sábado, 9 de junio de 2012

A salvo de la adversidad-vídeo

"Ninguna adversidad acontecerá al justo" (Proverbios 12:21)
El texto de Proverbios parece una afirmación irreal. Asegurar que ninguna adversidad acontecerá al justo, podría muy bien ser cuestionada en una lectura superficial. ¿No pasa el justo por pruebas y dificultades? ¿No tiene que decir, como el salmista, que come pan de lágrimas? ¿No es despreciado por otros? ¿Acaso no pasa a veces por el valle de sombra de muerte? ¿Cómo puede decirse que no le vendrá ninguna adversidad? La respuesta es sencilla: La adversidad es algo que puede destruir y aniquilar. Esto no es posible para el cristiano porque no sólo Dios está a nuestro lado, sino que Dios está con, en y por nosotros.
Para el justo las adversidades nunca proceden de Dios, sino de “nuestro adversario el diablo, que cómo león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” (1 P. 5:8). Su propósito es hacernos fracasar en la vida cristiana; que dudemos de Dios y de su misericordia; que nos sintamos abandonados de Su gracia y despojados de Su cuidado. El adversario genera adversidades, como ocurrió con Job, para que hablemos mal de Dios. Si en su primer intento fracasa, lo repetirá con más intensidad para conseguir su propósito. A Job le despojó de su familia, de su honor personal, de sus riquezas, e incluso del afecto de su esposa, en esa adversidad Dios sostuvo su fe, de modo que podía decir: Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito” (Job 1:21b). La calamidad no consiguió apartar a Job de Dios, porque Él le sostuvo. De este modo podemos entender mejor el texto: “Ninguna adversidad acontecerá al justo”, es decir, las situaciones más críticas no conseguirán aniquilarlo porque no pueden aniquilar su fe. Con mayor firmeza se aferra al Altísimo y con renovada confianza mira arriba para “sostenerse como viendo al Invisible” (He. 11:27b). El Señor toma la mano del que está pasando por la adversidad para sostenerle. Acontecer, tiene el componente de algo que se produce y que puede continuar indefinidamente. La adversidad no acontecerá al justo como un accidente en su vida sin remedio alguno. Dios está presente y Dios actuará.
Las situaciones más adversas son conducidas por Su mano de gracia orientándolas para nuestro bien. Los problemas más grandes y las angustias más fuertes son permitidas por Él para que culminen en bendición. En medio de las grandes crisis, el amor de Dios está presente y nadie ni nada nos podrá apartar de él. Benévolamente nos conduce nuestro Señor por sendas de justicia por amor de su nombre. Cuando las fuerzas fallan nos toma en sus brazos para hacernos avanzar. Cuando las lágrimas inundan nuestros ojos y nos impiden ver, extiende su gracia y enjuga nuestro llanto. Cuando la inquietud llena el alma viene a nosotros con paz.”. Las circunstancias contrarias no pueden convertirse para nosotros en adversidad. Es decir, en una situación contraria que no podamos superar. Todo está bajo el control del Señor y Él nos lleva siempre en triunfo en Cristo. Dejemos de mirar a nuestro entorno para fijar los ojos en Jesús, mientras corremos con paciencia la carrera que tenemos por delante. A lo largo del camino Su misericordia, en la angustia Su presencia, y siempre Su paz. “Oh, Señor, que mi convicción ahora sea que ninguna adversidad podrá separarme de ti”.


Soy un altar- Reflexión con Vídeo

Qué hermoso que estás aquí
aquí tan cerca de mi

eres todo lo que quiero

me desespero por ti

Sorpréndeme una vez mas

no me conformo Señor

eres todo lo que anhelo
quiero vivir para ti

Déjame estar, aquí,

junto a ti mi Jesús

Hoy yo soy un altar

donde puede morar

hoy tu dulce presencia
ven, y toma todo de mi
que sea digno de ti
agradarte yo quiero.

Fuente de vida eterna- Instrumental

Fuente de la vida eterna
Y de toda bendición;

Ensalzar tu gracia tierna,
Debe cada corazón.
Tu piedad inagotable,
Abundante en perdonar,
Unico ser adorable,
Gloria a ti debemos dar.

De los cánticos celestes

Te quisiéramos cantar;
Entonados por las huestes,
Que lograste rescatar.
Almas que a buscar viniste,
Porque les tuviste amor,
De ellas te compadeciste,
Con tiernísimo favor.

