sábado, 30 de junio de 2012

El Hombre del Salmo 8 - Salmos

El autor del Salmo 8 nos presenta el retrato del hombre tal como Dios lo creó. Se basa en el relato del Génesis sobre la creación. Es significativo el hecho de que en este Salmo no se menciona al pecado. El salmista nos presenta a un hombre deiforme, coronado de gloria y honor. Es el señor de las demás criaturas de la tierra.
El texto hebreo original podría traducirse: “Lo ha hecho un poco menor que Dios”. Es una alusión a la creación del hombre a imagen de Dios. La limitación estaría en que su espíritu, que fue creado a imagen de Dios, está sujeto a la carne, y limitado por la muerte. Por eso la distancia entre el Creador y la criatura es infinita. Pero el ser humano está muy por encima de las demás criaturas.
Podríamos afirmar que la distancia que existe entre la materia y el humano, es mucho mayor que la que existe entre el humano y Dios. Por eso, el salmista nos lo presenta como el rey de la creación, y nos muestra una serie de criaturas sometidas a él. Comienza con los animales domésticos, los más cercanos, después pasa a las alturas, a las profundidades, a las aves del cielo y los peces del mar. Todo está sometido al señorío humano.
El ser humano es el representante de Dios sobre la tierra. Es señor, mientras tanto, y representa al verdadero Señor; es un mayordomo de Dios. Ejerce esa representación porque es la imagen de Dios, porque está más cerca de Dios que de la materia, aunque comparte la materia con las demás criaturas.
La Biblia señala, por un lado, la condición pecaminosa del ser humano, su debilidad, y por otro, nos sugiere que la imagen de Dios no ha sido aniquilada a pesar del pecado. La función de representante de Dios no puede ser efectiva, sino a medida que permanece en relación y sumisión ante Aquel que representa. Cuando el humano quiere usurpar el lugar de Dios, tentación sugerida por la imagen de la serpiente, desprecia su función de imagen de Dios para convertirse en caricatura de Dios. Este es el  problema más grave del ser humano contemporáneo; quiere ser Dios y no está dispuesto a humillarse aceptando el papel de representante subordinado.

El Señor enderezará los caminos torcidos-vídeo

Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos. Isaías 45:2.
Esta promesa fue hecha al rey Ciro; pero al mismo tiempo se dirige a todos los verdaderos siervos del Señor. Sigamos siempre adelante con fe, y nuestro camino se allanará. Las tortuosidades del artificio humano y las sutilezas de Satanás se enderezarán para nosotros, sin necesidad de tener que seguir sus engañosos rodeos.
Las puertas de bronce serán quebrantadas y los cerrojos de hierro que las sujetaban serán hechos pedazos. Para derribarlos no serán necesarios arietes ni barras.
El Señor mismo hará el milagro, y lo que sea imposible e insospechado se convertirá en realidad. Dejemos a un lado nuestro temor y cobardía y avancemos por el camino del deber, porque el Señor ha dicho: «Yo iré delante de ti». No nos incumbe a nosotros razonar el por qué sino hacer frente y avanzar. 
Es la obra del Señor y Él nos ayudará; ante su poder desaparecerán todos los impedimentos. ¿Por ventura no ha dicho: «Quebrantaré puertas de bronce?» ¿Quién podrá impedir la ejecución de sus propósitos y oponerse a sus designios? Quienes sirven a Dios poseen recursos infinitos.
El camino es llano para la fe, aun cuando esté cerrado por la fuerza de los hombres. El Señor ha dicho: «Yo iré delante», como lo dice en esta promesa. No podemos dudar. Confiado estoy de que Hoy el Señor va enderezar mis veredas si yo enderezco mi corazón ante él.
Señor, Gracias por darme tu amor y bondad. Gracias por sostenerme con tu mano e ir delante de mi enderezando mis veredas. Amén.


Hombres de valor-Familia- Reflexiones con Vídeo

Cada padre de familia que tiene la responsabilidad de ser el líder de una familia debe ser un hombre de valor.
 Un hombre de valor es uno que ama a Dios con todas sus fuerzas y lo enseña a su familia.
Un hombre de valor es uno que procura ser el líder espiritual del hogar. 
Un hombre de valor es uno que ama a su familia, que está dispuesto a vencer el egoísmo y el orgullo para convertirse en un servidor para su familia.
 Un hombre de valor es uno que atiende las necesidades de su familia.
Un hombre de valor es uno que sabe atender las prioridades de su familia antes que las suyas.
Un hombre de valor es uno que reconoce sus errores y se dispone a pedir perdón a quien haya lastimado comenzando con su esposa y sus hijos.
Un hombre de valor es uno que enseña y modela a sus hijos principios de vida bíblicos. 
Un hombre de valor es uno que se esfuerza para proveer a su familia.
Un hombre de valor es uno que protege a su familia espiritual y físicamente. 
Un hombre de valor es uno que protege a su familia emocionalmente y le da la seguridad que necesita.
Un hombre de valor es uno que se puede caer varias veces, pero de inmediato se levanta, busca la ayuda correcta en un mentor espiritual y sigue adelante.
Un hombre de valor no es un hombre perfecto, pero es uno que se esfuerza por mejorar cada día. 
Un hombre de valor es uno que tiene a Jesucristo en su corazón como su Señor y Salvador.
 Si todos los hombres fuéramos hombres de valor, el mundo sería muy diferente.
 Para ser un hombre de valor, se necesita carácter!

 Decide tú ser hoy un HOMBRE DE VALOR
Tu matrimonio y tu familia es el tesoro mas valioso que Dios te ha dado. ¡Cuídalo!
Hombres de valor necesita Dios, gente que no desmaye, que sea fuerte hasta el Final a pesar de los problemas y los obstáculos…
Hombres de valor necesita nuestro mundo para conocer las grandezas  de Nuestro Señor.

