viernes, 23 de marzo de 2012

Él Sabe como te sientes


Reflexiones - CachorritoUn niño entró en una tienda de mascotas, buscando un perrito. El dueño de la tienda le mostró una camada de perritos en una caja. El niño miró los perritos. Levantó a cada uno de los perritos, los examinó, y los puso de nuevo en la caja.
Después de unos minutos, caminó hacia donde estaba el dueño y le dijo: “Ya escogí uno” ¿Cuánto vale?
El hombre le dijo el precio, y el niño prometió volver en unos días con el dinero. “No te tardes mucho”, le advitió el dueño, “los perritos como esos se venden rápido”.
El niño se volvió y con una sonrisa inteligente le dijo: “No estoy preocupado, el mío estará aquí”.
El niño se fue a trabajar, desyerbando, limpiando ventanas y jardines. Trabajó duro y ahorró su dinero. Cuando tenía suficiente para el perrito, volvió a la tienda.
Caminó hacia el mostrador y puso un fajo de billetes. El dueño de la tienda clasificó los billetes y los contó. Después de verificar la cantidad, le sonrió al niño y le dijo: “Todo bien hijo, puedes ir a buscar tu perrito.”
El niño extendió la mano hacia la parte trasera de la caja y sacó un perrito flaco, cojo y se dispuso para irse.
El dueño le detuvo.
“No te lleves ese perrito” le refutó, “Es cojo. No puede jugar. Nunca correrá contigo. No puede ir a buscar nada. Llévate uno de los sanos”.
“No, gracias, señor”, contestó el niño. “Este es exactamente la clase de perro que he estado buscando”.
Cuando el niño se volvió para salir, el dueño iba a decir algo, pero calló. De pronto entendió. Debajo de los pantalones del niño se veía un aparato para su pierna lisiada.
¿Por qué el niño quería al perro? Porque él sabía cómo se sentía. Y sabía que era muy especial.
Jesús sabe cómo te sientes. ¿Estás bajo presión en el trabajo? Jesús sabe cómo te sientes. ¿Tienes más de lo que humanamente puedes hacer? Él también. ¿Toma la gente más de ti de lo que puedas dar?. Jesús entiende. ¿No te escuchan tus hijos?. ¿Tus estudiantes no se esfuerzan?. Jesús sabe cómo te sientes.
Eres muy valioso para Él. Tan valioso que se hizo hombre como tú para que vinieras a Él.
Cuando luchas, Él escucha. Cuando añoras, Él responde. Cuando dudas, Él escucha. Él ya pasó por eso.
Hay alguien que te aprecia por lo que eres, te acepta y te ama incondicionalmente, porque ha estado en tus zapatos.. Su nombre es Jesucristo
.
Porque no tenemos un sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza. Hebreos 4:15.

Él no te dejará…


Él No te dejará
Solamente dile Hoy
Ven y vive En mí.
De tu mano Tómame
Su Promesa Cumplirá
Él no te abandonará
a tu lado siempre irá
ohhh es verdad
Él No te Dejará
Aunque todo el mundo cambie
a tu lado esta
solo háblale
escucha hoy su voz
Él llamándote esta
corre a sus brazos
Él no te dejará
siempre a tu lado va
te quiere enseñar
que cristo pago el precio ya
Él quiere que tu estés
con Él por la eternidad
acércate a Él
es lo que tú debes hacer
y aun a la hora de partir
a tu lado quedará
Él no te dejará
su amor no cambiará
déjate abrazar
Él no te soltará
todo entregó
solo por amor a ti
no no dudes mas
ooh es verdad.
Blest – Él no te dejará

