jueves, 6 de septiembre de 2012

La Paciencia

“No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma.” (Hebreos 10:35-38)
Que el Dios de paz y amor pueda cada día inundar sus corazones, ese es mi deseo. ¿Estás list@ para aprender sobre un nuevo tema? ¡Qué bueno! Hoy conoceremos cuán importante es LA PACIENCIA, ¡Si! Esa cualidad que muchos no poseemos y por esa razón, generalmente nos metemos en problemas.
Primero debemos saber que tener paciencia es tener la capacidad de sufrir y tolerar los momentos difíciles con valor y sin quejarse: es la capacidad de esperar con tranquilidad y comprensión una cosa que deseamos, que hemos pedido pero tarda.
A veces venimos delante de Dios y le contamos que hay algo que necesitamos, algo que sabemos sólo Él puede darnos de acuerdo a su voluntad. Vamos a ver: piensa por un momento sobre qué es lo que le has pedido al Señor, creyendo que solamente Él lo puede hacer, quizá papá o mamá necesitan trabajo y tú has estado viniendo delante de su presencia para hacerle saber que tú confías en su poder, y que sabes que en sus manos está ese trabajo que mami o papi necesitan.
Probablemente lo que necesites es que Dios te sane o sane a alguien a quien tú quieres mucho, y por eso vienes todos los días para pedirle que haga el milagro.
A lo mejor le contaste que es urgente que Él te responda a esa necesidad que tienes de que te provea de algo que te servirá en tus estudios.
Déjame decirte que confiarle tus deseos, necesidades, anhelos y sueños al Señor es lo mejor que puedes hacer, sin embargo somos seres impacientes y lo que mas quisiéramos es que el Señor nos conteste en el momento, rápido, ya; creemos que con nuestras palabras le vamos a convencer de cuánta necesidad tenemos de que Él se apresure a respondernos, algo que jamás sucederá, pues aunque el Señor sepa sobre la urgente necesidad que tienes, obrará de acuerdo a su plan, y su plan tiene sus tiempos establecidos.
“Oh Dios, no estés lejos de mí, Dios mío, apresúrate a socorrerme, sean avergonzados y consumidos los enemigos de mi alma; sean cubiertos de afrenta y de ignominia los que procuran mi mal”(Salmo 71:12-13).


