martes, 23 de octubre de 2012

La Mano del Maestro - Reflexiones

Estaba golpeado y marcado, y el rematador-licitador de la subasta pensó que, por su escaso valor, no tenía sentido perder demasiado tiempo con el viejo violín pero lo levantó con una sonrisa.
-¿Cuánto dan señores? -gritó-, ¿quién empieza a apostar?
-Un dólar, un dólar- alguien replicó después, -dos dólares.
-¿Sólo dos?
-Dos dólares y ¿quién da tres?, tres dólares, a la una; tres dólares a las dos; y van tres…
Pero NO, nadie pujó más. Desde el fondo de la sala un hombre canoso se adelantó y recogió el instrumento; luego, después de quitar el polvo del violín y una vez estiradas las cuerdas flojas, las afinó, y tocó una melodía pura y dulce como un coro de ángeles.
Cesó la música y el rematador, con una voz silenciosa y baja dijo: -¿Cuánto me dan ahora por el viejo violín?, y lo levantó en alto.
-Mil dólares y… ¿quién da dos? -¡Dos mil!, ¿Y quién da tres? Tres mil a la una, tres mil a las dos; y se va y se fue, -dijo.
La gente aplaudía, pero algunos decían: “No entendemos bien, ¿qué cambió su valor?”. La respuesta no se hizo esperar: “¡La Mano del Maestro!”
Que una melodía celestial brote hoy de tu vida si te dejas usar en las manos del Maestro por excelencia.
Efesios 2:10 Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Estrella - Reflexiones - Vídeo


Durante la segunda guerra mundial era costumbre en los Estados Unidos que una familia que tuviera un hijo sirviendo en el ejército colocara una estrella en la ventana frontal de su casa. Cuando esta estrella era dorada, entonces significaba que éste había entregado su vida por su país.
Hace muchos años caminaba un hombre con su hijo por las calles de Nueva York y el niño, al ver las ventanas llenas de estrellas, preguntó a su papá sobre qué era eso; su padre le explicó lo que significaba y cómo estas familias que habían entregado un hijo por su país colgaban esas estrellas como un homenaje a su sacrificio.
Finalmente llegaron a un sitio vacío y pudieron observar el cielo iluminado de aquella noche. Podía verse, particularmente, una estrella muy brillante en el cielo, y el niño al ver este precioso espectáculo contuvo el aliento y afirmó:
- Mira papá. Dios también debió haber entregado a su hijo; hay una estrella colgada en su ventana.
- Es verdad, hay una estrella en la ventana de Dios, ¿te das cuenta de lo que Dios hizo por nosotros?: entregó a su hijo por toda la humanidad.
Cuando veas esta estrella en la ventana de Dios recuerda esto: “En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos.
“Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Juan 3:16 “

