viernes, 2 de noviembre de 2012

Poquito A Poco - Vídeo de Promissa

Hoy al mirarte me he dado cuenta
que te quiero. Hoy al mirarte me he
dado cuenta que eres mi dueño
No sé ni cómo ni por qué pasó pero
es mucho más grande que yo lo que
siento.
Y no hay nada que me haga cambiar
porque estoy convencida y que no
hay nada que me haga dudar que has
cambiado mi vida.
Poquito a poco voy comprobando
Poquito a poco que te quiero
Poquito a poco te darás cuenta
Por pedacitos mi corazón.
Poquito a poco saber que me amas
Refresca mi alma poquito a poco
Y me doy cuenta de que lo que
Tanto que soñé se me cumplió.
Hoy al mirarte y hasta me sonrojo
Porque no entiendo cómo pudiste
Robarte todos mis sentimientos
No sé ni cómo ni por qué pasó pero
Sí que ha sido lo mejor conocernos.
Y no hay nada que me haga cambiar
Porque estoy convencida y que no
hay nada que me haga dudar, has
cambiado mi vida.
///Se me cumplió///
//Mi sueño eterno mi deseo eterno
Lo que toda la vida quise tener
Me has dado un pedacito de cielo
Con tu sonrisa con tu querer//
Poquito a Poco

Sin temor al rechazo - Devocional

Son muchísimas las personas que, en distintas situaciones, ya sea en el área espiritual, sentimental o natural, sus sentimientos de miedo a ser rechazados llegan a ser más grandes que sus propias intenciones de hacer las cosas, aún sabiendo qué es lo correcto y lo que más les conviene.
Y es que a veces es tanta nuestra necesidad de ser aceptados, nuestro miedo a ser criticados o a sufrir burlas, que preferimos callar antes de provocar el desagrado de las personas que nos rodean. Es entonces cuando, por miedo a ser rechazados, terminamos viviendo una vida que no es la que queremos nosotros, sino la que queremos que le agrade a los demás.
La  Biblia habla sobre la llegada de Jesús al mundo en lo que fue una situación donde pasó por el rechazo: A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Juan 1:11. Parece difícil de creer que el Hijo del Creador absoluto del mundo fuera rechazado, menospreciado y duramente criticado, sin embargo Él mismo padeció todo esto mientras estuvo aquí en la Tierra; vivió la decepción de un rechazado, el dolor de la burla.
Aun así, parece que a veces olvidamos que no podemos ser del agrado de todas las personas; vivir para agradar a todo el que está a nuestro alrededor, aparte de ser algo imposible es también lo más consumidor y cansado que podemos hacer mientras a unas pocas personas les damos gusto con ello.
Todos sabemos que el miedo y el temor paralizan e impiden que lleguemos a la meta que nos hemos trazado. Comenzamos a perder de vista el verdadero objetivo para el que fuimos llamados cuando le damos más importancia a lo que la gente habla de nosotros, y es eso lo que provoca que no nos decidamos a hacer cosas nuevas, porque siempre estamos con el temor a que la gente nos rechace por pensar o actuar distinto a lo que ellos quieren.
Cuántas veces hemos tenido un deseo en nuestro corazón de agradar a Dios y terminamos dejándolo de lado por el famoso “Que dirán”. Nos levantamos unas barreras enormes cada vez que pensamos en si a las personas les parece bien cómo hablamos, cómo nos vestimos y cada cosa que hacemos, y terminamos por apagar nosotros mismos esa llama y dejamos de vivir para Dios por querer comenzar a vivir para el agrado de las personas.
El miedo al rechazo no es más que una barrera más que intenta impedir que seas bendecido y bendigas a otros. Siempre habrá alguien que no esté de acuerdo con lo que haces; si esperas a que todos estén de acuerdo en lo que quieres hacer, nunca podrás hacerlo; por eso es importante que busques la aprobación y el agrado de Dios antes que el de cualquier otra persona.
Para cualquier área de tu vida donde sientes temor a ser rechazado, da por supuesto que cada una de esas áreas está en manos de Dios. A Dios le interesa darte victorias en todos los aspectos de tu vida que consideres importantes; en cada uno de ellos Él está contigo, te ha enviado a conquistar montes, a que sean entregados en tus manos. A veces no es fácil, de acuerdo, pero si de algo puedes estar seguro, es de que no habrá nada que te sea imposible siempre que Dios vaya a tu lado.
Jesús fue rechazado en muchas ocasiones, la gente no estaba de acuerdo con lo que hablaba, no le parecía bien cómo decía las cosas, tampoco cómo vivía, cómo se expresaba, pero eso no impidió que cumpliera con su misión, tenía tan claro su objetivo que los comentarios y opiniones no afectaban a su labor. Él continuó hasta el final y logró agradar a quien realmente importaba agradar, a Dios.
Mientras los apóstoles eran perseguidos por predicar la palabra de Dios, los presentaron ante el sumo sacerdote, y ante la molestia de éste solamente se limitaron a responder lo que claramente era más importante para ellos: Pedro y los demás apóstoles respondieron: Nosotros primero obedecemos a Dios, y después a los humanos Hechos 5:29
La mejor manera de vencer el temor al rechazo es recordando siempre cuál es la prioridad en tu vida. ¿Cuán presentes tienes tus objetivos?, ¿está puesta tu mirada en el propósito de Dios para ti, o en los pensamientos que tienen los demás acerca de lo que haces? No sirve de nada ganar la aprobación de quienes son solamente espectadores y perder la del autor de la obra de tu vida, porque es Dios quien conoce realmente tu situación y puede, más que opinar, hacer algo al respecto.