Debes saber que nunca debemos exigirle a Dios la respuesta inmediata a nuestras necesidades y ¿sabes por qué? Porque a través del tiempo que Dios tarda es como vamos a aprender a esperar en Él.
Todos sabemos que Dios es un Dios soberano y que a través de los tiempos difíciles que vienen a nuestra vida nos prueba pues de esta manera Él nos fortalece, y lo hace a través de su Palabra para que aprendamos a depender totalmente de Él. Él desea transformar tu carácter, algo que es muy necesario para poder recibir su maravillosa respuesta.
El Señor tiene un tiempo establecido para tu bendición y respuesta a tus necesidades. Dios no hará nada hasta que los pensamientos e intenciones de tu corazón hayan sido transformados como Él quiere.
“Mirad como el labrador espera el fruto precioso de la tierra siendo paciente en ello hasta que recibe la lluvia temprana y la tardía”(Santiago 5:7)
En la Biblia encontramos un tremendo ejemplo de adversidad y a la vez de paciencia, me refiero a la vida de Job ¿conoces el relato?
Dice la palabra del Señor que Job era un hombre justo, que temía a Dios, y que todo lo hacía de acuerdo a la voluntad del Señor, por esa razón Dios lo bendijo abundantemente.
El Señor le dio siete hijos y tres hijas, y dice además la Biblia que sus propiedades ocupaban una gran extensión, tenia además mucho ganado, ovejas y camellos.
Un día, estando Satanás cerca de Dios, El Señor se dirigió hacia él y le comenzó a hablar muy bien de Job, le dijo con mucha alegría que no había un hombre sobre la Tierra tan justo como él. Le comentó que siempre se esforzaba por evitar el mal en su vida, que estaba limpio de culpa y era temeroso.
Satanás dijo que Job era así porque Dios se había encargado de bendecirlo en todo y que esa era la única razón por la que él le temía pues sabia que si se portaba mal Dios le quitaría todas sus riquezas, algo que él no quería perder.
El diablo malo le dijo al Señor que probara quitándole todo y así se daría cuenta si realmente era lo que aparentaba; le dijo que seguramente terminaría maldiciéndole, y Dios le dijo a Satanás:
“He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.” (Job 1:12)
Así fue como vino a la vida de Job la prueba más grande que quizá nunca había pasado. Sus hijos e hijas murieron, sus ovejas, camellos y ganado fueron robados, sus cosechas se quemaron, además habían muerto todos sus criados. A pesar de toda esta desgracia Job no abrió su boca contra el Señor.
Pero al diablo no le gustó que Job se quedara sin decir nada en contra de Dios, así que vino la segunda parte de esta gran prueba. Job se enfermó, todo su cuerpo desde la cabeza a los pies, se cubrió de llagas, sin embargo tampoco dijo nada ofensivo contra Dios, ¿sabes?, aún cuando vinieron a verle sus “amigos” a decirle que Dios había hecho que perdiera todo lo que tenía porque, aunque era justo, Dios le había castigado. Le recomendaron que lo mejor era maldecir a Dios por toda la desgracia que estaba atravesando, pero…¿Qué crees que hizo Job? no dijo ni hizo nada sino sólo hablar muy bien del Señor.
“Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:21)
Entonces Dios, muy contento, bendijo a Job y le dio el doble de todo lo que había tenido antes.
La historia de Job y las experiencias que tuvo que pasar en su vida, son un ejemplo de la paciencia que había en él. ¿Qué habrías hecho tú, o qué habría hecho yo si nos hubiera tocado vivir esta situación?
A lo mejor nunca pasaremos exactamente lo mismo que tuvo que atravesar Job, quizás a nuestra vida vendrá o vendrán otro tipo de situaciones tristes, dolorosas, desesperantes, duras, pero debes saber que el Señor es el mismo que bendijo a Job, fiel y que lo único que quiere al permitirlas en nuestra vida es ayudarnos a crecer espiritualmente.
Dios sabe que durante el tiempo que esperemos por su respuesta estaremos clamando, obedeciendo, humillados delante de su presencia. Así lograremos obtener la paciencia, la confianza y la obediencia que necesitamos tanto.
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” (Santiago 1:2-4)
Cuando estés listo entonces recibirás la respuesta que necesitas. Sabemos que aprender a esperar-confiar en Dios es difícil pero hay que confiar en su sabiduría y su fidelidad mientras Él se encarga de hacer la obra en cada uno de nosotros.

RECUERDA: PARA DESAROLLAR LA PACIENCIA EN NUESTRAS VIDAS ES NECESARIO QUE VENGAN A ELLA SITUACIONES DIFÍCILES. SI AMAS AL SEÑOR SABRÁS SOPORTARLAS SIN QUEJARTE. ÉL ESTÁ CONTIGO.

