jueves, 27 de septiembre de 2012

El Señor Salvará a los que en Él Esperan - devocional

Y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan. Hebreos 9:28.
Tal es nuestra esperanza. Aquél a quien ya hemos visto y que vino una vez para quitar los pecados de muchos se manifestará nuevamente entre los hijos de los hombres. ¡Magnífica y gloriosa perspectiva! Este segundo advenimiento irá acompañado de circunstancias especiales que lo harán verdaderamente  glorioso.
Nuestro Señor habrá aniquilado el pecado. De tal modo lo ha borrado de su pueblo y con tanta eficacia ha saldado nuestra deuda, que ya en su segunda venida nada tendrá que ver con Él. Ya no tendrá que presentar ofrenda alguna por el pecado porque lo habrá quitado del todo. Nuestro Señor consumará entonces la salvación de su pueblo. Todos serán perfectamente salvos y gozarán para siempre de la plenitud de la salvación. 
No viene a traer la paga de nuestras transgresiones, sino a traernos el resultado de nuestra obediencia; no viene a liquidar nuestra condenación, sino a perfeccionar nuestra salvación. Nuestro Señor se manifiesta a los que en Él esperan. No será visto así por aquellos cuyos ojos están cegados por el egoísmo y el pecado. Para éstos será un juez terrible, y nada más. Primero hemos de mirarle y después esperar en Él; en ambos casos nuestra mirada será para vida eterna.
Hoy le sigo consciente de que no sólo me salvará sino que también me protegerá.
Señor, Gracias por darme salvación y protección. Gracias por ser Mi Señor. Amén.

El Tío sin Nombre - reflexiones - vídeo

Su nombre era Wally Amos y creó una empresa de cien millones de dólares vendiendo galletas “Famous Amos Cookies”.
Perdió la empresa por una serie de circunstancias. Pasó de la fama y la fortuna a deber un millón de dólares. Peor aún, perdió el derecho de usar el nombre que le hizo famoso. Sin embargo no perdió lo que le llevó al éxito la primera vez: Mantuvo su sentido del humor, persistencia, optimismo y seguridad en sí mismo. Como era de esperar, volvió a triunfar.
El hombre comenzó una nueva aventura bajo el nombre de “Wally Amos Present Chip´s Cookie”
La Revista People publicó la historia y Fitz y Floyd fabricó galletas Chip´s Cookie. JC Penney distribuyó muñecas Chips´s Cookie. Todo el mundo estaba feliz con el regreso del señor Amos menos los nuevos propietarios de “Famous Amos”. Le pusieron una demanda y de nuevo le sacaron del mercado. Wally dice que obtuvo fama y riqueza y que pagó el precio por ello.
Actualmente viaja promocionando su nuevo libro “El hombre sin nombre”, que está recibiendo una entusiasta acogida. También regresó al negocio de las galletas. Su nueva empresa se llama “El Tío sin Nombre”. Es obvio que Wally Amos constituye un buen ejemplo de un hombre golpeado pero no acabado. Regresó a la lucha con el mismo entusiasmo y afán que mostró la primera vez. Predigo que le irá bien.
Wally Amos es el tipo de hombre que se levanta una y otra vez. El antiguo dicho de que una persona que no recibe golpes no puede golpear se volvió cierto en el Tío sin Nombre.
Nunca claudiques ante las crisis de la vida. Mira al cielo, de allí Dios te enviará su socorro, levántate y vuelve a andar.
Como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, y he aquí que vivimos; como castigados, pero no condenados a muerte; como entristecidos, pero siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, aunque poseyéndolo todo. Nuestra boca, ¡oh corintios!, os ha hablado con toda franqueza. Nuestro corazón se ha abierto de par en par. No estáis limitados por nosotros, sino que estáis limitados en vuestros sentimientos. 2 Corintios 6:9-12.

