sábado, 7 de julio de 2012

Carl Boberg - Cuán grande es Él (vídeo)


Esta canción fue compuesta por el poeta y compositor sueco Carl Boberg, en 1.885 y difundida en 1.907; las casas discográficas iban un poco lentas por aquel entonces. Cuando regresaba de una reunión cristiana, y mientras se encontraba caminando por el campo, súbitamente fue alcanzado por una tormenta veraniega. Al refugiarse entre unos árboles esperando que el cielo se despejara y dejara de llover y tronar, Boberg, reflexionó en la grandeza de Dios. Se agachó a recoger una moneda del suelo, y ¡sorpresa!: ésta tenía dos caras. Bueno, la verdad, es que esto último, lo de la moneda, es un invento mío. Lo otro es verdad. Pero Boberg no tuvo una suerte, sino dos. La primera, tener el talento de componer, y, la segunda, el hecho de que fue designado por Dios para componer esta canción. Así lo hizo, y, cuando acabó, se encontró realmente satisfecho de la obra.
Es una canción, bueno…, es más que eso, es un himno de alabanza al Señor, a Cristo.

Sin  pretenderlo ni saberlo, al componer este tema, nos transmitió un mensaje que no, por archisabido, debemos dejar de repetir: “Que cualquier tiempo y lugar es bueno para alabar a Dios y darle gracias”. Porque como está citado en San Juan, capítulo 3, versículo 16: de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en Él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna.
Así pues, seamos imitadores de Dios como hijos amados, y andemos en amor, como también Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros.
M.G.L.

Tus fuerzas-Reflexión-vídeo

Hace varios meses vi una pelicula que se desarrollaba en un pequeño pueblo donde el hobby era el alpinismo. Durante todo el filme, un padre lleno de amor trataba de hacer llegar desde muy lejos en una nevera un hígado que sería transplantado a su hijo menor, el cual había sufrido un accidente al escalar una montaña. El jovencito tenía una hermana que sufría mucho pues se creía culpable de la caída de su hermano.
Durante un dialogo entre estos tres personajes se cruzaron las siguientes Palabras:

Hermana mayor: Siento que haya sido mi culpa, no sé que pudo haber pasado ya que yo siempre le había revisado los amarres y nunca se había caído.

Padre: Hija yo siempre los revisaba después que tú los hacías y esta vez lo hice nuevamente, quizás cometí algún error.
Hijo menor: Papá no te culpes porque yo, después que tú revisaras las amarras, las corté y las hice nuevamente para demostrar que era suficientemente capaz de lograrlo.
Nuestro Padre celestial es Soberano sobre nuestras vidas y no deja nada al azar preocupándose por cada detalle en ellas. Cuando confiamos más en nuestras limitadas fuerzas y capacidades que en Su poder, Amor y Justicia caemos desde lo alto de la montaña y sufrimos traumatismos severos que sólo nuestro Padre puede sanar con la preciosa y limpia sangre de Cristo Jesús por medio de Su Gracia redentora e infinita misericordia. “…porque separados de mí nada podéis hacer.”
Juan 15:5
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos: el que está en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque sin mí nada podéis hacer.
Salmos 94:22
Mas El Señor me ha sido por refugio; Y mi Dios por roca de mi confianza.
Jeremías 17:7
Bendito el varón que se fía en el Señor, y cuya confianza es Dios.
1 Juan 5:14
Y esta es la confianza que tenemos en él, que si demandáremos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.

