viernes, 13 de abril de 2012

El perdón y los límites en el Matrimonio- En nuestro matrimonio hay mucha falta De perdón


  • 1967
     
    Share
Dios nos manda a perdonar y bendecir, pero si la agresión continua que hacemos?
Muchas personas que han pasado por crisis en sus matrimonios deciden en obediencia a Dios perdonar y bendecir a su cónyuge agresor, pero frecuentemente el agresor vuelve a agredir a su cónyuge y reaviva el dolor y la frustración. Que hacer?
Un agresor(a) es una persona que abusa emocionalmente de su cónyuge, que la lastima, que la ofende constantemente, que la intenta controlar, que la oprime con su actitud, que la margina de tomar decisiones en el hogar, etc.
I Pedro 3:8-9: En fin, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables. No devolváis mal por mal, ni maldición por maldición, sino por el contrario, bendiciendo, sabiendo que fuisteis llamados a heredar bendición,
Dios nos manda a perdonar hasta 70 veces siete, o sea siempre y además a bendecir a nuestro ofensor. No obstante la decisión de perdonar y bendecir, no obliga al cónyuge herido a permanecer expuesto a seguir recibiendo el abuso.
Si el agresor no se arrepiente de verdad y se aferra a fortalecer su vida espiritual, va a seguir cayendo en la misma debilidad. Entonces se le debe poner un límite a esta persona, manteniéndole a distancia y motivándole a que busque la ayuda necesaria para que pueda cambiar su actitud agresiva y abusadora.
La mayoría de personas que tienen esa tendencia abusadora, han vivido experiencias que programaron su mente para reaccionar así y lo que necesitan es ayuda profesional y espiritual para poder sanar su mente y poder cambiar su programación negativa a una actitud de amor de bondad y fidelidad.
Generalmente ambos cónyuges quedan muy lastimados después de una crisis, y van a necesitar pasar por un proceso de limpieza emocional, sanidad interior e inteligencia emocional bíblica para poder restaurarse sólidamente y poder volver a la relación con la seguridad de que podrán tener un matrimonio saludable. La duración de este proceso va a depender de la madurez espiritual de cada cónyuge y de la calidad de la ayuda que puedan conseguir para resolver su situación. La gran mayoría de casos que buscan la ayuda oportuna y con consejeros calificados consiguen restaurar y fortalecer la relación para siempre.
Bíblicamente el divorcio no procede, pero en algunos de estos casos es necesaria una separación temporal para tratar a ambos por separado en su proceso de restauración hasta que a criterio de su Pastor y terapeuta ya estén listos para regresar y mantener la nueva actitud de inteligencia emocional bíblica.
Si usted ha experimentado o está experimentando crisis en su matrimonio y algún tipo de abuso emocional o físico, busque ayuda calificada, póngase en contacto con su Pastor o Líder espiritual para que evalúen su caso y le guíen. Dispóngase a trabajar de inmediato en su caso antes de que llegue a un punto de no retorno!
Para Cristo no hay nada imposible, pero nosotros tenemos que hacer nuestra parte y permanecer conectados espiritualmente al Señor con la guía correcta.
Tú matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado. CUÍDALO!

En Nuestro Matrimonio Hay Mucha Falta De Perdón
Experimentar el perdón es una necesidad fundamental de todo ser humano!
Por cuanto todos los seres humanos somos imperfectos, necesitamos experimentar el perdón para evitar que se endurezcan los corazones.
Dios nuestro Padre Celestial fue el primero en satisfacer esta necesidad humana enviando a su hijo amado Jesucristo para expiación de nuestros pecados.
 
Cuando una persona no experimenta el perdón desde niño, se crea un vacío en su corazón que provoca una actitud de venganza y generalmente de violencia.
Muchas personas no recibieron el perdón que necesitaban y hoy se han convertido en delincuentes con corazones endurecidos que hacen mucho daño en la sociedad. Simplemente porque no fue satisfecha su necesidad de ser perdonados!
En el matrimonio muchas personas arrastran falta de perdón de sus padres que los castigaron exageradamente, por el modelaje que vieron que tampoco se perdonaban entre ellos, por familiares que les causaron un daño y nunca pidieron perdón ni se les perdonó.
Todo el dolor que no pudimos resolver en su momento, a alguien se lo cobraremos! Entonces hay cónyuges que arrastran falta de perdón desde pequeños y se lo cobran “inconscientemente” a sus cónyuges.
En la vida matrimonial se presenta la posibilidad de herirse muchas veces por causa de las diferentes formas de ver las cosas en tantas decisiones que se deben tomar en el diario vivir. Esto genera una alta probabilidad de enojo y reacciones que pueden ocasionar heridas en la relación.
Por esta razón, y entendiendo que el perdón es una necesidad fundamental, los cónyuges deben entender y decidir vivir con un espíritu de perdón permanente.
Mateo 6:14-15: Por tanto, si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis sus ofensas a los hombres, tampoco vuestro Padre os perdonará vuestras ofensas.
 
