sábado, 8 de septiembre de 2012

Institución-significado de La Cena del Señor

Todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. - 1 Corintios 11:26.
El Espíritu Santo inspiró a cuatro hombres para describir la institución de la Cena del Señor: Mateo, Marcos, Lucas y Pablo. Cuando unimos estos relatos vemos claramente cuán grande es el privilegio que tenemos todos los hijos de Dios de celebrar esa Cena durante la ausencia de nuestro Señor.
Lucas describe esta institución de la siguiente manera: Jesús “tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí”. Mediante el partimiento del pan, Jesús quería aludir a su muerte por nosotros.
El Señor dio gracias antes de partir el pan. Esto nos indica que dicha comida debe estar unida al agradecimiento y a la adoración. ¿Podría nuestro corazón permanecer insensible y nuestra boca muda cuando se recuerdan los sufrimientos y la muerte del Señor?
Después que hubo cenado, Jesús tomó la copa. Pablo la llama “la copa de bendición(1 Corintios 10:16). Esto significa que todas nuestras bendiciones se deben a la sangre vertida por nuestro Salvador.
Por medio de la institución de la Cena, Jesucristo dio un impresionante testimonio de su gran amor. Es el recuerdo de la muerte de nuestro Señor. Para nosotros esta comida es la oportunidad especial de conmemorar juntos su persona y sus sufrimientos. ¡Cuánto nos amó al darnos esa posibilidad de pensar todos juntos en Él!

Jesucristo instituyó la Cena del Señor para memoria de su sufrimiento, muerte y resurrección hasta que Él regrese.
La Santa Cena o Cena del Señor es ordenanza que nos corresponde honrar como un deseo de Cristo (1 Co. 11.23). Es un servicio de adoración a Dios por lo que Él es- Nuestro Salvador-, y una acción de gracias por lo que Él ha hecho, hace, y hará a nuestro favor: "salvarnos".
Consiste en un recordatorio glorioso de la muerte del Señor (1 Co. 11: 23-26), pero con la vista puesta en su resurrección como una anticipación de su segunda venida. (1 Co. 11:26). Es un testimonio de esperanza en que mejores cosas están por venir.
Es una llamada para que nos reunamos con otros a celebrar delante de Cristo (1 Co. 10:16)

Tú… Dios Tienes un Plan - Hablemos de Niños

No entiendes por qué estas pasando esta prueba. Te has cuestionado, ¿qué hice mal?, ¿por qué a mí?
¿Qué tal si en este momento solo le dices:
Tú, Dios, tienes un plan, lo entenderé,
Ya nada voy a cuestionar,
Pues, Tú, Dios tienes un plan…?
Mi vida controlé, creí saberlo todo

Así seguí a mi corazón mas Él me trajo aquí.
Luché y me rebelé, te impuse mis anhelos,
Tu amor mi orgullo quebrantó, tu luz me hará vivir

Tú Dios tienes un plan, lo entenderé

Ya nada voy a cuestionar
Pues Tú Dios tienes un plan

Si mi alma has de probar no entiendo los motivos

Tal vez si aprendo la lección, vendrá la madurez
La meta hay que alcanzar, con fe será sencillo
Si quiero hacer lo que es mejor te tengo que creer

Tú Dios tienes un plan, lo entenderé

Ya nada voy a cuestionar
Pues Tú Dios tiene un plan

En una nube el cielo imaginar

y como un ave quise yo surcarlo
mas fuiste Tú quien me enseñó a volar
Si a tu voz atiendo, de ti aprendo

Tú Dios tienes un plan, lo entenderé

Ya nada voy a cuestionar
Sé que al final responderás
Tú Dios tienes un plan.



Amor Verdadero - reflexiones - vídeo

Un hombre de cierta edad vino a la clínica donde yo trabajo para hacerse curar una herida en la mano. Tenía bastante prisa, y mientras se curaba le pregunté qué era eso tan urgente que tenía que hacer.
Me dijo que tenía que ir a una residencia de ancianos para desayunar con su mujer que vivía allí .
Me contó que ella llevaba algún tiempo en ese lugar y que tenía un Alzheimer muy avanzado.
Mientras acababa de vendar la herida, le pregunté si ella se alarmaría en caso de que él llegara tarde esa mañana.
-No, me dijo. Ella ya no sabe quien soy. Hace ya casi cinco años que no me reconoce.
Entonces le pregunté extrañado.
-Y si ya no sabe quién es usted, ¿por qué esa necesidad de estar con ella todas las mañanas?
Me sonrió y dándome una palmadita en la mano me dijo: -”Ella no sabe quién soy yo, pero yo todavía sé muy bien quién es ella”.
Tuve que contenerme las lágrimas mientras salía y pensé: -”Esa es la clase de amor que quiero para mi vida. El verdadero amor no se reduce a lo físico ni a lo romántico. El verdadero amor es la aceptación de todo lo que el otro es, de lo que ha sido, de lo que será y de lo que ya no es… ”
Efesios 3:19 “Y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que seáis llenos de toda la plenitud de Dios.”
1 Juan 4:8 “El que no ama, no conoce a Dios; porque Dios es amor.”
El amor puro y verdadero es nacido en el corazón de Dios donde el compromiso se conjuga en el matrimonio como fruto del perfecto plan de Dios.

