lunes, 16 de julio de 2012

La sopa de piedras-reflexión

Hubo una vez, hace muchos años, un país que acababa de pasar una guerra muy dura. Como ya es sabido las guerras traen consigo rencores, envidias, muchos problemas, muchos muertos y mucha hambre. La gente no puede sembrar, ni segar,... no hay harina ni pan.
Cuando este país acabó la guerra y estaba destrozado, llegó a un pueblecito de él un soldado agotado, harapiento y muerto de hambre. Era muy alto y delgado.
Hambriento llegó a una casa, llamó a la puerta y cuando vio a la dueña le dijo:
-Señora, ¿No tiene usted un pedazo de pan para un soldado que viene muerto de hambre de la guerra?
Y la mujer le mira de arriba a bajo y responde:
-Pero, ¿Estás loco? ¿No sabes que no hay pan, que no tenemos nada? ¿Cómo te atreves?
Y a golpes y a patadas lo sacó fuera de la casa.
Pobre soldado. Prueba fortuna en una y otra casa, haciendo la misma petición y recibiendo a cambio peor respuesta y peor trato.
El soldado, casi desfallecido, no se dio por vencido. Cruzó el pueblo de punta a punta y llegó al final, donde estaba el lavadero público. Halló unas cuantas muchachas y les dijo:
-¡Muchachas! ¿No habéis probado nunca la sopa de piedras que hago?
Las muchachas se mofaron de él diciendo:
-¿Una sopa de piedras? No hay duda de que estás loco.
Pero había unos niños que estaban espiando y se acercaron al soldado cuando éste se marchaba decepcionado.
-Soldado, ¿te podemos ayudar? Le dijeron.
-¡Claro que sí! Necesito una olla muy grande, un puñado de piedras, agua y leña para hacer el fuego.
Rápidamente los chiquillos fueron a buscar lo que el soldado había pedido. Encendieron el fuego, pusieron la olla, la llenaron de agua, lavaron muy bien las piedras y las echaron a la olla hasta que el agua comenzó a hervir.
-” ¿Podemos probar la sopa?” preguntaron impacientes los chiquillos.
-¡Calma, calma!.
El soldado la probó y dijo:
-Mmmmm… ¡Qué buena!, pero le falta una pizquita de sal.
-En mi casa tengo sal -dijo un niño. Y salió a por ella. La trajo y el soldado la echó en la olla.
Al poco tiempo volvió a probar la sopa y dijo:
-Mmmmm… ¡qué rica! Pero le falta un poco de tomate.
Y un niño que se llamaba Luis fue a su casa a buscar unos tomates, y los trajo enseguida.
En un periquete los niños fueron trayendo cosillas: patatas, lechuga, arroz y hasta un trozo de pollo.
La olla se llenó, el soldado removió una y otra vez la sopa hasta que de nuevo la probó y dijo:
-Mmmmm… es la mejor sopa de piedras que he hecho en toda mi vida. ¡Venga, venga, id a avisar a toda la gente del pueblo que venga a comer! ¡Hay para todos! ¡Que traigan platos y cucharas!
Repartió la sopa. Hubo para todos los del pueblo que avergonzados reconocieron que, si bien era verdad que no tenían pan, juntos podían tener comida para todos.
Y desde aquel día, gracias al soldado hambriento aprendieron a compartir lo que tenían.
Jesús dijo:
“Mas bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35)
Así como el hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:28).
“Amaos unos a otros con amor fraternal” Romanos 12:10