Sed - Reflexiones - Agua Dulce


Sed
Cuentan que una vez un hombre viajaba por el océano y su barco se hundió, quedó a la deriva por varios días antes de que, milagrosamente, fuera encontrado por un bote pesquero. Al recuperarse de su pésima condición, contó el peor error que había cometido. Al sentir una sed desesperante, bebía agua salada, y por la sal contenida en la misma, lejos de saciarse, sentía más sed e introducía sal y arena a su cuerpo que le deshidrataban más.
Muchas veces cuando sentimos sed de amor, cariño, comprensión, verdad o atención, la buscamos en cosas que lejos de saciarnos, nos dejan peor que antes. Así, el solitario se refugia en otro más solitario; el falto de amor lo busca en los placeres y la vida desenfrenada; el incomprendido se refugia en vicios y mal carácter para llamar la atención.
Es hora ya de que dejes de llenar tu cuerpo de agua salada. Jesús dijo: “mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”. Juan 4:14 .
Así que no busques más saciar tu sed, cualquiera que sea, en las cosas de este mundo. El único que puede saciarte es tu amigo y creador Jesús. Haz la prueba, no cuesta nada, ¡y lo ganas todo!
Juan 6:35
Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.
Agua Dulce
Un pequeño buque de carga navegaba cerca de las costas de América del Sur cuando la provisión de agua potable se agotó. El capitán no conocía exactamente cuál era su posición; entonces, al percibir otro barco a lo lejos, la tripulación envió por radio una llamada de socorro en estos términos: “El agua dulce falta a bordo". Cuál no fue su sorpresa cuando el navío interpelado respondió: “¡Sólo tienen que sacar agua!” Así lo hicieron; sacaron agua, la filtraron y bebieron tanta agua dulce como quisieron.
Su barco se encontraba cerca de la desembocadura del Amazonas, el gran río cuyas aguas se pierden en el Atlántico más de cien kilómetros mar adentro. A pesar de las apariencias contrarias, se salvaron al creer el mensaje que se les dirigió.
Quizás, amigo lector, tengas sed de paz, de perdón, de reposo, de redención. Tal vez has buscado saciar esa sed, pero no lo has logrado. Ni el trabajo, ni las distracciones, ni el bienestar material han podido apagarla. Mas a tu alcance está el río de la gracia y el amor de Dios que corre ancho, profundo e inagotable en medio de las amargas aguas de este mundo.
Sólo tienes que aprovechar lo que está a su disposición. pero muchas veces no somos lo suficientemente decididos a dar el paso de recoger esa agua dulce para disfrutar de las maravillosas sorpresas que tiene para nosotros No permitas hoy que ese amor celestial quede alli sin uso, no dejes que sea muy tarde y ya no puedas disfrutar de tantas bendiciones guardadas esperando solo para tí…
Escucha la voz de Jesús: (Juan 4:13-14).
“Cualquiera que bebiera de esta agua (la de este mundo), volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”
Mateo 11:28
Venid á mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar.


El que Habita Al Abrigo de Dios-Salmo 91- Reflexiones con VÍdeo

Ya no temeré nunca más
Del terror nocturnal
O saeta mortal sobre mí
Y a mi lado caerán
Como mil y otros diez mil morirán
Y tu me librarás
Porque he puesto mi fé en ti
No sobrevendrá mal
A salvo estoy en tu mano
Y me refugiaré en ti
Ángeles mandarás
Que me guardarán siempre
Y como mil caerán a mi lado y diré
En ti confiaré
Y a mi lado caerán como mil y diez mil caerán
Y confiaré en ti Señor siempre en ti confiaré
 El que habita al Abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente…
Salmo 91

viernes, 29 de junio de 2012

La noche más oscura-Crecimiento Personal-vídeo

“Porque un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría” (Salmo 30:5)
¿Quién que viva no ha pasado alguna noche difícil? La noche que estuviste en esa sala de hospital, esperando noticias, temiendo lo peor. O aquella que pasaste llorando por la herida que causaron a tu corazón. O aquella otra en que sentías temor, o hambre o frío. ¿Y qué tal aquella en la que te tocó despedir a un ser que amabas y partió hacia la eternidad?
Todos hemos tenido noches oscuras. Pero no todas las noches son tan oscuras. ¿Qué tiene la noche que pareciera atraer o acrecentar pesares, dolores y quebrantos?
La noche, en este caso, no es la otra mitad del día; representa una época, una temporada que vivimos en la cual todo fue (o es) sombrío, oscuro, frío. Pareciera que nunca va a acabar. Sientes una intensa agonía y percibes el peligro a cada instante.
Dios no pudo escoger a nadie mejor para hablarnos de noches oscuras que David. Él sí sabía de noches oscuras, de persecuciones, de traiciones y soledad, de dolor y peligros de muerte, de huir de un patrón como de un hijo, de llorar la muerte de un amigo como la de su bebé recién nacido. Sabía de menosprecios y humillaciones. David es el mejor para hablarnos del tema.
David nos cuenta que la noche termina cuando comienza el día; y tu día comienza cuando te decides a alabar a Dios. No tienes que sentarte a llorar hasta que todo acabe (a su propio ritmo). Lo último que verás en tu noche más oscura, LO ÚLTIMO QUE SE ESCUCHARÁ antes que amanezca SERÁ TU ADORACIÓN AL SEÑOR.
Job lo dijo de esta manera: “¿Dónde está Dios mi hacedor, que me da cánticos en las noches?” (Job 35:10)
David, una vez más, lo declara: “Pero de día mandará el Señor su misericordia, y de noche su cántico estará conmigo, y mi oración al Dios de mi vida” (Salmo 43:8)
Y otra vez: “Al señor busqué en el día de angustia; a él alzaba mis manos de noche y sin descanso” (Salmo 77:2). Y finalmente: “… Aún la noche RESPLANDECERÁ alrededor de mí” (Salmo 139:11)
LA ADORACIÓN ACELERA EL AMANECER. Si David dice que LA ALEGRÍA llega con Cristo al amanecer entonces puedo acelerar el proceso, y haré que mi noche (época de dolor) acabe más rápido alegrándome con mi Dios. No colgaré mi arpa en los sauces, no me sentaré a llorar junto a los ríos de Babilonia, ni seré objeto de burla de mis enemigos (Salmo 137); ME GOZARÉ Y ME ALEGRARÉ ADORANDO A MI SEÑOR, y como consecuencia la tinieblas de la noche más oscura TIENEN QUE HUIR.
“Mas sobre vosotros (los que teméis mi nombre) nacerá el sol de Justicia, y en sus alas traerá salvación, y saldréis y saltaréis como becerros de la manada” (Malaquías 4:2)
El apóstol Pablo se encontraba en una nave rumbo a Italia cuando de repente les azotó, primero un viento, luego  una tormenta y por último un  huracán. La nave se estaba desarmando, no tenían velas, ni mástil ni timón, iban a la deriva, y por 14 días no habían comido, ni habían visto luz de sol, ni luna, ni estrella (era su noche más oscura). Puesto en pie (como sólo los que tienen una historia con Dios lo pueden hacer) exhortó a todos a RECOBRAR ÁNIMO diciendo: ” esta noche ha estado conmigo el ángel de Dios (de quien soy y a quien sirvo) diciendo: NO TEMAS…” (Hechos 37:23)
Tengo una palabra de Dios para quien lea este mensaje: DEJE DE LLORAR, sus lágrimas no harán sino hacer más oscura y sombría su noche. LEVÁNTESE en el nombre de Jesús, DESCUELGUE SU ARPA de los sauces y comience a ADORAR al señor por una victoria anticipada. DECLARO SOBRE TU VIDA QUE EL SOL DE JUSTICIA (CRISTO JESÚS) SE LEVANTA SOBRE TÍ y hace huir toda tiniebla, dolor y pesar. DISFRUTA porque ha amanecido sobre ti su luz, y LA GLORIA DEL SEÑOR ha venido sobre ti. Aunque sobre el mundo entero se cierna la noche más oscura, sobre tí amanecerá la gloria del Señor (Isaías 60:1.2)
BENDICIONES.