– Una chica le preguntó a su chico:¿Crees que soy bonita?
- El dijo que no…
- Entonces la chica sonrió pensando que sólo se burlaba de ella…
- Luego le volvió a preguntar:
- ¿Quieres estar conmigo siempre?
- El chico volvió a decir que no, pero esta vez con voz seria y la vista fija hacia ella.
- La chica dio un pequeño suspiro tratando de pensar que todo era una broma cruel…
- Así que finalmente le preguntó: ¿Y si yo me marchara lejos de ti llorarías por mí?
- Él dijo:  NO…
Ella había escuchado suficiente. No quería escuchar esas cosas aunque sólo fueran de broma.
Dio media vuelta y comenzó a caminar mientras las lágrimas le comenzaron a caer.
El muchacho entonces corrió tras ella, la jaló de un brazo y le contestó:
¡Tú no eres linda, eres hermosa!
No quiero estar contigo siempre. Yo NECESITO estar contigo siempre.
Y si te vas no lloraría, simplemente moriría.
Autor desconocido.
El amor verdadero va mucho más allá de la visión humana y de los sentimientos cambiables. El Amor verdadero está fundamentado en Dios, quien nunca cambia y en quien no hay sombra de variación.
Yo seré su padre, y él será mi hijo. Jamás le negaré mi amor, como se lo negué a quien reinó antes que tú. 1 Crónicas 17:13.
Tu gran amor lo tengo presente, y siempre ando en tu verdad. Salmo 26:3.