Toma nuestros corazones,

Llénalos de tu verdad;
De tu Espíritu los dones,
Y de toda santidad.
Guíanos en obediencia,
Humildad, amor y fe;
Nos ampare tu clemencia;
Salvador, propicio sé.

Más allá de la muerte… tendré vida

Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. —Romanos 6.23 .
La mayoría de las personas piensan en la muerte como en el fin de la vida física de alguien, cuando él o ella dejan de respirar y cuando la función del cerebro se ha detenido completamente. Un concepto físico de la muerte como éste, hace que sea difícil entender muchos versículos de la Biblia porque no están hablando del cese de la vida, sino de su distorsión.
La muerte tiene un significado mucho más fundamental y espiritual. La muerte le quita a las personas las experiencias de la vida que de otra forma habrían disfrutado en el plan original de Dios, y les quita las relaciones personales que han tenido. La muerte le roba a las personas su vínculo con otros y con el futuro que les estaba destinado. Cuando la muerte entró al mundo a través del pecado, provocó que Adán y Eva perdieran el futuro que Dios les tenía destinado (sin trabajar en el jardín) y su cercanía con Dios.
La vida eterna no sólo es vida que continúa por siempre y para siempre. Más bien, es la vida sin la muerte, vida que nunca sufre la pérdida de la relación con Dios o del futuro que Él ordenó. Será vida en la que nada falte, en la que nada esté mal. En otras palabras, será la vida que Dios siempre planeó para nosotros: llena de gozo, satisfacción, realización y más que nada, la relación entre Él y nosotros completamente restaurada y afianzada. 
Por esta razón, la Biblia define la vida eterna en términos de la relación personal con el Señor…
Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado. —JUAN17:3
…¿y por qué la vida eterna está en Jesús? Porque sólo en Él tenemos el perdón de pecados y la liberación de todos los residuos de maldad (muerte): Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. —1 JUAN5:11-12
La versión de Hollywood de la maldad hará que corramos de miedo. Una verdadera comprensión de la maldad nos motivará a intervenir y a hacer algo para ponerle fin al sufrimiento que está creando. Una película de horror no hace otra cosa que hacernos saltar en la oscuridad; un documental de niños que se mueren de hambre en Uganda nos mueve a compasión y a la acción.
Hollywood señala un ajo y una cruz sostenida en la mano para defenderse y echar fuera la maldad; Dios señala vinagre y las manos de Su Hijo en la cruz para destruirla de una vez por todas: “¡Consumado es! (Juan 19:30). Las dos versiones de maldad casi nada tienen en común.
Hoy… La Vida planeada por Dios para mí se abre en invitación eterna y resplandeciente.
Señor, Gracias por darme la vida. Por darme la vida, ahora la sombra de la muerte pierde su tenebroso legado y se abre ante mí la esperanza de la eternidad. Amén.