El perdón es un mandato obligatorio de nuestro Padre Celestial a sus hijos, no hay opción. O perdonamos o perdonamos!
Si no perdonamos, la consecuencia es muy grave: Dios tampoco nos perdonará y entonces quedaremos desprotegidos a expensas de los ataques del enemigo y del mundo.
 
Si tienes heridas provocadas en tu infancia o en tu etapa de adolescente, debes hablar con las personas que te ofendieron y perdonar lo que sea, para quedar libres de esa presión emocional.
Si la persona que te ofendió ya no existe, igualmente preséntate ante Dios para perdonar a esas personas y quedar libre de todas esas cargas emocionales. Comparte todas esas experiencias dolorosas con tu cónyuge.
 
Mateo 18:21-22 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?
Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.
 
En este versículo bíblico queda totalmente establecido que el perdón debe ser una actitud permanente. Debemos tener un corazón entrenado para perdonar cuantas veces sea necesario. No quiere decir que vamos a permitir que abusen de nosotros, sino que vamos a perdonar, pero a la vez vamos a buscar alternativas de cambio para mejorar aquello en lo que se esté fallando.
Cuando alguno de los cónyuges cometa un error, la actitud correcta debe ser primero la de perdonar para reducir la tensión y luego conversar para buscar alternativas de como evitar que se repitan los mismos errores. Aun si se repiten los errores, se debe seguir el mismo proceso hasta que encuentren las alternativas que solucionen la situación. Pero el perdón no se puede negar jamás!
 
Necesitamos tener este espíritu de perdón permanente en nosotros para pedir perdón y para perdonar cuantas veces sea necesario, porque muchas veces nosotros seremos los ofensores y vamos a necesitar que nos satisfagan la necesidad del perdón. Y esto es una verdadera expresión de amor!
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro mas valioso que Dios te ha dado. Cuídalo!
Luis y Hannia Fernandez
matrimonios@libresparaamar.org

Todo Mi Corazón- Reflexiones con Video

Como no hay canción y todo se acabó
Vengo ante Ti
Solo a ofrecer, algo de valor
Que te agrade Dios
Y es algo más que canción
O una simple inspiración
Estás buscando algo más
Tú eres merecedor
De mi sincera adoración
Y buscas mi corazón

Quiero volver a adorar como antes
Con el corazón, con el corazón Cristo
Perdóname, Tu eres el motivo
De mi adoración, de mi adoración Cristo
Mi Rey y Señor
Puedo expresar
Que mereces Tú
Todo lo que soy a esta humilde inspiración
Pertenece a Ti
Es algo más que canción o una simple inspiración
Estás buscando algo más
Tú eres merecedor
De mi sincera adoración
Y buscas mi corazón

Eres Santo- Reflexiones con Video

Al estar en tu Majestad,
tu presencia me iluminará,
Rey de Gloria,
Mi Dios, Mi Señor,
sea A Ti, toda adoración
Eres Santo, eres Santo, eres Santo,
Eres Santo, eres Santo, eres Santo (Santo)
Y al estar en tu Majestad,
tu presencia me iluminará,
Rey de Gloria,
Mi Dios, Mi Señor,
sea A Ti, toda adoración
Eres Santo, eres Santo, eres Santo (Santo)
Eres Santo, eres Santo, eres Santo (Santo)
Y al estar en tu Majestad,
tu presencia me iluminará,
Rey de Gloria,
Mi Dios, Mi Señor,
sea A Ti, toda adoración
A Ti toda adoración
Sea a Ti toda adoración

Libre soy-Reflexiones con Video

Tengo un corazón nuevo por Jesús
tengo alegría que no cambiaría
Me quitó el dolor, soy libre por su amor
tengo la gracia que no merecía.
Tengo un corazón nuevo por Jesús
tengo alegría que no cambiaría
Me quitó el dolor, soy libre por su amor
tengo la gracia que no merecía.
Me sacó de mi prisión.
mis cadenas Él rompió.
Y las cosas que han quedado atrás
Me ha hecho libre por su amor y compasión.
el juicio ya fue pagado por su amor
las cadenas que me ataban él rompió
Libre soy… Libre soy.
He sido justificado, su sangre me ha lavado
He sido justificado, el precio ya fue pagado.

