martes, 22 de mayo de 2012

El Señor es mi Pastor-personal-vídeo

Me gustaría deciros algo, un poquito sólo, acerca del Salmo 23. ¡Cuánto me gusta este salmo! ¡Cuánto me reconforta! Cada vez que lo leo aumenta mi nivel de seguridad en el Señor.

El salmo 34 “La protección divina” y el 23 “Jehová es mi pastor”, tienen una propiedad o un nexo común, que es LA PROTECCIÓN DE DIOS. Porque el Señor no abandona a sus hijos. No lo hace, por supuesto, a los que le quieren, a sus siervos, a los que le temen. Analicemos un poco lo que nos dice este último salmo:
 El Salmo 23 comienza así: “El Señor es mi pastor”.
Hay una notable confianza en esta frase. No hay un "sí condicional" ni un "pero", ni tampoco un "espero que…", sino que dice: "El Señor es mi pastor."
Nos está diciendo que conservemos nuestra confianza y dependencia en nuestro Padre Celestial.
La palabra más dulce de todas las de esta frase es el monosílabo "mi". No dice: "El Señor es el pastor del mundo, en general, y guía a la multitud de su rebaño". No; por el contrario dice: "Dios es mi pastor"; aunque no fuera el pastor de nadie más, es, con todo, mi pastor; me cuida, me vigila y me guarda. Es decir, estamos bajo el cuidado del Señor. Cristo, verdaderamente, nos mantiene alejados de nuestros enemigos, del pecado. Pero Él será realmente dulce si entras en su rebaño, incluso a pesar de tus pecados.
Vengamos, pues, a Jesucristo; dejemos que Él sea ahora el pastor de nuestra alma. Que este pensamiento de que Jesucristo es dulce en su trato con todos los miembros de su rebaño, especialmente con los que pecaron, persuada los corazones de algunos pecadores a que entren en su redil. En el nombre de Jesús, amén.
Salmo 23: 3. “Confortará mi alma. Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre”

Confortará mi alma. Cuando el alma está afligida, Él la restaura; cuando peca, la santifica; cuando es débil, la corrobora.
Él lo hace. Sus ministros no podrían hacerlo si no lo hiciera Él. Su Palabra no bastaría por sí sola.
Él conforta mi alma. ¿Hay algunos en los que la gracia haya sufrido un descenso? ¿Sentimos que nuestra espiritualidad se halla en declive?
Él, que puede transformar este bajo nivel en una inundación, puede también restaurar nuestra alma. Pídele, pues, su bendición: “¡Restáurame, Pastor de mi alma!”
Él restaura el alma a su pureza original, que había pasado a ser negra y hedionda por el pecado; porque ¿qué bien habría en pastos delicados con un alma apestosa?
Él la restaura a su estado natural que había sido deformado por la violencia de las pasiones; porque, ¡ay! ¿Qué bien habría en "aguas de reposo" para espíritus turbulentos?
Él la restaura realmente a la vida, que había pasado a ser muerte; y ¿quién puede “restaurar mi alma” a la vida sino aquel que es el Buen Pastor y que da su vida por sus ovejas?
Caminos de justicia. ¡Ay, Señor!, estos “caminos de justicia” han sido desde hace tiempo tan poco frecuentados que las huellas en ellos apenas son visibles; ahora resulta difícil hallar dónde se encuentran los caminos de justicia, y si se pueden hallar son tan estrechos y llenos de rodadas que es imposible evitar el caer o perderse.
M.G.L.