El gozo de la cruz - Reflexión

Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de Él sufrió en la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Toda persona que decide seguir a Cristo tiene que saber que en la vida cristiana a todo creyente se nos pide llevar una cruz; esta cruz ha sido diseñada de manera personal, es decir que la cruz de cada uno no se parece a la del otro.
De tal forma que mi cruz sólo la puedo llevar yo y ningún otro podría con ella porque fue diseñada para mí. Eso es lo mismo que pasó con Cristo, Él tuvo que llevar su cruz hasta la muerte y nadie hubiese podido con ella por que fue diseñada para Él.
En la Biblia nunca se nos enseña a llevar la cruz de Cristo sino la nuestra; eso es lo que dice en Mateo 10:38 y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí; Lucas 9:23 Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígameMarcos. 10:21 Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.
Hay una cruz para cada creyente y, sin el ánimo de querer exagerar, podría decir con toda seguridad que esa cruz tiene tu nombre y apellido y por lo tanto no podrás evitarla, lo único que te queda es tomarla, ser fuerte y cargar con ella.
Hay una cruz diseñada especialmente para ti, con tu forma, tamaño y peso exacto para que la puedas llevar y nadie más la podrá llevar sino tú.
La vida cristiana y la cruz están unidas y fusionadas, es decir, que no se pueden separar, por lo tanto no se puede ser cristiano sin llevar la cruz; lo mismo que no se puede volar sin tener alas, ni caminar sin tener pies, tampoco se puede ser cristiano sin tener una cruz que llevar.
Ahora veamos cómo se nos enseña en la Biblia a llevar la cruz. En el vs. 2 del cap. 12 de Hebreos se nos enseña las dos cosas básicas que debemos aprender para llevar con éxito la cruz: primero puestos los ojos en Jesús, y segundo mirando el gozo que ha sido puesto delante de nosotros.
Cuando cargas tu cruz se te aconseja que hay algo que no debes dejar de mirar, a Jesús, ¿Por qué? Por que se dice aquí que Él es el autor y consumador de la fe, ¿qué significa eso? que para cargar la cruz se necesita fe, y para tenerla, necesitas mirarle a Él.
¿Ahora cómo miro a Jesús? Obviamente yo no puedo verle a no ser que se me revele, pero aunque en la vida yo no le vea con los ojos físicos sin embargo puedo mirarle siempre a través de la Palabra de Dios que me lo revela.
La Biblia es una biblioteca de varios libros, y cuando la lees de manera natural, eso es todo lo que te significará, pero si la lees en oración ella dejará de ser letra muerta y se convertirá en pan de vida.
Porque cuando lees la Biblia en oración ella te revela a Jesús, de manera que no dejas de verle y aprender de Él a través de su Palabra en la inspiración del Espíritu Santo.
La cruz que Dios te dio para llevar es hecha a tu medida y con el peso exacto para que la puedas llevar sin dificultad, pero cuando dejas de mirar a Jesús sucede algo que no debería suceder, empiezas a sentir que tu cruz se hace más pesada y comienzas a decir que es demasiado para ti y, si te debilitas mucho, hasta puede que la abandones y la dejes tirada en el camino.
Pero en realidad la cruz jamás se hace más pesada, lo que en realidad pasa es que eres tú quien se debilita. ¿Cómo? Cuando dejas de verle a Él a través de la Palabra. Vuelve tus ojos a Jesús a través de la Palabra y volverán las fuerzas y tu cruz será fácil de llevar, por eso dijo Jesús: Mateo. 11:30 porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
En la iglesia encontramos tres clases de cristianos: los que saben que deben tomar su cruz y no lo hacen, los que la toman pero que al dejar de mirar a Jesús para ver otros modelos baratos o copias de Jesús, se debilitan y dejan la cruz, y por último los que toman la cruz y  sus ojos siempre miran al Señor y son fortalecidos cada vez más.
Todos los seres humanos, no importa cuán santos seamos, cuánto oremos, o cuán piadosos podamos ser, en algún momento podemos fallar y decepcionar, por eso el apremio de la Palabra es "pon tus ojos en Jesús", allí nunca encontrarás una decepción y menos un error, por eso tus ojos deben estar allí.
De Jesús se dice que Él es el autor y consumador de la fe, ya dijimos que para llevar la cruz hay que tener fe. En la medida que tus ojos miran a Jesús se origina el milagro, recibes fe, pero recuerda: Él no es sólo el originador de la fe, también es su consumador, es decir, Él empieza algo contigo mediante la fe y no lo suelta hasta terminarlo si tus ojos no dejan de mirarle a Él.
Ahora veamos lo segundo que debemos mirar,  el vs 2 dice, además,, que Jesús sufrió la cruz mirando el gozo puesto delante de Él. Estudiemos esta poderosa declaración.
Otra de las cosas que se nos aconseja en la Biblia que debemos mirar cuando cargamos nuestra cruz, es el gozo puesto delante de nosotros, ¿qué significa esto? Lo voy a explicar usando el mismo ejemplo que usó Jesús.
Mateo 16:21 La mujer cuando da a luz, tiene dolor, porque ha llegado su hora; pero después que ha dado a luz un niño, ya no se acuerda de la angustia, por el gozo de que haya nacido un hombre en el mundo.
Jesús toma este ejemplo para describir el gozo que una mujer siente cuando se convierte en madre. Sn embargo aquí el gozo parece manifestarse sólo cuando el niño nace, pero en realidad no es así porque el gozo no comienza cuando el niño nace, sino desde que es concebido y se hace más fuerte en la medida que la barriga va creciendo en la mujer.
El niño no ha nacido aún, pero la barriga creciendo lo anuncia, el gozo no se manifiesta con el nacimiento, allí sólo se completa, pero el gozo nace cuando el bebé es concebido y la barriga por delante de la mujer le da la fuerza que produce el gozo para sufrir los dolores del embarazo y del parto.
Es aquello a lo que se refería el autor de Hebreos cuando dice que Jesús sufrió la cruz mirando el gozo puesto delante de Él.
Jesús tomó su cruz y la cargó, pero lo que le fortalecía para poder sufrirla fue no quitar los ojos del gozo puesto delante de Él.
El Dios que te llama a tomar tu cruz y cargarla es el mismo Dios, que pondrá delante de ti aquello que se convertirá en tu gozo para fortalecerte cuando te sientas débil.
Escucha, cuando Dios te da una palabra que se anida en tu espíritu, y en ella ves tu futuro de bienestar, de bendición y de grandeza, esa experiencia sólo tiene un propósito, convertirse en el gozo que Dios pone por delante de ti para darte fuerza cuando creas que tu cruz se hace más pesada.
Repito, la cruz nunca se hace más pesada, son nuestras fuerzas las que se agotan y para poderlas renovar necesitas mirar a Jesús, y  también tener presente lo que Él ha dicho de ti.
Ahora veamos algo más, el vs 2 no sólo dice que Jesús sufrió la cruz mirando el gozo puesto delante de Él, sino que además menospreció el oprobio.
Al mirar el gozo que Dios pone delante de ti, no sólo recibes fuerzas para llevar tu cruz sino incluso para menospreciar el oprobio.
El gozo que Dios pone delante de ti no es sino la revelación de tu destino, el gozo te señala el final para darte fuerzas mientras dura el viaje, pero eso que a ti te da fuerzas a otros les da repulsión y envidia contra ti.
Por eso cuando tomas tu cruz y la cargas, no sólo debes lidiar con el peso de ella sino además con las pedradas del oprobio; el diablo no se sentará a esperar que el peso de tu cruz te haga caer, sino que levantará un ejército de apedreadores contra ti para lograrlo.
Debes entender que lo que es el sueño de Dios para ti, para otros se convertirá en su pesadilla y no descansarán hasta verte tirado en el piso y con tu cruz aplastando tu cuerpo.
Le pasó a Jesús y te pasará a ti, y llegará un momento en que el oprobio te haga caer, sentirás literalmente tu cruz caer sobre ti, pero cuando Jesús cayó al piso por el peso de la cruz, le fue asignado alguien que le ayudara, su nombre era Simón de Sirene.
Cuando las pedradas del oprobio vuelvan más pesada tu cruz y caigas sin fuerzas debajo de ella, Dios enviará un Simón de Sirene a tu vida que te ayudará a levantarte y a cargar tu cruz.
Hebreos 12:2 dice que Jesús menospreció el oprobio, y si hay algo que te ayudará a no caer cuando cargues tu cruz es no darle al oprobio la importancia que quiere recibir.
Tú y yo jamás podremos evitar oír o saber cosas que se dicen contra nosotros, pero si hay algo que podemos evitar es darle importancia a lo que oímos y que se convierta en oprobio para nuestro destino.
El gozo que Dios ha puesto delante de nosotros debe llegar a convertirse en algo tan, tan importante, que todo lo que oigamos en contra de nuestro destino resulte insignificante.
Cuando Cristo cumplió su gozo, después se sentó a la diestra del trono de Dios, y cuando tú y yo cumplamos nuestro gozo y lleguemos a nuestro destino, seremos coronados y posicionados en el trono de lo que Dios quiso siempre para nosotros.

