miércoles, 22 de agosto de 2012

¿Realmente, creo en Dios? - Reflexiones con Vídeo

A diario pedimos la ayuda, el socorro, y el auxilio de Dios y siempre responde. El problema radica en que no creemos en lo que Dios nos dice y muestra.
Como un niño, que sólo quiere y quiere sin importar cuán peligroso puede ser obtenerlo, así nos presentamos delante de Dios.  Dios necesito esto…, ayúdame a ganar esto…, si me dieras esto…
Y Él nos manda lo que realmente necesitamos y lo echamos a un lado.
Mira este vídeo que nos muestra como pedimos la ayuda de Dios para nuestro beneficio, olvidando que como un buen Padre, Él sabe lo que nos conviene.
Job 31:14-18
Ciertamente Dios habla una vez, y otra vez, pero nadie se da cuenta de ello. En un sueño, en una visión nocturna, cuando estamos en un sueño profundo cae sobre los hombres mientras dormitan en sus lechos. Entonces Él abre el oído de los hombres, y sella su instrucción, para apartar al hombre de sus obras,y del orgullo guardarlo; libra su alma de la fosa y su vida de pasar al Seol.

Más que una mamá - Reflexiones

A una mujer de nombre Emily, al renovar su carné de conducir en la Oficina de Tráfico, se le pidió que anotase su ocupación. Ella dudó, no estando segura de cómo clasificarse. Lo que quiero decir es, explicó el oficial, ¿tiene Ud. un empleo?
Por supuesto que tengo un empleo, respondió Emily. Soy una mamá.
No tenemos en la lista mamá como una ocupación, pero ama de casa la cubre, dijo el oficial de manera enfática.
Me olvidé por completo de su anécdota hasta que un día me hallé en la misma situación, esta vez en nuestro propio municipio. La oficinista era obviamente una mujer de carrera, sobria, eficiente y poseedora de un título un tanto raro como Interrogadora Oficial o Inscriptora Municipal.
¿A qué se dedica? preguntó.
Qué me hizo decirlo, no lo sé, pero las palabras simplemente me salieron. "Soy una Asociada de Investigaciones en el área de Desarrollo Infantil y Relaciones Humanas".
La oficinista hizo una pausa, con su bolígrafo congelado en el aire, y levantó la mirada como si no hubiese oído bien. Repetí el título lentamente, enfatizando las palabras más significativas. Entonces observé asombrada cómo mi afirmación era escrita en tinta negra en el formulario oficial.
¿Pudiera preguntarle, dijo la oficinista con renovado interés, exactamente qué hace Ud. en su campo?
Fríamente, sin trazas de duda en mi voz, me escuché a mí misma contestar: Tengo un programa continuo de investigación (las mamás lo tienen), en el laboratorio y en el campo (normalmente hubiera dicho en interiores y exteriores). Trabajo en mi maestría (toda la bendita familia), y ya he logrado cuatro créditos (todas hijas). Por supuesto, el empleo es uno de los más demandados en humanidades (¿es posible que alguna madre no esté de acuerdo?). Y a menudo trabajo 14 horas al día (en realidad, 24 es más real). Pero el empleo es más desafiante que la mayoría de las demás carreras y las recompensas son más satisfactorias que el dinero.
Hubo un instante de respeto creciente en la voz de la oficinista. Mientras completaba el formulario, se puso en pie y personalmente me pasó por la puerta.
Al estacionarme en mi garaje, animada por mi nueva y glamorosa carrera, fui recibida por mis tres asistentes de laboratorio –con edades de 13, 7 y 3. En la planta alta podía oír a nuestro nuevo modelo experimental (un bebé de 6 meses), en el programa de desarrollo infantil, probando nuestro nuevo patrón vocal.
¡Me sentí victoriosa! ¡Había logrado un gol contra la burocracia!  Y había ingresado en los registros oficiales como alguien muy distinguido e indispensable para la humanidad; como mamá.
¡Ser madre! ¡qué gloriosa carrera! Especialmente cuando hay un título en la puerta.
¿Convierte esto a las abuelas en Asociadas Mayores de Investigaciones en el área de Desarrollo Infantil y Relaciones Humanas y a las bisabuelas en Asociadas Mayores Ejecutivas de Investigación? ¡Así lo creo! También creo que eso convierte a las tías en Asistentes de las Asociadas de Investigaciones.
Autor Desconocido
Así es…muchas veces lo que se hace en casa no se valora, mientras que los títulos afuera si son aplaudidos. Sin embargo, no importa, si eres madre tienes uno de los títulos más grandes que existen, porque estás edificando generaciones futuras.
Mujer ejemplar, ¿dónde se hallará? ¡Es más valiosa que las piedras preciosas! Su esposo confía plenamente en ella y no necesita de ganancias mal habidas. Ella le es fuente de bien, no de mal, todos los días de su vida. Anda en busca de lana y de lino y gustosa trabaja con sus manos. Proverbios 31:10-13