Ser Feliz…. Reflexiones

Puedes tener defectos, vivir ansioso y estar irritado algunas veces, pero no te olvides de que tu vida es la mayor empresa del mundo.  Solo tú puedes evitar que ella vaya en decadencia. Hay muchas personas que te precisan, admiran y te quieren.
Me gustaría que siempre recordaras que ser feliz no es tener un cielo sin tempestades, caminos sin
accidentes, trabajos sin cansancio, relaciones sin decepciones.
Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros.
Ser feliz no es solo valorizar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza.
No es apenas conmemorar el suceso, sino aprender lecciones en los fracasos.
No es apenas tener alegría con los aplausos, sino encontrar alegría en el anonimato.
Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos, incomprensiones y períodos de crisis.
Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista de quien sabe viajar para dentro de su propio ser.
Ser feliz es dejar de ser víctima de los problemas y volverse un actor de la propia historia.
Es atravesar desiertos fuera de sí, pero ser capaz de encontrar un oasis en lo recóndito de nuestra alma.
Es agradecer a Dios cada mañana por el milagro de la vida.
Ser feliz es no tener miedo de los propios sentimientos.
Es saber hablar de uno mismo.
Es tener coraje para oír un “NO”.
Es tener seguridad para recibir una crítica, aunque sea injusta.
Es besar a los hijos, mimar a los padres y tener momentos poéticos con los amigos, aunque ellos nos hieran.
Ser feliz es dejar vivir a la criatura libre, alegre y simple que vive dentro de cada uno de nosotros.
Es tener madurez para decir “me equivoqué”.
Es tener la osadía para decir “perdóname”.
Es tener sensibilidad para expresar “te necesito”.
Es tener capacidad de decir “te amo”.
Deseo que tu vida se vuelva un jardín de oportunidades para ser feliz…  Que en tus primaveras seas amante de la alegría.  Que en tus inviernos seas amigo de la sabiduría.  Y, cuando te equivoques en el camino, comiences todo de nuevo.  Pues así serás cada vez más apasionado por la vida.
Y descubrirás que… Ser feliz no es tener una vida perfecta sino usar las lágrimas para regar la tolerancia.  Usar las pérdidas para refinar la paciencia.  Usar las fallos para esculpir la serenidad.  Usar el dolor para lapidar el placer.  Usar los obstáculos para abrir las ventanas de la inteligencia.
Jamás desistas.  Jamás desistas de las personas que amas.  Jamás desistas de ser feliz, pues la vida es un espectáculo imperdible.  ¡Y eres un ser humano especial!
Autor Desconocido.
La reflexión sobre la felicidad que alguien se inspiró a escribir, no deja de llevarnos a meditar sobre la simplicidad de lo que esta puede realmente ser.  Solemos pensar que para ser felices necesitamos que todas las cosas nos salgan bien o que no tengamos problemas con nadie más.
Pero la verdad es otra muy distinta.  Podemos ser felices aún cuando las circunstancias no sean las mejores porque, a final de cuentas, la felicidad es un estado o condición del alma que se reconoce bendecida por Dios y demuestra su contentamiento.  ¿Y qué de ustedes?  ¿Se atreverán a seguir el consejo del pensamiento de hoy?

La felicidad para mucha gente es acumular riqueza, tener un buen empleo, que nuestros deseos se cumplan, ganarnos un nombre, fama, prestigio, etc.  Sin embargo, sólo aquellos que están contentos con su vida, que se sienten felices con la felicidad de otros, realmente han comprendido en qué consiste la verdadera felicidad. “Felicidad” es un estado mental. Me explico: Felicidad es un estado subjetivo, es decir, uno puede ser feliz cuando nuestros parientes o amigos alcanzan un buen nombre o fama y, también, la misma persona puede no sentirse feliz cuando alguien más la obtiene.
Por otra parte el gozo que uno obtiene de los placeres externos es temporal. La verdadera felicidad se disfruta por dentro. Sólo entonces, podremos disfrutar de la verdadera felicidad. Busquémosla, preferentemente, en los placeres internos. ¿En los externos? Hummmm, ¡mal! ¡Hagamos caso de la palabra de Dios; Él es quién más sabe, y tengamos estos últimos placeres como complemento de los internos! Hagamos hincapié, pues, en el versículo 33 del capítulo 6 de San Mateo que dice textualmente: Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Por lo tanto, y por último, quiero deciros que la gente grande es aquella que se siente feliz cuando los demás son felices, y que cree, fundamentalmente, en la dicha interna como la primera fuente de felicidad. En el nombre de Jesús, amén.
M.G.L.




