29

Flores marchitas - vídeo reflexivo


La juventud hace creer a muchos que son dueños del mundo, que no necesitan acercarse a Dios, que para hacer eso faltan muchos años hasta ser ya viejos. La realidad es que Dios quiere que cada uno de nosotros le reconozcamos como Señor y Salvador de nuestra vida mientras haya tiempo.
No importa si eres niño, adolescente, joven, adulto o anciano, Dios esta interesado en ti.
La Biblia dice: “No dejes que la emoción de la juventud te lleve a olvidarte de tu Creador. Hónralo mientras seas joven, antes de que te pongas viejo y digas: La vida ya no es agradable” Eclesiastés 12:1 (Nueva Traducción Viviente).
Reflexionemos con el siguiente vídeo:

Saber mucho sin saber nada - Meditaciones, Reflexión

Mateo 18:3
Y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
Hoy, mientras oraba, pedía al Señor que me librase del protagonismo, que me hiciera como en mi juventud, como un niño en la fe, pues recuerdo aquellos días cuando no sabía casi nada del Señor y sin embargo Dios me usaba a veces de manera sorprendente. No sabía nada en esos días, sólo sabía que Jesús me había tocado, me había recibido y que dentro de mí podía sentir Su presencia. En esos días tenía un hambre insaciable de Dios. Bien advierte la Escritura que el conocimiento envanece.
Hoy Jesús no necesita hablar pues yo no le dejo. No necesito sus dulces palabras; yo solito puedo impresionar con mis palabras sin sustancia, rellenas de hueco conocimiento “bíblico” y sin poder transformador ¿?. Se puede saber mucho sin saber absolutamente nada. Se puede hablar mucho sin decir nada que valga la pena escuchar. Es precisamente mi forma de verme a mí mismo, la que me permite entrar o me mantiene fuera de esa dimensión sobrenatural que es el Reino de los cielos.
No estoy hablando de la salvación, estoy hablando de ver formarse en mi vida y en las personas a mi alrededor el Reino de Dios, estoy hablando de vivir asido de la mano de papá comiendo sin medida del plato de Su amor, es oler a papá, es confiar ciegamente en papá. Es hacer del "Rey del reino" el protagonista de mi vida y, como dijo Juan el bautista, menguar para que Él crezca. Es considerar a los demás como superiores a mí mismo, sin dejar de verme a mí mismo como el especial tesoro de papá, es verme igual que los demás. Es no considerarme digno de ni siquiera desatar sus sandalias.
Para entrar a ese maravilloso lugar, el lugar de los delicados pastos, debo verme a mí mismo como un niño y dejar de razonar, cuestionar, demandar y señalar. Razonar no es necesariamente malo, pero los niños razonan sin maldad, no razonan para buscar excusas o manipular. Los niños no tienen pretensiones, no tienen maldad, no buscan posición pues se saben amados, todo lo creen, todo lo esperan; es cuando dejan estas características cuando empiezan a parecerse a nosotros y a “madurar" (paro lo malo). El orgullo aparece, también el escepticismo, el cinismo, el egoísmo, el protagonismo, y todos los “ismos” que nos plagan en la edad adulta, y que no permiten que abramos la puerta invisible del Reino y entremos por ella confiados con alegría y sencillez de corazón.
Salmos 131:2

En verdad que me he comportado y he acallado mi alma como un niño destetado de su madre;
Como un niño destetado está mi alma. 

Permaneceré En El Señor - Devocional - vídeo

Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor. Juan 15:10.
Permanecer en la obediencia y perseverar en el amor de Jesús son dos cosas que no pueden separarse. Sólo una vida puesta bajo el mando de Cristo puede probar que somos objeto del gozo de nuestro Señor.
Si queremos vivir al calor de su amor hemos de guardar sus mandamientos. No es posible vivir en el amor de Cristo sin alejarnos del pecado; sin la santidad, lo único que complace al Señor es precisamente esa, no podemos agradar a Jesús.
Quien no tiene en alta estima la santidad, nada sabe del amor de Jesús. Este gozo consciente del amor de nuestro Señor es la cosa más delicada. Es más sensible al pecado que el mercurio al frío y al calor.
Cuando poseemos un corazón tierno y procuramos honrar a nuestro Señor Jesucristo con pensamientos, palabras y obras, recibiremos innumerables señales de su amor. 
Si queremos perpetuar esta bienaventuranza, hemos de perpetuar la santidad. El Señor Jesús no esconderá de nosotros el rostro mientras no apartemos el nuestro de Él.
El pecado forma la nube que oculta nuestro Sol. Si nuestra obediencia es vigilante y nuestra consagración total, andaremos en la luz como Dios está en la luz y permaneceremos seguramente en el amor de Jesús tanto como Él persevera en el amor del Padre. Dulce promesa precedida de un "sí" solemne.
Hoy mi alma anhela permanecer ante el Señor quieta y reposadamente.
¡Haz, Señor, que pronuncie yo este "sí", porque con Él tendré la llave para abrir un tesoro! Amén.