Avanza sin temor - Meditaciones, Motivación

La tristeza embarga tu ser y estás a punto de tomar una de las decisiones más difíciles de tu vida. Desearías que todo fuera diferente; nunca hubieras querido llegar hasta este punto, pero increíblemente estas allí a punto de decidir lo que quieres para tu vida.
A veces en la vida tenemos que tomar esa clase de decisiones que no quisiéramos tomar, pero todo apunta a que es necesario actuar, sobre todo cuando Dios ya te dio la confirmación de que tienes que hacerlo.
Hay decisiones muy difíciles que ninguno de nosotros quisiéramos tomar o llegar a ese punto en donde debemos elegir pero, a diferencia de antes, ahora podemos apoyarnos en Dios, hacer de Él nuestra Fortaleza y nuestra Guía para que siempre nos vaya bien.
Dios ha prometido lo siguiente:

“Aunque tengas graves problemas, yo siempre estaré contigo; cruzarás ríos y no te ahogarás, caminarás en el fuego y no te quemarás” 

Isaías 43:2 (Traducción en lenguaje actual)
Hay una promesa maravillosa para tu vida: la presencia de Dios contigo y su protección es lo único que necesitas para saber que estás seguro en Él.
Si Dios es quien te está impulsando a tomar esa decisión, entonces ¡no tengas miedo!. ¡Avanza con valor! Porque cuando Dios habla hay seguridad total de victoria.
Sigue las instrucciones de Dios, sé obediente, ten valor, no dudes porque su presencia va contigo, no hay problema, no hay ríos, no hay fuego ni nada que te detenga en el camino hacia tu victoria, porque Él ha prometido estar contigo.
Cuando depositas tu confianza total en Dios, y dejas de sentir duda o temor por la decisión que Dios te está impulsando a tomar, entonces Él honrará tu fe y confianza haciendo una obra maravillosa que al verla te sorprenderás y te darás cuenta de cómo Él nunca se equivoca.
Nunca dudes de la obra de Dios en tu vida, nunca dudes de lo que Dios habla a tu corazón, nunca desconfíes de su presencia sobre tu vida, porque hay una promesa hecha por Él mismo de estar contigo siempre, por lo tanto ¡Avanza siempre sin temor!

¡Él cumplirá sus planes en tu vida!

“El Señor llevará a cabo los planes que tiene para mi vida, pues tu fiel amor, oh Señor, permanece para siempre. No me abandones, porque tú me creaste”. 

Salmos 138:8 (Nueva Traducción Viviente)

