lunes, 29 de octubre de 2012

Nacer de Nuevo - Devocional - vídeo

“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.”
Juan: 3.5
Cerremos los ojos y tratemos de imaginar a Nicodemo, de noche, tal vez con temor entrando en la casa de Jesús, mirando a todos lados para que nadie le viera porque quería tener una conversación en privado con Jesús; él mismo era un fariseo, un maestro de la Ley, bastante mayor, pero que estaba inquieto; seguramente había escuchado  a Jesús hablar en la calle, en las plazas o en la Sinagoga, o quizá Jesús era el tema principal de aquellos días; para él, Jesús tenia, no sólo un conocimiento intelectual de la Ley, sino que además, en su corazón, reconocía que Él no era como los otros, era especial, hablaba con autoridad, le rodeaba una atmósfera de santidad, de poder, su boca destilaba sabiduría, atraía a las multitudes, estaba lleno de gracia y de amor, de compasión; su cercanía, su presencia, producía seguridad, paz. Así que la necesidad de ir a ver a Jesús pudo más que el temor a ser descubierto, y finalmente se decidió a visitarle y sostener con Él esta conversación que es la parte esencial, central y fundamental del cristianismo.
Hasta podemos imaginar que había preparado una serie de preguntas que le haría al Maestro, pero como Jesús tenia la capacidad de leer los pensamientos,... como diríamos en lenguaje coloquial: “fue por lana y salió trasquilado” pues nunca imaginó de Él una salida y respuesta como esta: "Nacer de Nuevo, sí, volver a nacer…del agua y del espíritu". ¡Qué extraña debió haber sido esta situación!
Jesús lo ratificó en la fiesta de bodas a la que fue con su madre y sus hermanos cuando convirtió el agua en vino. También durante la muerte de Juan El Bautista, y en sus parábolas, para finalmente confirmarlo con su propia vida, muerte y resurrección, mostrando que es El Señor de la vida y de la muerte; posteriormente, a través del mensaje del apóstol Pablo, vemos que se habla nuevamente de este tema cuando habla acerca del viejo hombre o la vieja naturaleza, y el renacimiento del nuevo hombre, del avivamiento del espíritu.
Nacer de nuevo es la regeneración del espíritu, de la vida, y la reconciliación con Dios, nuestro Padre, y no podemos nacer de nuevo si no nos bautizamos;  el bautismo es el compromiso, la alianza, el pacto que nos recuerda que enterramos en el agua toda nuestra vida pasada, nos arrepentimos de nuestros pecados y aceptamos y abrazamos una nueva vida, una nueva identidad, un segundo nacimiento, nacemos de nuevo (del Espíritu) y esto es tan importante porque es el medio por el cual somos sellados, marcados y separados para Cristo.
Por eso ahora mismo, sin importar el tiempo que llevemos en el cristianismo, las preguntas claves que nos debemos hacer son: ¿Soy realmente una nueva criatura en Cristo? Si es así, ¿cuánto hay de mí y cuánto de Cristo en mí? Si hay de Él por lo menos un poquito, o mucho, esa cantidad, todo, debe ser semejante a Él; es lo que la gente debe ver, captar y  sentir, y ¿podemos sentir y ver a Jesús a través de nuestro ser, de nuestra manera de actuar, de pensar y de sentir, o seguimos siendo los mismos? ¿Estamos creciendo y fortaleciéndonos cada día o simplemente somos oidores de La Palabra; aún no nos decidimos a entregarle nuestra vida a Cristo o podemos decir como decía el Apóstol Pablo: ya no vivo yo, sino es Cristo, quien vive en mi?
Los errores del pasado y nuestros pecados no los podemos cambiar pero sí existe una manera de corregirlos y es "nacer de nuevo"; cuántas veces hemos oído esta pregunta: “Si hubiera algo del pasado que pudieras cambiar, ¿qué cambiarías y cómo lo cambiarías?” Jesús nos ofrece esa única oportunidad de borrar todo lo malo y defectuoso del pasado y volver a empezar, de nacer de nuevo y tener una nueva vida, y esto no fue gratis. Él pago un alto precio para que nosotros pudiéramos tener esta oportunidad. No la desperdiciemos.
Preguntémonos otra vez: Si hoy nacieras de nuevo, ¿qué harías? ¿Cómo vivirías tu vida? ¿Qué corregirías, cómo actuarías, cómo pensarías? ¿Qué ha significado en tu vida tener un encuentro personal con Jesús? Si lo has tenido, ¿en qué te ha cambiado?
Con frecuencia escuchamos en seminarios de auto-ayuda o crecimiento personal, una pregunta: ¿Cómo te ves dentro de 5 o 10 años? ¿Qué harías y con quién? Mirando atrás 5 o 10 años antes, ¿cómo era? ¿cómo reaccionaba? ¿vivía lleno de ira, resentimiento, era agresivo, incrédulo, infeliz o infiel? Y   como contraste, ¿cómo te ves ahora? ¿aquí y ahora? Seamos honestos y reconozcamos, con un corazón rendido y agradecido a nuestro Cristo, que Él hizo posible que naciéramos de nuevo, que tuviéramos una segunda oportunidad y que aún esté trabajando en nuestras vidas para transformar, formar y regenerar nuestro carácter, nuestra vida y nuestras relaciones. ¿Dónde estaría yo hoy si Cristo no hubiera tenido un día misericordia de mi?

“Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.”

Juan. 1:17


Temía Hasta Que… - Crecimiento personal

Temía estar solo hasta que aprendí a gustarme a mí mismo.
Temía al fracaso hasta que me di cuenta que sólo fallo cuando no lo intento.
Temía al éxito hasta que me di cuenta de que tenía que intentarlo para estar feliz conmigo mismo.
Temía a la opinión de la gente hasta que aprendí que la gente tendrá opiniones de mí de todas maneras.
Temía el rechazo hasta que aprendí a tener fe en mí mismo.
Temía al dolor hasta que aprendí que este es necesario para crecer.
Temía a la verdad hasta que vi la fealdad de las mentiras.
Temía a la vida hasta que experimenté su belleza.
Temía a la muerte hasta que me di cuenta de que no es un fin sino un comienzo.
Temía a mi destino hasta que me di cuenta de que tengo el poder para cambiar mi vida.
Temía al odio hasta que vi que no era más que ignorancia.
Temía al amor hasta que tocó mi corazón, haciendo que la oscuridad se disipara en días soleados sin fin.
Temía al ridículo hasta que aprendí cómo reírme de mí mismo.
Temía envejecer hasta que me di cuenta que adquiría sabiduría cada día.
Temía al futuro hasta que me di cuenta de que la vida sólo va a mejor en Dios.
Temía al pasado hasta que me di cuenta de que no podía lastimarme más.
Temía a la oscuridad hasta que vi la belleza de la luz de las estrellas.
Temía a la luz hasta que aprendí que la verdad siempre me dará fortaleza.
Temía al cambio hasta que vi que aún la más hermosa mariposa tuvo que sufrir una metamorfosis antes de poder volar.

Esta reflexión, siendo increíblemente original, despierta al mismo tiempo un eco en cada una de nuestras vidas, si bien su intensidad puede variar según nuestra experiencia personal. Y es que todos tenemos temores, ya sea que lo aceptemos públicamente o no.
Es parte de la condición caída de la humanidad… pero la buena noticia es que no tenemos por qué quedar esclavizados por un temor paralizante, que se erija como obstáculo para que podamos vivir la vida abundante que Dios diseñó para nosotros.
Nuestra fe vence al mundo, pero esta victoria comienza por el escalón en el cual nos atrevemos a creer a Dios por encima de nuestros temores, y cuando damos pasos de fe para conquistar nuestros mañanas.
¿Nos atreveremos a hacerlo hoy?  Adelante y que Dios les bendiga.

Dios tiene lecciones en cualquier lugar y a cada momento, si quieres verlas - Reflexión