El Señor es Mi Fortaleza - Meditación + vídeo

“Tú, Señor, eres mi fuerza; yo te amo. Tú eres mi protector, mi lugar de refugio, mi libertador, mi Dios, la roca que me protege, mi escudo, el poder que me salva, mi más alto escondite.
“Tú, Señor eres digno de alabanza, cuando te llamo me salvas de mi enemigos. La muerte me enredó en sus lazos; sentí miedo ante el torrente destructor. Me encontré en trampas mortales. En mi angustia llamé al Señor, pedí ayuda a mi Dios, y Él me escuchó desde su templo; mis gritos llegaron a sus oídos.
El Señor, el Altísimo, hizo oír su voz de trueno desde el cielo; granizos y carbones encendidos. Lanzó sus rayos como flechas y a mis enemigos hizo huir en desorden. El fondo del mar quedó al descubierto; las bases del mundo quedaron a la vista por la voz amenazante del Señor, por el fuerte soplo que lanzó. Dios me tendió la mano desde lo alto y con su mano me sacó del mar inmenso.
Me salvó de enemigos poderosos que me odiaban y eran más fuertes que yo. Me atacaron cuando yo estaba en desgracia, pero el Señor me dio su apoyo: me sacó a la libertad; me salvó porque me amaba.
El Señor me ha dado la recompensa que merecía mi limpia conducta, pues yo he seguido el camino del Señor. Jamás he renegado de mi Dios. Yo tengo presente todos sus decretos, jamás he rechazado sus leyes.  Me he conducido ante Él sin tacha alguna; me he alejado de la maldad.
El Señor me ha recompensado por mi religiosa conducta en su presencia. Tú, Señor eres fiel con el que es fiel, irreprochable con el que es irreprochable, sincero con el que es sincero, pero sagaz con el que es astuto. Tu salvas a los humildes, pero humillas a los orgullosos. Tú, Señor me das luz; Tú, Dios mío, alumbras mi oscuridad. Con tu ayuda atacaré al enemigo y sobre el muro de sus ciudades pasaré.
El camino de Dios es perfecto; la promesa del Señor es digna de confianza; Dios protege a todos cuantos en él confían. ¿Quién es Dios, fuera del Señor? ¿Qué otro dios hay que pueda protegernos? Dios es quien me da fuerzas, quien hace intachable mi conducta, quien me da pies ligeros como de cierva, quien me hace estar firme en las alturas, quien me entrena para la batalla, quien me da fuerza para tensar arcos de bronce.
Salmo 18.