Elisabeth Kübler-Ross. (Zúrich, 1926 – Scottsdale, Arizona, 2004).
Psiquiatra suizo-estadounidense, fue una de las mayores expertas mundiales en el tema de la muerte.
La Dra. Elisabeth Kubler-Ross (1926-2004) fue una de las primeras personas en estudiar honestamente la relación que tenemos con la muerte. Ella ha sido una de las más famosas expertas en materia de la muerte y trabajó con miles de pacientes terminales.
Estudió 20,000 casos de gente de todo el mundo, quienes habían sido declarados clínicamente muertos y quienes después habían regresado a la vida. Algunos habían regresado naturalmente y otros fueron reanimados.
A continuación tenemos un resumen con sus propias palabras, tomado de su libro On Life After Death, sobre los aspectos más importantes de lo que sucede en el momento de morir, a manera de incrementar nuestro conocimiento sobre esto, y así lograr obtener una mayor tranquilidad al pensar en el momento de nuestra muerte o la de nuestros seres queridos y alcanzar una diferente percepción de la vida misma.
Ya no se trata de “creer” sino de “saber”.
“La experiencia de morir es casi idéntica a la experiencia del nacimiento. Es el nacer a una forma diferente de existencia la cual puede ser probada de forma muy simple.
Por miles de años te hicieron creer en las cosas del más allá. Pero para mí, ya no se trata de creer sino de saber”.
Una mariposa que emerge…
Existen tres etapas en el momento de la muerte. El fallecimiento del cuerpo humano es idéntico a lo que sucede cuando una mariposa emerge de su capullo.
El capullo puede compararse al cuerpo humano, pero no es idéntico a tu ser real, sino que se trata solamente de la casa donde vive por un tiempo.
Morir es mudarse de una casa a otra mucho más bella.
Tan pronto como el capullo se encuentra en condiciones irreparables, la mariposa será liberada.
En esta segunda etapa, el ser humano se alimenta de energía psíquica. Tan pronto como tu alma deja tu cuerpo, te das cuenta inmediatamente de que puedes percibir todo lo que sucede en el lugar donde falleciste.
Sin embargo, no te encuentras registrando todos estos eventos mediante tu conciencia terrenal, sino con otra clase de conciencia nueva.
Puedes enterarte de lo que los demás dicen exactamente, de lo que piensan y de cómo actúan.
En esta segunda etapa el que ha fallecido también se dará cuenta de que se encuentra completo nuevamente.
Hicimos un experimento con gente ciega: Aquéllos que tuvieron una experiencia “fuera de su cuerpo” y regresaron, te podían contar con detalle qué colores y qué joyería llevabas si estabas presente en el momento.
Personas que eran ciegas, pueden ver de nuevo, y gente que no podía escuchar y hablar, puede hacerlo otra vez. Aquéllos de mis pacientes que sufrían de esclerosis múltiple, me decían llenos de alegría después de que regresaban de una experiencia cercana a la muerte: “Dra. Ross, podía bailar de nuevo”.
Nadie muere solo.
En esta segunda etapa notarás que nadie muere solo.
Cuando uno deja su cuerpo físico, uno no puede hablar más en términos de tiempo, espacio o distancia en el sentido común porque éstos son un fenómeno terrenal.
En este sentido, uno se da cuenta de que nadie muere sólo porque el difunto es capaz de visitar a quien desee.
Además, existe gente esperando por ti que fallecieron antes que tú, quienes te quieren y aprecian bastante.
Lo que la Iglesia les enseña a los niños pequeños sobre los ángeles de la guarda está basado en un hecho. Existen pruebas de que cada ser humano, desde su nacimiento hasta su muerte, es guiado por una entidad espiritual. Todos tenemos dicha guía espiritual, creamos en ella o no. Algunos niños pequeños los conocen como “amigos imaginarios”.
Una paciente mía, ya anciana llegó a decirme: “Él está de nuevo aquí. Cuando era niña, él estaba siempre conmigo, pero me había olvidado completamente de que existía”.
Ella fallece un día después, llena de dicha sabiendo que alguien que la quiere la está esperando…
En general, la gente que está esperando por nosotros en el otro lado son aquéllos quienes más nos quieren.
En los casos de niños muy pequeños, cuyos padres, abuelos y otros parientes cercanos todavía viven, son recibidos por sus ángeles de la guarda, o por Jesús o alguna otra figura religiosa.
Todos encuentran el cielo que han imaginado.
Antes de que salgas de tu cuerpo físico para realizar la metamorfosis hacia la forma que tendrás por toda la eternidad, pasas por una etapa que se encuentra totalmente impregnada con imágenes terrenales.
Puede ser que te encuentres flotando a través de un túnel, pasando por una gran puerta o cruzando un puente.
Todos encuentran el cielo que han imaginado.
El más grande, indescriptible e incondicional amor.
Después de que has atravesado este túnel, puente o puerta, te encuentras al final de él rodeado por luz.
Esta luz es más blanca que el blanco. Es muy brillante, y cada vez que te aproximas más a ella, te sientes más y más envuelto por el más grande, con su indescriptible e incondicional amor que hayas podido imaginar.
Si alguien está teniendo una experiencia cercana a la muerte, le es permitido ver esta luz sólo por un breve instante. Después de esto, debe regresar. Pero cuando mueres realmente, la conexión entre el capullo y la mariposa se rompe.
Después de esto, no es posible regresar a tu cuerpo terrenal. Pero tú no querrías regresar a él de cualquier manera porque después de ver la luz nadie quiere regresar. En esta luz, tú experimentarás por primera vez lo que el hombre pudo haber sido. Aquí encontrarás entendimiento sin juzgar, y amor incondicional.
En esta presencia, tú sabrás que toda tu vida en la tierra no fue más que una escuela a la que tuviste que asistir para poder pasar ciertas pruebas y aprender lecciones especiales.
Tan pronto como has finalizado esta escuela y aprendido tus lecciones, será permitido que regreses a casa,¡que te gradúes!
La mayor lección de todas.
Algunas personas preguntan: “¿Por qué los niños pequeños mueren?”
La respuesta es simple.
Ellos aprendieron en un período muy corto lo que uno tiene que aprender, lo cual pueden ser diferentes cosas.
Hay una cosa que todos tienen que aprender antes de regresar y es el amor incondicional.
Si tú has aprendido y practicado esto, has aprendido la mayor lección de todas.
En esta presencia de luz, tienes que volverte a ver lo que fue de tu vida desde el primer día hasta el último.
Con esta visualización de tu vida has alcanzado la tercera etapa.
Conocerás en detalle cada pensamiento que tuviste, recordarás cada palabra, cada acto.
Esta recapitulación es sólo una pequeña parte de tu conocimiento, porque en este momento también conocerás todas las consecuencias resultantes de cada uno de tus pensamientos, palabras y actos.
Dios es amor incondicional. Durante esta revisión de tu vida terrenal no culparás a Dios por tu destino, sino que te darás cuenta de que tú mismo fuiste tu peor enemigo, debido a que te acusarás a ti mismo de haberte negado tantas oportunidades para crecer.
Ahora sabrás que hace mucho tiempo, cuando tu casa se quemó, tu hijo murió, tu esposo se lastimó, todas esas tragedias fueron solamente oportunidades para crecer: para crecer en entendimiento, en amor, en todas esas cosas que tenemos que aprender.
Todos hemos sido creados para vivir una muy simple, bella y maravillosa vida. Mi más grande deseo es que comiences a ver la vida de manera diferente.
Si aceptas tu vida como algo para lo que fuiste creado, ya no volverás a cuestionar cuáles vidas son prolongadas y cuáles no.
Mi deseo es transmitir a cuanta gente sea posible un poco más de amor.
Piensa en todos los regalos costosos que regalas en Navidad. Realmente dudo que sea necesario… Amor incondicional sería más apropiado.
Existen 20 millones de niños muriendo de hambre en el mundo. Piensa en toda la gente pobre…
Reparte tus bendiciones…de esta manera, cuando las tormentas azoten tu vida, piensa en aquéllas personas a las que ayudaste como un regalo para ti mismo… por toda la fortaleza que te dieron y las enseñanzas que te transmitieron”.


