martes, 24 de abril de 2012

Sobre tu regazo- Reflexiones con Video


Sobre tu regazo ponme ahora
y en mi corazón marca la hora
para volver a comenzar
Solo una mirada es suficiente
solo un beso tuyo aquí en mi frente
para volver a caminar
Que sea un momento sin igual
sin precedente singular
para empezar
Dame un nuevo
día para comenzar
y una melodía para caminar
Dame las palabras
que me llevarán
a caminar
haciendo tu bondad
Dame la sonrisa que hay en tu interior
y la sincronía con tu corazón
dame sintonia dame dirección
para escuchar cada mañana tu voz


Tu palabra es medicina-Reflexiones con Video


Señor tus palabras son vida para mi, son medicina en mi cuerpo
Tu palabra señor me sana y restaura.
Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve
y no vuelve haya si no que riega la tierra y la hace germinar y producir
y da semilla al que siembra y pan al que come
así será mi palabra que sale de mi boca
no volverá a mi vacía si no que hará lo que yo quiero
y será prosperada en aquello para que la envié
hijo mío está atento a mis palabras
inclina tu oído a mis razones
no se aparten de tus ojos
guárdalas en medio de tu corazón.
Esta atento a mis palabras hijo mío
inclina tu oído a mis consejos
no se aparten de tus ojos
guárdalos en tu interior
porque medicina y vida son a ti
Clama al Señor en tu angustia
y te librará de la aflicción
su palabra el envió y por ella te sano
de la ruina te libró el Señor
Vivifícame conforme a tu palabra
susténtame Señor
mi vida yo tendré
has llover Señor dulce fruto en mi
para tu voluntad perfecta ser
Sáname oh Dios restaura hoy mi vida
todo mi interior renueva con tu amor
lléname Señor con tus palabras hoy
que medicina son a mí, que medicina son a miiii
Clama al Señor en tu angustia
y te librará de la aflicción
su palabra el envió y por ella te sano
de la ruina te libro el señor
vivifícame con forme a tu palabra
susténtame Señor mi vida yo tendré
has llover Señor dulce fruto en mi
para tu voluntad perfecta ser
sáname oh Dios restaura hoy mi vida
todo mi interior renueva con tu amor
lléname Señor con tus palabras hoy
que medicina son a mí, porque medicina son a mi
tus palabras Señor son vida para mi
tus palabras son medicina en mi cuerpo
habla tu palabra Señor y sáname
envía tu palabra hoy Señor y restáurame
tus palabras son medicina, tus palabras son medicina habla oh Señor habla oh Señor
renuévame con el poder de tus palabras
tu palabra es medicina


La silla- Reflexiones + vídeo


La hija de un hombre le pidió al ministro que fuera a su casa a hacer una oración para su padre que estaba muy enfermo. Cuando el ministro llegó a la habitación del enfermo, encontró a este hombre en su cama con la cabeza alzada por un par de almohadas.
Cuando he estado en la iglesia he escuchado siempre al respecto de la oración, que se debe orar y los beneficios que trae, etc., pero siempre esto de las oraciones me entró por un oído y salió por el otro pues no tengo idea de como hacerlo. Entonces hace mucho tiempo abandoné por completo la oración.
Esto ha sido así en mí hasta hace unos cuatro años, cuando conversando con mi mejor amigo me dijo: “José, esto de la oración es simplemente tener una conversación con Jesús. Así es como te sugiero que lo hagas… te sientas en una silla y colocas otra silla vacía enfrente de ti, luego con fe miras a Jesús sentado delante tuyo. No es algo alocado el hacerlo pues Él nos dijo:
-”Yo estaré siempre con ustedes”. Por lo tanto, le hablas y lo escuchas, de la misma manera como lo estas haciendo conmigo ahora mismo”
“Es así que lo hice una vez y me gustó tanto que lo he seguido haciendo unas dos horas diarias desde entonces”. “Siempre tengo mucho cuidado que no me vaya a ver mi hija pues me internaria de inmediato en la casa de los locos”.
El sacerdote sintió una gran emoción al escuchar esto y le dijo a José que era muy bueno lo que había estado haciendo y que no cesara de hacerlo, luego hizo una oración con él, le extendió una bendición y se fue a su Iglesia.
Dos días después, la hija de José llamó al sacerdote para decirle que su padre había fallecido. El sacerdote le preguntó: ¿Falleció en paz?.
“Sí, cuando salí de la casa a eso de las dos de la tarde me llamó y fui a verlo a su cama, me dijo lo mucho que me quería y me dio un beso. Cuando regresé de hacer compras una hora más tarde ya lo encontré muerto. Pero hay algo extraño al respecto de su muerte, pues aparentemente justo antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de su cama y recostó su cabeza en ella, pues así lo encontré. ¿Qué cree usted que pueda significar esto?”
El sacerdote se secó las lágrimas de emoción y le respondió:
“Ójala que todos nos pudiesemos ir de esa manera”.
Zacarías 2:10 “porque he aquí vengo, y moraré en medio de ti.”
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor moraré por largos días. Sal 23:6