¡Soy Feliz!- Reflexiones con Video


Te compartimos este video, para empezar de muy buen ánimo esta semana.
Es un canto de Ricardo Montaner, dónde expresa que debemos ser felices, dejando las quejas porque la vida es corta, asumiendo los retos, gritándole al mundo Yo Soy Feliz!
Contagia a tus amigos con este video, que sepan que Tú Eres Feliz!

Deja la queja ya, la vida es corta
con alegría asume el reto que más te importa.
Sabiendo ser feliz, déjalo ser feliz…
No habría tristeza ni pesimismo, podría sonreir.
Baila en la calle, di cosas bellas.
Grítale al mundo ¡ Yo soy feliz !
Soy feliz, soy feliz…
Vamos que la vida es una Fiesta
Soy feliz, soy feliz…
Vamos que la vida es una Fiesta
A dónde vas muchacho, con esa cara triste…
Deja el despecho por la muchacha que conociste.
Sonríe un poco más… Muestra esos dientes;
Ven a la esquina que la parranda ya está caliente.
Baila en la calle, di cosas bellas. Grítale al mundo ¡ Yo soy feliz !
Soy feliz, soy feliz…
Vamos que la vida es una Fiesta
Soy feliz, soy feliz…
Vamos que la vida es una Fiesta

¿Cómo puedo ser lleno del Espíritu Santo?

Un verso clave que trata sobre la llenura del Espíritu Santo en nuestra era es Juan 14:16, donde Jesús promete que el Espíritu morará dentro de los creyentes y que Su residencia es permanente. Es importante distinguir entre la morada y la llenura del Espíritu. La morada permanente del Espíritu no es sólo para algunos pocos creyentes, sino para todos ellos. Hay un buen número de referencias en las Escrituras que apoyan esta conclusión. Primero; El Espíritu Santo es un regalo para todos los creyentes en Jesucristo sin excepción, y no existen condiciones para tenerlo, excepto la fe en Jesucristo (Juan 7:37-39). Segundo; el Espíritu Santo es otorgado en la salvación. Efesios 1:13 indica que el Espíritu Santo es dado en el momento de la salvación. Gálatas 3:2 también enfatiza esta misma verdad, diciendo que el sello y la residencia del Espíritu en el creyente, tuvieron lugar al momento de creer. Tercero; el Espíritu Santo mora en los creyentes permanentemente. El Espíritu Santo es dado a los creyentes como un “primer depósito” del pago total, o una “garantía” de su futura glorificación en Cristo (2 Corintios 1:22; Efesios 4:30).  

Esto es en contraste con la orden de la llenura del Espíritu que encontramos en Efesios 5:18. Debemos estar tan totalmente entregados al Espíritu Santo, que Él pueda poseernos por completo, y en ese sentido, ser llenos de Él. Romanos 8:9 y Efesios 1:13-14 afirman que el Espíritu Santo mora dentro de cada creyente, pero también que Él puede ser contristado (Efesios 4:30) y Su actividad dentro de nosotros puede ser apagada (1 Tesalonicenses 5:19). Cuando permitimos que esto suceda, no experimentamos la llenura del Espíritu Santo fortaleciendo y trabajando en y a través de nosotros. El ser lleno con el Espíritu implica darle a Él la libertad para ocupar cada parte de nuestra vida, guiándonos y controlándonos. Entonces Su poder puede ser ejercido a través de nosotros, para que lo que hagamos sea un fruto para Dios. La llenura del Espíritu no se aplica solamente a hechos externos; también se aplica a los pensamientos más íntimos y los motivos de nuestros actos. El Salmo 19:14 dice, “Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de Ti, oh, Jehová, roca mía, y redentor mío.”