Recuerda que no eres tú, es Él - vídeo

En medio de las dificultades se nos olvida que no somos nosotros los que tenemos el poder de salir adelante sino que es Dios quien nos da la capacidad para hacerlo.
Y es que cuando vemos venir los problemas, cuando nos encontramos en medio de la crisis o en medio de esos desiertos duros de la vida, se nos olvida que la capacidad de actuar de Dios es ILIMITADA, se nos escapa que Él no es como nosotros, que su PODER es ILIMITADO y que es capaz de hacer lo que nosotros creemos que es imposible.
En ocasiones te sentirás frustrado al ver que diste todo de ti para salir de determinado problema y no pudiste hacerlo, fracasaste en el intento y entonces tu mente se llenará de pensamientos de derrota que te querrán hacer creer que nunca saldrás de ese hoyo y que todo está terminado para ti.
Pero aún en medio de esos hoyos de la vida tienes que recordar que NO ERES TÚ, sino que es ÉL el que actúa en tu vida.
Jesús nos recordó que no somos nosotros quienes le elegimos a Él: “Ustedes no fueron los que me eligieron a mí, sino que fui yo quien los eligió a ustedes.” Juan 15:16a (Traducción en lenguaje actual). El hecho de que Dios nos eligió nos tiene que llenar de optimismo y fe, ya que si Él nos eligió es para darnos vida y no para dejarnos morir sin esperanza.
Una de las cosas que todos nosotros debemos de entender es que la vida espiritual difiere de la terrenal, es decir, aunque terrenalmente nos vaya mal, si buscamos a Dios tenemos que saber que tenemos una preciosa herencia espiritual.
Quizás hoy estés frustrado de intentar salir adelante en ese problema que tanta paz te quita, puede que ya dieras todo de ti y no fue suficiente, quizás estás cansado y sin fuerzas y sientes que nada de lo que puedas hacer logrará revertir lo que ya está hecho; entonces es allí en donde debes comprender que NO ERES TÚ quien tiene que salir de los problemas sólo con tu propia capacidad o voluntad, sino que tienes que darle la oportunidad a Dios que SEA ÉL quien actúe por ti.
Cuando las fuerzas se te acaban, cuando ves que no importando el esfuerzo que hagas o las energías que le dediques a eso que quisieras solucionar no sirven para nada, entonces es hora que COMPRENDAS que NO ERES TÚ sino que es el SEÑOR quien puede hacer mejor las cosas.
En esos momentos lo único que puedes hacer es depositar tus cargas, tus fuerzas, tu voluntad, tu deseo de salir adelante en sus manos, confiando en que Dios se encargará de las cosas que a ti ya se te escaparon de control.
Cuando comprendes que no eres tú sino DIOS es mas fácil, porque entonces tu vida se rinde ante su presencia y tu confianza es sembrada en Él, y cuando pones tu confianza plena en el Señor, jamás te defraudará.
¿Qué tengo que hacer para poner mi confianza total en Dios? Quizás sea la pregunta que hoy te hagas; pues lo que tienes que hacer es dejar de preocuparte extremadamente por eso de lo que ya no tienes control alguno, y confiar con todas tus fuerzas en que Dios actuará a tu favor. Es orar incansablemente por eso que quieres que Él haga, sin tener duda alguna que Él responderá antes o después. Es mantenerte en comunión y tratando de agradarle porque sabes que eso está bien visto delante de sus ojos, y como resultado Dios comenzará a hacer cosas maravillosas en tu vida.
Que no se te olvide que Dios es PODEROSO, y que su capacidad para solucionar problemas es maravillosa. Que hasta hoy desde la creación del mundo no ha habido nada que Él no sea capaz de hacer; lo único que se necesita para mover la mano de Dios es FE, esa fe que no duda, esa fe que confía, que cree, y que está segura que, aunque ahora mismo las cosas no se vean bien, al final tendrán un resultado hermoso y perfecto.
No eres tú el que solucionará ese problema, ES DIOS QUIEN TIENE LA CAPACIDAD DE HACERLO. Por esa razón lejos de desesperarte y preocuparte en extremo, comienza a CONFIAR PLENAMENTE en el Señor y en su capacidad de HACER MILAGROS.

¡CONFÍA SIN DUDAR, PORQUE DIOS TE SORPRENDERÁ!

“Pon tu vida en las manos del Señor; confía en él, y él vendrá en tu ayuda.” 