Si Dios te llama, es porque Él te respaldará - Devocional

Muchas personas al ser preguntadas por qué no le sirven a Dios en algún área dicen: “Es que no me siento totalmente capaz”, “Es que siento que tengo que mejorar esto o aquello”, “Es que considero que no tengo grandes talentos”.
Cada una de estas excusas, porque lo son, no tienen un fundamento válido delante de los ojos de Dios, porque,¿quién está preparado totalmente para hacer algo para Dios? o ¿quién tiene “grandes” talentos para hacerlo?
A través de la Biblia se puede ver que Dios utilizó a personas comunes, normales, sin grandes cualidades o enormes talentos. La mayoría de ellos no eran eruditos de la Biblia, no eran escribas que se sabían toda la ley, no eran personas con grandes títulos académicos o con muchos diplomas de cursos bíblicos, misioneros, evangelísticos o pastorales. La gran mayoría de los siervos que Dios usó para su obra fueron preparados por Dios mismo.
Por ejemplo, Moisés era conocido por tener un temperamento fuerte, hasta el punto de que en un enojo mató a un soldado egipcio y tuvo que huir para no ser atrapado y posiblemente muerto también. Dios le llevó al desierto en donde pasó cuarenta años antes de que Dios le llamara para utilizarle como libertador de su pueblo; en ese tiempo la Biblia dice de Moisés: “Y aquel varón, Moisés, era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra” Números 12:3 (Reina-Valera 1960). En aquel proceso en el desierto Dios había trabajado en el carácter de Moisés de tal forma que pudiera ser útil en la obra que Él necesitaba.
Moisés, también al igual que nosotros, puso excusas para servirle a Dios, pero cuando Dios te mira y sabe que puedes hacer determinada obra no hay excusa que valga. Después de  que Dios le hubiera encomendado la obra de liberar al pueblo de Egipto, Moisés le dijo a Dios: “Sin embargo, Moisés le dijo a Dios: —¡Pero es que yo no sé hablar bien! Siempre que hablo, se me traba la lengua, y por eso nadie me hace caso. Este problema lo tengo desde niño” Éxodo 4:10 (Traducción en Lenguaje Actual). La respuesta de Dios ante la excusa de Moisés es perfecta: “Dios le contestó: —Escúchame, Moisés, ¡soy yo quien hace que hables o que no hables! ¡Soy yo quien hace que puedas oír o que no oigas nada! ¡Soy yo quien puede hacerte ver o dejarte ciego! Anda, ponte en marcha a Egipto, que yo te ayudaré a que hables bien, y te enseñaré lo que debes decir.” Éxodo 4:11-12 (Traducción en Lenguaje Actual).
La respuesta de Dios a Moisés es la respuesta que Dios nos da a todos cuando ponemos excusas para servirle. Y es que cuando vas a realizar determinada tarea para la obra de Dios tienes que entender que no eres tú, sino Dios en ti; es Él mismo quien te utilizará como instrumento de bendición.
No puedes limitarte a ver que no eres bueno para esto o aquello, Si nos autojuzgamos, veremos que no somos tan buenos para hacer una determinada tarea, pero Dios no ve de la forma en que lo vemos nosotros; Él tiene ojos para ver lo útil que podemos llegar a ser para su obra, y por eso cuando nos llama, cuando nos insiste en el servicio, es porque Él quiere utilizarnos.
Ya no es tiempo de estar poniendo toda clase de excusas que al final no tienen valor, ya que si Dios puso sus ojos en ti para el servicio, es porque Él sabe que tienes la capacidad de hacer  esa obra que te está mandando hacer.
No te menosprecies, no creas que no eres el indicado, por el contrario, cuando Dios esté insistiendo en tu vida sobre el servicio deberías alegrarte, porque Dios mira en ti lo que tú mismo quizá no ves, y es que para Dios puedes ser un gran instrumento para su obra, pero para ello necesitas entender que Él quiere y puede usarte.
Es momento de disponer nuestro corazón para su servicio, no estés prolongando más el tiempo para servirle, no estés poniendo más excusas, mejor dile al Señor: ¡HEME AQUÍ!

“Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí.”

Isaías 6:8 (Reina-Valera 1960) 

¡DEBES DE ENTENDER QUE ES ÉL EN TI Y QUE NO ESTARÁS SOLO EN ESA TAREA QUE TE ESTÁ ENVIANDO A HACER!

El Poder de las palabras - Vídeo Reflexivo


Cuánto poder hay en las palabras, que hasta un simple cambio en ellas puede cambiar la manera de pensar de las personas... ¡Cambia tus Palabras.. cambia tu Mundo! 

Flores Primaverales - Reflexiones - vídeo

Cuando yo era una niña, y crecía en el oeste de Míchigan, siempre celebraba la primavera y las primeras flores el 1° de mayo. Hacía un canasta de papel y la llenaba de todas las flores que encontraba, la mayoría narcisos y violetas. Luego colocaba la canasta a la puerta de mi vecina, tocaba a su puerta, y me escondía rápidamente detrás de un arbusto. Atisbaba a verla cuando abría la puerta y recogía su sorpresa. Cuando ella entraba yo corría a mi casa.
La belleza de las flores primaverales y el cambio regular de las estaciones nos recuerdan la fidelidad de Dios. Cuando Noé y su familia con los animales salieron del arca después de que las aguas decrecieron, Dios les hizo esta promesa: “Mientras la tierra permanezca, la siembra y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, el día y la noche, nunca cesarán” (Génesis 8:22). Y ha sido fiel en mantener esa promesa desde entonces. Dios “hizo . . . el universo” y sigue sosteniendo “todas las cosas por la palabra de su poder” (Hebreos 1:2-3).
Demos gracias a Dios hoy por su hermosa creación y por su fidelidad al sostener su mundo y a nosotros.
Mientras la tierra permanezca, . . . el día y la noche, nunca cesarán. Génesis 8:22.