martes, 5 de junio de 2012

Doy gracias a mi Cristo-vídeo

Dando siempre gracias a Dios por todo al Dios y Padre, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo Efesios 5:20.
Hoy, cuando me levanté escuché en el patio de mi casa los pájaros cantar alegremente mientras el sol bañaba con su manto toda la creación. Aún en mi cama, escuché el trinar de las aves y salió de mi corazón como un murmullo lleno de admiración la expresión- GRACIAS SEÑOR POR TODO LO QUE HOY ME DAS. Y entonces recordé las palabras de aquella aquella poesía que dice:
“Gracias a mi Cristo que me ha dado tanto. Me dio dos luceros que cuando los abro, perfecto distingo lo negro del blanco. Y en el alto cielo su fondo estrellado y en las multitudes los seres que yo amo”.
“Gracias a mi Cristo que me ha dado tanto. Me ha dado el sonido y el abecedario. Con Él las palabras que pienso y declaro. Madre, amigo, hermano, y luz alumbrando, la ruta del alma del que estoy amando”.
“Gracias a mi Cristo que me ha dado tanto. Me ha dado la marcha de mis pies cansados. Con ellos anduve ciudades y charcos. Playas y desiertos, montañas y llanos. Y la casa tuya, tu calle y tu patio”.
“Gracias a mi Cristo que me ha dado tanto. Me dió el corazón que agita su marco, cuando miro el fruto del cerebro humano, cuando miro al bueno tan lejos del malo, cuando miro el fondo de tus ojos claros.”
“Gracias a mi Cristo que me ha dado tanto. Me ha dado la risa y me dado el llanto. Así yo distingo dicha de quebranto, los dos materiales que forman mi canto, y el canto de ustedes que es mi mismo canto. Y el canto de todos que es mi propio canto”. Gracias a mi Cristo. Gracias a mi Cristo.
Hoy, no quiero perder el agradecimiento, porque si pierdo el agradecimiento mi corazón se llenará de queja, quebranto, protesta y llanto. Quiero levantar mi frente y observar todas las pequeñas cosas que Dios me muestra y me regala. Sí, hoy encontraré sin duda muchas angustias y problemas pero antes de poner mis ojos en ellos, quiero poner mis ojos en los regalos que Dios me ha dado y poder expresar como el poeta. Gracias a mi Cristo.
Mucho camino por recorrer tendré hoy, pero a la orilla veré las pequeñas flores que parecen saludarme y decirme: Dios nos ha puesto aquí para alegrar nuestro camino. Ya habrá tiempo suficiente para ver las piedras y charcos del camino, pero antes de eso, quiero ver los pequenos detalles que me harán cantar la nota de agradecimiento al creador.
Gracias Señor. Tu amor es tan especial que cada día lo puedo sentir en las pequeñas y en las grandes demostraciones de tu bondad. Porque olvidarme hoy de tu bondad y tu amor. Déjame elevar ante ti esta nota de agradecimiento. Gracias Señor, recibo con gozo todas estas muestras de tu bondad y quiero no sólo disfrutarlas sino compartirlas con otros. No quiero hoy contaminar las vidas de otros con lamentos y quejas, quiero llevarles la nota de agradecimiento que tanto han anhelado escuchar .

