viernes, 22 de junio de 2012

Conociendo a Dios de cerca- Relación con Dios-vídeo


Dios es mucho más que una fuerza o un vago poder que sigue su curso por el universo. No es sólo un principio de unidad, una energía de vida, una inteligencia universal o un ser supremo sin fisonomía. Es el Creador de todas las cosas, pero no está difuso en ellas. Él ya era antes de que todas las cosas existieran, pero no es simplemente una energía primordial que diera paso a la vida y desde entonces se esfumara en el universo.
Nos invita a conocerlo no desde lejos, sino muy de cerca. Él no quiere que sepamos acerca de Él, sino que realmente le conozcamos como Moisés lo hizo: “cara a cara, como habla un hombre con su amigo” (Éxodo 33:11).
Preguntas:
¿Qué crees que significa conocer a Dios cara a cara?
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¿Sientes que lo conoces así de cerca, como a tu mejor amigo?
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¿Qué cosas compartes sólo con tu mejor amigo?
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¿Sientes que puedes decírselas al Señor?
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Ahora vemos por espejo, oscuramente; más entonces veremos cara a cara. 1 Corintios 13:12
El gran día llegará para cada uno de nosotros que conocemos al Señor mediante Jesucristo, en el que estaremos en el cielo “cara a cara” con Él (1 Corintios 13:12).
Mientras tanto, cada día llegamos a estar más identificados con Él.
Dios ama a todas las personas de la tierra. Aquellos que todavía no le conocen personalmente pueden tener vistas fugaces de su naturaleza al mirar el universo, Su creación. (Lee Romanos 1:19-20)
Lee Salmos 19:1 – 6. Dios ha puesto su firma en el cielo. ¿Qué impresiones has tenido de Dios al ver un espectacular atardecer o al contemplar la grandiosidad de una noche estrellada?
Describe cómo te conmovió y qué tan cerca lo sentiste.
Considerando la grandeza y la majestad de toda la creación, es increíble que Dios pensara en la humanidad. David fue un hombre cuyo corazón estaba en sintonía con el del Señor. No obstante, estaba perplejo por la atención y el afecto de Dios hacia nosotros. Al contemplar la grandiosidad y la belleza del cielo nocturno, él pregunta:
“¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria?” (Salmos 8:4).
Bien podríamos agregar: “¿Quién soy yo para que Dios quiera revelarse a mí de manera personal?”
Describimos el proceso de llegar a conocer a otras personas como el hecho de estar cada vez más cerca de ellas. Funciona de la misma manera con el Señor. Entre más llegamos a conocerle, más cerca de Él nos sentimos. Él anhela estar cerca de nosotros, próximo y a la mano, para poder ayudarnos en nuestra hora de necesidad.
La cercanía de nuestro Dios, la intimidad con la que Él se relaciona con nosotros, es uno de los más asombrosos atributos de nuestra relación con Él, y que lo distingue de los demás dioses. El escritor de Deuteronomio lo planteó de esta manera: Porque “¿qué nación grande hay que tenga dioses tan cercanos a ellos como lo está el Señor nuestro Dios en todo cuanto le pedimos?” (Deuteronomio 4:7)
En Jeremías 23:23, Dios le recuerda a Su pueblo: “¿Soy yo Dios de cerca solamente… y no Dios desde muy lejos?”
Su constante invitación a nosotros a lo largo de nuestra vida es: “Acercaos a mi” (Isaías 48:16).
¿CÓMO ES DIOS EN REALIDAD?
Si Dios hubiera querido ser injusto, caprichoso, desleal, cruel, rencoroso o descuidado, habría podido serlo. ¿Cómo hubieras considerado tu vida si Dios hubiera decidido ser alguien diferente de lo que Él es? ¡Qué universo tan horrendo sería!
Podemos estar contentos de que Dios es Dios así como Él es. Sus  intenciones bondadosas se manifiestan en todo lo que hace. (Lee Efesios 1:3–6.) Entre más llegamos a entender Su corazón y las características de Su trato con las personas, mejor llegaremos a conocerlo.
“Y dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza;”
Dios es piadoso. Él se inclina como un padre amoroso para hacer por nosotros lo que no podemos hacer por nosotros mismos.  “Por tanto, el Señor esperará para tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo de vosotros misericordia; porque es Dios justo; bienaventurados todos los que confían en Él.” (Isaías 30:18)
Dios es misericordioso. Él nos comprende y entiende nuestra fragilidad. También nos extiende ansiosamente Su perdón por lo que hacemos mal. “Mas tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, lento para la ira, y grande en misericordia y verdad.” (Salmo 86:15) .
Dios es compasivo. Él nos tiene cariño de la misma manera que una madre piensa con afecto en el hijo que lleva en su vientre. Pues el Señor tu Dios es Dios compasivo; no te abandonará, ni te destruirá, ni olvidará el pacto que Él juró a tus padres. (Deuteronomio 4:31).
Dios es bondadoso. Él, sorpresivamente, tiene un interés especial en nosotros, de la misma forma que una famosa estrella de fútbol podría saludar a un niño pequeño. “Antes bien, amad a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad no esperando nada a cambio, y vuestra recompensa será grande, y seréis hijos del Altísimo; porque Él es bondadoso para con los ingratos y perversos.” (Lucas 6:35)
Dios es bueno. Él es generoso, alegre y sereno.  El bienestar y la salud fluyen de Él, y hace que todo sea mejor. Porque Tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan.” (Salmo 86:5)
Dios es justo. No tiene ni un solo defecto. Él siempre es y solamente es de la manera que debe ser. Él es el modelo absoluto sobre el cual nosotros podemos establecer nuestras vidas.
“Justo es el Señor en todos sus caminos, y bondadoso en todos sus hechos” (Salmo 145:17).
Es ese Dios tan especial quien espera por ti cada mañana y cada instante. Por qué no caminar de una vez con Él en este mismo día. Te invito a probarlo.
Dr. Daniel Brown.

