miércoles, 5 de septiembre de 2012

¿Qué clase de vida tengo? - Reflexión

El hombre está hecho de tal manera que cuando algo enciende su alma las imposibilidades desaparecen. JEAN DE LA FONTAINE
¿Cuál es la diferencia entre una vida de temor y una vida de posibilidades? ¿Entre una vida ordinaria y una vida extraordinaria? Es una diferencia bastante grande.
La mayoría de las personas que conozco quieren ser mejores personas de lo que ahora son, quieren tener más ingresos, anhelan tener un mejor trabajo, disfrutar de su relación con su familia, con su cónyuge, y si todavía no tiene pareja quiere tener una relación. Muchos quieren crecer en su relación con Dios, tener un ministerio en la iglesia, gozar de buena salud, hacer grandes cosas, todos quieren una vida extraordinaria pero no saben como conseguirla.
La Biblia enseña en Mateo 7:7,8 “Pidan a Dios, y él les dará. Hablen con Dios, y encontrarán lo que buscan. Llámenlo, y él los atenderá. Porque el que confía en Dios recibe lo que pide, encuentra lo que busca y, si llama, es atendido.” (BLS)
Si usted quiere una vida extraordinaria tiene que seguir los tres pasos:
1) Pedir y se dará. ¿Qué es exactamente lo que quiere? Una de las razones por las cuales sólo del 3 al 5% de la población mundial sí obtiene todo lo que quiere es porque saben lo que quieren. Muchos dicen: “Quiero tener una mejor relación con mi cónyuge”, pero es algo muy general y de seguro nunca lo sabrá cuando tenga una relación excelente con su pareja. Debo preguntarme ¿Qué es una mejor relación con mi pareja? Defina lo que quiere en su vida y obtendrá lo que busca. Dios siempre quiere lo mejor para usted.
2) Buscar y Encontrará. Lo que usted desea o quiere para su vida no llegará si no lo anda buscando. Tampoco llegará si lo busca en otro lado. Usted necesita buscar ayuda, buscar las herramientas que le permitan vivir la vida extraordinaria. Usted no necesita reinventar la rueda porque ya alguien la inventó, lo que usted necesita es un adiestrador o un mentor que le ayude a llegar a esa vida extraordinaria en el menor tiempo posible.
3) Llamar y se abrirá. Como puede ver ya está usted pidiendo a Dios la vida que quiere, está buscando lo que necesita para llegar a esa vida, y en este tercer paso usted debe tener acción, moverse, generar la vida que quiere, comprometerse y esforzarse por esa bendición. Dios abre las puertas de bronce, usted debe abrir las de madera. ¿Qué puertas quiere que se le abran? ¿La puerta de las relaciones? ¿La puerta de las finanzas? Usted debe llamar para que se abran.
Es tiempo de vivir la vida que quiere, no viva más en esclavitud o mediocridad, usted ha sido llamado a una vida de libertad, deshágase de los grilletes que le mantienen atado, y corra con los sueños que Dios dispuso en su corazón, llénese de pasión en este día.
Descubra cuál es su pasión y sígala; es todo lo que necesita para vivir una vida extraordinaria.
La pasión es poderosa. Jesús fue un hombre apasionado, vivió una vida extraordinaria. Moisés y otros grandes hombres que han hecho historia se llegaron a conocer por su pasión. La pasión es su primer paso hacia el logro; ella hace que lo imposible sea posible.
La pasión es la que le lleva a pedir, a buscar, a aprender, y es la que le abre las puertas del triunfo. Cuando usted se apasiona por la vida, por lo que hace, todo es tan natural, que lo ordinario se vuelve extraordinario.
Si usted quiere un matrimonio extraordinario, una familia extraordinaria, ingresos extraordinarios manténgase alejado de los que apagan el fuego, de los que le roban pasión. No busque la pasión en otro lado, está en ti. Como dice el Apóstol Pablo a Timoteo: “Por eso te recomiendo que no dejes de usar esa capacidad especial que Dios te dio cuando puse mis manos sobre tu cabeza.” 2 Timoteo 1:6 (BLS)
Se dice que en La India, un rico hacendado llamado Alí Jafet, vendió su hacienda Golconda y se fue a buscar diamantes por todo el mundo. Un tiempo después se encontró arruinado y sin conseguir su propósito. Pero el que le compró la finca Golconda encontró en ella la mina de diamantes más grande de su país.
Muchas personas buscan tesoros fuera de sus propios cursos y límites que Dios le ha dado. Dedican tiempo y dinero a esa búsqueda sin darse cuenta del tesoro que subyace en ellos mismos. Dios le ha dado una hacienda llena de tesoros. Sus habilidades personales, sus capacidades humanas y espirituales son tesoros escondidos. También tiene el tesoro de su familia, su iglesia, y amistades. Su vida debe valorarla como se valora el diamante. Aviva el fuego en su vida y encontrará la mina de diamantes que tanto desea. La Vida Extraordinaria está en Dios con todo lo que Él le ha dado pero debe comenzar a pedirla y a buscarla.
Dé el paso, toque las puertas necesarias, no deje que nadie le detenga de llegar a la cima, ¡hoy es el mejor día!