Iré conociendo más al Señor-vídeo


Y conoceremos y proseguiremos en conocer al Señor. Oseas 6:3.
El conocimiento de Dios no se adquiere totalmente y de una sola vez, sino gradualmente, y a nos toca perseverar en Él e ir aprendiendo poco a poco.
Aunque nuestro progreso sea lento, no hemos de desmayar porque pronto sabremos más.
El Señor, que es nuestro Maestro, no nos abandonará aún cuando seamos lentos en aprender; en verdad, no sería muy honroso para Él que la ignorancia humana fuera un impedimento para llegar a su conocimiento.
El Señor se complace en hacer sabios a los sencillos.
Nuestro deber consiste en seguir la buena dirección y proseguir en el conocimiento, no de ésta o de la otra doctrina, sino del mismo Dios.
Conocer sólo al verdadero Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, es vida eterna.
Esta debe ser nuestra mejor instrucción y a ella debemos atenernos para salir sabiamente enseñados.
Si continuamos en el conocimiento de Dios sabremos cómo hemos de ser curados de nuestras enfermedades, vendados de nuestras heridas, y qué es la vida después de la muerte.
La experiencia perfecciona la obra, cuando el corazón sigue el camino del Omnipotente.
Alma mía, mantente cerca de Jesús, prosigue en el conocimiento de Jesús y así llegarás a conocer a Cristo, que es la mejor de las ciencias.
El Espíritu Santo te guiará en el camino de la verdad.
¿No es éste su glorioso ministerio?
Cuenta con su poder, que Él lo ejecutará.
Hoy quiero conocerle más a él.
Señor, quiero cada día conocerte más y seguirte con todo mi ser. Amén.

Hay dos caminos y dos puertas..el bien y el mal-vídeo

Dios te da a escoger entre el camino de vida y entre el camino de muerte. Es decir entre el bien y el mal.
                                    Deuteronomio: 21; 8

Y este pueblo dirás; Así dicho Jehová; He aquí  pongo delante de vosotros, caminos de vida y caminos de muerte.
Está escrito en la Biblia que es su palabra, Mateo: 7; 13,14 “Hay dos puertas y dos caminos”….Pero el corazón de Dios y su voluntad, es que todos se salven que ninguno se pierda, y lleguen a conocer la vida eterna en su Hijo Jesús.
Dios da a escoger entre el camino de vida, (bien) o entre el camino de muerte, (mal)

*Camino de vida: Es cuando le permitimos y aceptamos a Jesús que habite en nuestro corazón y cuando le invitamos a Cristo que sea nuestro  Señor y Salvador.  Y estamos dispuestos seguir sus pisadas, Jesús está presto a introducir en tu vida y en tu corazón la llave que abre la puerta de la vida eterna. Llevándonos  por el camino de salvación, Jesús mismo dijo: Yo soy la puerta, yo soy el camino y la vida.
”Porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que llevan a la vida, y pocos son los que la encuentran”  Mateo: 7; 14. Pero la puerta y el camino que llevan a la vida son angostos y difíciles, y pocos son las que la hallan y entran por ella. Aquí caminamos en la obediencia y encontramos pruebas y dificultades en el caminar con Dios. Aquí Dios trata con uno. Y muchas veces los tratos de Dios duelen y Él nos perfecciona en el medio del dolor, y cuando Dios toca tu vida y trato con uno. Muchos abandonan este camino...por algo es una puerta estrecha y un camino angosto. Y muy pocos están dispuesto a seguir este camino, Jesús anduvo por este camino, soportando todo dolor y todos los insultos de la gente y fue obediente hasta llegar a la cruz.

 *Camino de muerte: Es cuando la persona está alejada a Dios, viviendo una vida fuera de los principios de Dios : “Hay caminos que al hombre le parece derechos, pero su fin es camino de muerte” Proverbios: 14; 12.

Porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella. Mateo: 7; 13

Es cuando no valoramos a Jesús, menospreciamos su sangre y su entrega, y lo rechazamos en todo momento., es cuando la persona construye su propio camino fuera de todo principio de Dios, y en  Mateo: 4; 8. Satanás también te ofrece y te muestra todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, este es la puerta ancha y el camino espacioso, y muchos son los que entran  por ella. ¡Ojo!, aquí también entran vestidos como ovejas, pero por dentro son como lobos rapaces.