El Doctor Daniel Brown, ha recibido tres grados de la universidad de UCLA y ha utilizado su talento creativo en la educación y el desarrollo del liderazgo pastoral, siendo mentor para cientos de líderes alrededor del mundo. En 1984 Daniel dio comienzo a la Iglesia  “The Coastlands Aptos Foursquare Church” en Aptos California, sirviendo allí como el pastor principal por 22 años.

¿Hay esperanza para mí?- Crecimiento Personal-vídeo

“Ahora, pues, permanecen estas tres virtudes: la fe, la esperanza y el amor. Pero la más excelente de ellas es el amor” 1 Corintios 13:13 (NVI)
Hay un dicho popular que dice: “La esperanza es lo último que se pierde”, sin embargo lo que he podido notar en muchas personas es que lo primero que pierden es la esperanza. Hablar de la esperanza es hablar del futuro, es hablar de los sueños que nos gustaría ver realizados en nuestra vida.
En los tiempo que vivimos hoy todos necesitamos que nos inyecten una dosis de esperanza. Sin ella la vida se nos hace cuesta arriba como también se nos puede hacer cuesta abajo. ¿Alguna vez se preguntó hay esperanza para mi?, o ¿hay esperanza para mi matrimonio?, ¿cómo puedo obtener esperanza?
Puedo responderte que si estas leyendo esta reflexión es que hay esperanza para ti, la esperanza está dentro de ti y puedes obtenerla en primer lugar confiando en Dios y en cada una de sus promesas. Él es fiel y quiere lo mejor para tu vida. Tú no vives de casualidad; tú vives porque Él te creó con un propósito.
Muchas personas al vivir sin propósito han perdido la esperanza y esto trae como consecuencia que pierdan sus sueños. Al no tener un propósito claro y definido se engendra una falta de esperanza. Y es muy diferente cuando conoces tu propósito, porque tienes enfoque, disfrutas el presente y caminas hacia tu destino. Conocer tu propósito te da esperanza, produce fe y aumenta la confianza. Desconocerlo produce angustia, incertidumbre, falta de fe. ¿Conoces tu propósito?
Lo otro que necesitas para obtener esperanza es cambiar de actitud. Tú puedes elegir con qué actitud quieres vivir, si con una de quejas o con una actitud de acción de gracias. Mucho de la actitud que tenemos en nuestra vida depende de cómo alimentamos nuestro espíritu y nuestra mente. Si, constantemente, estoy escuchando o leyendo cosas negativas, lo más probable es que reaccione negativamente. En cambio si leo o escucho cosas positivas mis reacciones serán positivas.
“La vida es un 10% de las cosas que me pasan y un 90% de cómo reacciono ante ellas” Chuck Swindoll
Una actitud positiva trae expectativas positivas y esto brinda esperanza. ¿Cuál es tu actitud ante la vida?
Ahora no es solamente conocer el propósito, desarrollar una buena actitud, también es importante controlar las palabras que decimos. Hay un poder en cada una de las palabras que nos decimos a nosotros mismos. De tu boca sólo pueden salir dos clases de palabras: bendición y maldición, no hay término medio. Lo que nos decimos a nosotros mismos a su debido tiempo se puede convertir en realidad. Es importante que puedas hablarte a ti mismo como un ganador, que te hables a ti como un vencedor o como Dios dice que tú eres. Las palabras que te digas crearan esperanza o desesperanza. ¿Cuáles son las palabras que mas te dices?
“…En tu palabra he puesto mi esperanza.” Salmo 119:81b (NVI)
Por último para obtener esperanza debes actuar en fe. Santiago nos recuerda que la fe sin obras es acción muerta. Si no tomas acción en tu vida nada va a suceder, tienes que moverte en dirección hacia lo que quieres lograr. Cada día debes avanzar, no te detengas en la búsqueda de la felicidad, si crees que debes actuar. ¿Qué pasos debo dar para salvar mi matrimonio? ¿Qué pasos necesito hacer para alcanzar mis sueños?
La vida es un viaje donde todos los días estamos aprendiendo y cuando aprendo crezco, y cuando crezco disfruto la vida. Hoy es un buen día para desarrollar esperanza, para retomar esos sueños y cumplirlos. Tu pasado no determina tu futuro. Tus fracasos no determinan tu destino. No dejes que las circunstancias te detengan, tampoco dejes que las excusas gobiernen tu vida.
Atrévete  a cambiar, a soltar el pasado por un futuro mejor. Haz que brille la esperanza en tu vida. Hoy es el mejor día.

