miércoles, 27 de junio de 2012

Origen del día de Accion de Gracias-Gracias por tu amor

Los peregrinos que celebraron la primera acción de gracias en Plymouth en 1621, habían salido de Inglaterra para Holanda en 1608, perseguidos por sus creencias religiosas. En 1620 decidieron zarpar para la Colonia Virginia.
Al llegar a Plymouth, Massachussets, conocieron al indígena Squanto, quien les ayudó a sobrevivir al crudo invierno. Muchos murieron debido a la pulmonía y el escorbuto.
Al cosechar su primer maíz decidieron hacer una fiesta para celebrarlo. Los soldados desfilaron, tocaron trompetas, y dispararon cartuchos vacíos. 
Invitaron a 90 indígenas quienes compitieron con ellos en carreras y saltos, y llevaron cinco ciervos para la comida, que incluía pato, ganso, venado, mariscos, pan blanco, pan de maíz, y verduras. Según la historia, en esta primera celebración no se incluyó el pavo, ni la salsa de arándano, ni la torta de calabaza, que son los platos favoritos del Día de Acción de Gracias moderno.
Desde 1621 hasta 1863 se celebró esporádicamente y en distintas fechas y, por ser una celebración religiosa, algunos gobernadores consideraban que decretarla como fiesta sería considerarla como una interferencia de la religión en la política estatal. Aunque el presidente Washington había emitido una proclama en 1789, fue el presidente Lincoln quien decretó el feriado nacional durante la Guerra Civil.
Esta fiesta se aprovecha para hacer grandes reuniones familiares. Por la mañana se acostumbra a ver por televisión el gran desfile del Almacén Macy’s en Nueva York, el cual incluye bombas gigantescas, carrozas, bandas, figuras de los personajes más conocidos por los niños, y hasta Papá Noel, pues para muchos esta fecha marca el principio de la época navideña.
Las familias se reúnen para una comida opípara que incluye el pavo relleno, las batatas o boniatos, la salsa de arándano, el puré con salsa de carne, el pan de maíz, la cebolla en salsa blanca, la tarta de calabaza, y los pasteles de carne picada con frutas. Por la tarde se ven partidos de fútbol americano en los mismos estadios o por televisión. Los deportes han sido parte importante de esta celebración desde el principio.
Lo más importante de esta fecha es el énfasis que se ha puesto, a lo largo de los años, sobre la importancia de ser agradecidos. El agradecimiento es un elemento vital en la vida humana. Nunca dejes que se pierda el agradecimiento en tu vida.
Dad gracias al SEÑOR, invocad su nombre; dad a conocer sus obras entre los pueblos. 1 Crónicas 16:8
Y han de estar presentes cada mañana para dar gracias y para alabar al SEÑOR, y asimismo por la noche. 1 Crónicas 23:30
 Gracias por tu amor
Señor, muchas gracias por este día. Gracias porque sé que estás a mi lado y puedo verte en todo. Gracias por tu amor incondicional. ¡Te Amo!
Dad gracias al SEÑOR porque Él es bueno, porque para siempre es su misericordia. 2 Dad gracias al Dios de dioses, porque para siempre es su misericordia. 3 Dad gracias al Señor de señores, porque para siempre es su misericordia. 4 Al único que hace grandes maravillas, porque para siempre es su misericordia.
Salmo136:1-4


Afrontaré y viviré mis metas-vídeo

“Me esfuerzo para alcanzar lo que está delante, para llegar a la meta y ganar el premio celestial que Dios nos llama a recibir”  Filipenses 3:13,14
Cada día me asombro de la cantidad de gente que viven sin tener metas en su vida. Para muchos su interés es sólo la existencia diaria. Miles son las personas que aún no han tomado un lápiz y un papel ni han pedido a Dios dirección sobre cómo vivir sus vidas.
Cada persona necesita metas. ¿Sin un plano para evaluar nuestras vidas cómo sabremos si hemos triunfado a o no? J.C. Penney dijo: “Muéstrame a alguien que trabaje bajo metas y yo te mostraré un hombre que hace historia. Muéstrame a alguien que trabaja sin metas y te mostraré un hombre que trabaja para sólo existir”.
Una meta es una herramienta que traza un plan para alcanzar una tarea particular.  El cristiano debe esmerarse para vivir su vida de tal manera que ésta le llevará a adquirir el premio de la vida eterna y una fe sólida acá en la tierra.
Para lograr la meta de una vida más profunda con Jesucristo debemos deteneros un instante a evaluar nuestra condición espiritual. Si nosotros no sabemos dónde estamos, es difícil saber si nosotros estamos haciendo progresos en nuestro caminar con Dios o no.
Hoy necesito estar dispuesto para reconocer de lo que estoy careciendo para así hacer las correcciones indispensables de mi vida. Pablo escribió en sus cartas que él no quería desviarse del Señor. El creyó que su ejemplo diario era sumamente importante para su vida.
Hoy necesito asegurar que mis metas son dignas. Pablo se esforzó por una corona que duraría para siempre. Cuántas veces mis metas han sido tan pequeñas e inferiores a mis capacidades y a la confianza en Dios. El éxito de este mundo es muy pequeño cuando lo comparo a la corona eterna de la honradez.  No hay meta más alta para el creyente que tener la dicha de decir en el último día de su existencia. “He vivido totalmente para el Señor”.
Hoy necesito reflexionar y preguntarme: ¿Cuáles son mis metas?  ¿Están ajustadas a la enseñanza de la Palabra de Dios.?  Este es un buen día para revisar mis metas personales y ajustarlas a la santa y gloriosa voluntad del Señor. Quiero vivir de esta manera y caminar con la frente en alto confiando que nada me podrá apartar de ese camino abierto por Dios,
Señor.  Gracias por darme la oportunidad de poner metas para mi vida y caminar con mi mirada puesta en ti como el autor y consumador de la fe.  Este es un buen día para revisar las metas de mi vida y caminar con seguridad por ese sendero.
No quiero vivir sólo para existir, sino que quiero existir para vivir para ti. Toma mi vida en este día y guíame por la senda de la justicia de manera que pueda honrarte con profunda sinceridad.  Amén.