¡Qué lata con los viejos!-Crecimiento Personal

Había una vez dos amigas que se encontraban tomando un café y una le comenta en tono de queja a la otra:
“Mi mamá me llama mucho por teléfono para pedirme que vaya a charlar con ella, o para pedirme que la lleve a tal lugar, o que vaya a comer a su casa. Yo voy poco y en ocasiones siento que me molesta su forma de ser y de pedirme las cosas. Ya sabes como son los viejos: cuentan las mismas cosas una y otra vez.
Además, nunca me faltan compromisos: que el trabajo, que mis hijos, que los amigos…
—”Yo en cambio —le dijo su compañera— hablo mucho con mi mamá. Cada vez que estoy triste, voy con ella; cuando me siento sola, cuando tengo un problema y necesito fortaleza, acudo a ella y me siento mejor.”
“Caramba —se apenó la otra—, eres mejor que yo.”
“No lo creas, soy igual que tú, respondió la amiga con tristeza, visito a mi mamá en el cementerio.”
Los viejos no son una lata, ellos nos necesitan.
La primera cuestión que necesitan de nosotros es nuestro perdón.
Ningún padre es perfecto y sin duda alguna sus padres cometieron muchos errores y por eso tiene que perdonarlos. De nada sirve guardar resentimientos y amarguras. Si por alguna razón está resentido con sus padres, hoy es el día perfecto para perdonarlos.
La segunda cuestión que necesitan es su comprensión.
Debe entender que ellos hicieron lo mejor que pudieron con el conocimiento y recursos que tenían. Ellos necesitan escuchar de usted que a pesar de todo sí hicieron cosas buenas al criarlo.
Ellos también necesitan de su apoyo.
Cuando nuestros padres llegan a la tercera edad necesitan mucho de nuestro apoyo. Apóyelos con su tiempo, con su atención. Sin prisas ni apuros. Invítelos a su casa a comer. De vez en cuando déles dinero. Sabe, es muy frustrante necesitar dinero y no poder ganarlo, ni intelectual, ni físicamente.
El escritor mexicano, Alejandro Orozco dijo: “Tus viejos necesitan poco, pero ese poco lo necesitan mucho”.
De manera que si aún tiene a sus padres con vida ¿Por qué no les llama ahora mismo? ¿Por qué no les visita y les dice cuánto les quiere? Pase tiempo hablando con ellos, invítelos a su casa y disfrute de su compañía. Quizá sus viejos ya no pueden conducir y necesitan que los lleve al médico o al supermercado. Ayúdeles. Involúcrese más en sus vidas.
Hágalo, antes de que sea demasiado tarde y recuerde: “Nuestros viejos necesitan poco, pero ese poco lo necesitan mucho.”

Está bien decir "no"-Crecimiento Personal-¿Se te hace difícil decir la verdad?