Quiero recibir el regalo de salvación-vídeo

“Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”  Romanos 5:8.
Recientemente oí una historia interesante sobre 300 pescadores quienes repentinamente se encontraron sobre un témpano de hielo flotante.  Ellos no podían salir de ese témpano porque era como una isla flotante  Cuando los helicópteros llegaron para rescatarlos solo 100 abordaron  el helicóptero de la seguridad.  Los otros 200 rehusaron ser rescatados porque la pesca era óptima.
He pensado que esta historia es un microcosmos de la realidad de este mundo.  Por cada 100 personas que aceptan el perdón de Dios y el regalo gratis de salvación mediante la fe en Su hijo, Jesucristo, hay 200 personas que realmente saben que eso es lo mejor para ellos, pero rehusan ser rescatados por Dios, obstinadamente, eligiendo en el camino una pesca asombrosa de su personalidad u ofertas baratas de este mundo.
No hay ninguna equivocación en Él por qué Jesús se refirió a nosotros llamándonos ovejas, ya que las ovejas son animales apocados, con poco ingenio, fácilmente conducidos y desviados y completamente perdidos sin la presencia constante de nuestro dueño. Sin embargo la Biblia me presenta al único Dios quién mostró su amor para conmigo, amor incondicional a pesar de mis muchos pecados y deficiencias.
El omnipotente Dios me rescató enviando a su hijo, cuando ya yo estaba muerto en mis delitos y pecados para darme salvación.  No quiero rehusar ese regalo hoy, no quiero ser como aquellos 200 pescadores que rehusaron ser rescatados porque donde estaban había la posibilidad de una gran pesca.  ¿Pero de qué sirve una gran pesca si no puedo salir de donde estoy luego de la gran pesca?
Hoy quiero valorar más lo que Dios ha hecho por mí; enviando a su hijo que lo que el mundo me pueda  ofrecer si después ni siquiera podré salir de donde estoy.  Hoy es el día de salvación, hoy es el día aceptable y quiero volverme a Dios y aceptar el hermoso y gran regalo de redención que extiende para mí.
Señor, Gracias por darme la Salvación como un regalo de amor de tu mano.  Amén.

¿Dónde están las manos de Dios?-poema de adoración

Cuando observo el campo sin arar,
cuando los aperos de labranza están olvidados,
cuando la tierra esta quebrada y abandonada.
Cuando miro tantos niños abandonados,
tantos hermanos que lloran, tantas guerras.
Cuando miro las lágrimas, la baja estima,
la tristeza, los odios, el inconformismo ……. 
me pregunto:
¿Dónde están las manos de Dios?.
Cuando observo la injusticia, la corrupción,
el que explota al débil.
Cuando veo al prepotente y pedante,
enriquecerse del ignorante y del pobre,
del obrero y del campesino carente de recursos
para defender sus derechos, me pregunto:
¿Dónde están las manos de Dios?. 
Cuando contemplo a esa anciana olvidada, cuando su mirada es 
nostálgica y balbucea aún palabras de amor por el hijo que la 
abandonó, me pregunto:
¿Dónde están las manos de Dios?.
Cuando miro a ese joven, antes fuerte y decidido, ahora embrutecido
por la droga y el alcohol. 
Cuando veo titubeante lo que antes era
 una inteligencia brillante y ahora con harapos, sin rumbo, sin
 destino; me pregunto:
¿Dónde están las manos de Dios?.
Cuando esa chiquilla que debería soñar en fantasías, la veo 
arrastrar la existencia y en su rostro se refleja ya el hastío de 
vivir, y buscando sobrevivir se pinta la boca y se ciñe el vestido y 
sale a vender su cuerpo; me pregunto:
¿Dónde están las manos de Dios?.
Cuando aquél pequeño a las tres de la madrugada me ofrece su
periódico o su miserable cajita de dulces sin vender. Cuando le veo 
dormir en la puerta de un zaguán o debajo de algún puente tiritando
de frío con unos cuantos periódicos que cubren su frágil cuerpecito. 
Cuando su mirada me reclama una caricia, cuando lo veo sin esperanza 
vagar con la única compañía de un perro callejero, me pregunto:
¿Dónde están las manos de Dios?.
Y me enfrento a él y le pregunto: ¿Dónde están tus manos Señor?,
 para luchar por la justicia, para dar una caricia, un consuelo abandonado, rescatar a la juventud de las drogas, dar amor y ternura 
a los olvidados. .
Después de un largo silencio, escuché su voz que me reclamó: ¿No te 
has dado cuenta que TÚ eres mis manos?. ¡Atrévete a usarlas para lo 
que fueron hechas, para dar amor y alcanzar las estrellas!. .
Y entonces comprendí que las manos de Dios somos TÚ y YO. Nosotros 
somos los que tenemos la voluntad, el conocimiento y el coraje para 
luchar por un mundo más humano y más justo, aquellos cuyos ideales 
sean más altos que no puedan acudir a la llamada del destino,
 aquellos que desafiando el dolor, la crítica, la blasfemia, se refrenan a sí mismos para ser las manos de Dios. .
Señor, ahora me doy cuenta que mis manos están sin llenar, que no
han dado lo que deberían dar. Te pido perdón por el amor que me
diste y que no he sabido compartir. Sé que las debo usar para amar y conquistar la grandeza de la creación. El mundo necesita esas manos llenas de ideales y estrellas, cuya obra magna sea contribuir día a día a forjar una civilización. Unas manos que busquen valores
superiores, que compartan generosamente lo que Dios nos ha dado y puedan al final llegar vacías al cielo porque entregaron todo el
amor para el que fueron creadas…
Y entonces Dios seguramente dirá: ESTAS, ¡SON MIS MANOS!.
Bendice mis manos Señor!