Seré reconocido por El Señor-vídeo

Porque así ha dicho el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas, y las reconoceré. Ezequiel 34:11.
Esto es lo que hace el Señor cuando sus elegidos son como ovejas descarriadas que no conocen ni al pastor, ni al rebaño. ¡Cuán maravillosamente sabe buscar el Señor a sus escogidos! Jesús se muestra tan admirable pastor, no sólo cuando busca a sus ovejas, como cuando las salva.
Aun cuando muchos de los que el Padre le dio han estado a las puertas del infierno, no obstante, el Señor, en su afán de buscarlos, ha logrado dar con ellos y los recibe en su gracia. Él nos ha buscado. Tengamos la esperanza cierta de que también aquellos por quienes oramos serán hallados.
El Señor renueva sus esfuerzos cuando alguna oveja de su manada se aleja de los pastos de la verdad y santidad.
Pueden caer en graves errores, en lamentables pecados o en el endurecimiento; mas a pesar de todo, Jesús, que ha salido fiador por ellos delante del Padre, jamás permitirá que ni una sola se extravíe y perezca. Él las seguirá con su gracia y providencia a través de regiones apartadas, en las viviendas de la miseria y en los abismos oscuros de la desesperación. Jamás perderá una sola de las ovejas que el Padre le confió. 
Para Jesús es punto de honor buscar y salvar a toda la manada, sin una sola excepción. ¡Cuán magnífica es esta promesa para que yo me sirva de ella si me veo obligado a decir: ¡"Yo anduve como oveja extraviada"!
Hoy será un día más de búsqueda del Señor y de seguro me encontrará, porque Él persiste en su amor.
Gracias, Señor, gracias por no dejarme abandonado, por buscarme y encontrarme y hacerme reposar en tus brazos de Misericordia. Amén.

La vid verdadera – Juan 15:1-17

Aquí os dejo, hermanos, algunas reflexiones sobre el capítulo 15 del evangelio de San Juan, versículos 1-17:

La vid verdadera – Juan 15:1-17
 ¿Qué tiempo, difícil en su vida, fue por el que aprendió algo muy importante?
Hay ocasiones en nuestras vidas, en las que Dios usa un momento difícil para que
crezcamos espiritualmente. Posiblemente, por medio de ese problema nosotros tenemos
más fe, o aprendemos cómo seguir a Dios con más fidelidad.

Juan 15:1-4
"Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Toda rama que en mí no da
fruto, la corta; pero toda rama que da fruto, la poda para que dé más fruto todavía.
Ustedes ya están limpios por la palabra que les he comunicado. Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí.

Jesús está hablando de sí mismo. Jesús quería enseñar a sus discípulos lo que debe pasar después de que aceptemos a Cristo. Cuando aceptamos a Cristo, recibimos al Espíritu Santo y Dios empieza a cambiar nuestras vidas. Y recordemos que Dios no quiere sólo oyentes de su Palabra; Él quiere hacedores de la misma; Él quiere discípulos; quiere que, como está escrito en la Biblia, cumplamos el gran mandamiento, la gran Comisión; quiere que testifiquemos de Él, que hagamos discípulos, y así lo haremos. Amén.

¿Si Jesús es la vid, y Dios es el labrador, quienes son las ramas?
Nosotros somos las ramas, pegadas en Jesús por fe. Si estamos en Cristo, debemos dar
fruto.

¿Qué fruto debemos dar?
Gálatas 5:22-23 - ¿Qué es el fruto del Espíritu? El fruto son las características buenas de Dios que resultan en obediencia a Dios.
En el momento que nos arrepentimos y confesamos que Cristo es nuestro Señor y Salvador, estamos limpios de nuestros pecados. Podemos estar seguros de nuestra salvación. En el versículo de antes, Jesús dice que a los que no dan fruto los corta. Esto no quiere decir que perdemos nuestra salvación. Aunque, cuando Jesús viene a nuestras vidas, un cambio sucede en nuestras vidas. Ya no queremos ser obedientes a nuestros deseos y pecados, sino que sobre todo, queremos obedecer a Cristo porque entendemos el amor que Él tiene para nosotros.
2 Corintios 5:20 dice: Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros. Dios quiere que testifiquemos acerca de su amor con otras personas. Por eso debemos dar fruto, que es una vida agradable a Dios para que otras personas le conozcan también.

El diario- Reflexiones-Decir gracias… hace que la gente sonría!

El Diario
Un buen hombre fue asaltado por unos ladrones que le robaron su cartera.
Entonces él escribió lo siguente en su diario:
“Señor, ayúdame a estar agradecido; primero, porque nunca antes he sido robado;
segundo, porque aunque se llevaron la cartera, no me quitaron la vida;
tercero, porque aunque se llevaron todo lo que tenía yo, no era mucho;
y cuarto, por que fui yo quien fue robado y no quien robó.”
1 Tesalonicenses 5:18
Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
1 Corintios 15:57
Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.
Romanos 5:3

Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia.
Decir Gracias… hace que la gente sonría
Mateo Henry, el famoso autor del comentario que lleva su nombre, fue asaltado por unos ladrones que le robaron su cartera.
Entonces él escribió lo siguiente en su diario: “Señor, ayúdame a estar agradecido;
Primero, porque nunca antes he sido robado;
Segundo, porque aunque se llevaron la cartera, no me quitaron la vida;
Tercero, porque aunque se llevaron todo lo que tenía yo, no era mucho;
y Cuarto, por que fui yo quien fue robado y no quien robó.”
He encontrado en la vida gente que le cuesta ser agradecida y en lugar del agradecimiento su boca está llena de lamento, quejas, y sus ojos listos sólo para encontrar lo negativo. Agradecimiento es una hermosa joya que nunca debemos perder en el camino. ¿Cuándo fue la última vez que expresó agradecimiento a Dios? ¿Cuándo fue la última vez que dio gracias por alguien? Pruébelo..la palabra Gracias hace que la gente sonría.
Ni se mostraron agradecidos con la casa de Jerobaal, el cual es Gedeón, conforme a todo el bien que él había hecho a Israel. Jueces 8:35
Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. Colosenses 3:15