¡Me Doy Por Vencido Contigo! - Rodeado pero no vencido

¡Me doy por vencido contigo!
Alguna vez me lo dijo mi padre o mi madre al desesperarse por no hacer las cosas como me pidieron. Y alguna vez lo he dicho a mi hija ahora.
Descubre por qué Dios dice que no quitará de ti Su misericordia.
Pero no quitaré de él Mi misericordia, ni obraré falsamente en Mi fidelidad.(Salmos 89:33)
Hace unos días estaba ayudando a mi hijita a hacer su tarea. Se trataba de números matemáticos. Tenía que escribir el número y repetirlo hasta que se lo aprendiera. Ya hacía mucho rato que estábamos repitiendo un número que no se aprendía. Finalmente me desesperé, me levanté y me di por vencido. Simplemente fracasé como maestro. Así que cedí mi lugar a otra maestra con más paciencia y ánimo de seguir con tan ardua tarea.
Es muy fácil darnos por vencido con las personas, hartarnos de repetirles una y otra vez lo que deberían hacer. Pero algo que me da mucho gusto y tranquilidad saber es que Dios no es así con nosotros. Él nunca se da por vencido. Él ofrece su perdón una y otra vez, está disponible cada día. Y aún cuando rechazamos su ofrecimiento o hacemos cosas que son frustrantes y desagradables para Él, nunca se rinde, no se da por vencido contigo o conmigo. Nos vuelve a pedir cada día que le sigamos, hasta que finalmente accedemos.
Podemos dar Gracias porque su paciencia es más firme que nuestra testarudez.

Sabremos si nuestra actitud está en la dirección apropiada cuando seamos como el modesto hombre de negocios cuya tienda de ropa estaba amenazada con desaparecer.
La tienda de una cadena nacional se había instalado allí y había adquirido todas las propiedades de su manzana. Todas menos una, porque el dueño de ésta, un hombre muy particular, se rehusó a vender. «Muy bien, entonces construiremos a su alrededor y lo sacaremos del negocio», le dijeron los competidores.
Llegó un día cuando el pequeño comerciante se encontró encerrado, con una nueva cadena de apartamentos rodeando por ambos lados a su pequeño negocio. Los cartelones de los competidores anunciaban: "Gran inauguración".
El comerciante puso un cartel a todo lo ancho de su tienda que decía: "Entrada principal".
Los grandes líderes surgen cuando ocurren las crisis. En las vidas de las personas que triunfan vemos repetidamente terribles problemas que les fuerzan a levantarse por encima del promedio común.
No sólo encuentran las respuestas sino que descubren un tremendo poder dentro de sí mismos. Como el agua subterránea produce olas muy dentro en el océano, esta fuerza interior explota en una poderosa onda cuando las circunstancias adversas parecen aumentar. Entonces transponen el límite el deportista, el autor, el estadista, el científico o el hombre de negocios.
David Sarnoff dijo: "Hay mucha seguridad en el cementerio; anhelo las oportunidades".
Tomado del libro: . Actitud de Vencedor. John C Maxwell
Siempre hay una salida frente a las crisis de la vida. La clave para encontrar la puerta de salida está siempre en nuestra actitud. ¿Cuál es la tuya hoy?
Jehová guardará tu salida y tu entrada desde ahora y para siempre. Sal 121:8
No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. I Cor 10:13

Siempre en el amor de Dios - vídeo

    Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.  Romanos 8:38-39
Gustavo Adolfo Bécquer dijo: “¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos!”, expresando así el sentir general de que la muerte es la conclusión de todo. Esto produce temor en muchos. Pero Pablo dijo: "la muerte no podrá separarnos del amor de Dios,". Dicho de otra forma: aunque con la muerte aparentemente se va todo, no puede arrebatarnos esta bendición que tenemos en Cristo.
Su texto afirma: estoy seguro. A esa seguridad se llega por convicción, como si dijera: estoy convencido de que nada podrá separarnos del amor de Dios. Las adversidades son muchas y todos ellas fuertes, pero ninguna tiene poder suficiente para separarnos del amor de Dios, que nos rodea y sustenta. La primera adversidad, en el texto de Pablo, es la muerte. La Biblia enseña sobre ella que es un estado de separación, y que la muerte espiritual es la separación de Dios a causa del pecado. Sin embargo esto ha sido resuelto para el cristiano. El salvo descansa seguro y la muerte no tiene efectos de terror para él (He. 2:15). El que muere duerme en el Señor y tiene la firmeza de Su promesa: “Yo soy la resurrección y la vida, el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente” (Jn. 11:25-26). La morada terrestre del creyente se deshace en la muerte física, pero tiene una eterna, provista por Dios (2 Co. 5:1). La muerte es la puerta que abre al creyente la experiencia definitiva del disfrute de la presencia plena de Jesús (Fil. 1:23). Su promesa nos llena de paz: “Os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros estéis conmigo” (Jn. 14:3). El futuro no tiene incógnitas para el creyente: “Y sabéis a donde voy, y sabéis el camino” (Jn. 14:4). Sabemos que nuestro Salvador está en los cielos, rodeado de honor y gloria. Pero, sabemos también cómo llegar a donde Él está: “Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Jn. 14:6).  ¡Qué enorme bendición, sabemos que vamos a su encuentro, para estar para siempre con Él!