A pesar de los ataques Él me prosperará-vídeo

A pesar de los ataques Él me prosperará


Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. — 3 Juan 2 .
Hay una gran cantidad de cosas que nos afectan más de lo que pensamos; y lo que pensamos, que hemos establecido claramente como la causa de algo, con frecuencia resulta no tener la culpa. Por ejemplo, el virus que sospechamos que ocasionó la irritación de nuestra garganta en realidad era una bacteria.
De manera similar, ¿quién sabe si un dolor de cabeza se deba a la falta de sueño o de cafeína, al estrés, a una reacción alérgica o a la gripe? Las migrañas son el enigma de todo el mundo. Los líderes empresariales o los del mundo del entretenimiento pueden atribuir su éxito a ciertos factores, en retrospectiva, pero hasta ellos saben que en realidad no saben cómo lo hicieron.
Simplemente hay demasiados elementos y variables flotando por todo el mundo. Por ejemplo, cada vez que te subes a la báscula y deseas pesar menos, estás en medio de una mezcla de varias fuerzas convergentes que tuvieron su parte para llevarte al punto en el que ahora estás: el tentador pastel de queso de anoche y la evidente falta de fuerza de voluntad, el horario tan apretado que ha hecho del ejercicio regular algo casi imposible, la simple herencia, el aumento de los años y un metabolismo que se va haciendo lento y, por supuesto, la gravedad.
En tales momentos es muy consolador recordar que en realidad tú no pesas nada. En realidad no tienes una pesadez o peso intrínseco aún cuando tienes masa. Es sólo que la gravedad te tiene agarrado y no te dejará ir.
En la luna la gravedad no es mucho problema. Tus casi ochenta kilogramos aquí en la tierra, allá serían sólo doce kilogramos y, entre aquí y allá, tu peso desparecería todo junto. La falta de peso no se debe a un cambio de tu composición fundamental; es ocasionada por la pérdida de la gravedad, no por la pérdida del apetito.
La gravedad es un ejemplo excelente de los muchos poderes invisibles que afectan nuestras vidas diarias. Aunque es la villana principal detrás de la desagradable caída cuando no viste el peldaño de las escaleras, es, en gran parte, una de las “creencias” que hay en el mundo, la cuál difícilmente pensarías en incluir en la explicación dada a un amigo sobre el moretón de tu brazo. Todo lo que piensas en decir es: “No estaba prestando atención en dónde pisaba.”
Hay mucho que está sucediendo en la vida. Y no todo sucede a nuestro modo. A causa de tu deseo sincero de caminar “como es digno del Señor” en todas las áreas de tu vida, quieres abarcar todo lo que Él quiere para ti. Querrás prosperar espiritualmente como respuesta amorosa y agradecida a Él.
Sin embargo, habrá tiempos en los que te quedarás perplejo y te preguntarás por qué no progresas como quisieras en tu diario caminar. Te encontrarás a ti mismo obstaculizado y empantanado como si estuvieras arrastrando una bola de hierro con una cadena. Te preguntarás por qué el obedecerlo, de repente, se siente como ir nadando contra la corriente de un río caudaloso. Incluso cuestionarás tu propia sinceridad y fe cuando parezca que eres incapaz de dejar de hacer eso que sabes que está mal.
La Biblia nos habla de que en el mundo hay una dinámica y varias fuerzas específicas que están totalmente contra nosotros y son diametralmente opuestas a los propósitos de Dios en nuestras vidas. No es que queramos darles atención excesiva o que enfoquemos nuestra atención, exclusivamente, en ellas y luego reaccionemos con miedo ante su existencia. Puesto que “no nos ha dado Dios espíritu de cobardía” (2 Timoteo 1:7), y debido a Su grandeza y poder, no tenemos necesidad de “amedrentarnos por nuestros adversarios” o de retroceder ante ningún tipo de antagonista espiritual. Sabemos  que aun cuando las fuerzas de la maldad algunas veces parecen más poderosas que el Señor, Él siempre es mayor en poder, majestad y dominio.
Hoy estoy seguro que a pesar de los ataques del enemigo, Dios me prosperará.
Señor, Gracias por sostenerme en medio de las luchas diarias y en Jesucristo soy más que vencedor. En el Nombre De Jesús. Amén.