¿Es usted el tipo de persona que siempre dice sí?  ¡He aprendido que es muy importante aprender a decir no!  Está bien. Todavía le caeremos bien a la gente; hasta pudieran respetarnos más porque saben que estamos siendo auténticos.
No estoy diciendo que le digamos "no" a alguien que realmente necesita nuestra ayuda.  Hablo de declinar esa reunión a la que realmente no queremos asistir o aquella fiesta de cumpleaños en la que no queremos participar porque es el mismo fin de semana de una fiesta de tu hermana o las eliminatorias de tu deporte.
Pensemos por un momento cómo nos sentimos cuando decimos "sí" a algo que realmente no queremos hacer: no podemos dormir de noche y pensamos en ello demasiado, pesa en nuestra mente.  Intentamos hallar la salida.  Comenzamos a pensar: “Bueno no es tan malo, le hará a él o a ella feliz”.  “Tal vez me divierta”. “Tal vez no me aburra”.  Sea lo que sea, no nos estemos diciendo a nosotros mismos que si realmente quisiéramos ir no tendríamos todos esos pensamientos.
Así que, ¿por qué no simplemente decir "no" desde el principio?  Tal vez por el sentimiento de culpa.  Estoy aquí para decirles que tenemos que dejar la culpa en el pasado.  El pasado no fue diseñado para ser parte del presente.
Tal vez sintamos que si no nos presentamos en la reunión, que de paso no es obligatoria, no le vamos a caer bien al jefe o que nuestros compañeros no nos respetarán.  Necesitamos hacer lo que es correcto para nosotros.  Por supuesto que tenemos obligaciones reales que cumplir en la vida pero no tenemos que hacer todo lo que los demás quieren que hagamos. ¿Siente como si pudiera respirar mejor tan sólo por oír eso?
Quizás sentimos que nuestra hija no nos llamará más si no le damos dinero cada vez que llama y lo pide, aunque esa sea la única vez que lo hace.
Tal vez sintamos que nuestro hijo no se comunicará con nosotros tanto, si no escuchamos su lamentación, durante horas y horas, sobre lo mismo, una y otra vez.
Tal vez sintamos como si nuestra madre, padre o hermanos no nos amarán tanto, si no hacemos todo lo que nos pidan o asistamos a todos sus eventos.
Si estas personas son nuestros verdaderos amigos, familiares o un buen jefe, nos amaran de igual manera sin importar qué digamos.  La gente nos trata de la manera en que les enseñamos a hacerlo y si somos el tipo de persona que siempre dice sí, entonces eso es lo que ellos esperan.
Aprendí que podemos decir que "no".
Hagamos lo que creemos correcto; seamos auténticos.  Si no nos gusta cierto tipo de música, no vayamos a ese concierto.  No me malinterpreten.  No estoy diciendo que si alguien hace algo que nos gusta no queramos hacer lo mismo.  Lo único que digo es que no digamos "sí" a todo.
¿Les compramos galletas de Niñas Guías a las hijas de todos nuestros amigos?  ¿Les compramos barras de chocolate a cada niño explorador que conocemos?  Está bien si realmente las queremos y podemos pagarlas pero, ¿las compramos sólo por obligación?  Eso es lo que quiero decir.
Aprendamos a decir "no"; si un amigo se nos acerca y nos dice: “necesito $100 hasta el viernes”.  ¿Se los damos aunque vayamos a estar cortos de efectivo y sin saber cómo vamos a llegar hasta la próxima semana, con nuestros recibos atrasados?  Estoy aquí para decirles que no tenemos que hacerlo.  ¡Está bien decir "no"!
¿Por qué será que la mayoría de las personas, al menos en nuestra cultura, se muestran tan reacios a decir que no, aún cuando es lo que realmente piensan que debieran decir?  Esto ha traído más de un dolor de cabeza a muchos. Y tal y como describe el autor, esto agrega frustración y amargura a quien siempre dice que sí, sin quererlo de corazón.  Desde el punto de vista espiritual, es indispensable que digamos que "no" a los que van en contra de lo que el Señor nos ha llamado a vivir, independientemente de si es lo que la mayoría busca.  De hecho, tal vez seamos los únicos que nos atrevamos a decir que "no", aunque muchos lo quisieran decir también. Cuando alguien tiene el suficientemente valor para decir no, muchas veces anima a otros a decir lo mismo.
Adelante, seamos “cabeza y no cola” en esto también.  Que el Señor les continúe bendiciendo.

¿Se te hace difícil decir la verdad?
¿Se te hace difícil decir la verdad en algunas circunstancias?
La verdad puede meterte en problemas, pero mentir te traerá aun más problemas. Puede ayudarte el orar cada mañana con sinceridad:
Señor, ayúdame hoy día a ser sincero, decir únicamente la verdad.
Proverbios 12:22
Los labios mentirosos son abominación al Señor, pero los que obran fielmente son su deleite.
Salmos 120:2
Libra mi alma, Señor, de labios mentirosos, y de lengua engañosa.
Proverbios 17:7
No convienen al necio las palabras elocuentes; mucho menos al príncipe los labios mentirosos.
Sofonías 3:13
El remanente de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni se hallará en su boca lengua engañosa, porque ellos se alimentarán y reposarán sin que nadie los atemorice.