Confíale a Dios tus temores, tus inseguridades, tus miedos. Él te ha dado un espíritu de valentía y no de cobardía, de poder para vencer, de amor para soportar y perdonar, y de dominio propio para que te sientas seguro de ti mismo.


¿Para qué nos llama El Señor? - Bosquejos cristianos

3:13 Después subió al monte, y llamó a sí a los que él quiso; y vinieron a él. 
3:14 Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar,
3:15 y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades y para echar fuera demonios:
3:16 a Simón, a quien puso por sobrenombre Pedro;
3:17 a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan hermano de Jacobo, a quienes apellidó Boanerges, esto es, Hijos del trueno;
3:18 a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananista,
3:19 y Judas Iscariote, el que le entregó. Y vinieron a casa.


San Marcos 3:13-19


La llamada de Dios a nuestra vida tiene propósitos bien definidos. La primera es: “Que estemos con Él”, ¡que maravilloso! Él nos quiere cerca, con Él, en Él y para Él. Significa que no es difícil encontrarnos con Él, ni tener momentos maravillosos con Él. Él nos espera, nos anhela y nos ama.
¿Qué más se propone El Señor al llamarnos?

NOS LLAMA PARA QUE PREDIQUEMOS (V.14)

A. El estar en su presencia nos permite conocerle mejor, de tal manera que podemos hablar de Él libre y espontáneamente.
B. Somos llamados para proclamar su santo nombre.
C. El Señor quiere que proclamemos toda la verdad divina.¿Cuál es esta verdad?
     1. El pecado ha causado tristeza y dolor.
     2. El hombre por sí solo no ha podido superar el pecado (La religión y las buenas
         obras no han podido superar el pecado. 
     3. El Señor vino al mundo por amor a nosotros. Para redimirnos.
     4. La fe, la confesión y el arrepentimiento me conducen a recibir del Señor la
         Salvación.
     5. Jesús tiene un propósito claro para nuestras vidas; ser canales de su bendición
         al mundo.
D. El mensaje no es complejo ni difícil, es la realidad de lo que El Señor ha hecho para nosotros.

Conclusión:
Animémonos a proclamar las buenas nuevas de salvación, hagámoslo en nuestra casa, nuestro vecindario, nuestro grupo, nuestro trabajo, nuestra ciudad y el mundo entero.

El Amor se Gana, No se Impone - Reflexiones - vídeo

Frederick William I, rey de Prusia, no se dio a conocer por una disposición agradable.
Su pasión era su ejército y pasó mucho tiempo de su vida tratando de establecerlo.
No le interesaba casi nada más, ni nadie más, incluso ni su propia familia. Con frecuencia fue cruel con su hijo, quien más tarde le sucedió en el trono como Frederick II, el Grande.
Ya anciano, con frecuencia, Frederick William caminaba solo por las calles de Berlín. Sus súbditos huían de él.
Se cuenta que en uno de esos paseos, un ciudadano le vio venir e intentó escapar del monarca a través de un portal.
Tú—le gritó el rey—, ¿a dónde crees que vas?
—A mi casa, su Majestad—contestó nervioso el hombre.
—¿Es esa tu casa?—le preguntó Frederick.
—No, su Majestad.
—Entonces, ¿por qué estás tratando de entrar ahí?
—Bueno, su Majestad—admitió el hombre, preocupado de que le tildaran de ladrón—, es que no quería encontrarme con usted.
—¿Por qué?—preguntó el rey.
—Porque le tengo miedo, su Majestad.
Frederick alzó el bastón que usaba para caminar y, apuntando al hombre, le dijo: "Se supone que no tienes que temerme, pedazo de infeliz. Se supone que tienes que amarme".

Rara vez las personas siguen a alguien con quien no se llevan bien.
No puedes obligar a nadie amar. El amor se gana, no se impone. ¿Estás regando las semillas de amor hacia tu familia, compañeros o vecinos?
Semilla que se riega, tarde o temprano, florece.
Dijo David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán? 2 Samuel 9:1.
Y el rey mandó a Joab, a Abisai y a Itai, diciendo: Tratad benignamente por amor de mí al joven Absalón. Y todo el pueblo oyó cuando dio el rey orden acerca de Absalón a todos los capitanes. 2 Samuel 18:5

El Señor Es Quién Juzgará - Devocional - vídeo

 Y juzgaré entre oveja y oveja. Ezequiel 34:22.
A veces hay personas que, creyéndose fuertes y prósperas, se muestran duras con los débiles. Este es un pecado que causa mucha tristeza. La actitud que algunos adoptan de volver la espalda o amedrentar a los flacos y humildes causa profunda tristeza a los grupos de los creyentes. El Señor toma nota de estas acciones inspiradas en el orgullo y se enoja considerablemente porque ama a los débiles.
¿Te ves así de despreciado? ¿Eres tú uno de los afligidos de Sión y te ves molestado a causa de tu conciencia?
¿Te juzgan tus hermanos con severidad? No guardes resentimiento alguno. 
No les mires despectivamente ni les hostigues como venganza.
 Déjalo todo en las manos de Dios; Él es juez. 
¿Por qué queremos usurpar su poder? 
Él juzgará con más justicia que nosotros, y su juicio será el mejor; no queramos adelantarlo apresuradamente.
El opresor, de duro corazón, temblará aún cuando consiga su propósito sin su castigo correspondiente. De momento, que no olvide que sus actos orgullosos son notados y de cada uno de ellos dará cuenta ante el tribunal del Gran Juez.
¡Paciencia, alma mía! ¡Paciencia! El Señor sabe tu angustia. ¡Jesús, tu Salvador, tiene misericordia de ti!
Señor, Gracias porque tú eres el mejor juez. Mi causa la dejo en tus manos. Amén.