Pero, todavía algo más: “Estoy seguro que la muerte no podrá apartarnos del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro”. El amor de Dios se ha manifestado al darnos a su Hijo, “Él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados” (1 Jn. 4:10). Su amor es en Cristo, nos ama porque estamos en Aquel a quien llama su Amado, y ese amor se extiende a todos los que estamos en Él. Ciertamente la muerte no es grata, pero no puede disminuir la consistencia de nuestra fe. El amor de Dios estará rodeándonos hasta el último suspiro de nuestra vida. En ese instante brillará pujante y la fe se afirmará en la certeza de que todo está bajo el control de quien nos ama con amor eterno. Y luego, al cerrar nuestros ojos aquí, serán abiertos para siempre en Su presencia. Entonces sentiremos que Dios nos dice: Te amo. Y sabremos que la muerte no ha podido separarnos de Su amor.


Derrota perversa - Nuestro crecimiento

Una de las imágenes más impactantes de los Juegos Olímpicos de Londres, ha sido la de la surcoreana Shin A Lam. En la pista de esgrima se vivieron durante una hora unos momentos enormemente dramáticos. Sucedió al final del combate con la alemana Britta Heidemann, que concluyó con victoria de la germana debido a un fallo en el sistema de cronometraje.
Una hora tardó en abandonar la pista, una hora que pasó llorando desconsolada en el centro de la pista ante la atónita mirada del público, que mayoritariamente se volcó con ella. Había perdido la segunda semifinal de espada femenina con una gran polémica sobre el cronometraje, en lo que Shin consideró como un error que le había privado del pase a la final.
Tanto ella como su entrenador creían que su contrincante había excedido el segundo que restaba en el cronómetro del combate para marcar el 6-5 definitivo. Su enfado venía por el hecho de que el empate le habría otorgado el pase a la final, ya que tenía la prioridad. Lejos de aceptar la decisión, se quedó quieta en la pista esperando una rectificación que nunca llegó.
Más bien al contrario, los jueces se acercaron a comunicarle la confirmación de su derrota, pero la actitud de Shin A Lam no cambió lo más mínimo. Se quedó sentada en el suelo llorando y no abandonó la pista hasta una hora después, cuando un segundo responsable acudió a hablar con ella. Aunque dividida la opinión del público, predominaban los aplausos cuando finalmente se levantó.
Su mala suerte no acabó ahí. Podía haberse consolado con la medalla de bronce, pero cayó derrotada frente a la china Sun Hujie y concluyó el torneo en la cuarta posición.
Probar el sabor de la derrota es una de las cosas que a nadie le gusta. Querer la victoria pero obtener una derrota es algo que no quisiéramos, pero pensar que siempre obtendremos la victoria en todo no es ser realista. Sé que todos en algún momento de nuestra vida hemos probado el amargo sabor de la derrota. Sentir eso en lo que pensábamos que éramos fuertes, es darnos cuenta de que, simplemente, no lo éramos; es como sentir que las cosas se nos escapan de las manos o de nuestro control; mirar hacia los lados y no ver lo que quisiéramos ver, sino lo que no quisiéramos.
A veces no nos damos cuenta, pero cada derrota que obtenemos en nuestra vida nos hace más fuertes, nos hace producir una mejor capacidad de resistencia. Y es que a veces la victoria no está en todo lo bueno que nos sucede, sino en las lecciones que aprendemos de las derrotas. De nuestro lado tenemos al Creador de todo, al Dios Todopoderoso, a aquel que no se le escapa nada, un Dios detallista, un Dios que cuida a los suyos y, sobre todo, un Dios que tiene un Plan Perfecto para nuestra vida. Las derrotas son pequeños senderos que nos llevan hacia las grandes victorias.