Sin miedo a NADA- Reflexiones con Video

Quién podrá apartarme de tu amor
Qué concepto me hará alejarme
Quién podrá? Contar mi corazón
Cambiar de parecer  olvidando mi fe
Mi alma y mi dolor
Angustia o traición
Me podrán separar  de tu amor
Sin miedo a nada
Yo vivo sin miedo a nada
Yo vivo a prueba de toda lanza
Yo sé en donde estaré mañana
Sin miedo a nada
Sin miedo a nada
Dios cambio mi punto de vista
El controla todo en mi vida
Por eso soy tranquila
Puede ser que me encuentre en aflicción
Y que pase por un duro momento
Pero se
Que todo pasará
En mi mente serán recuerdos
Ni hambre ni dolor
Teniendo destrucción
Me podrán separar de tu amor
Sin miedo a nada
Yo vivo sin miedo a nada
Yo vivo a prueba de toda lanza
Yo sé en donde estaré mañana
Sin miedo a nada
Sin miedo a nada
Dios cambio mi punto de vista
Él controla todo en mi vida
Por eso soy tranquila
No tengas temor
Tranquila
En Él no tengo temor.

jueves, 28 de junio de 2012

Salvación- Poemas Cristianos-Quiero recibir el regalo de salvación-vídeo

¡SALVACIÓN!
Navegaba en mar abierto
Todo parecía ir muy bien
Tantos peligros alrededor,
seguro me sentía,
sin temores, sin dificultad,
sin aflicción.
De pronto, el viento azotó
Mi embarcación,
Las olas, gigantes indomables
Amenazaban mi vida
Me invitaban a sumergirme,
Sin opción naufragué.
Falsa serenidad, efímero placer,
Nunca pensé en tanto dolor,
Tanto miedo y angustia.
En mi desesperación
Clamé: ¡Oh Dios, sálvame!
Me escuchó, mandó a su
Amado Hijo, Jesús.
Me salvó de morir
Me dio un eterno vivir,
En abundancia y bendición.
Mery Bracho
Quiero Recibir El regalo de Salvación.
“Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”  Romanos 5:8.
Recientemente oí una historia interesante sobre 300 pescadores quienes repentinamente se encontraron sobre un témpano de hielo flotante.  Ellos no podían salir de ese témpano porque era como una isla flotante  Cuando los helicópteros llegaron para rescatarlos, solo 100 abordaron  el helicóptero de seguridad.  Los otros 200 rehusaron ser rescatados, porque la pesca era óptima.
He pensado que esta historia es un microcosmos de la realidad de este mundo.  Por cada 100 personas que aceptan el perdón de Dios  y el regalo gratis de salvación mediante la fe en Su hijo, Jesucristo, hay 200 personas que realmente saben que eso es lo mejor para ellos, pero rehusan ser rescatados por Dios, obstinadamente, eligiendo el camino de una pesca asombrosa, de su personalidad o de ofertas baratas de este mundo.
No hay ninguna equivocación en por qué Jesús se refirió a nosotros llamándonos ovejas, ya que las ovejas son animales apocados, con poco ingenio, fácilmente conducidos y desviados, y completamente perdidos sin la presencia constante de nuestro dueño.  Sin embargo la Biblia me presenta al único Dios que mostró su amor para conmigo, amor incondicional a pesar de mis muchos pecados y deficiencias.
El omnipotente Dios me rescató enviando a su hijo cuando yo ya estaba muerto en mis delitos y pecados para darme salvación. No quiero rehusar ese regalo hoy, no quiero ser como aquellos 200 pescadores que rehusaron ser rescatados porque donde estaban había la posibilidad de una gran pesca.  ¿Pero de qué sirve una gran pesca si no puedo salir de donde estoy luego de la gran pesca?
Hoy quiero valorar más lo que Dios ha hecho por mi, enviando a su hijo que lo que el mundo me pueda  ofrecer si después ni siquiera podré salir de donde estoy. Hoy es el día de salvación, hoy es el día aceptable y quiero volverme a Dios y aceptar el hermoso y gran regalo de redención que extiende para mí.
Señor, Gracias por darme la Salvación como un regalo de amor de tu mano.  Amén.