El Sabio y el Rey


Un rey soñó que había perdido todos los dientes. Después de despertar, mandó llamar a un sabio para que interpretase su sueño.
“¡Qué desgracia, mi señor!” exclamó el sabio, “Cada diente caído representa la pérdida de un pariente de vuestra majestad”.
“¡Qué insolencia!” gritó el rey enfurecido, “¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa? ¡Fuera de aquí!” Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.
Más tarde ordenó que le trajesen a otro sabio y le contó lo que había soñado. Éste, después de escuchar al rey con atención, le dijo: “¡Excelso señor! Gran felicidad os ha sido reservada. El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes”.
Se iluminó el semblante del rey con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro.
Cuando éste salía del palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado: “¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer sabio.
No entiendo por qué al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro”.
“Recuerda bien, amigo mío”, respondió el segundo sabio, “que todo depende de la forma en el decir… uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse”.
De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra. Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe duda, mas la forma en que debe ser comunicada es lo que provoca en algunos casos, grandes problemas.
La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien, puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura, ciertamente será aceptada con agrado.

Hoy decido perdonar


El perdón es un acto del corazón. Hazlo por tu propio bien. Es el único antídoto para el veneno que has dejado que circule dentro de ti.
La libertad que tenemos a partir de un sencillo acto de perdón nos ahorra el esfuerzo del enojo y el alto precio que se cobra el odio.
El perdón puede darte PAZ MENTAL.
Piensa en aquellas cosas que te hayan hecho y que te hagan sentir hostilidad. Cada herida es como la mordedura de una serpiente.
Rara vez mueres por la herida, pero la herida está ahí y el daño lo causa el veneno que continúa fluyendo por la herida. El veneno es la amargura y el odio al que te aferras y terminará destruyendo tu paz mental.
Mateo 6:14-15
Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas
Mateo 6:12
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.

Rescatado


Cierta casa de una viuda muy rica se incendió. La señora murió en el fuego.
Mientras los bomberos trataban de controlar las llamas, se dieron cuenta del que el hijito de la señora, de 5 años de edad, estaba dentro de la casa. No había forma de llegar a él. Las escaleras ya se habían caído.
El edificio no tenía ascensor y no sabían como llegar al niño. Solo un hombre que pasaba por el lugar, vio la escena. Observó un tubo al lado de las llamas que llegaba a la ventana donde se había asomado el niño. Nadie podía tocar el tubo por lo mucho que se había calentado. Pero aquel hombre, valientemente, se deslizó por el tubo, quemándose las manos, hasta donde estaba el niño, salvándole la vida.
Un año y medio más tarde, se ventilaba en la corte quién calificaba mejor para adoptar al niño (siendo éste administrador de toda la riqueza). Muchos solicitaron, demostraron lo que creían era necesario para calificar: Trayectoria, Negocios, Solidez, Riquezas, Etc.
Pero a ninguno el niño aprobó, y esta era una condición sumamente necesaria. El juez volvió a llamar a quienes habían asistido para que probaran si adoptaban al niño, o si este le aprobaba, y entonces entró a la sala un hombre desconocido.
Caminó lentamente hacia adelante con las manos dentro de los bolsillos, el juez le preguntó por sus credenciales, a lo que respondió: “Señoría, no tengo riquezas ni negocios que me hagan competir contra todos los que aspiran a adoptar al niño”.
El juez le dijo: “¿Pues qué hace usted aquí?, alguna razón debe mostrar por la que quiera ser adoptador del niño”. El señor dijo: “Solo tengo estas muestras de amor abnegado” (Al decir esto mostró sus manos: estaban blancas, quemadas, desechas).
El niño al verlo reconoció al hombre que le había salvado la vida y con lágrimas en sus ojos corrió hacia él y le abrazó . El señor fue quien le adoptó.
Jesús pagó por ti un precio incalculable. Entregó su vida para salvar la tuya, y también te lleva esculpido en las palmas de sus manos. El quiere adoptarte como su hijo, cambiar tu desdicha y enfermedad por su alegría, riqueza y vida eterna.
¿Aceptarás su adopción?
“Porque de Tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito,
para que todo aquél que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.” JUAN 3:16
“En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió
a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por Él.” 1.JUAN..4:9