Escuchando Al Maestro Acerca De la Sed

“Sus discípulos habían ido al pueblo a comprar comida. En eso llegó a sacar agua una mujer de Samaria, y Jesús le dijo:
—Dame un poco de agua.
Pero como los judíos no usan nada en común con los samaritanos, la mujer le respondió:
—¿Cómo se te ocurre pedirme agua, si tú eres judío y yo soy samaritana?
—Si supieras lo que Dios puede dar, y conocieras al que te está pidiendo agua —contestó Jesús—, tú le habrías pedido a Él, y Él te habría dado agua que da vida.
Todo el que beba de esta agua volverá a tener sed —respondió Jesús—, pero el que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se convertirá en un manantial del que brotará vida eterna”
Juan 4:7-14

Reflexión - Sed
 Cuentan que una vez un hombre viajaba por el océano y su barco se hundió, quedó a la deriva durante varios días antes de que milagrosamente fuera encontrado por un bote pesquero. Al recuperarse de sus pésimas condiciones físicas, contó el peor error que había cometido: sintiendo una sed desesperante bebía agua salada y, por la sal contenida en la misma, lejos de saciarse, sentía más sed e introducía sal y arena a su cuerpo que lo deshidrataba más y más.
Muchas veces cuando sentimos sed de amor, cariño, comprensión, verdad o atención, buscamos el  refresco en cosas que, lejos de saciarnos, nos dejan aún peor que antes. Así, el solitario se refugia en otro más solitario; el falto de amor lo busca en los placeres y la vida desenfrenada; el incomprendido se refugia en vicios y mal carácter para llamar la atención.
Es hora ya de que dejes de llenar tu cuerpo de agua salada. Jesús dijo: “mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”. Juan 4:14.
Así que no busques más saciar tu sed, sea como sea, en las cosas de este mundo. El único que puede saciarte es tu amigo y creador Jesús. Haz la prueba, no cuesta nada ¡¡¡y lo ganas todo!!!
Arturo Quirós
Juan 6:35
Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

¿Se Acabó Mi Vida? - Crecimiento Personal

“El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional.”
Uno de los grandes desafíos por los cuales atraviesa la sociedad hoy en día es el divorcio. Parece ser que ya no se ve mucho eso de: “fueron felices para siempre”. Algunos datos nos dicen que en Estados Unidos se separan una de cada dos parejas. En Europa y en América Latina una de cada cuatro. Lo más triste es que es una tendencia en aumento.
No pretendo escribir acerca de las causas del divorcio, o si se debe o no divorciarse. Mi posición es no al divorcio, hay que salvar el matrimonio, pero entiendo que hoy en día muchas personas no tienen las herramientas adecuadas, ni buscan la ayuda necesaria para poder rescatar su matrimonio del “fuego”, y terminan separados o en divorcio. El matrimonio no es fácil, requiere compromiso, trabajo y dedicación diaria de los dos, no sólo de una persona.
Muchos piensan que al divorciarse su vida se acabó, que todo se ha derrumbado y su vida nunca será igual y, de esto sí estoy seguro, que su vida nunca será la misma. Indudablemente nadie se casa para luego divorciarse; todos soñamos con ser felices en el matrimonio, y al acabarse el matrimonio de nuestros sueños lo que pensamos es que hasta allí llega nuestra vida y que no vamos a poder rehacerla. Comenzamos a ver el vaso medio vacío, en vez de verlo con optimismo y pensar que ahora nuestra vida puede ser mejor porque ahora tenemos la oportunidad de decidir cómo queremos que sea nuestra vida.
Del dolor podemos aprender para no volver a pasar por situaciones que no nos gustan o no queremos. ¿Qué puedes aprender del fracaso? ¿Qué cosas no harías nuevamente? ¿Qué harías a la hora de establecer una nueva relación?
Respondiendo estas preguntas te encontrarás con respuestas:
  • “Debí haber escuchado a mis padres.”
  • “No debí tomar una decisión apresurada al casarme.”
  • “No unirme en yugo desigual.”
En fin hay mucha experiencia que queda del dolor para construir una nueva vida. Tu vida no termina hasta que Dios decida llamarte.
“Cada día es el comienzo de una nueva mañana”.
El siguiente paso que debes dar es mirar hacia el futuro. La realidad es que el tiempo no se detiene, y tú debes diseñar cómo quieres que sea tu nueva vida. Necesitas establecer un plan donde puedes disfrutar de la vida que Dios preparó para ti. No te quedes en el dolor, no te estanques en tu pasado. Busca crecer como persona, conoce gente, haz amistades que sean de apoyo para tu vida.
Comienza a visualizar tu vida para los próximos años, no tomes lo primero que venga, planifica a donde quieres llegar, enfócate y ponte en movimiento. ¿Qué cosas harías a la hora de establecer una nueva relación?
Entiendo que muchos no creen en la planificación, y se escudan en “Que se haga la voluntad de Dios” como si Dios estuviese jugando a los dados con nosotros. Cuando pensamos así es porque no sabemos quienes somos, porque hemos perdido nuestra identidad y vivimos atemorizados por temor a equivocarnos. Otros viven pensando que Dios está molesto con ellos porque fracasaron en su matrimonio y se dicen a sí mismos que no tiene sentido planificar el futuro.
Hoy tengo buenas noticias para ti: “El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!”   Lamentaciones 3:22,23
Tú puedes elegir cómo quieres vivir la vida, cuando haces una buena elección vas a ser feliz.
Hoy es el mejor momento para salir de ese dolor que hay en tu corazón, hoy tú puedes comenzar a vivir una vida nueva.