Una cruz muy pesada-Reflexiones con Vídeo-El lanzador de discos


Tus dificultades y retos presentes son la manera de prepararte y fortalecerte para afrontar las futuras situaciones.
PerfeccionUn atleta escocés del siglo XIX hizo un disco de hierro basándose en una descripción que leyó en un libro. Lo que no sabía era que el disco usado en la competencia oficial estaba hecho de madera y sólo tenía un anillo exterior de hierro. El suyo era de metal sólido y pesaba tres o cuatro veces más que los que usaban los otros lanzadores.
Según el escritor John Eldregde, el hombre señaló en el campo de su casa lo que hasta ese momento era la marca de la distancia, y entrenó día y noche para alcanzar esa marca. Trabajó durante años hasta que pudo batir la marca. Entonces llevó su disco de hierro a Inglaterra para su primera competencia.
Cuando llegó a los juegos le entregaron el disco oficial. Fácilmente batió una nueva marca. Durante años fue campeón invicto. Este hombre entrenó, bajo una pesada carga y mejoró por ello.
Cuando nos dan una carga pesada para llevar necesitamos aprender a llevarla en la fortaleza de Jesús y por amor a Él. Cualquiera que sea la carga o el sufrimiento, Dios lo usará para perfeccionarnos, afirmarnos, fortalecernos y establecernos.
Nuestras cargas nos pueden hacer mejores de lo que nos imaginamos: más fuertes, más pacientes, más valientes, más amables y más amorosos de lo que hubiéramos sido de no ser por ellas.
1Pedro 5:10
Y después de que hayáis sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia…
Él mismo os perfeccionará, afirmará, fortalecerá y establecerá.