Salmos 37:5 

Mensaje de salvación (Joyce Meyer)

¿Quieres tener una vida plena? ¿Quieres una vida llena de frutos? ¿Quieres tener una vida plena de paz? Invita a Jesús a entrar en tu vida y la tendrás. 
¿Quieres alcanzar la vida eterna? ¿Quieres tener la seguridad de alcanzarla y de poseerla ya? La promesa de Cristo es la mayor confianza, la mayor seguridad de que la tendrás al creer en Él, invitarle a entrar a tu vida y que la dirija según su voluntad.
Pero mejor que te lo diga yo es escuchar el mensaje de Joyce Meyer. Ahí te va:


“MENSAJE DE SALVACIÓN”

Joyce Meyer es una de las maestras bíblicas más prácticas del mundo. Reconocida por el periódico New York Times como la autora del mejor libro en ventas, sus libros ayudan a millones de personas a encontrar esperanza y restauración a través de Jesucristo.
Puedes ver la predicación desde aquí:

Esperaré en su Palabra

“Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, en la cual me has hecho esperar” Salmo 119:49
Cualquiera que sea la necesidad que pueda tener hoy en mi vida siempre podré encontrar una promesa en la Palabra de Dios que fácilmente se puede adaptar a  esa necesidad.
Si me siento sin fuerza y cansado encuentro una promesa como esta:  Él da fuerza al cansado y aliento al de poco ánimo.  Cuando leo una promesa como esa siento el respaldo, no solamente de la promesa, sino de aquel que dio la promesa.
Si me siento solo y abandonado, Él me dice:  No te dejaré, ni te desampararé, y esa promesa me hace recordar a aquel que la dijo. Sé que Él no miente.
Sé que Él jamás dice algo que luego no cumple. Dios siempre cumple todo lo que promete.
Sí, hoy tengo hambre de Dios, deseo buscarle con todo mi corazón y alimentarme de su bondad, y encuentro entonces esta promesa…"Bienaventurados los que tienen hambre y sed  de justicia, porque ellos serán saciados".
Con estas promesas no sólo encuentro fuerza y seguridad sino que me hacen decir como el salmista: Acuérdate de la palabra que has dado a tu siervo, en la cual me has hecho esperar.
Puedo llegar con seguridad, confianza y con mucho respeto ante el trono de su gracia y decirle, Señor, Tú lo has dicho, he creído en tu palabra y en ella he esperado, y al expresarlo mi alma se llena de confianza y seguridad.
Hoy puedo esperar en las promesas de Dios y estar seguro que nunca quedaré defraudado.  Su palabra permanece para siempre y ella me hace estar confiado.
Si hoy me siento desconsolado porque el pecado me ha llevado por camino de tristeza y mis rebeliones parecen aumentar, su promesa llega a mí para decirme:  Yo deshice como a nube tus rebeliones, como a niebla tus pecados, vuélvete a mí.
Jesús ha dicho claramente: el cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.  Sus promesas son como una fortaleza en medio de las dificultades y angustias diarias de la vida.
La vida a veces me sorprende pero en medio de esas sorpresas la Palabra de Dios también me sorprende con una o varias promesas que se ajustan preciosamente a la sorpresas de la vida.
Con Dios, las sorpresas de la vida no me asustan. Es más: las sorpresas de Dios me asombran.
Señor, Gracias por tus preciosas y grandísimas sorpresas, esas sorpresas son promesas y en esas promesas yo siempre puedo estar confiado.
Una promesa tuya es como un cheque girado a mi nombre por el presidente de un banco. Tú eres el creador del universo y de mi vida.
Tus promesas las puedo hacer efectivas en la realidad de tu presencia. En ellas puedo descansar.
Amén

Lo Grande que Eres, Dios - Reflexiones con Vídeo

Dame ojos

Para ver más de Ti
Te contemplo
Y calmas todo mi existir
Todo lo que sé
Lo entrego a tus pies
Tú mi Dios, eres el Rey

Nada contendrá

Ni abarcará
Tu amor
Lo grande que eres Dios
Nunca llegaré
A comprender
Tu amor
Lo grande que eres Dios

Más allá de este

Momento quiero ver
Y creer que no hay
Nada que temer
Que tú reinas
Sobre toda situación
Tú mi Dios, eres el Rey

No hay nada

Que pudiera separarnos
No hay nada
Que pudiera separarnos
De tu amor
No temeré
Seguro estoy y sé
Que tú mi Dios, eres el Rey

Cómo expresar

O articular
Tu amor
Lo grande que eres Dios
Nunca llegaré
A comprender
Tu amor
Lo grande que eres Dios