¿Dios nos castiga?- Cristianismo

Una de las preguntas más frecuentes que escuchamos entre los cristianos, es acerca del “castigo” de Dios: ¿Nos perfecciona Dios por medio de las enfermedades, tragedias, pérdidas de trabajo u otros medios drásticos?
El castigo es a menudo mal interpretado por nuestros conceptos erróneos acerca de Dios.
Cuando estudiamos en su contexto el capítulo 12 de Hebreos, hemos de tener en cuenta que el contexto comienza en el versículo 1 y no en el 5; de ahí adelante podemos entender que el autor de Hebreos no está hablando de enviar cosas malas en contra nuestro, sino que él compara nuestra resistencia hacia el pecado con lo desagradable que resultaba recibir disciplina de nuestros padres terrenales.
Podemos ver que la corrección del Señor es como decir “la resistencia a la tentación”, lo que es comparable con la experiencia de un niño siendo disciplinado por su padre. Resistir la tentación, es a menudo, una batalla. La mente no renovada quiere hacer una cosa y el espíritu quiere hacer otra. Esa batalla desagradable es similar a la de un niño castigado o disciplinado por portarse mal. No es agradable, pero tarde o temprano traerá sus frutos.
“Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois bastardos y no hijos” (Heb 12:8)
Resistir la tentación no es placentero pero traerá su fruto. Aquellos que no resisten la tentación no se comportan como hijos. Los hijos soportan la reprensión (resistiendo la tentación), los bastardos no; ellos no la resisten.
Jesús fue perfeccionado por las cosas que sufrió
“Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia” (Heb 5:8)
El sufrimiento de Jesús no fue en términos de enfermedad, ni de sufrimiento en las manos de Su Padre, sino de la persecución por la Palabra. Sufrió la tentación de “dejar pasar esa copa” en el huerto de Getsemaní. Él resistió al punto de derramar sangre. Él fue tentado en todo, pero no pecó (Heb 4:15). Su manera de “aprender la obediencia” es nuestro ejemplo para entender qué significa el “castigo” de Dios.
¿Cómo perfecciona Dios a sus hijos?
“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2Tim 3:16-17)
De este pasaje entendemos que es posible que un hijo de Dios sea perfeccionado sin tragedias o enfermedad. Es La Palabra de Dios la que nos perfecciona. Es la Palabra la que “nos corrige” y “nos redarguye (corrige o reprende).
Conforme nos sometemos a La Palabra y la aplicamos en nuestras vidas somos transformados para el exterior a la imagen interna que tenemos – la justicia de Dios en Cristo (2Cor 5:21)
¡No es nuestro espíritu renacido el que necesita ser perfeccionado! ¡Ya es perfecto! El nuevo hombre fue creado en santidad y justicia.
“…y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad” (Ef 4:24)
El perfeccionamiento debe producirse en la mente. Es nuestra mente la que necesita ser transformada.
“… Y renovaos en el espíritu de nuestra mente” (Ef 4:23)
“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cual sea la buena voluntad de Dios agradable y perfecta”
En la medida en que renovamos nuestra mente a la Palabra de Dios, vamos a ver que Su voluntad es ¡“buena”, “agradable” y “perfecta”! Entonces es necesario entender el tema del castigo dentro de este contexto porque la Palabra de Dios no se contradice.
Volviendo a Hebreos 12, vemos al autor estableciendo el contexto en los primeros versículos: “Corramos con paciencia”, “no sea que en nuestras mentes nos cansemos y desmayemos”. “No han resistido (tentación) hasta sangrar (como Jesús en el huerto de Getsemaní), luchando contra el pecado”
Por tanto, resistir la tentación y luchar contra el pecado es el contexto del capítulo. ¡Aún Jesús encontró que no era placentero resistir, y luchó al punto de derramar sangre!
“Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado” (Heb 12:3)
El autor entonces continúa comparando esta fuerte experiencia como si fuera el castigo o la disciplina de Dios.  Cuando soportamos el castigo (que ha sido comparado con resistir la tentación) es semejante a un padre lidiando con su hijo. Los hijos que no son disciplinados (hijos de Dios que no resisten la tentación) son como “bastardos” (hijos ilegítimos) y no hijos.
Él compara tal lucha contra el pecado con la disciplina de un padre terrenal. Nos sujetamos a su disciplina, que, si bien no es placentera, trae fruto. No es algo que traiga gozo, pero vale la pena.
El estar sujeto al “Padre de los espíritus”, hace referencia a resistir la tentación mencionada previamente, a “no cansarnos ni desmayar en nuestras mentes”. Cuando resistimos la tentación, que no es fácil ni es motivo de gozo, pero aún así resistimos al diablo sujetos a Dios (Santiago 4:7), entonces también experimentaremos el fruto de justicia.
El autor continúa en el verso 12 con el mismo contexto que vimos al principio del capítulo.¡”Levantad las manos caídas, y las rodillas endebles”!, en otras palabras: ¡Aguanta! ¡Puedes resistir! ¡Puedes vencer! ¡No siempre es fácil vencer a la carne, es como ser disciplinado, pero vale la pena!
El autor sigue hablando de los pecados que debemos resistir como parte de la “corrección” del Señor, como: amargura, fornicación, o ser “una persona profana” (Heb 12:15-16). Nos habla de Esaú como un ejemplo de alguien que no resistió la tentación, vendió su primogenitura y fue “rechazado”, porque la menospreció como un “bastardo”, no la valoró como un hijo.
Nuestra actitud hacia el pecado y la tentación, revelará si estamos siendo “disciplinados” como hijos o estamos sucumbiendo a la tentación como lo hizo Esaú, estando así sin disciplina.
Necesitamos entender que la enfermedad nunca ha perfeccionado a nadie, sino que sólo vino a hurtar matar y destruir. El Señor nos ha dado Su Palabra para perfeccionarnos como así también los dones del ministerio quíntuple mencionados en Efesios 4:11-14.
Recuerda, la reprensión del Señor viene cuando tú decides poner La Palabra por encima de tus deseos carnales y los resistes. En  la medida que resistes la tentación, aprendes obediencia como Jesús lo hizo.
Ahora es posible ver como el autor de Hebreos se compara a sí mismo con un padre espiritual; su carta representa la corrección de Dios, Su exhortación y Su disciplina.Toda la epístola es una carta de corrección a los cristianos judíos que estaban siendo tentados a regresar a la religiosidad de la ley y los sacrificios, en lugar de continuar viviendo por la fe en Jesucristo. En este contexto, la carta completa constituye el castigo del Señor,
“Os ruego, hermanos, que soportéis la palabra de exhortación, pues os he escrito brevemente.” (Heb. 13:22)
Barry Benneth