El pecado es lo que nos separa de la llenura del Espíritu Santo, y la obediencia a Dios es lo que mantiene Su llenura. Aunque nuestra meta debe ser el ser llenos como se nos ordena en Efesios 5:18, no es el orar por ello lo que nos llena del Espíritu Santo. Es sólo nuestra obediencia a los mandatos de Dios lo que permite la libertad del Espíritu para trabajar dentro de nosotros. Debido a nuestra naturaleza pecaminosa, es imposible para nosotros permanecer llenos del Espíritu todo el tiempo. Por esto, debemos tratar inmediatamente con el pecado que surja en nuestras vidas, y renovar nuestro compromiso de ser llenos y guiados por el Espíritu Santo.

La mejor Biblia- Reflexiones


Cuatro hombres estaban parados en el pasillo de una iglesia. Discutían sobre qué versión bíblica era la mejor.
Uno decía que era la versión Reina Valera citando su bello, elocuente y antiguo lenguaje.
El segundo sugería que la Nueva Versión Internacional, era literal, y le daba confianza, por lo que él sentía compromiso hacia el mensaje más fiel de los textos originales. El tercer hombre elogiaba a Dios, habla hoy por su estilo fácil de entender y su forma coloquial.
Luego de haber escuchado los argumentos apasionados de sus amigos, el cuarto hombre dijo con seguridad:
-En realidad, prefiero la traducción de mi jefe.
-¿Qué quieres decir? -le preguntó el primer hombre con incredulidad-. Tu jefe es solo un supervisor de almacenes. Ni siquiera deber haber terminado el instituto.
-Sostengo mi teoría -dijo el cuarto hombre-, mi jefe ha traducido las páginas de la Biblia en su vida. Él ha vivido el mensaje. Y ha sido la traducción más perfecta de la cual yo haya sido testigo.
Todo el conocimiento teológico no puede compararse con una vida vivida a través del amor y marcada con veracidad, gentileza y humildad. Esa, en efecto, es la manera de vivir que se enseña en cada traducción de las Escrituras.
Un buen ejemplo es el mejor sermón.
Filipenses 4:9
Lo que aprendisteis, recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros.

El Señor me afirmará y me guardará del mal- En Lugares de Delicados Pastos


Pero fiel es el Señor, que os afirmará y guardará del mal. 2 Tesalonicenses 3:3
A menudo los hombres carecen de razón y de fe. Todavía tenemos entre nosotros «hombres importunos y malos».
Todo intento de discutir con ellos o procurar la paz es vano; su corazón es falso y engañosas sus palabras. ¿Qué haremos, pues? ¿Incomodarnos con ellos? No; antes bien, volvámonos hacia el Señor porque sólo Él es fiel.
Jamás quebrantará la promesa de su palabra, ni pedirá de nosotros nada que no sea razonable, ni se mostrará desleal ante nuestras peticiones. Nuestro Dios es fiel, y esto deberá ser nuestra alegría.
Él nos confirmará de tal modo que los hombres perversos nunca podrán causar nuestra ruina, y de tal suerte nos guardará que ningún mal podrá causarnos daño. ¡Qué bendición para nosotros el no tener que contender con los hombres, sino el poder escondernos cerca de nuestro Dios cuya simpatía nunca nos faltará!. 
En Él encontraremos un corazón verdadero, un alma fiel, un amor invariable en el que podremos descansar. El Señor cumplirá los propósitos de su gracia para con nosotros, siervos suyos: no permitamos que caiga sobre nuestros espíritus la más ligera sombra de temor.
Todos los hombres y demonios juntos jamás podrán arrebatarnos esta protección divina. Pidamos al Señor en este día que nos confirme y guarde.
Hoy caminaré muy confiado porque sé que Dios es el que se encarga de afirmarme y de guardarme.
Señor, Gracias por tu bondad tan grande. Gracias por protegerme y afirmarme en el camino a veces lleno de turbación. A ti me rindo en adoración. Amén.