El mayor peligro-vídeo

Nosotros los seres humanos vivimos en un ambiente lleno de peligros. Cuando uno se sube a un coche, nunca sabe si llegará a su destino sin accidentarse. Los riesgos en la circulación son numerosos y variados. El peligro de adquirir alguna enfermedad también nos amenaza constantemente. Además nos acechan muchos otros. Pero el peligro más grande de todos es estar perdido por la eternidad. Si no hacemos nada para ponernos a salvo, infaliblemente llegaremos a este punto.
Pero ningún ser humano puede salvarse a sí mismo, por más que se esfuerce. Los pecados son un invencible impedimento para salvarse y evitar la perdición eterna. Entonces, ¿existe la posibilidad de ser salvos?
Sí, y sólo de una manera. Se halla única y exclusivamente en Aquel que vino para salvar a “su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21), y de quien la Escritura dice: “Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios” (1 Pedro 3:18). Y “al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Corintios 5:21).
Jesucristo, el Hijo de Dios, es el Salvador. Dios le envió a la tierra para que muriera en la cruz, a fin de que “todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). 
Quien lo rechaza está perdido para siempre. Él mismo dijo a los judíos de su tiempo: “Si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis” (Juan 8:24).

No tengas miedo de nada- Promesas de Dios para ti

A veces los problemas son tantos que sentimos que no hay escapada, pero Dios ha prometido que:
Yo soy tu refugio y tu fuerza,
soy tu poderoso defensor en el peligro.
Por eso no temas aunque tiemble la tierra
y los montes se desplomen en el mar.  Salmo 45
Salmos 3:3
Mas tú, oh SEÑOR, eres escudo en derredor mío, mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
Salmos 18:2
El SEÑOR es mi roca, mi baluarte y mi libertador; mi Dios, mi roca en quien me refugio; mi escudo y el cuerno de mi salvación, mi altura inexpugnable.
Salmos 28:7
El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; en El confía mi corazón, y soy socorrido; por tanto, mi corazón se regocija, y le daré gracias con mi cántico.
Salmos 119:114
Tú eres mi escondedero y mi escudo; en tu palabra espero.
Salmos 144:2
Misericordia mía y fortaleza mía, mi baluarte y mi libertador, escudo mío en quien me he refugiado, el que sujeta a mi pueblo debajo de mí.


 Reflexiones – No tengas miedo
Tengo un antiguo soplador de hojas que uso para limpiar nuestro patio. Este soplador traquetea, sacude con ruido, echa humo, emite gases irritantes y es considerado por mi esposa, probablemente también por mis vecinos, sumamente ruidoso.
Sin embargo, nuestra vieja perra es totalmente indiferente al alboroto. Cuando enciendo el soplador ni siquiera levanta la cabeza, y se mueve, con cierta resistencia a ella, únicamente cuando soplo hojas o polvo en dirección suya. Eso es porque la perra confía en mí.
Un joven, que de vez en cuando corta nuestro césped, usa un soplador similar pero nuestra perra no tolera al joven. Hace años, cuando era una cachorrita, el joven la molestaba con la máquina y ella nunca lo ha olvidado. Ahora bien, cuando el joven entra en el patio tenemos que meterla en casa, porque le gruñe y le ladra. Son las mismas circunstancias, pero las manos que usan el soplador marcan la diferencia.
Lo mismo sucede con nosotros. Las circunstancias atemorizantes son menos problemáticas si confiamos en las manos que las controlan. Si nuestro mundo y nuestra vida están gobernados por una fuerza desconsiderada e indiferente tendríamos buenas razones para temer. Pero las manos que controlan el universo, las manos de Dios, son sabias y compasivas. Podemos confiar en ellas a pesar de nuestras circunstancias y no tener miedo.
. . . Dios es mi salvador, confiaré y no temeré. . . . Isaías 12:2.

¡Piensa en lo Bueno!-PowerPoint

Piensa en las cosas que te hacen feliz,
no en lo que te entristece.
Medita en la bondad del alma humana,
no en los vicios que la envilecen.
Considera las cosas buenas de que gozas;
no repares en las privaciones.
Admira las virtudes de tus amigos;
hazte el ciego a sus limitaciones.
Ten en cuenta lo que rinden tus negocios
en lugar de lamentarte de tus pérdidas.
Considera lo bueno que se habla de ti;
desoye agravios e impertinencias.
Da gracias por los días de salud y ventura
en vez de amargarte por los reveses.
Alégrate de la vida y la luz del sol;
no te quejes cada vez que llueve.
Llena de esperanza tus pensamientos;
desecha la duda en torno al futuro.
Mira cuántos tesoros has encontrado;
olvida los que quedaron ocultos.
Preocúpate por el servicio que prestas,
y no por lo que mejor te acomoda.
Piensa en la felicidad ajena;
¡así será como hallarás la propia!
«Por lo demás, hermanos,
todo lo que es verdadero,
todo lo honesto,
todo lo justo,
todo lo amable,
todo lo que es de buen nombre;
si hay virtud alguna,
si algo digno de alabanza,
en esto pensad.»
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