Hombres de otra clase-liderazgo

Cuando leo acerca de las hazañas de los santos del Antiguo Testamento mi corazón arde. Estos santos estaban tan cargados por la causa del nombre de Dios, que hicieron poderosas obras que desconciertan la mente de la mayoría de cristianos hoy en día.
Aquellos santos de antaño eran como rocas en su negativa en ir delante sin una palabra de Dios. Y ellos lloraron y gimieron a veces por días por la condición descarriada de su casa. Ellos se negaban a comer, beber o lavar sus cuerpos. Ellos arrancaban mechones de pelos de su cuero cabelludo y sus barbas. El profeta Jeremías inclusive se recostó de costado en las calles de Jerusalén por 365 días, continuamente advirtiendo del juicio venidero de Dios.
Me pregunto ¿De dónde obtuvieron estos santos la autoridad espiritual y la fuerza para hacer todo lo que ellos hicieron? Ellos eran hombres de una clase diferente, siervos, de un tipo totalmente diferente de aquellos que nosotros vemos en la iglesia hoy. Simplemente no me puedo identificar con ellos y su andar. Yo sé que no soy totalmente de su clase. Y no conozco a un solo cristiano que lo sea.
Algo acerca de esto me inquieta. La Biblia dice que las proezas de los hombres del Antiguo Testamento fueron registradas como lecciones para nosotros: “Estas cosas les acontecieron como ejemplo y están escritas para amonestarnos a nosotros a quienes han alcanzado los fines del siglo” (1Corintios 10:11). Sus historias son como ejemplos, para mostrarnos cómo mover el corazón de Dios, o cómo llevar a un pueblo corrupto al arrepentimiento.
Así que, ¿fueron estos santos una raza especial? ¿Eran superhombres, con un destino predeterminado, dotados con poderes sobrenaturales desconocidos para nuestra generación? De ninguna manera. La Biblia declara enfáticamente que nuestros piadosos ancestros eran personas como tú y yo; sujetas a las mismas pasiones de la carne (vea Santiago 5:17). El hecho es que sus ejemplos nos revelan un patrón a seguir. Estos hombres poseían algo en sus caracteres que causaba que Dios pusiera su mano sobre ellos. Por eso Dios los escogió para cumplir sus propósitos. Y él nos insta a buscar la misma calidad de carácter ahora.
Estoy inquieto por otra diferencia entre estos hombres del pasado y la mayoría de los cristianos de hoy. Vivimos en la época más perversa de la historia. Nuestra presente generación es muchas veces peor que aquella de Nínive o Sodoma. Nosotros tenemos la nuca mas endurecida que el antiguo Israel, somos más violentos que en los días de Noe. Si hubo un tiempo cuando el mundo necesitase santos de una fe intensa, es ahora. Y creo que Dios está buscando la misma clase de siervos devotos hoy. Él esta buscando hombres y mujeres que se esforzarán por conocer su corazón, hacer proezas poderosas en su nombre, y traer sociedades enteras de vuelta a él.
Piénsalo: ¿Por qué Dios levantaría hombres de profundo quebrantamiento y búsquedas santas en tiempos pasados, y sin embargo descuidar de hacer lo mismo hoy? ¿Por qué Él, arbitrariamente, dejaría a la generación más necesitada en la historia sin voces santas? Sabemos que Dios no ha cambiado. Él es el mismo, ayer, hoy, y por todos los siglos (vea Hebreos 13:8). Y servimos al mismo Señor como aquellas generaciones pasadas. Así que, ¿dónde están los siervos intensos hoy, quienes llevarán su carga y hablarán por su causa?
Finalmente, lo que más me inquieta es que nosotros poseemos algo que aquellos hombres santos no poseyeron. En estos últimos días, el Señor ha derramado sobre nosotros el don del Espíritu Santo. Por lo tanto, nuestra generación tiene acceso a más poder ayudador y dones celestiales que nunca. En resumen, nos ha dado todo lo que necesitamos para levantarnos como hombres de otra clase. Y Dios está llamando a tales siervos a salir y ser apartados.
La pregunta para nosotros es, ¿Por qué Dios tocó y ungió a estos hombres en particular tan poderosamente? ¿Por qué sus ministerios fueron capaces de cambiar los destinos de naciones enteras? La Biblia revela como estos “hombres de otra clase” se hicieron tan embelesados con el Señor y con su causa. Y esto expone como sus sendas pueden ser seguidas por cualquier siervo de Dios.
1. Esdras fue un hombre de Dios que despertó a toda su nación.
La Escritura dice que Esdras fue un hombre que tenía la mano de Dios sobre él. Esdras testificó, “…Y yo, fortalecido por la mano de mi Dios sobre mí,” (Esdras 7:28). En otras palabras, Dios extendió su mano, envolviendo a Esdras y lo hizo un hombre diferente.
¿Por qué Dios haría esto con Esdras? Había cientos de escribas en Israel en ese tiempo. Todos ellos tenían la mismo llamada a estudiar y a exponer la palabra de Dios al pueblo. ¿Qué separó a Esdras de los otros? ¿Qué hizo que el Señor pusiera su mano en este hombre y le diera cargo sobre 50,000 personas para reedificar la ciudad caída de Jerusalén?
La Escritura nos da la respuesta “Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla” (Esdras 7:10). Es simple: Esdras hizo una decisión consciente. Él determinó, por encima de todo, escudriñar la Palabra de Dios y obedecerla. Y él no se desvió de esa decisión. Él se dijo a sí mismo, “Voy a ser un estudiante de la Palabra. Y voy a aplicar todo lo que lea.”
Esdras no tuvo alguna experiencia sobrenatural que le dio un amor por las Escrituras. El no fue movido por el Espíritu de Dios en la noche, ni le fue dicho, “Tú vas a guiar a 50,000 personas al arrepentimiento y hacer mi obra. Y para hacer eso, vas a necesitar poder, fuerza, pureza, y autoridad espiritual. Sin embargo, esto sólo viene conociendo y obedeciendo mi Palabra. Así que para cumplir mi plan para ti, voy a dotarte de amor por las Escrituras. Mañana tú despertarás con un hambre insaciable para estudiar y obedecer y mi Palabra.”
Esa fue la forma en que ocurrió eso, de ninguna otra manera. Mucho antes que Dios pusiera su mano sobre Esdras, este hombre era diligente en escudriñar las Escrituras. Él permitió ser examinado, lavado por ella y limpiado de toda inmundicia de cuerpo y de espíritu. Como resultado, Dios vio en Esdras a un hombre que estaba saturado de la Palabra. Esdras tenía hambre de las Escrituras y se regocijaba en ellas. En resumen, él permitió que las Escrituras prepararan su corazón para cualquier obra de Dios para él. Esta es la razón por la cual Dios puso su mano sobre Esdras y lo ungió.
Como Esdras, David era un “hombre de otra clase” que cambió el curso de su nación. Y como Esdras, David saturó su corazón en la Palabra Dios. Él escribió el Salmo 119, el cual contiene 176 versos, casi cada uno de ellos exaltando la gloria de la palabra de Dios: “En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti… Me regocijaré en tus estatutos; no me olvidare de tus palabras… ¡Oh, cuanto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación… Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino… sumamente pura es tu palabra, y la ama tu siervo” (119:11, 16, 97, 105, 140).
Esdras también dispuso su corazón a ayunar y orar.
“Y publiqué ayuno… para afligirnos (humillarnos) delante de nuestro Dios, para solicitar delante del camino derecho para nosotros, y para nuestros niños, y para todos nuestros bienes” (Esdras 8:21).
A estas alturas, Esdras estaba guiando a la congregación de vuelta a Jerusalén. El camino iba a ser peligroso, lleno de ladrones, rateros, y asesinos. Así que el rey de Persia ofreció enviar una tropa para que fueran con ellos. Pero Esdras no aceptó su oferta. En cambio, él testificó al rey, “La mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan: Más su poder y su furor contra todos los que le abandonan.” (8:22).