No hay crisis que por bien no venga-Crecimiento Personal

En los momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento.
Albert Einstein
Para nadie es un secreto que la palabra mas escuchada en este tiempo es crisis. Constantemente los medios nos bombardean con la crisis financiera, alimentaria, inmobiliaria, ambiental; el asunto es que la crisis no termina allí sino que trasciende en los hogares, y tenemos crisis en las familias, divorcios, familias disfuncionales, rebelión de los hijos, infidelidad y otros problemas. Paseándome en la historia me encuentro que hubo una época donde hubo una gran crisis que vivió el pueblo de Israel. Resulta que el Rey de Egipto había ordenado la muerte de  todos los niños israelitas.  Esta medida produjo temor, miedo y ansiedad en todos los padres israelitas pero la biblia enseña que los padres de Moisés no tuvieron miedo y  confiaron en Dios.
Los padres de Moisés confiaron en Dios y, por eso, cuando Moisés nació, lo escondieron durante tres meses. El rey de Egipto había ordenado que se matara a todos los niños israelitas, pero ellos vieron que Moisés era un niño hermoso y no tuvieron miedo, porque confiaban en Dios. Hebreos 11:23
Es probable que tú estés atravesando una gran crisis hoy, estés lleno de temor pensando como salir del problema o pensando tal vez... ¿Cómo me metí en este asunto? Y seguro que sientes que el rey de Egipto ha ordenado tu muerte y quisieras retroceder tu vida para no pasar por lo que estás pasando.
¿Qué podemos aprender de los padres de Moisés?
Ellos confiaron en Dios, aunque  habían escuchado muchas veces voces de miedo, ellos se llenaron de fe y salvaron a Moisés.
¿Sabes lo que el miedo y la fe tienen en común? Un futuro que no ha llegado. El miedo cree en un futuro negativo. La fe cree en un futuro positivo. Ambos creen en algo que todavía no ha sucedido. Por tanto, pregunto: ¿Por qué no elegir creer en un futuro positivo? ¿Por qué dejar que el miedo sabotee tu alegría y el éxito? 
 
Creo que durante estos tiempos difíciles tenemos que elegir entre dos caminos. El camino positivo o el camino negativo. Y nuestra vida no puede estar en dos caminos al mismo tiempo. Así que tenemos que hacer una elección y esta elección determina nuestra convicción sobre el futuro, y la actitud y las acciones que hagamos en la actualidad. 
 Mi elección va a determinar mi futuro, la voz que yo estoy escuchando  me  puede llevar al fracaso o al éxito.
Hay una historia de un hombre que vivía en la orilla de un camino y vendía perritos calientes. No tenía radio, ni televisión, no leía periódico, ni sabía nada de Internet; pero hacía y vendía buenos perritos calientes. Solo se preocupaba por la divulgación de su negocio y colocaba cartelones de propaganda por el camino; ofrecía sus productos en voz alta y el pueblo le compraba. Las ventas fueron aumentando y por eso empezó a comprar el mejor pan y las mejores salchichas. También le fue necesario comprar un carrito más grande para atender a la creciente clientela porque el negocio prosperaba. Sus perritos calientes eran los mejores de la región. Venciendo su situación económica pudo pagar una buena educación a su hijo, quien fue creciendo y fue a estudiar economía en la mejor universidad del país.
Finalmente, su hijo ya graduado con honores, volvió a casa y notó que el papá continuaba con la misma vida de siempre y tuvo una seria conversación con él: “Papá usted no escucha la radio, usted no ve televisión, usted no lee los periódicos, usted ni sabe de Internet. Hay una gran crisis en el mundo y la situación de nuestro país es crítica. El que no se mueva va a quebrar”. Después de escuchar las consideraciones de su hijo estudiado, el padre pensó:
“Si mi hijo es economista, lee periódicos, ve televisión, sabe de Internet, entonces puede tener razón….” Con el miedo de la crisis, el viejo buscó el pan más barato (más malo), y comenzó a comprar las salchichas más baratas (las peores), y para economizar dejó de hacer sus cartelones de propaganda.
Abatido por la noticia de la crisis ya no ofrecía sus productos en voz alta. Tomadas todas esas preocupaciones, las ventas comenzaron a caer, y fueron cayendo y cayendo... y llegaron a niveles insostenibles, hasta que el negocio de perritos calientes del viejo que antes generaba recursos hasta para que el hijo estudiara economía, quebró.
Entonces el padre muy triste, se dirigió a su hijo con estas palabras: “Hijo, tenías razón, estamos en medio de una gran crisis” y le comentó orgulloso a sus amigos: “Bendita sea la hora que envié a mi hijo a estudiar economía; él me avisó de la crisis… Si no hubiera sido por él, quién sabe qué hubiera pasado.”
Puede ver que nuestras elecciones determinan nuestro destino, este hombre decidió comportarse con un espíritu recesivo, conformista y perdió. En  temporada de crisis no hay que dejarse vencer por el miedo, hay que ser creativos como los padres de Moisés que se prepararon y le llevaron a ser príncipe de Egipto. No llenes tu mente de pensamientos negativos, no te autolimites, no caigas en el pánico, llénate de fe y esperanza.
“Si piensas que tus problemas tienen solución estás en lo cierto, pero si piensas que no tienen solución también lo estás.”
Es tiempo de levantarte como David para vencer al gigante Goliath que se levanta en contra de tu vida, tu matrimonio, tus finanzas, tus negocios o cualquier otro gigante que produzca crisis. Confía en Dios, Él es el único que puede darte la victoria. No te dejes llevar por las crisis, pues no duran para siempre, ellas son las oportunidades para aprender y crecer.
Hoy es el mejor día para desarrollar tu imaginación, creatividad ante las crisis, comenzar a ver y escuchar oportunidades. Dios tiene grandes cosas para ti, pero eres tú quien elige seguir en el desierto o entrar a la tierra prometida.