Hubo una época en que mi marido decidió ser granjero. Compró un molino de viento, algunas lámparas de aceite, colmenas, y un par de cerdos a quienes nuestro hijo llamó, Lois Lane y Clark Kent.
Este par de cerditos iban a causarme muchos dolores de cabeza desde el día en que los llevaron a casa.
Los habíamos atado muy bien y metido en cajas de transporte en la parte trasera de nuestra camioneta. Estos lechones Houdini, de alguna manera, lograron liberarse, saltaron de la camioneta y echaron a correr por las colinas.
Finalmente logramos llevar esas resbaladizas criaturas a casa, pero sólo después de una dura búsqueda y persecución por el bosque.
Lois y Clark eran aventureros lechones que pronto aprendieron a escalar al techo de su casita para saltar fuera de la valla. Automovilistas, de la carretera cerca de nuestra casa, decían que frecuentemente habían visto “dos cerdos salvajes” corriendo entre los coches, y más de una vez recibí llamadas telefónicas de vecinos enfadados que encontraron al par de cerditos cuando cavaban en sus jardines de flores.
Generalmente, la única casa a la que los cerdos iban a “explorar” era la mía, de modo que tenía que arreglármelas. ¿Cómo se puede convencer a dos cerditos a que no te sigan y se queden contigo?  Se requiere una cubeta llena de queso, cáscaras de manzana, y otras sobras de comida.
Una vez que L y C habían crecido, su dieta habitual ya no era la misma; ahora consistía en camiones de rancia panadería, productos lácteos, y sobras de comida de los restaurantes locales. Mantener a ese par de cerdos alimentados era un gran trabajo. Lois y Clark comían mucho, por no decir demasiado, y usted puede imaginar lo OTRO que también hacían. Sí mucho.
El montón de estiércol se convirtió en una montaña que permaneció en el campo y lo olvidé por mucho tiempo, incluso después de que Lois y Clark ya habían sido vendidos para convertirse en tocino y chuletas de cerdo en algún congelador.
El verano siguiente decidí plantar un huerto; cariñosamente lo fertilicé, lo regué y le di el cuidado diario sólo para descubrir, al final de la temporada, que mis preciadas hortalizas eran insignificantes en comparación con los enormes tomates, pepinos y calabazas que habían surgido justo al otro lado del patio. Sí, exactamente allí donde estaba la gran pila de estiércol.
¿Por qué te cuento todo esto sobre cuidados a los cerdos y el estiércol? Porque hay algo que debes aprender aquí: Dios tiene lecciones para nosotros en todo lado y a cada momento si estamos dispuestos a verlas.
La mayoría de la gente ha sentido el dolor de ver destruidas sus esperanzas y sueños. Todos hemos sentido alguna vez que la vida es una gran pila de estiércol.
La Biblia dice que Dios puede producir belleza de las cenizas. Él puede tomar el maloliente, repugnante montón de estiércol que nuestra vida pueda ser a veces, y puede hacer crecer frutos de vida de lo que parece ser basura.
Así que hay esperanza, incluso en la cima de la pila de estiércol. Así como la basura en una pila de estiércol hizo crecer un jardín en mi patio, la basura en nuestra vida puede producir cosas buenas que también nos ayudan a crecer.
Cabe preguntarse por qué Dios permite que el estiércol a veces se acumule en nuestras vidas, pero estoy seguro de que no es ninguna sorpresa o accidente. No puede ocurrir sin su aprobación. La buena noticia es que no tenemos que subir a las montañas de estiércol solos. Los problemas siempre vienen en la vida pero tenemos una fuente de fuerza para sostenernos que nos guía, tenemos la esperanza, el ingrediente esencial para ver más allá de la pila de estiércol.
Así que agarra una pala y empieza a cavar. Hay una cosecha en el otro lado.
Marsha Jordan
Isaías 61:3
A ordenar que a los afligidos se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío del Señor, para gloria suya.