La respuesta de Esdras nos dice varias cosas sobre la forma de pensar de un “hombre de otra clase.” Primero, Esdras confirma otra vez que la mano de Dios no sólo esta sobre unos pocos destinados. El Señor extiende su toque a todos los que determinan buscarle: “la mano de nuestro Dios es para bien sobre todos los que le buscan.”
Segundo, Esdras le dice al rey, ‘El furor (de Dios) contra todos los que le abandonan.” Él estaba diciendo, en esencia, “Gracias por su oferta, rey, pero nosotros servimos a un Dios poderoso. Él es capaz de preservarnos a través de cada aspecto de la obra a la cual nos ha llamado a cumplir.” Esdras tenia un sentir tan fuerte acerca de esto, que la Escritura dice que él estaba realmente “avergonzado de pedir al rey tropa de gente a caballo que os defendiesen del enemigo en el camino” (8:22).
Finalmente, Esdras mandó al pueblo a ayunar. Esto nos dice que él no estaba diciéndole a la gente que aceptara las promesas de Dios por fe. El no sólo dijo, “Tenemos que confiar en la Palabra Dios que Él nos protegerá. Mientras tanto, sigamos adelante.”
No, según Esdras, había algo más que hacer. Él estaba diciendo, “Sí, creemos en la Palabra de Dios para nosotros. Pero ahora tenemos que ayunar y orar hasta que veamos que la palabra se cumpla. Y no vamos a dar un paso adelante hasta que esto ocurra.” Así que, la Escritura dice, “Ayunamos, pues, y pedimos a nuestro Dios sobre esto, y Él nos fue propicio… y la mano de nuestro Dios estaba sobre nosotros, y nos libro de la mano del enemigo, del acechador en el camino” (8:23,31).
Esta misma calidad de carácter es encontrada a través del Antiguo Testamento. Moisés, Josué, los ancianos y profetas, todos ayunaron y oraron. Ellos no solamente aceptaron la Palabra de Dios por fe. Ellos actuaron en ella en fe. Y eso no significa sólo ir al azar, sino ayunar y orar primero, en total confianza para ver la Palabra de Dios cumplirse.
Este mismo patrón bíblico es destinado para nosotros hoy. El Ejército de Salvación fue fundado por el General Booth por medio de la oración y ayuno. De la misma manera, nuestro propio desafío juvenil nació hace más de cuarenta años de la oración y ayuno. Lo mismo es cierto de un sin número de ministerios que están prosperando hasta este día. El Señor llama a ayuno y oración a cualquiera que dispone su corazón a la causa de Dios.
Además del estudio de la Palabra de Dios y oración y ayuno, debe haber una purificación por su Palabra.
Esdras y aquellos de su tipo lloraron y se regocijaron bajo la mano de Dios. Sin embargo, ¿Cómo fue que estos devotos hombres llegaron a esta condición? ¿Cómo llegaron a compartir el corazón quebrantado de Dios por lo pecados de su generación?
Hallamos la respuesta en el ministerio de Esdras. Una vez que el pueblo llego a Jerusalén, Esdras fue usado por Dios para traer un arrepentimiento profundo y radical. “Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió: ¡Amen! ¡Amén¡ Alzando sus manos” (Nehemías 8:6).
Esdras luego leyó la Palabra de Dios al pueblo y “Todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley” (8:9). Sin embargo, tan pronto como el pueblo se había arrepentido, Esdras, les instó a regocijarse. “Dijeron a todo el pueblo… no os entristezcáis ni lloréis… no os entristezcáis; porque el gozo de Jehová es nuestra fortaleza” (8:9-10). Así que “todo el pueblo fue a comer y a beber, y a obsequiar porciones, a gozar de grande alegría, porque habían entendido las palabras que le habían enseñado” (8:12).
Yo te pregunto, ¿Por qué había allí regocijo? Fue porque un hombre ya había tomado la carga de compartir el acongojado corazón de Dios por el pecado de su pueblo. Esdras ya sabia de sus transgresiones, como se habían mezclado con paganos y habían tolerado sus abominaciones. ¿Cuál fue la reacción de Esdras a esto?
“Cuando oí esto, rasgué mi vestido y mi manto, y arranqué el pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté angustiado en extremo… Me postré de rodillas, extendí mis manos a Jehová mi Dios, y dije: Dios mío, confuso y avergonzado estoy para levantar oh Dios mío, mi rostro a ti, porque nuestras iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, nuestros delitos han crecido hasta el cielo… Porque no es posible estar en tu presencia a causa de esto.” (Esdras 9:3, 5-6,15).
Esdras fue sacudido hasta lo mas profundo de su ser una vez que vio la profundidad del pecado del pueblo. Sin embargo, ¿cómo supieron cuan profundamente ellos habían herido el corazón de Dios? Era porque Esdras tenía una clara visión de la ira de Dios. La palabra de Dios era un martillo a su alma, haciéndole llorar, “Estoy avergonzado, tengo que ruborizarme en tu presencia por nuestros pecados.” Nadie puede experimentar esta clase de quebrantamiento que Esdras tuvo a no ser que haya sido martilleado por la Palabra.
Lo mismo es cierto para cada amante de Jesús hoy. Si estamos saturados en su Palabra, conocemos personalmente el efecto de su martillo. Este cae y rompe cada roca de orgullo y mancha en nosotros. Y nuestros corazones terminan quebrantados por como nuestros pecados lo han herido. “¿No es mi palabra… como martillo que quebranta la piedra?” (Jeremías 23:29). Luego viene el verdadero gozo.
2. Jeremías habla de comprometer el corazón a buscar al Señor (Jeremías 30:21).
Hallamos estos mismos patrones bíblicos en la vida de Jeremías. Este hombre también dispuso su corazón para buscar al Señor, y la Palabra de Dios vino a él. Una y otra vez leemos del profeta, “Palabra de Jehová vino a Jeremías.”
Muchos comentaristas llaman a Jeremías el profeta llorón, y eso es ciertamente verdad de él. Pero este hombre también nos trajo el evangelio más feliz y digno de alabanza en todo el Antiguo Testamento. Después de todo, él predijo la gloria venidera del nuevo pacto: “Haré con ellos pacto eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien” (Jeremías 32:40). “Y el alma del sacerdote satisfaré con abundancia, y mi pueblo será saciado de mi bien, dice Jehová.” (31:14). “Los limpiare de toda su maldad” (33:8).
Ahora, esas son buenas noticias. El Nuevo Pacto está lleno de misericordia, gracia, gozo, paz y bondad. Pero, como puedes ver, hay una historia detrás de cada palabra de Jeremías aquí. Y esa historia incluye un quebrantamiento que va mucho más allá de la capacidad de un ser humano.
Jeremías escribió, “¡Mis entrañas, mis entrañas¡ Me duelen las fibras de mi corazón; Mi corazón se agita dentro de mí, no callaré; porque sonido de trompeta has oído, oh alma mía pregón de guerra” (4:19). “¡Oh alma, si mi cabeza se hiciere aguas, y mis ojos fuente de lágrimas, para que llore día y noche los muertos de la hija de mi pueblo!” (9:1).
Jeremías estaba llorando con lágrimas santas, que no eran suyas. En realidad, este profeta verdaderamente oyó a Dios hablar de su propio lloro y corazón quebrantado. Primero, el Señor advirtió a Jeremías que iba a enviar juicio sobre Israel. Luego él dijo al profeta: “Por los montes levantaré lloro,  lamentación, y llanto por los pastizales del desierto” (9:10). La palabra griega para lamentación aquí significa lloro. Dios mismo estaba llorando por el juicio que vendría sobre su pueblo.