Tu tesoro-Crecimiento Personal-vídeo

“Pues donde tengan ustedes su tesoro, allí estará también su corazón. ” Lucas 12.34
 Es una frase muy familiar para muchos de nosotros. La hemos escuchado en la iglesia y aún en nuestros hogares. Es algo aún bastante maternal por decir. Este versículo ha venido a mi mente varias veces y en varios lugares. Cuando deseo algo en gran manera. Puede que me haya dado cuenta de lo mucho que estaba trabajando por obtener ese algo y, al mismo tiempo, he lastimado a varios. Y luego leo este versículo y se me hace evidente dónde ha estado mi corazón. Puedo pensar en todos esos momentos en que he sido enfrentado con la pregunta: “¿Sigo a Dios o sigo a mis deseos?”.
Creo que todos nos podemos identificar con esto. Podemos recordar momentos en los que hemos querido algo y luego nos dimos cuenta de que estábamos atesorando a esa cosa o a nosotros mismos más que al Señor. La cosa/tesoro que más buscamos, deseamos y valoramos es una gran indicación de donde está nuestro corazón y mente.  Pero... ¿sobre qué cosas por las cuales nos preocupamos la mayoría del tiempo aplicaría este versículo?
Jesús hizo esta declaración al final de una enseñanza sobre la preocupación. Él termina diciéndonos que no nos preocupemos por cosas, porque Él proveerá y esas cosas y preocupaciones no nos agregan nada. Y si estamos preocupándonos por esas cosas, entonces es porque esas “cosas” son más importantes para nosotros, y eso no está bien. Digámoslo de esta manera. Si te preocupas por algo, muy probablemente vas a buscar ese algo y una vez que tengas ese algo, muy probablemente vas a atesorar ese algo y eso se adueñará de tu corazón.
Tómate un momento hoy, y lee Lucas 12.22-24. Sobre ¿qué cosas estas preocupándote? ¿Qué cosas has estado buscando? ¿Qué tienes ahora? ¿A qué le has entregado tu corazón?
Si estás preocupado porque son tiempos difíciles y el dinero está apretado, recuerda que Dios te ha creado y es capaz de proveer. No es fácil no preocuparse. Se requiere confiar en que Dios proveerá. Pero al preocuparte, apartas tu corazón de Dios y se lo das a esas cosas.
Hoy, retomemos nuestros corazones de esas cosas, y entreguémoslo a Dios.



Frases destacadas: La gratitud- PowerPoint

Quien no se siente agradecido por las cosas buenas que tiene,
tampoco se sentirá satisfecho con las cosas que desearía tener.
El que no aprende el idioma de la gratitud no podrá dialogar con la felicidad.
La felicidad empieza cuando uno deja
de lamentarse por los problemas que tiene,
y agradece por los problemas que no tiene.
El Dr. Alexander Whyte, de Edimburgo, era
famoso por sus oraciones en el púlpito.
Siempre encontraba algo por lo cual agradecer
a Dios, aún en las épocas más difíciles.
Un día tormentoso, un feligrés se puso a pensar:
“No creo que el pastor tenga nada que agradecer
a Dios en un día como éste”.
Pero Whyte empezó su oración de la siguiente manera:
“Te damos gracias, Señor, que no todos los días son como éste.”
Matthew Henry, el conocido hombre de letras,
fue asaltado por unos ladrones que le robaron la cartera.
Ese día escribió en su diario:
“Estoy muy agradecido porque, primero,
nunca me habían robado antes;
segundo, porque a pesar de que se llevaron
mi cartera, me dejaron con vida;
tercero, porque aún cuando se lo llevaron todo,
no tenía mucho; y cuarto, porque me robaron
a mí y no fui yo quien robó”…
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