Tú nunca me has dejado- Reflexiones con Vídeo


Adherido a tu corazón me encuentro seguro
No importando los vientos mas fuertes ni la tempestad
Sé muy bien que en tus brazos de amor estoy confiado
Y que con alas bien fuertes al fin puedo echarme a volar
Me levantarás
Tu mano me guía de no tropezar
Tú nunca me has dejado
No me has desamparado
Y en mis momentos duros
Tú siempre estas ahí
Brindándome tu mano
Dándome fortaleza
Tú nunca me has dejado
Tú siempre estas ahí!
Tú nunca me has dejado…
Tú siempre estas ahí…
He vivido muy buenos momentos que nunca se olvidan
He pasado por esas tormentas que agitan el mar
Y al pasar de los años tu amor conmigo siempre ha estado
Sé que aunque padre y madre me dejen tu me recogerás
Me levantarás
Tu mano me guía de no tropezar
Tú nunca me has dejado
No me has desamparado
Y en mis momentos duros
Tú siempre estas ahí
Brindándome tu mano
Dándome fortaleza
Tú nunca me has dejado
Tú siempre estas ahí!

Buscando el trabajo de mis sueños-Crecimiento Personal


“Puede considerarse bienaventurado y no pedir mayor felicidad el hombre que ha encontrado su trabajo.” Thomas Carl
Algunas personas están buscando trabajos, otros están queriendo tener cambios ya que atraviesan por crisis. La realidad es que buscan el trabajo de sus sueños, y lo interesante es que muchos de ellos asocian el trabajo de sus sueños en algo que les dé estabilidad y la seguridad económica durante muchos años que les permita vivir sus últimos días tranquilos.
Cuando pensamos que el trabajo de mis sueños debe darme seguridad y estabilidad, estoy limitando todo mi potencial y todo mi talento, y a su vez eso me lleva a una vida de mediocridad e insatisfacción. El trabajo de tus sueños debe gustarte tanto de manera que no sientas que estás trabajando sino divirtiéndote.
¿Estás satisfecho con tu trabajo actual?

¿Te gusta la empresa donde trabajas?
¿Quieres encontrar ese trabajo de tus sueños?

Quiero dejar contigo algunos tips que te ayudarán:
1.    No sigas buscando el trabajo de tus sueños. Tú debes crearlo, comienza a ver posibilidades de los lugares o ambientes donde te gustaría trabajar. ¿Qué cosas quieres ver en tu trabajo? ¿Cuál es tu parte para hacer esa realidad?
2.    El trabajo de tus sueños debe seguir la misma linea de tus valores y tu misión. Cuando sabes a lo que has sido llamado a hacer te vas a divertir. ¿Cuáles son tus valores? ¿Cuál es tu misión? ¿Cuál es tu forma de vida?
3.    Atrévete a vencer tus miedos a la incertidumbre. Quita de tu vida los pensamientos de conformismo: “ese es el trabajo que encontré”, “nunca voy a conseguir el trabajo ideal…”, “bueno, al menos tengo un trabajo”. Esos pensamientos necesitan ser reemplazados con pensamientos ganadores. ¿Cómo son mis pensamientos acerca del trabajo que tengo o del que no tengo?
4.    Sé sabio, busca ayuda en personas que te aporten valor. Atrévete a preguntar cómo puedes ir de un buen trabajo al mejor trabajo. ¿Quién puede ayudarme en mi red de relaciones?
5.    Nunca dejes de soñar, toma la iniciativa, planifica donde te gustaría trabajar o a qué puesto te gustaría llegar, actúa y entrénate para llegar a la meta.
Podemos aprender de la hormiga:
“¡Anda, perezoso, fíjate en la hormiga!  ¡Fíjate en lo que hace, y adquiere sabiduría!  No tiene quien la mande,  ni quien la vigile ni gobierne; con todo, en el verano almacena provisiones y durante la cosecha recoge alimentos.” Proverbios 6:6-8
¿Quién dice qué la hormiga no disfruta su trabajo?
Hoy es el mejor día para crear el trabajo de tus sueños, para comenzar a ver posibilidades y transformarlas en realidad.