Tú Por Mí -- Reflexiones con Vídeo

Cuando pienso en las palabras ‘Tú por mí’

El contraste más distante se halla allí
Cuando pienso que te diste Tú, Tú por mí
Mil batallas son un juego infantil.

Coro:

Y cuando pienso (cuando pienso)
Lo que has hecho (Tú por mí)
Siento tanta gratitud
Y pienso que la sombra y la luz
Y pienso que el norte y el sur,
No son tan distantes (no, no lo son)
Cuando pienso que por mí fuiste a la cruz.

Cuando pienso en las palabras ‘Tú por mí’

El amor más grande puedes recibir
Cuando pienso que te diste Tú por mí,
Mil batallas son un juego infantil.

Coro:

Y cuando pienso (cuando pienso)
Lo que has hecho Jesús (Tú por mí)
Siento tanta gratitud.
Y pienso que la sombra y la luz
Y pienso que el norte y el sur,
No son tan distantes (no, no lo son)
Cuando pienso que por mí fuiste a la cruz.

Cuando pienso que por mí fuiste a la cruz, oh Jesús

Y pienso que la sombra y la luz no son tan distantes
Cuando pienso que por mí fuiste a la cruz.


…Una historia.


Si hay algo que me conmueve hasta llorar es ver a adolescentes y jóvenes servir a Dios. No sé si tendrá que ver con la llamada que tengo, o es más bien mi corazón de madre que aflora en todo su esplendor, pero me estremece.
Acabo de regresar de una reunión de jóvenes que parecía “normal”  hasta que dos adolescentes, Diego y Camila, tomaron el micrófono y comenzaron a hablar al grupo, de Dios y sobre todo, procuraron no alejarse de Él. De que Él es nuestro verdadero Padre y quien nos ha dado el libre albedrío para tomar nuestras propias decisiones. Me impresiona aún más porque conozco un poco sobre las historias de la vida de ambos, sobre todo de Diego, y pienso que tienen cientos de razones para NO creer en Dios, e incluso, justificarlo a través de eventos extremadamente dolorosos que les han tocado vivir. Cuando veo esto, pienso en que no estoy equivocada, pienso en que estoy en el lugar en que Dios quiere que esté y haciendo aquello para lo cual Él mismo me diseñó.
Detrás de cada uno de los rostros de nuestros adolescentes hay una historia. Muchas veces juzgamos con demasiada ligereza actitudes que ellos tienen o su misma forma de adorar a Dios, pero no nos damos cuenta de que detrás de cada joven hay una historia, que hay un sinfín de experiencias y de momentos que ha vivido que han ido formando su identidad y su forma de relacionarse con el mundo y con los demás. Existe un pasado, existe una familia, existe un colegio, existe un barrio, existen infinitas situaciones que pueden haber impactado en su vida tanto de manera positiva como también negativa y eso, claramente, define (no para siempre, pero sí define hasta HOY) lo que él o ella es, piensa y siente. Lo que me impresiona de todo esto es que aún con lo que menciono, deciden estar cada sábado u otro, sirviendo a Dios y escuchando de Él…y eso para mí es una tremenda bendición.
Si me preguntan a mí, la victoria de cada sábado es que lleguen los adolescentes a la iglesia y estén dispuestos a escuchar a un montón de gente que les hable y enseñe sobre Cristo, algunos más divertidos que otros, por cierto; que en vez de escuchar la radio decidan seguir la letra de nuestras canciones y aplaudan cuando les solicitemos que lo hagan, y aunque rara vez pidamos su opinión cuando lo hagamos nunca nos la nieguen. Eso me emociona hasta llorar. Esa ya es una victoria y no tiene nada que ver conmigo o contigo, pero sí tiene todo que ver con Cristo.

Detrás de mí que estoy escribiendo hay una historia de vida que no conoces; hay alegrías, hay penas, hay dolores profundos y heridas que aún no sanan por completo; detrás de ti que estás leyendo; hay anécdotas, sufrimientos, pesares, cicatrices y recuerdos llenos de significado que te hacen sonreír y emocionar, Cuando yo soy capaz de pensar en esto y “verlo”, tú que lees te me haces más real y más humano, y yo que escribo te parezco más cercana y parecida a ti…Sólo así puedo conectarme de manera “fraternal” contigo; sólo así puedo entenderte y aceptarte como creación de Dios, como obra suya. Si lográramos vernos de esta forma, si consiguiéramos tener esta visión y voluntad estoy segura que conseguiríamos más victorias y más satisfacciones, no sólo para nosotros, sino para quien motiva y mueve nuestras vidas…

Autora: Poly Toro