El padre solitario- Reflexiones


La rebeldía atacó el mundo de Joe como una ventisca a Minnesota.
Cuando ya tenía edad suficiente como para conducir un automóvil, Madeline decidió que era suficiente mayor como para dirigir su propia vida. Y esa vida no incluía a su padre.
«Debí habérmelo imaginado», diría Joe más tarde, «pero por mi vida que no lo hice». No había sabido qué hacer. No sabía cómo vérselas con narices con aretes ni con blusas apretadas. No entendía de trasnochadas ni de malas notas. Y, lo que es peor, no sabía cuándo hablar y cuándo guardar silencio.
Ella, por otro lado, lo sabía todo. Cuándo hablar a su padre: Nunca. Cuándo quedarse callada: Siempre. Sin embargo, las cosas eran al revés con su amigo de la calle, aquel muchacho flacucho y tatuado. No era un muchacho bueno, y Joe lo sabía.
No iba a permitir que su hija pasara la Nochebuena con ese muchacho.
«Pasarás la noche con nosotros, señorita. Comerá el pastel de la abuelita en la cena en su casa. Celebraremos juntos la Nochebuena».
Aunque estaban sentados a la misma mesa, perecían que estaban en puntos distintos de la ciudad. Madeline jugaba con la comida sin decir palabra. La abuela trataba de hablar a Joe, pero este no estaba de humor para charlar. Una parte de él estaba furiosa; la otra parte estaba desconsolada. Y el resto de él habría dado cualquier cosa para saber cómo hablar a esta niña que una vez se había sentado en sus rodillas.
Llegaron los familiares trayendo con ellos un bienvenido final al desagradable silencio. Con la sala llena de ruidos y gente, Joe se mantuvo en un extremo y Madeline en el otro.
«Pon música, Joe», le recordó uno de sus hermanos. Así lo hizo. Pensando que sería una buena idea, se dirigió hacia donde estaba su hija: «¿Bailarías con tu papi esta noche?»
Por la forma en que ella resopló y se volvió, podría haberse pensado que le había dicho algo insultante. Ante la vista de toda la familia, se dirigió hacia a la puerta de la calle, la abrió, y se fue, dejando a su padre solo.
Muy solo.
Según la Biblia, nosotros hemos hecho lo mismo. Hemos despreciado el amor de nuestro Padre. «Cada cual se apartó por su camino» (Isaías 53.6).
Pablo va un poco más allá con nuestra rebelión. Hemos hecho más que simplemente irnos, dice. Nos hemos vuelto contra nuestro Padre. Estábamos viviendo contra Dios (Romanos 5.6).
En el versículo 10 es aun más terminante: «Éramos enemigos de Dios». Duras palabras, ¿no crees? Un enemigo es un adversario. Uno que ofende, no por ignorancia, sino con intención. ¿Nos describe esto a nosotros? ¿Hemos sido alguna vez enemigos de Dios? ¿Nos hemos vuelto alguna vez contra nuestro Padre?
Lucado, M. (2000). Lo hizo por ti (11). Nashville: Caribe-Betania Editores.
No le des más la espalda a Dios. Este es el día de mirarlo cara a cara. Tu vida será otra.