El Señor elegirá nuestra heredad-Entraré en Reposo y en la Heredad.


El Señor Elegirá Nuestra Heredad
Él nos elegirá nuestras heredades. Salmos 47:4
La herencia que nos asignarían nuestros enemigos sería enormemente mezquina; pero no estamos en su mano. El Señor hará que nos mantengamos firmes en nuestra heredad, y la sabiduría divina ha señalado nuestro lugar. Una inteligencia superior a la nuestra prepara nuestro destino.
Dios dirige todas las cosas, y nos gozamos de que así sea; nuestra elección es dejar a Dios que escoja en lugar nuestro. Si pudiéramos tener voluntad propia, deberíamos someterlo todo a la voluntad de Dios. Conscientes de nuestra ignorancia, preferimos que Dios dirija nuestros propios destinos.
Mucho más seguros y descansados estamos cuando el Señor dirige la nave de nuestra vida, que si tuviéramos que dirigirla según nuestro criterio personal. Con alegría dejamos las penalidades presentes y el futuro desconocido en las manos de nuestro Padre, nuestro Salvador y Consolador.  
¡Oh, alma mía! Deposita todos tus deseos a los pies de Jesús. Si hasta el presente has sido malo y obstinado, deseoso de hacer siempre tu propia voluntad, deja tu egoísmo insensato, y abandona las riendas en las manos del Señor. Di: "Él elegirá". Si otros disputan la sabiduría del Señor y glorifican la libertad del hombre, contesta tú: "Él elegirá por mí". Mi elección voluntaria es que Dios elija. Como soy libre, prefiero que Él ejerza su autoridad absoluta.
Hoy el Señor elegirá mi heredad y a mi me toca confiar plenamente en él.
Señor, Gracias por sostenerme en el camino de la vida y aderezar mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores. Amén.
Entraré en Reposo y en la Heredad.
“Porque hasta ahora no habéis entrado al reposo y a la heredad que os da el Señor, vuestro Dios” Deut 12:9
Hoy, cuando leí este pasaje: “Porque hasta ahora no habéis entrado al reposo y la heredad que os da, el Señor vuestro Dios", pensé en cuántos de los hijos del Señor, aunque le han conocido como el Salvador de sus almas, parece que no han entrado todavía al reposo y la heredad del Señor. Ha pasado muchas veces conmigo mismo, y hoy tomo la decisión de entrar en el reposo y en la heredad.
Por tanto, queda un reposo para el Pueblo de Dios, dentro del velo, donde entró por nosotros como precursor el Señor Jesús. Su mensaje siempre ha sido un mensaje de esperanza y de reposo, de gloria y de heredad. Lo expresó claramente al decir: “ En la casa de mi Padre muchas moradas hay; de otra manera os lo hubiera dicho. Voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez y os tomaré a mi mismo, para que donde yo estoy vosotros también estéis.
Hoy reflexiono que, el reposo que el Señor me promete para hoy no es sólo un reposo de la eternidad, sino un reposo para hoy cuando cansado y angustiado me encuentro. Hoy, cuando las situaciones son muy difíciles sus promesas toman vida con: “Venid a mi los cansados y trabajados que os haré descansar”.
Ese reposo y esa heredad se prolongan en su misericordia del hoy a la eternidad al decir: “Y limpiará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y la muerte no será más; y no habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas son pasadas. Allí los impíos dejan de perturbar y allí descansan los de cansadas fuerzas”
Señor: Hoy no quiero vivir sin reposo y sin heredad. No quiero vivir como el pueblo de Israel que aún habiendo recibido de ti el reposo y la heredad, aún no habían entrado a ese reposo y a esa heredad.
Reconocer que en ti está el reposo y la heredad, más grande que un ser humano puede tener, me lleva directamente a humillarme en tu presencia y adorarte. Sé que este día tendrá muchas angustias y afanes o quizá necesidades, pero no me angustia eso, porque en ti encuentro el reposo que mi alma necesita y la heredad que mi espíritu ha buscado siempre.
Hoy, doy un paso al frente y entró en tu reposo y me apropio de mi heredad que como hijo me has dado. Gracias Señor, porque para siempre es tu misericordia. Amen.