La flor de la honestidad-Reflexión


Se cuenta que allá para el año 250 A.C., en un reino lejano, un príncipe de la región norte del país iba a ser coronado rey pero de acuerdo con la ley debía casarse. Sabiendo esto, decidió hacer una competencia entre las muchachas de la corte para ver quién sería digna de su propuesta. Al día siguiente, el príncipe anunció que recibiría en una celebración especial a todas las pretendientes y lanzaría un desafío.
Una anciana que servía en el palacio hacía muchos años, escuchó los comentarios sobre los preparativos. Sintió una leve tristeza porque sabía que su joven hija tenía un sentimiento profundo de amor por el príncipe, pero pensaba que su hija no estaría a la altura del desafío. Al llegar a su casa y contar los hechos a la joven se asombró al saber que ella quería ir a la celebración.
Sin poder creerlo le preguntó:-¿Hija mía, tú qué vas a hacer allí?
-Todas las muchachas más bellas y ricas de la corte estarán allí. 
-Sácate esa idea insensata de la cabeza, sé que debes estar sufriendo, pero no hagas que el sufrimiento se vuelva locura.
Y la hija respondió: No, querida madre, no estoy sufriendo y tampoco estoy loca. Todo parece indicar que jamás seré escogida, pero es mi oportunidad de estar por lo menos por algunos momentos cerca de mi amado príncipe. Eso me hará feliz.
Por la noche la joven llegó al palacio. Allí estaban todas las muchachas más bellas, con las más bellas ropas, con las más bellas joyas y con las más determinadas intenciones. Entonces, finalmente, el príncipe anunció el desafío: “Daré a cada una de ustedes una semilla, aquella que me traiga la flor más bella dentro de seis meses, será escogida por mí como mi futura esposa y futura reina”.
La propuesta del príncipe seguía las tradiciones de aquel pueblo que valoraba mucho la especialidad de cultivar algo, además de las costumbres, amistades, relaciones, etc.
El tiempo pasó y la dulce joven no tenía mucha habilidad en las artes de la jardinería pero cuidaba con mucha paciencia y ternura de su semilla, pues sabía que si la belleza de la flor surgía como su amor, no tendría que preocuparse con el resultado.
Pasaron tres meses y nada brotó. La joven intentó todos los métodos que conocía pero nada había nacido. Día tras día veía más lejos su sueño pero su amor era más profundo. Pasaron los seis meses y nada había brotado.
Consciente de su esfuerzo y dedicación, la muchacha le comunicó a su madre que, sin importar las circunstancias, ella regresaría al palacio en la fecha y hora acordadas sólo para estar cerca del príncipe por unos momentos.
En la hora señalada estaba allí con su vaso vacío. Todas las otras pretendientes tenían una flor, cada una más bella que la otra, de las más variadas formas, tamaños y colores. Ella estaba admirada. Nunca había visto una escena tan bella.
Finalmente, llegó el momento esperado y el príncipe observó a cada una de las pretendientes con mucho cuidado y atención. Después de pasar por todas, una a una, anunció su resultado. Aquella bella joven con su vaso vacío sería su futura esposa.
Todas los presentes tuvieron las más inesperadas reacciones. Nadie entendía por qué él había escogido justamente a aquella que no había cultivado nada. Entonces, con calma el príncipe explicó: “Ésta fue la única que cultivó la flor que la hizo digna de convertirse en mi esposa y reina: La flor de la honestidad, todas las semillas que entregué eran estériles”.
Maravilloso relato, ¿no?. En tiempos donde lo importante parecen ser los resultados, los logros, el éxito, lo visible, cultivar el valor de la honestidad parece un valor perdido, el cual casi hemos olvidado, somos capaces de inventar los más variados argumentos para excusarnos, por no decir me equivoqué, para ser humildes y reconocer que otros tienen la razón, o para decir no sé acerca de esto.
Opinamos sobre todo, juzgamos a todos… La “viveza”, hoy en día comparada con la habilidad, se ha convertido en un valor, encubriendo la mentira, el engaño, la falta de honestidad para con nosotros mismos y los demás. La verdad, la sinceridad, la humildad… no son virtudes intensificadas en las revistas para niños, ni en las publicidades para adultos.
Nuestra sociedad ha confundido el significado de la palabra ÉXITO.
Si he terminado mi día siendo leal a mí mismo, sin traicionar mis creencias, mis sentimientos, y apegándome a los principios expuestos por Dios, al cual digo servir, para quedar bien u obtener resultados… ése ha sido un día de éxito. Puedes hacer de éste un día exitoso… De ti depende.”
1 Timoteo 2:2
Vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
1 Corintios 7:35
Esto lo digo para vuestro provecho; no para tenderos lazo, sino para lo honesto y decente, y para que sin impedimento os acerquéis al Señor.