Cuando Jeremías oyó esto, él compartió la carga del lloro de Dios por su pueblo. Y también he conocido santos piadosos que han tomado esta carga. La hermana Basílea Schlink, la fundadora de la Iglesia Evangélica de la Hermandad de Maria en Alemania, fue una devota sierva de Cristo. Nos hicimos amigos a través de los años, y esta devota mujer parecía conocer de primera mano el llanto de la carga del corazón de Dios.
A menudo cuando yo visité el centro de ministerio de las hermanas fui a la capilla y las encontré llorando. Ellas lloraban por muchas cosas, incluyendo el papel de su país en la matanza de Hitler a los judíos. Ellas lloraban durante horas por tales transgresiones. Al principio, no podía comprender por qué los creyentes escogieran llorar por horas en una sesión. Después comencé a aprender de la hermana las profundidades de la herida que Dios siente por nuestros pecados. Sus muchos escritos son conmovedoras expresiones de aquellas profundidades.
Yo también sentí algo de esta carga de llanto del Señor mismo durante un viaje de predicación reciente a las islas británicas. Mientras hablaba de la condición caída de la iglesia, un reportero británico me preguntó, “¿No tienes nada bueno que decir sobre la religión?”
Su pregunta me hizo pensar acerca de la terrible condición de tanta gente joven de allí. Ellos están viviendo en las calles embriagándose en bullicios, drogándose, totalmente fuera de sí. Mientras tanto, la iglesia de Inglaterra esta “dessantificando” iglesia tras iglesia; esto es, cerrando las puertas de las casas de adoración que estuvieron abiertas por siglos.
Cuando hablé en la capilla de Westminster, la iglesia del gran predicador E. Stanley Jones, la gente joven llenaba los balcones. Ellos estaban hambrientos de oír algo, cualquier cosa, que hable de la esperanza en Dios. Cuando yo di la invitación al final ellos fueron en torrente a las habitaciones de oración, llorando y lamentando por sus vidas quebrantadas y desesperadas. Una muchacha de dieciocho años tenía la mirada vidriosa mientras estaba en la línea de oración. Ella me dijo, Señor Wilkerson, no puedo llorar. La iglesia se ha llevado mi fe. No siento nada ahora.”
En esta escena y muchas otras como ésta, yo fui vencido por un quebrantamiento, más allá de mi propio dolorido corazón. Era el llanto del corazón de Dios, diciéndome “David, si alguna vez yo necesité un profeta que llore por mi casa, es aquí y ahora.”
Así qué, ¿qué ocurre cuando compartimos la carga de lloro del corazón de Dios? El Señor comparte con nosotros a cambio su misma mente y pensamientos; Jeremías testifica de esto. A él fue dado un conocimiento discernidor de sus tiempos que lo capacitaron para ver lo que se avecinaba. “Porque Jehová de los ejércitos que te plantó ha pronunciado mal contra ti… y Jehová me lo hizo saber, y lo conocí; entonces me hiciste ver tus obras.” (Jeremías 11:17-18).
A cualquier santo quebrantado y saturado con la Palabra le será dado un sentido para discernir los tiempos. De hecho, muchos en la iglesia no fueron sorprendidos por los ataques del 11 de septiembre del 2001. Durante meses antes del desastre, la iglesia Times Square tuvo servicios de intercesión donde el llanto prevaleció, sin saber de donde venia el juicio. Pero nosotros fuimos conscientes de que el juicio venía. De la misma manera, yo creo que cada ministro piadoso que conoce el corazón lloroso de Dios también tuvo conciencia del juicio inminente.
3. Daniel fue un hombre de otra clase que dispuso su rostro hacia el Señor.
Daniel fue también “un hombre de otra clase” que habla de ser quebrantado: Y volví mi rostro hacia Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza. Y ore a Jehová mi Dios e hice confesión” (Daniel 9:3-4). A cambio, Daniel fue capaz de discernir los tiempos, porque conocía el corazón de Dios. “…yo Daniel miré atentamente en los libros el número de los años de que hablo Jehová al profeta Jeremías” (Daniel 9:2). Además fue Daniel quien interpretó la visión de la roca cayendo de la montaña para aplastar todos los reinos del mundo.
¿Cómo llegó Daniel a este sendero de quebrantamiento, conocimiento y discernimiento? Esto comenzó con su estudio de la Palabra de Dios. Daniel permitió que las Escrituras se afirmaran completamente en él. Y él las cita a menudo y detalladamente, porque las había guardado en su corazón: “Como está escrito en la ley…” (9:13).
En el capítulo 10, a este santo profeta le fue dada una visión de Cristo. “Y alcé mis ojos y miré y he aquí un varón vestido de lino, y ceñido sus lomos de oro de Ufaz… y su rostro parecía como un relámpago, y sus ojos como antorchas de fuego… y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud.” (10:5-6).
Ahora, había otros hombres con Daniel cuando él vio la visión. Y estos hombres tenían que ser creyentes. En su cautividad, Daniel había establecido una norma para sí mismo de no asociarse con los malvados. Sin embargo estos creyentes que estaban con él ahora no eran “hombres de otra clase,” como Daniel. Así que cuando vino la visión aquellos hombres huyeron. “Y solo yo, Daniel, vi aquella visión, y no la vieron los hombres que estaban conmigo, sino que se apoderó de ellos un gran temor, y huyeron y se escondieron.” (10-7).
La presencia santa de Dios había enviado a estos hombres a correr por temor. Y sabemos que solamente corazones llenos de pecados ocultos pueden causar tal temor con la presencia del Señor.
Esto me lleva a una palabra final sobre el asunto de ser un creyente “de otra clase.” He estado pensando mucho últimamente sobre el día cuando compareceremos delante del Señor, en el juicio. En ese día, vamos a estar de pie delante de Cristo ambos hombre y Dios. Como nosotros, Jesús camino en la tierra, habló con otros hombres y fue tocado por todos los sentimientos humanos. Y ahora, mientras cada uno comparecerá delante de él, veremos inmediatamente, un brillo en su ojo o una mirada herida.
Pienso en las palabras de Samuel a Saúl: “Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que Él te había ordenado, pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón,” (1Samuel 13:13-14).
Saúl estará allí aquel día, junto a nosotros. Me pregunto qué le dirá el Señor en aquel entonces. ¿Será algo como lo siguiente?
“Saúl, déjame mostrarte lo que yo tenia en mente para ti. Tú hubieras sido un padre tierno para David. Y la nación que gobernaste hubiera estado sobre sus rodillas en humildad delante de mí. Tú hubieras ganado para Israel el respeto de las naciones a su alrededor. Y mi pueblo hubiera gozado de paz como un río. Yo te hubiera dado honor y un nombre que hubiera tenido el mismo sello de Dios sobre él.
“Pero todo resultó diferente. Tú abortaste mis planes para ti, porque no tomaste mi Palabra seriamente. En cambio, permitiste que los celos, la amargura, y la falta de perdón te robaran todo. Saúl, mira lo que perdiste.”
Querido santo, estamos viviendo en tiempos de vida y muerte ahora mismo. Y es tiempo de escoger entre el camino a la vida espiritual y la obediencia, o el camino de la muerte espiritual e hipocresía. Considera las palabras de Moisés: “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición, escoge pues la vida, para que vivas tu y tu descendencia.” (Deuteronomio 30:19).
Te insto: dispón tu corazón hoy a buscar a Dios con toda diligencia y determinación. Luego ve a la Palabra con un amor y deseo siempre creciente. Ora con ayuno para quebrantamiento, para recibir su carga. Finalmente, confiesa y abandona todo lo que impide que el Espíritu Santo abra las bendiciones del cielo para ti. El camino de los “hombres de otra clase” esta abierto a todos; ¿Caminaras por él?