¿Qué se necesita para cambiar? - Meditaciones - vídeo

Todos tenemos áreas de nuestra vida que nos gustaría cambiar, esos hábitos de los que no nos sentimos nada orgullosos.
Quizá en muchas ocasiones has orado y llorado pidiendo a Dios que te ayude a cambiar en esto o aquello, pero cuando menos te percatas estás nuevamente cayendo en el mismo error.
Seguramente todos hemos tenido esos encuentros especiales con Dios, cuando las lágrimas corren por nuestras mejillas mientras con un sentimiento puro le pedimos al Señor que nos ayude, que no queremos seguir siendo los mismos, que necesitamos de Él y que ya no podemos más.
Llorar como un niño delante de Dios pidiendo que nos ayude a cambiar es sólo el inicio de un proceso que debemos seguir para cambiar realmente. Muchos de nosotros queremos dejarle todo el trabajo a Dios y no ponemos nada de nuestra parte. Si bien es cierto que el único que puede transformar nuestra vida es Dios, también necesita que nosotros dispongamos nuestro corazón y vida para que actúe de una forma más efectiva.
Yo no puedo orar y pedirle a Dios que me ayude a cambiar mientras yo no pongo absolutamente nada de mi parte. Dios es caballero y respeta mucho nuestras decisiones. Él jamás nos va a forzar para que cambiemos, Él no nos va a doblar la mano y a obligarnos para que de una vez por todas cambiemos. ¡No!, todo cambio que Dios quiere realizar tiene que tener como terreno abonado un corazón dispuesto a ese cambio y una vida obediente a sus instrucciones.
Pero la pregunta es: ¿Qué se necesita realmente para cambiar ?
Primero: Reconocer que tengo un problema. Hay mucha gente que no puede cambiar porque no reconoce que tiene un problema; el orgullo es uno de los mayores obstáculos que nos querrán evitar el cambio. La Biblia dice: “El orgulloso y arrogante al fin de cuentas fracasa.” Proverbios 16:18 (Traducción en lenguaje actual). Pero en contraste con la humildad dice: “El orgulloso termina en la vergüenza, y el humilde llega a ser sabio.” Proverbios 11:2 (Traducción en lenguaje actual). Reconocer que tengo un problema es el inicio de un posible cambio.
Segundo: Someterme a Dios. Cuando reconocemos que tenemos un problema y nos sometemos a Dios entonces vamos camino a una recuperación y restauración. Someterme a Dios tiene que ver con restaurar mi comunión personal con Él. La Biblia dice: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.” Santiago 4:7 (Reina-Valera 1960). Tenemos que comenzar a restaurar aquella relación perdida, comienza a orar, no necesariamente tienen que ser largos períodos. Si te cuesta orar, comienza con unos minutos cada día durante una semana y, conforme vayas acostumbrándote, aumenta tu tiempo de oración y tus resultados serán aún mejores. Lee la Biblia todos los días, medita sobre algún versículo en especial, escucha y entona una alabanza con la cual te sientas muy bien delante de Dios, congrégate frecuentemente y conforme el tiempo vaya pasando sirve en algún área de tu Iglesia; eso te servirá para mantener tu mente ocupada en el Señor.
Tercero: Velad constantemente. Nunca te creas que ya alcanzaste el nivel necesario para ya no fallar o no pecar. Nuestro Señor Jesús nos enseñó que teníamos que estar velando siempre para no caer en tentación: “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.” Marcos14:38 (Reina Valera 1960). Este mismo versículo en otra traducción dice así:“No se duerman; oren para que puedan resistir la prueba que se acerca. Ustedes quieren hacer lo bueno, pero no pueden hacerlo con sus propias fuerzas.” Marcos 14:38 (Traducción en lenguaje actual). Una vida espiritual que esté prevenida y se mantenga en comunión personal con Dios es una vida que a la hora de la prueba saldrá con victoria.
Cuarto: Si fallas, no te rindas, inténtalo nuevamente. Quizá tu lleves a cabo los tres pasos anteriores: Reconociste que tenias un problema, te sometiste a Dios y estuviste velando constantemente, pero a pesar de ello en un momento de descuido fallaste nuevamente y te sientes muy mal. Es allí donde el enemigo aprovechará para lanzar sus dardos de fuego sobre tu mente para hacerte creer que eres un fracasado y que nunca podrás cambiar. Es entonces, en esos momentos, cuando debes llevar a la práctica este cuarto paso: SI FALLAS, NO TE RINDAS, INTÉNTALO NUEVAMENTE. La vida cristiana es un ejercicio diario: si fallas, no puedes rendirte, porque es casi seguro que fallaremos, pero lo más importante a la hora de fallar no es este hecho, sino tener la disposición de levantarte y volver a intentarlo con el conocimiento de que ya sabes cómo fallaste y cómo puedes evitarlo la próxima vez. La Biblia dice: “Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse…” Proverbios 24:16 (Reina-Valera 1960).
¿Realmente quieres cambiar? Entonces, humildemente, debes seguir estos cuatro pasos; si te das cuenta es un circulo que puede llevarte a la victoria. Estos cuatro humildes consejos pueden ser la llave que necesitas para vencer aquellas cosas que hasta hoy te causaban mucho dolor, ya que fallar constantemente a Dios provoca en un hijo de Dios, nacido de nuevo, mucho dolor.
Para terminar elevemos una oración por nuestra vida y recibámosla con una convicción firme:
“Dios mío que estás en los cielos, te doy gracias por todas tus bondades y tus misericordias para con nosotros, reconocemos que Tú eres Soberano y gobiernas sobre nosotros, por esa razón hoy quiero elevar una oración por todas aquellas personas que sienten que no pueden cambiar, por todas aquellas personas que hasta cierto punto se sienten frustradas de intentarlo y no lograrlo. Padre, en esta hora te pido que pongas en su corazón el deseo de llevar a cabo estos humildes consejos respaldados por tu Palabra, Señor, pon en ellos el deseo de intentarlo nuevamente y la disciplina que se necesita para poner en práctica estos consejos. Dales fuerza Señor, dales mucho dominio propio, dales la determinación que necesitan para salir de esos pozos de desesperación, dales la convicción de que Tú estás con ellos, que nunca se sientan solos, abrázalos, hazles sentir tu presencia allí en el lugar donde están, renueva su aliento, pero sobre todo que haya en cada uno de ellos un amor profundo hacia ti que, como consecuencia, les lleve a no cansarse nunca de intentar agradarte. Gracias Padre, porque sé que estas obrando, porque sé que sus vidas serán transformadas por tu poder y porque cada uno de ellos dispondrá su corazón para que tú trabajes libremente. Gracias mi Dios, en el nombre de tu Hijo Amado Jesús, Amén.”