Pensamientos Cristianos+vídeo » Ser Fructífero

“El ser fructífero es el efecto de la bendición de Dios y debe siempre estar adscrita a esto.  Así como la multiplicación de los peces, la multiplicación en nuestra vida es todavía el fruto de su bendición.  Cuando veamos que nuestra vida da fruto, démosle a Él la Gloria por el beneficio de su bendición”.   

















Un regalo especial- Reflexiones

Desde la muerte de su padre tres años antes, la familia de Roberto había luchado por subsistir. A pesar de los esfuerzos de su mamá, nunca había suficiente para todos. La pobre mujer trabajaba el turno de la noche en el hospital, pero lo poco que ganaba no le alcanzaba para más que lo estrictamente necesario.
Lo que le faltaba en lo material a la familia de Roberto, lo compensaba en amor y unidad familiar. Tanto sus dos hermanas mayores como su hermana menor ya le habían hecho a su mamá un lindo regalo de Navidad.
«No era justo», pensaba Roberto, que tenía apenas seis años de edad. Ya era Nochebuena, y él no tenía absolutamente nada que darle a su mamá.
Procurando contener las lágrimas, se encaminó hacia la calle donde él había visto tiendas. Pasó por una tienda tras otra y contempló las vidrieras decoradas. Cada una mostraba regalos que él jamás podría comprar.
Al caer la noche, Roberto se dio vuelta, cabizbajo, para volver a casa, y notó de pronto el reflejo del sol poniente en una moneda que brillaba en la acera.
¡Nadie jamás se sintió tan rico como Roberto al recoger esa moneda!
Con su nuevo tesoro en la mano, entró alegre en la primera tienda que vio. Pero su ánimo decayó tan pronto como el vendedor le explicó que allí no podía comprar nada con una sola moneda.
Así que fue a una florería que vio en frente, e hizo cola detrás de unos clientes. Cuando le llegó el turno a Roberto, el dueño del establecimiento le preguntó.
—¿En qué puedo servirle, jovencito?
Roberto le mostró la moneda y le preguntó si eso le alcanzaba para comprar una flor para su mamá como regalo de Navidad. El comerciante lo miró con ternura, se agachó para estar a su nivel y le dijo:
—Espera aquí un momento, que voy a ir a ver si hay algo que pueda servirte.
Ante el asombro de Roberto, el dueño regresó al rato con una docena de rosas rojas con hojas verdes y florecitas blancas atadas con un lindo lazo plateado.
—Ahora sí me puedes dar la moneda que tienes en la mano, jovencito —le dijo el hombre—. Imagínate que tenía estas rosas a un precio rebajado, ¡la docena por una sola moneda! ¡Menos mal que llegaste a tiempo para comprarlas; si no, nadie hubiera aprovechado esta magnífica oferta!
Roberto le dio las gracias y le pagó, dando saltos de alegría por dentro. El hombre le abrió la puerta y, mientras el emocionado niño salía con su docena de rosas, le dijo: «¡Feliz Navidad, hijo!»
Más tarde el conmovido dueño le contó a su esposa lo sucedido:
—Esta mañana, antes de abrir el local, percibí como que una voz me decía que apartara una docena de mis mejores rosas para un regalo especial. No sabía por qué, pero lo hice. Luego, antes de cerrar, un niño entró con la intención de comprarle a su mamá una flor con una sola monedita. Ese niño era como yo hace muchos años. Yo tampoco tenía nada con qué comprarle un regalo de Navidad a mi madre. Pero un desconocido me vio en la calle y me dijo que sentía que debía darme dinero. ¡Era más que suficiente para comprarle un regalo a mamá!
»Cuando vi a ese niño esta noche, supe de Quién era esa voz, así que fui y le arreglé aquellas rosas.
Lo cierto es que el dueño de aquella florería las estaba arreglando para Jesucristo mismo, el que cumplía años. Pues fue Cristo quien dijo:
«Les aseguro que todo lo que hicieron por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, lo hicieron por mí.» Mateo 25:1.