El Señor Prosperará Mi Camino 

“Él les dijo: –No me detengáis, ya que el Señor ha prosperado mi camino; despachadme para que regrese donde está mi señor”. Genésis 24:56
Aprender a ajustar los detalles de nuestros caminos con los del Señor es, en muchos aspectos, como aprender un nuevo idioma.
Al principio puede sentirse como si no estuviéramos progresando mucho cuando nos concentramos solamente en el vocabulario y en las frases sencillas. Además, ya que el nuevo idioma es tan opuesto a nuestro idioma natural, tenemos que recordar pensar “al revés,” así como poner los adjetivos antes del sustantivo, como se hace en inglés, en lugar de hacerlo después del sustantivo, como en castellano.
Por supuesto, tales cosas tienen mucho más sentido una vez que aprendes el idioma. Así también es con los caminos del Señor; entre más aprendamos más sentido va a tener cada uno de ellos.
Desafortunadamente, algunas de las cosas más importantes que tenemos que entender para nuestro caminar con el Señor han llegado a estar ligadas a palabras que suenan religiosas y que oscurecen la verdad que Dios quiere que captemos.
Las palabras no sólo tienen definiciones, tienen sentimientos asociados a ellas, connotaciones que en realidad superan sus significados en el diccionario.
Para nosotros es bastante problemático aceptar las verdades espirituales, porque, incluso en nuestros mejores días, vemos el ámbito espiritual nebulosamente, y somos como niños pequeños tratando de entender conceptos demasiado avanzados para nuestro vocabulario limitado . Por esta razón, ayuda mucho tener La Biblia que es nuestro mapa para nuestro diario caminar con Dios. Pero aun teniéndolo en la mano no siempre veremos las cosas con la claridad que nos gustaría verlas.
Cuando esa dificultad es agravada por una religiosidad involuntaria, ya sea en nosotros mismos o en otros, que básicamente comunica el disgusto de Dios con nuestra raza y nuestra necesidad de compensarle por nuestras malas obras, puede ser muy difícil discernir lo que el Señor está tratando de decirnos acerca de Sus caminos para la vida.
Tristemente, a la larga, el mundo ha tenido la idea de que Dios habitualmente menosprecia a las personas y que desaprueba casi todo lo que a nosotros respecta.  Esto es porque la religión pierde el punto central de que Dios, por Su gracia y Su obra (solamente), ha hecho todo lo que se necesita para restaurar y asegurar completamente una relación entre Él y nosotros.
La religión intentará ponernos un yugo que nos ate a las riendas de “tienes que,” “debes,” “deberías” y “más te vale.” Como hemos visto, hay una interacción dinámica entre los papeles que juegan el perdón y la obediencia. Debido a que estamos perdonados (por todo y todo el tiempo), más queremos responder a lo que el Señor nos dice. Pero ser más (o menos) obedientes en nada cambia cuánto estamos perdonados. Por simple o reiterativo que parezca esto sostiene la clave para entender muchas de las herramientas que Dios nos ofrece para nuestro diario caminar en este mundo quebrantado.
Mientras que el Señor nos motivará a pensar de cierto modo, como darle preferencia a otros, o a responder de una forma particular, como poner la otra mejilla, con el fin de derramar más bendiciones, la religión nos dirá que hagamos lo que Él dice “¡o de lo contrario….!” En lugar de gratitud y emoción, nos dejan con sentimientos de culpa, vergüenza y poca valía, y éstas se vuelven como nuestra motivación para hacer lo que Dios quiere que hagamos. El balance entre la obediencia y el perdón se presenta en la Biblia repetidas veces.
Hoy, si deseo que Dios prospere mi camino necesito aprender a obedecerle fielmente.
Señor, hoy es una buena oportunidad para que yo pueda ejercer obediencia en mi diario caminar y así ver como tú prosperas mi camino. Amén.

