Hay muchas cosas importantes en la vida: Estudiar, casarse, viajar, comer, divertirse, tener amigos, etc. Pero realmente ¿Cuál es la más importante? La Biblia menciona el caso de dos mujeres con diferentes actitudes. Lucas 10:38-42
.Observemos los siguientes aspectos:
.UNA VISITA IMPORTANTE.
Jesús, el Hijo de Dios, El Mesías soberano, El Hacedor de maravillas, El amigo de pecadores y desechado, El Rey de Reyes y Señor de Señores, hace varias visitas:
La casa de Mateo (Mateo 9:10); “Y aconteció que estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos publicanos y pecadores que habían venido, se sentaron juntamente a la mesa con Jesús y sus discípulos”.
La casa de Simón el leproso (Marcos 14: 3);”Pero estando él en Betania, en casa de Simón el leproso, y sentándose a la mesa….
La casa de un gobernante fariseo (Lucas 14:1)”Aconteció en un día de reposo, que habiendo entrado para comer en casa de un gobernante,…
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La casa de María y Marta. Lucas 10:38-42.
Hoy, aquí tu casa, tu vida. ¿Cuál es el ambiente de tu casa? ¿Se respira paz?, ¿hay orden, respeto, comunicación? ¿Cómo te sientes? ¿Qué estás haciendo con tu vida?
Hay personas que visitan nuestros hogares, ¿Quiénes son, de dónde vienen, ¿qué traen? ¿Qué ambiente dejan?
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UNA ACCIÓN IMPORTANTE.
Marta recibe a Jesús en su casa. Hebreos 13:2: “No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles”.
2 Reyes 4:8-11. Aconteció también que un día pasaba Eliseo por Sunem; y había allí una mujer importante, que le invitaba insistentemente a que comiese; y cuando él pasaba por allí, venía a la casa de ella a comer.
“Si alguno no trae la doctrina de Cristo, no lo recibáis en casa, ni le digáis: Bienvenido, porque el que le dice Bienvenido, participa de sus malas obras”
2 Juan 10,11.
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UNA POSICIÓN IMPORTANTE.
María se sentó a los pies de Jesús y lo oyó.
Nos sentamos para descansar, para oír noticias, para ver la TV., Para pensar, para escuchar a otros. 1 Corintios 15: 33. No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres.
Salmo 51: 8 Hazme oír gozo y alegría; Y se recrearán los huesos que has abatido. ¿Qué estamos oyendo? ¿A quién estamos oyendo? ¿Qué posición adoptamos cuando estamos con Jesús?
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UNA OBSERVACIÓN IMPORTANTE.
Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
Filipenses 4:6 Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de
gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Se quejó.
Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo.
Personas preocupadas por muchas cosas tienden a quejarse y a echar culpas sobre otros y sobre Dios.
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UNA REPRENSIÓN IMPORTANTE.
Marta, Marta, Afanada y turbada estás con muchas cosas. Jesús no la cuestiona por su actividad, sino por la actitud acerca de esto. Por comparar lo que ella esta haciendo a lo que Maria está haciendo, ella ha inyectado innecesaria ansiedad a la visita. ¿Qué te está diciendo Jesús? ¿En que inviertes tu tiempo? “Aprovechando bien el tiempo porque los días son malos” Efesios 5:16.
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LA COSA MÁS IMPORTANTE.
Jesús presentó la devoción como un asunto del corazón y advierte acerca de no permitir que los buenos trabajos distraigan la total devoción del corazón a Dios. Desarrollar una íntima relación con el Dios viviente aprendiendo el calor de la vida que viene del corazón del Padre Celestial.
“Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Mateo. 6:33.
Jesús le dijo a Marta: “Pero una sola cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada”. Lc.10: 42
Jesús te invita a que decidas tomar la cosa más importante de la vida: Sentarse a sus pies y escuchar su voz. El dulcemente te llama: Dame, hijo mío, tu corazón y escucha mi voz.
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