Ayúdame, Señor - Meditación, Reflexión - vídeo

Sentimientos encontrados gobiernan en este momento tu vida; no sonríes porque no hay una razón para hacerlo pero si muchas para estar preocupado, cargado y puede que hasta sin fuerzas.
Sientes que has tocado fondo, sientes que estás en una de las etapas más difíciles de tu vida, ves como todo se pone peor cada vez y realmente tu fe poco a poco se ha ido reduciendo.
Ves como los problemas se presentan en tu vida uno tras otro, has llegado a pensar que tienes como un imán para ellos y, aunque salgas de uno, pronto a parece otro y llega un momento en donde desearías huir, desaparecer hacia algún lado o simplemente olvidarte de todo, pero sabes que esa no es la solución.
A veces se toca fondo por nuestras frecuentes malas decisiones, porque sabiendo la teoría de lo bueno terminamos haciendo lo malo, porque sabiendo las consecuencias de nuestras acciones terminamos haciendo, a pesar de eso, lo que no tenemos que hacer.
Puede que hoy te encuentres en un momento muy difícil, con sentimientos negativos embargando tu ser, con pensamientos de derrota paseándose por tu mente, con un sentimiento en tu pecho de que las cosas no están como te gustaría que estuviesen y quizá, en un momento de reflexión al darte cuenta de todo lo que te está rodeando y de lo que estás haciendo al respecto, sólo puedes pronunciar un: ¡Ayúdame, Señor!
A veces, al analizar todo en nuestra vida llegamos a la sabia conclusión de que NECESITAMOS LA AYUDA DE DIOS, pues hay cosas que sólo el poder de Dios puede cambiar.
El Salmista David decía: “Escúchame, Señor, y ten misericordia de mí; ayúdame, oh Señor».” Salmos 30:10 (Nueva Traducción Viviente). David decía: “Escúchame, Señor”, ¿Acaso Dios no le escuchaba?, ¡Claro que si!, pero en momentos difíciles creemos que no nos escucha porque tal vez no nos responde como quisiéramos. Sin embargo Él esta al tanto de todo, y aunque el salmista lo sabía no tenia reparo en orar a pesar de eso porque Dios le había ayudado siempre e insistía en pedirle su ayuda; seguramente estaba pasando un episodio difícil en su vida como los que muchos de nosotros pasamos o estamos pasando.
David fue un hombre que sufrió mucho antes de que se cumpliera la promesa que Dios le había dado al ungirle como futuro rey de Israel. Sufrió persecución de muerte, desprecio, olvido, anonimato, pero, sin embargo, algo que caracterizó al salmista David era que hablaba con Dios a través de los Salmos y muy a menudo se le escuchaba decir:“Dios mío, ¡ayúdame! Por tu gran amor, ¡sálvame!” Salmos 109:26 (Traducción en lenguaje actual). “¡Ayúdame!”, era una palabra que David usaba porque sus problemas le hacían llegar a la conclusión de que sólo Dios era capaz de solucionarlos, y por eso insistía en decir: “Dios mío, ¡líbrame, por favor!, ¡ven pronto en mi ayuda!” Salmos 40:13 (Traducción en lenguaje actual).
Puede que hoy estés afrontando uno de los peores problemas que te ha tocado afrontar, puede que las fuerzas se te hayan acabado y que tu fe se tambalee, que dudes, pero aún en medio de cualquier panorama que estés afrontando, pídele ayuda al Señor, porque estoy seguro que Él vendrá en tu ayuda.
Allí donde estás, olvídate de todo lo que te rodea y habla con Dios. Di y repite esta oración con sinceridad de corazón:
“Padre Nuestro que estás en los cielos, te doy gracias por todo lo que Tú nos das sin que lo merezcamos, te doy gracias porque puedo sentir como cada mañana tu misericordia se renueva sobre mi vida, te doy gracias porque hasta aquí has estado conmigo. Padre, Tú conoces mejor que nadie mi actual estado, Tú sabes los problemas que estoy afrontando, los sentimientos que me embargan, las cargas que me preocupan, los pensamientos que desgastan mi fe; hoy nuevamente imploro tu ayuda, ¡Ayúdame Señor!, reconozco que solo no puedo, reconozco que las fuerzas poco poco se me han ido acabando, reconozco que estoy en un punto en donde sólo tu Poderosa Mano puede sacarme de todo esto y por eso hoy, con todo mi corazón, quiero pedirte que me AYUDES, que vuelvas tu mirada a mí y que tengas misericordia una vez más de mi vida y me des la capacidad, la fuerza, la sabiduría y el deseo de poder salir adelante de todo lo que en este momento se me hace difícil o imposible. Yo sé que Tú tienes el Poder suficiente para hacer que todo cambie, por eso recurro a ti, por eso imploro tu ayuda, ¡Ayúdame Señor! Te lo pido por favor. Gracias Padre, gracias porque sé que vienes en mi ayuda, porque sé que cuando te creo, Tú obras, porque sé que Tú honras la fe de los que te creen y aunque todo el panorama me quiera hacer creer que todo saldrá mal, hoy quiero creer en tu ayuda, hoy quiero confiar en que me ayudarás; deposito TODA mi confianza en ti, porque sé que nunca me defraudarás, en el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.
Dios va a comenzar a hacer cosas importantes en tu vida. Él pondrá en tu corazón el deseo de salir de eso que pensabas o creías que no podías salir, Él abrirá puertas donde parece que estaban cerradas, Él te llevará a donde parecía que era imposible que fueras y todo porque creíste en su ayuda, porque confiaste en su Poder y porque reconociste tu necesidad de Él.
Hoy un nuevo tiempo comenzará en tu vida, un tiempo de fe y respuestas, Dios comenzará a obrar en tu vida en base a la fe que le muestres y hará cosas maravillosas de las cuales te sorprenderás.

¡DIOS ES QUIEN TE AYUDA!


Yo Soy Dios - Te oigo y oro

Buenos días, yo soy Dios.
El día de hoy me encargaré de todos tus problemas.
Por favor recuerda que no necesito de tu ayuda.
powerpoint problemasSi el diablo, por casualidad, te puso en una situación que no puedes manejar NO intentes resolverla.
Ponla amablemente en la caja CPHD (Cosas para hacer DIOS).
Esto se arreglará en MI tiempo, no en el tuyo.
Ya que Aferrarte o Sacarlo solo demoraría la solución del problema.
Si es una situación que tú piensas que eres capaz de manejar, por favor consúltame en una oración, para asegurarte que es la solución correcta.
Debido a que no duermo, ni dormito, no es necesario que pierdas tu sueño, yo me encargaré de velarlo.
Descansa hijo.
Si necesitas contactarme, estoy sólo a una oración de distancia.
Exodo 3:14
Y dijo Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y añadió: Así dirás a los hijos de Israel: “YO SOY me ha enviado a vosotros.
Juan 8:24
Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, moriréis en vuestros pecados.
Juan 8:28
Por eso Jesús dijo: Cuando levantéis al Hijo del Hombre, entonces sabréis que yo soy y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo estas cosas como el Padre me enseñó.
Juan 8:58
Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham naciera, yo soy.