Quiero tener la sensibilidad de Cristo

“Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros” Gálatas 4:19.
Hoy como discípulo necesito entender mi vida en un mundo que exige un costo o precio. Cuando Dios se encarnó, Él penetró el tiempo y el espacio en Cristo Jesús para redimir al hombre caído, pero Dios no podía hacer esto sin coste alguno.
Pablo nos dice que él ahora sufre dolores de parto hasta que Cristo sea formado en los creyentes, y sé que dolores de parto hablan, indudablemente, de un coste y de un precio. Hasta que Cristo sea formado. Yo hoy debo estar dispuesto a pagar el precio de tener la sensibilidad de Cristo.
Dietrich Bonhoeffer dice que la imagen de Cristo es formada en nosotros sólo cuando sufrimos por él. Esto es debatible, pero por lo menos, sí es verdad que para Dios venir a ser hombre en Cristo significó rechazo, soledad y finalmente la muerte. Cuando Cristo viene a morar a mi vida Él trae la intensidad de sus sentimientos con Él.
Esta es la razón por la cual un cristiano es más sensible que una persona no salvada en relación al mal y a lo errado. Mientras Cristo más me posee y me gobierna más sensible soy. El Señor Jesús es la persona más sensible que ha existido en el mundo. Yo no puedo caminar por la vida con Cristo sin llegar a sentir el profundo sentimiento al ver que otros se pierden y viven sin Dios.
Una cosa de la cual soy consciente es que así como Cristo es el ser más sensible que ha caminado por la tierra Satanás es el ser más insensible. Si él poseyera algún sentimiento noble y puro no sería Satanás. Él es el lo opuesto a Dios. Hoy sé que una característica importante de un verdadero discípulo es: "la expresión sensitiva hacia el mal y la expresión de compasión por las personas atadas a ese mal".
Quiero en este día sentir los dolores de parto que sintió Pablo hasta que Cristo fuera formado en aquellos que aún no le conocían, y el precio que debo pagar es el precio de sentir lo que Cristo sintió por los seres perdidos y los atados al pecado.
Señor, Gracias por devolverme los sentimientos que había perdido por el pecado y la maldad. En tu Cruz no sólo encontré perdón sino que también me devolviste la sensibilidad. Hoy quiero ser sensible a aquellos que aún no te conocen. Amén.

De Ti Dependo- Reflexiones con vídeo


Me he vuelto dependiente de tu corazón y de tu amistad
Me he vuelto dependiente de tu dirección en mi caminar
No hay nada que me llene como lo haces Tú, eres mi Diario Pan
Tú eres la razón de cada sueño en mí, eres mi Verdad
De Tí depende mi vida
Mis sueños y mi alegría
Como la lluvia necesita nubes
Como el río del mar