¡ADELANTE! ¡DIOS ESTÁ TRANSFORMANDO TU VIDA!

“Mientras vivimos en esta tienda de campaña, que es nuestro cuerpo, nos sentimos muy tristes y cansados. Y no es que no queramos morir. Más bien, quisiéramos que nuestros cuerpos fueran transformados, y que lo que ha de morir se cambie por lo que vivirá para siempre.” 

2 Corintios 5:4 (Traducción en lenguaje actual)

En medio del dolor - Reflexión


Tuve la oportunidad de visitar a una gran mujer de 67 años que sufría de cáncer de pulmón y había tenido poco antes una cirugía para intentar extirpar su tumor. Cuando le tomé la mano me contó cómo había sido la operación y los cuidados que había tenido que tener mientras estaba en el postoperatorio. Parecía estar muy cansada y dolorida pero con ganas de conversar, como siempre.
Dentro de las cosas que me comentó, me impresionó cómo sus ojos se llenaban de lágrimas cuando recordaba el período de la radioterapia, pero no porque pensara en ella, sino porque recordaba a quienes estaban viviendo el mismo proceso que ella. Me contó sobre una joven de 25 años que tenía un hijito; recordó a mujeres de 30, 40, de hasta 50 años que no podían ni siquiera levantarse al baño. Incluso recordó a una mujer que agonizó toda la noche falleciendo a la mañana siguiente. Quedé perpleja entre tantas historias, pero me impresionaron aún más las palabras que siguieron a continuación de su relato: “al menos yo he vivido mucho más”.
En medio de un dolor físico muy considerable y de lo angustioso que puede llegar a ser un cáncer, esta mujer fue capaz de ver más allá de su propio cáncer y conectarse con las historias de dolor y pérdida de otras personas. Su hija me comentaba, recién operada la madre, que la encontró un día en el baño secándole el pelo a otra mujer hospitalizada, que lo único que quería era arreglarse para las visitas que vendrían.
Existe un concepto que me gusta mucho que es el de  “alteridad”; proviene del latín alter-tas, y es la condición de ser otro. El vocablo alter refiere al “otro” desde la perspectiva del “yo”. El concepto de alteridad se utiliza en sentido filosófico para referirse al descubrimiento de la concepción del mundo y de los intereses de un “otro”. Si la definición no es fácil de comprender, mucho menos lo es su aplicación. Sin embargo, creo que a través de la vida de esta gran mujer podemos aproximarnos un poco más. En medio de su propio cáncer fue capaz de conectarse con el mundo de otras enfermas de cáncer, como ella, y así evitar el, totalmente válido, autocompadecimiento.
Conozco a alguien más como ella. Su nombre es Jesús, y cuando estuvo colgado en una cruz de madera no pensó en su dolor físico. Pensó en cómo evitar el dolor tuyo y mío y en cómo ayudarnos a que tuviéramos una vida libre y feliz.  Sabía que tú y yo viviríamos vidas distintas y, para asegurarse al menos, de que el final de nuestras vidas fuera igual, no vio las cosas desde Su propio punto de vista sino desde el nuestro.

Si existieran más personas como Jesús, y si existieran más personas como esta mujer el mundo sería muy distinto a lo que es. Me gustaría parecerme un  poco más a ellos, dejar de que mi dolor nuble mi vista y ser capaz de entender el mundo doloroso de otras personas, lejanas o cercanas, pero personas con vidas distintas.  ¿Y a ti? ¿Te gustaría? ¿Lo intentamos?

 Poly Toro